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Sin obreros, ni jornaleros: la factura migrante

.
María José Aresti
22 de abril, 2025

La amenaza de deportaciones masivas en EE. UU. vuelve a encender las alarmas, particularmente en dos sectores: construcción y agricultura. Así lo revela un estudio de Oxford Economics, que anticipa caídas en producción, alzas de precios y escasez de mano de obra.

Por qué importa. La dependencia de trabajadores indocumentados en estos sectores muestra su vulnerabilidad ante una ola de deportaciones. Ambos son pilares del crecimiento y la estabilidad económica.

  • El 14.2 % de la fuerza laboral en construcción no tiene estatus regular. Una cifra clave para entender la magnitud del posible vacío laboral.
  • En agricultura, uno de cada diez trabajadores es un indocumentado. Es decir, un 10.4 % de la mano de obra para producción alimentaria.
  • Hasta ahora, el Departamento de Seguridad Nacional reporta más de 111 000 deportaciones. La administración Trump recalcó que busca llegar a 1M, reactivando el debate de los efectos económicos.

Lo indispensable. La construcción sería la más golpeada. No solo por el alto porcentaje de trabajadores indocumentados, sino también por su rol en la economía estadounidense.

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  • Una pérdida de personal indocumentado ralentizaría a la mitad el crecimiento del sector hasta 2028. Su impacto sería de más de USD 55 000M en producción.
  • La industria ya sufre presiones salariales: los ingresos por hora crecieron 4.4 % anual en el último trimestre de 2024, por encima del promedio.
  • La Asociación Nacional de Constructores de Vivienda estima que la mano de obra representa cerca del 25 % del precio final de una vivienda. Subidas salariales tendrían efectos directos sobre el consumidor.

En el radar. Otro sector en alerta roja es la agricultura. Aunque el porcentaje de trabajadores con estatus migratorio irregular es menor, su función en la cadena de suministro alimentario es crucial.

  • Esta forma parte de un engranaje esencial para garantizar el abastecimiento interno. Su disrupción encarecería alimentos y causaría problemas logísticos y de disponibilidad de productos frescos.
  • Sustituir a esta fuerza laboral es difícil: las tareas —aunque no técnicas— son intensas y repetitivas. Esto desincentiva a trabajadores locales para desempeñarlas.
  • Los productos agrícolas están más influenciados por la elasticidad de la demanda. Al ser bienes básicos, trasladan con facilidad los aumentos de costos al consumidor.

Entre líneas. La investigación sugiere que muchos sectores con alta dependencia de trabajadores indocumentados no están fuertemente conectados con el núcleo económico.

  • Actividades operativas (taxis, restaurantes, lavados de autos...) concentran altos porcentajes de esta fuerza laboral. No obstante, se consideran sectores aislados del corazón de la economía.
  • Con todo, el resultado serían costos más altos, retrasos acumulados y pérdida de rentabilidad. Especialmente para pequeñas empresas o subcontratistas que operan con márgenes reducidos.
  • La competencia por el talento se intensificaría por una presión generalizada al alza de salarios. Incluso trabajadores legales y naturalizados serían afectados.

Ahora qué. El escenario base de la consultora no prevé que una operación de esta magnitud se materialice debido a su alto costo y complejidad logística. Aun así, considera plausible el riesgo y sus efectos.

  • Las repercusiones serían distintas según la naturaleza del sector, dependiendo de cómo reaccione la demanda a los aumentos de precios.
  • Sectores más sensibles —como el comercio minorista— verían una caída en la demanda si los consumidores no están dispuestos a pagar más.
  • En cambio, la construcción y la agricultura están en una zona crítica: combinarían alzas de precios con menor producción. Esto afectaría la economía desde su base.
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María José Aresti
22 de abril, 2025

La amenaza de deportaciones masivas en EE. UU. vuelve a encender las alarmas, particularmente en dos sectores: construcción y agricultura. Así lo revela un estudio de Oxford Economics, que anticipa caídas en producción, alzas de precios y escasez de mano de obra.

Por qué importa. La dependencia de trabajadores indocumentados en estos sectores muestra su vulnerabilidad ante una ola de deportaciones. Ambos son pilares del crecimiento y la estabilidad económica.

  • El 14.2 % de la fuerza laboral en construcción no tiene estatus regular. Una cifra clave para entender la magnitud del posible vacío laboral.
  • En agricultura, uno de cada diez trabajadores es un indocumentado. Es decir, un 10.4 % de la mano de obra para producción alimentaria.
  • Hasta ahora, el Departamento de Seguridad Nacional reporta más de 111 000 deportaciones. La administración Trump recalcó que busca llegar a 1M, reactivando el debate de los efectos económicos.

Lo indispensable. La construcción sería la más golpeada. No solo por el alto porcentaje de trabajadores indocumentados, sino también por su rol en la economía estadounidense.

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  • Una pérdida de personal indocumentado ralentizaría a la mitad el crecimiento del sector hasta 2028. Su impacto sería de más de USD 55 000M en producción.
  • La industria ya sufre presiones salariales: los ingresos por hora crecieron 4.4 % anual en el último trimestre de 2024, por encima del promedio.
  • La Asociación Nacional de Constructores de Vivienda estima que la mano de obra representa cerca del 25 % del precio final de una vivienda. Subidas salariales tendrían efectos directos sobre el consumidor.

En el radar. Otro sector en alerta roja es la agricultura. Aunque el porcentaje de trabajadores con estatus migratorio irregular es menor, su función en la cadena de suministro alimentario es crucial.

  • Esta forma parte de un engranaje esencial para garantizar el abastecimiento interno. Su disrupción encarecería alimentos y causaría problemas logísticos y de disponibilidad de productos frescos.
  • Sustituir a esta fuerza laboral es difícil: las tareas —aunque no técnicas— son intensas y repetitivas. Esto desincentiva a trabajadores locales para desempeñarlas.
  • Los productos agrícolas están más influenciados por la elasticidad de la demanda. Al ser bienes básicos, trasladan con facilidad los aumentos de costos al consumidor.

Entre líneas. La investigación sugiere que muchos sectores con alta dependencia de trabajadores indocumentados no están fuertemente conectados con el núcleo económico.

  • Actividades operativas (taxis, restaurantes, lavados de autos...) concentran altos porcentajes de esta fuerza laboral. No obstante, se consideran sectores aislados del corazón de la economía.
  • Con todo, el resultado serían costos más altos, retrasos acumulados y pérdida de rentabilidad. Especialmente para pequeñas empresas o subcontratistas que operan con márgenes reducidos.
  • La competencia por el talento se intensificaría por una presión generalizada al alza de salarios. Incluso trabajadores legales y naturalizados serían afectados.

Ahora qué. El escenario base de la consultora no prevé que una operación de esta magnitud se materialice debido a su alto costo y complejidad logística. Aun así, considera plausible el riesgo y sus efectos.

  • Las repercusiones serían distintas según la naturaleza del sector, dependiendo de cómo reaccione la demanda a los aumentos de precios.
  • Sectores más sensibles —como el comercio minorista— verían una caída en la demanda si los consumidores no están dispuestos a pagar más.
  • En cambio, la construcción y la agricultura están en una zona crítica: combinarían alzas de precios con menor producción. Esto afectaría la economía desde su base.

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