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Textil ante la tormenta arancelaria

.
Marcos Suárez Sipmann y Miguel Rodríguez
14 de agosto, 2025

Recientes tensiones en el sector textil revelan que las tarifas impulsadas por la administración Trump han causado alteraciones en precios, estrategias y cadenas de suministro. La incertidumbre y la “nueva norma” arancelaria obligan a replantear modelos y alianzas regionales.

Por qué importa. Los aranceles a productos textiles y de confección han desencadenado un complejo ajuste entre marcas, productores y consumidores. La industria, acostumbrada a operar con márgenes mínimos, enfrenta el dilema de absorber costos o trasladarlos al mercado final.

  • Ed Gribbin, CEO de Gribbin Strategic LLC, advierte que “una tarifa es un impuesto al consumidor” y que absorberla erosiona la rentabilidad. Las empresas buscan mitigar efectos, pero sin eliminarlos por completo.

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  • Mientras los productores reclaman que ya ofrecen precios competitivos, las marcas presionan para no elevarlos al público, provocando tensiones internas.

  • La postura de imponer tarifas y a la vez pedir que no se reflejen en precios es calificada como incoherente por los expertos, aumentando la incertidumbre.

En el radar. La industria enfrenta una “nueva normalidad” en la política comercial, con incertidumbre persistente y ajustes constantes a los modelos financieros. El reto es construir estrategias estables en un contexto volátil.

  • Linsey Jones, directora ejecutiva de la Americas Apparel Producers' Network (AAPN), señala que muchas marcas rehacen sus proyecciones hasta 15 veces por semana debido a cambios imprevistos. De manera similar a la disrupción vista durante la pandemia.

  • Las empresas con redes multinacionales y capacidad de mover producción ganarán resiliencia; las pequeñas marcas, sin infraestructura ni alianzas globales, serán las más golpeadas, apunta.

  • La clave, según Jones, será “bloquear el ruido” y avanzar con un plan definido, evitando decisiones reactivas ante cada fluctuación política o arancelaria.

Punto de fricción. La eliminación del “minimismo” —umbral que permitía importaciones libres de impuestos hasta cierto valor— marca un cambio estructural en el comercio regional. Aunque aplaudida por algunos, implica reacomodos logísticos y competitivos.

  • Jones afirma que el minimismo está latente y que, si bien algo similar podría resurgir, las reglas de juego han cambiado para todos los actores.

  • Para miembros de la AAPN el cambio nivela la competencia. No obstante, preocupa que surjan prácticas sustitutivas que causen nuevos desequilibrios.

  • La industria guatemalteca y regional ha demostrado capacidad de adaptación, trabajando con clientes y asociaciones para mantener la competitividad.

Lo indispensable. Carlos Arias, presidente de Vestex, describe un entorno internacional dominado por la variabilidad. Señala que la situación ha frenado proyectos de inversión y transformado los patrones de compra, obligando a replantear estrategias.

  • “El tema de la incertidumbre no está dejándonos todavía… lo que nos indica es buscar cómo aprovechar la crisis para replantearnos el futuro de la industria en el país”.

  • Arias destaca la necesidad de explorar nuevos destinos como México y Europa, aunque estos presentan desafíos ligados a acceso y competitividad. Guatemala debe enfocarse en ofrecer valor agregado, rapidez en la respuesta y calidad, antes que en competir únicamente por precio.

  • La infraestructura, en especial la portuaria y también la vial, está en mal estado. Esto ralentiza el comercio, sube costos y resta competitividad, añade. Asimismo, insiste en que el salario mínimo sea productivamente aceptable.

Lo que sigue. Guatemala podría capitalizar la coyuntura si logra mejorar infraestructura, facilitar negocios y fortalecer la cooperación público-privada. El potencial para relocalizar la producción es significativo.

  • Jones proyecta que de 10 a 20 % de la producción mundial debería estar en este lado del mundo, si se ejecutan reformas clave.

  • Ve como ventanas de oportunidad la digitalización gubernamental, el impulso de la Asociación para Centroamérica y plataformas como Think Huge e Investex. Todas ellas, señales positivas para la atracción de inversión.

  • El momento exige visión pragmática y coordinación regional para convertir la crisis en un motor de crecimiento sostenido.

Balance. Aunque persisten desafíos en infraestructura, trámites, estabilidad cambiaria y reformas laborales, las empresas del sector responden reinvirtiendo, modernizando y expandiendo operaciones. Esto evidencia que la industria mantiene un rumbo positivo hacia la competitividad y el crecimiento sostenible. 

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Textil ante la tormenta arancelaria

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Marcos Suárez Sipmann y Miguel Rodríguez
14 de agosto, 2025

Recientes tensiones en el sector textil revelan que las tarifas impulsadas por la administración Trump han causado alteraciones en precios, estrategias y cadenas de suministro. La incertidumbre y la “nueva norma” arancelaria obligan a replantear modelos y alianzas regionales.

Por qué importa. Los aranceles a productos textiles y de confección han desencadenado un complejo ajuste entre marcas, productores y consumidores. La industria, acostumbrada a operar con márgenes mínimos, enfrenta el dilema de absorber costos o trasladarlos al mercado final.

  • Ed Gribbin, CEO de Gribbin Strategic LLC, advierte que “una tarifa es un impuesto al consumidor” y que absorberla erosiona la rentabilidad. Las empresas buscan mitigar efectos, pero sin eliminarlos por completo.

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  • Mientras los productores reclaman que ya ofrecen precios competitivos, las marcas presionan para no elevarlos al público, provocando tensiones internas.

  • La postura de imponer tarifas y a la vez pedir que no se reflejen en precios es calificada como incoherente por los expertos, aumentando la incertidumbre.

En el radar. La industria enfrenta una “nueva normalidad” en la política comercial, con incertidumbre persistente y ajustes constantes a los modelos financieros. El reto es construir estrategias estables en un contexto volátil.

  • Linsey Jones, directora ejecutiva de la Americas Apparel Producers' Network (AAPN), señala que muchas marcas rehacen sus proyecciones hasta 15 veces por semana debido a cambios imprevistos. De manera similar a la disrupción vista durante la pandemia.

  • Las empresas con redes multinacionales y capacidad de mover producción ganarán resiliencia; las pequeñas marcas, sin infraestructura ni alianzas globales, serán las más golpeadas, apunta.

  • La clave, según Jones, será “bloquear el ruido” y avanzar con un plan definido, evitando decisiones reactivas ante cada fluctuación política o arancelaria.

Punto de fricción. La eliminación del “minimismo” —umbral que permitía importaciones libres de impuestos hasta cierto valor— marca un cambio estructural en el comercio regional. Aunque aplaudida por algunos, implica reacomodos logísticos y competitivos.

  • Jones afirma que el minimismo está latente y que, si bien algo similar podría resurgir, las reglas de juego han cambiado para todos los actores.

  • Para miembros de la AAPN el cambio nivela la competencia. No obstante, preocupa que surjan prácticas sustitutivas que causen nuevos desequilibrios.

  • La industria guatemalteca y regional ha demostrado capacidad de adaptación, trabajando con clientes y asociaciones para mantener la competitividad.

Lo indispensable. Carlos Arias, presidente de Vestex, describe un entorno internacional dominado por la variabilidad. Señala que la situación ha frenado proyectos de inversión y transformado los patrones de compra, obligando a replantear estrategias.

  • “El tema de la incertidumbre no está dejándonos todavía… lo que nos indica es buscar cómo aprovechar la crisis para replantearnos el futuro de la industria en el país”.

  • Arias destaca la necesidad de explorar nuevos destinos como México y Europa, aunque estos presentan desafíos ligados a acceso y competitividad. Guatemala debe enfocarse en ofrecer valor agregado, rapidez en la respuesta y calidad, antes que en competir únicamente por precio.

  • La infraestructura, en especial la portuaria y también la vial, está en mal estado. Esto ralentiza el comercio, sube costos y resta competitividad, añade. Asimismo, insiste en que el salario mínimo sea productivamente aceptable.

Lo que sigue. Guatemala podría capitalizar la coyuntura si logra mejorar infraestructura, facilitar negocios y fortalecer la cooperación público-privada. El potencial para relocalizar la producción es significativo.

  • Jones proyecta que de 10 a 20 % de la producción mundial debería estar en este lado del mundo, si se ejecutan reformas clave.

  • Ve como ventanas de oportunidad la digitalización gubernamental, el impulso de la Asociación para Centroamérica y plataformas como Think Huge e Investex. Todas ellas, señales positivas para la atracción de inversión.

  • El momento exige visión pragmática y coordinación regional para convertir la crisis en un motor de crecimiento sostenido.

Balance. Aunque persisten desafíos en infraestructura, trámites, estabilidad cambiaria y reformas laborales, las empresas del sector responden reinvirtiendo, modernizando y expandiendo operaciones. Esto evidencia que la industria mantiene un rumbo positivo hacia la competitividad y el crecimiento sostenible. 

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