Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Santiago Mora: “La regulación promueve o desincentiva el uso de billeteras móviles”

.
María José Aresti
26 de mayo, 2025

El desarrollo de billeteras móviles en Latinoamérica es dispar, marcado por diferencias regulatorias y niveles de bancarización. En el marco del Fintech Day 2025, República conversó con Santiago Mora, asesor de la Cámara Argentina Fintech, quien a pesar de los desafíos identifica un avance común: el aumento del uso efectivo de cuentas digitales impulsado por las fintechs.

Para Mora, el futuro del sector depende de regulaciones inteligentes, diálogo público-privado y servicios que integren crédito, inversión y pagos. 

¿Cómo está Latinoamérica en el desarrollo de billeteras móviles? 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

No es uniforme, porque no todos están en la misma situación, ni vienen del mismo punto de partida. Hay países que ya venían con más bancarización o con un sistema financiero más concentrado en bancos. 

En términos regulatorios, también hay mucha dispersión: cómo se regula, qué se les pide a las fintechs para ingresar al mercado o para comenzar a prestar servicios.  

El problema frecuente en toda la región es la bancarización. Argentina tenía buena bancarización por las sucesivas crisis económicas, que derivaron en muchos subsidios otorgados mediante cuentas bancarias. Sin embargo, estas cuentas estaban subutilizadas. Muchos no las utilizaban plenamente: cobraban el subsidio y retiraban el dinero en efectivo el mismo día.  

Eso sí cambió en los últimos años. Se proveyeron más cuentas, las fintechs empezaron a competir con los bancos, y eso fomentó el uso. La gente empezó a dejar el dinero en las cuentas, a realizar pagos digitales y creció la formalización y digitalización de la economía.  

Ese proceso se replica en muchos países de la región, aunque con diferencias. No todos arrancaron del mismo lugar ni regularon igual. Tampoco todos lograron la misma provisión o el mismo uso efectivo de las cuentas.

.

¿Cómo se desarrolló la expansión y utilización en Argentina? 

—En Argentina, la Cámara Argentina Fintech se fundó en 2017 con 13 empresas. Hoy tiene más de 350. Hay muchas verticales y se generaron más de 40 000 empleos directos en la industria.   

Actualmente, el 100% de los adultos argentinos tiene una CVU (Cuenta Virtual Uniforme) o una CBU (Clave Bancaria Uniforme). Hoy, una misma persona tiene varias cuentas abiertas.   

Pero ese no es el dato más relevante, porque ya en 2019 había más del 90 % de adultos con cuentas. El punto está en el uso. Por ejemplo, siete de cada diez jóvenes de entre 13 y 17 años tienen una cuenta virtual o bancaria. Y más importante aún: ocho de cada diez argentinos usan billeteras virtuales todos los días.  

Las transferencias entre cuentas crecieron 20 veces en los últimos cinco años. Por cada extracción de efectivo hay 12 pagos digitales. 

¿Cuál fue el punto de inflexión para el boom de billeteras móviles? 

 —En Argentina, la regulación no fue esencial para que existieran las empresas fintech de pagos. Mucho antes ya existía Mercado Pago y otros jugadores que prestaban buenos servicios. 

La regulación dio un empujón. No es perfecta y hay cosas que ajustar, pero fue prudente, no agobiante. No se estableció un sistema de licencias sino un sistema de registro, más liviano. 

La inscripción no es especialmente difícil: se exige un capital mínimo, la segregación de fondos de los usuarios, obligaciones de información al usuario y reportes al Banco Central mensuales. 

.

El verdadero empujón fue en octubre del mismo año con la normativa de “Transferencias 3.0”. Esa comunicación del Banco Central estableció la interoperabilidad entre CBU y CVU, equiparando el funcionamiento de bancos y fintechs. 

También se estableció la interoperabilidad de los códigos QR. Con esta normativa, todas las billeteras deben poder leer cualquier QR. Ahora cualquier usuario, desde cualquier billetera, puede escanear un QR y pagar.  

También influyó la pandemia. Aumentaron los pagos digitales y el uso del QR como método sin contacto. La gente prefería no usar efectivo y recurría más a las billeteras digitales. En definitiva, fue un cúmulo de variables lo que impulsó este crecimiento.

¿Qué condiciones mínimas deben existir para un impacto real? 

— La regulación puede hacer las dos cosas: puede promover o puede desincentivar. Tiene que ser una regulación adecuada, como ha sido en otros países. No debe ser desproporcionadamente exigente, sino lo suficientemente flexible para que el negocio sea rentable. 

Si es muy exigente, será difícil aplicar o prestar servicios. Y si el resultado es antieconómico, aunque sea fácil registrarse como billetera, no habrá incentivos para ofrecer servicios. Eso mantiene el problema estructural de no tener proveedores de cuentas. 

.

¿Cómo crear un ecosistema favorable sin copiar y pegar el modelo argentino? 

— Es clave hacer un análisis puntual de qué hace falta y por qué no ha prosperado este negocio, y atacar puntualmente esas cuestiones. 

Es fundamental establecer un diálogo público-privado que permita entender las distintas aristas de este fenómeno. Los negocios fintech son complejos. Por eso deben existir mesas de trabajo con la industria, usuarios, sociedad civil y actores tradicionales. 

El análisis costo-beneficio de cada medida tiene que ser quirúrgico. Copiar y pegar modelos ajenos no es bueno. Es incluso peligroso querer imponer un marco jurídico inmenso que pretenda cubrir todo. 

Quizás conviene avanzar paso a paso, destrabando aspectos y midiendo los impactos. Hoy hay buenas referencias en el derecho comparado, como el caso europeo y el sistema PIX en Brasil.

.

¿Cómo visualiza el futuro de las billeteras móviles en la región? 

— En el mundo hay una evolución del sistema financiero en general. Las fintechs no hacen intermediación financiera, por lo tanto, su riesgo y la regulación que se les aplica son distintos. 

A ello se suma, que los bancos están ajustando su operación, vinculándose con fintechs, billeteras y hasta cripto. 

En ese contexto, las billeteras seguirán creciendo en la región y en el mundo. También evolucionarán los servicios que ofrecen, desde préstamos hasta activos digitales. 

La irrupción de las billeteras digitales permitió mayor acceso al crédito y a cuentas de inversión. Personas que antes no calificaban para un préstamo bancario, ahora acceden gracias a las fintechs. 

Hoy, la billetera puede ser un marketplace de servicios financieros. Usuarios que antes no tenían acceso a crédito ni inversión, ahora lo tienen. Esa es la evolución: una integración de servicios, incluso con los bancos. 

Material visual: Víctor Leal

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Santiago Mora: “La regulación promueve o desincentiva el uso de billeteras móviles”

.
María José Aresti
26 de mayo, 2025

El desarrollo de billeteras móviles en Latinoamérica es dispar, marcado por diferencias regulatorias y niveles de bancarización. En el marco del Fintech Day 2025, República conversó con Santiago Mora, asesor de la Cámara Argentina Fintech, quien a pesar de los desafíos identifica un avance común: el aumento del uso efectivo de cuentas digitales impulsado por las fintechs.

Para Mora, el futuro del sector depende de regulaciones inteligentes, diálogo público-privado y servicios que integren crédito, inversión y pagos. 

¿Cómo está Latinoamérica en el desarrollo de billeteras móviles? 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

No es uniforme, porque no todos están en la misma situación, ni vienen del mismo punto de partida. Hay países que ya venían con más bancarización o con un sistema financiero más concentrado en bancos. 

En términos regulatorios, también hay mucha dispersión: cómo se regula, qué se les pide a las fintechs para ingresar al mercado o para comenzar a prestar servicios.  

El problema frecuente en toda la región es la bancarización. Argentina tenía buena bancarización por las sucesivas crisis económicas, que derivaron en muchos subsidios otorgados mediante cuentas bancarias. Sin embargo, estas cuentas estaban subutilizadas. Muchos no las utilizaban plenamente: cobraban el subsidio y retiraban el dinero en efectivo el mismo día.  

Eso sí cambió en los últimos años. Se proveyeron más cuentas, las fintechs empezaron a competir con los bancos, y eso fomentó el uso. La gente empezó a dejar el dinero en las cuentas, a realizar pagos digitales y creció la formalización y digitalización de la economía.  

Ese proceso se replica en muchos países de la región, aunque con diferencias. No todos arrancaron del mismo lugar ni regularon igual. Tampoco todos lograron la misma provisión o el mismo uso efectivo de las cuentas.

.

¿Cómo se desarrolló la expansión y utilización en Argentina? 

—En Argentina, la Cámara Argentina Fintech se fundó en 2017 con 13 empresas. Hoy tiene más de 350. Hay muchas verticales y se generaron más de 40 000 empleos directos en la industria.   

Actualmente, el 100% de los adultos argentinos tiene una CVU (Cuenta Virtual Uniforme) o una CBU (Clave Bancaria Uniforme). Hoy, una misma persona tiene varias cuentas abiertas.   

Pero ese no es el dato más relevante, porque ya en 2019 había más del 90 % de adultos con cuentas. El punto está en el uso. Por ejemplo, siete de cada diez jóvenes de entre 13 y 17 años tienen una cuenta virtual o bancaria. Y más importante aún: ocho de cada diez argentinos usan billeteras virtuales todos los días.  

Las transferencias entre cuentas crecieron 20 veces en los últimos cinco años. Por cada extracción de efectivo hay 12 pagos digitales. 

¿Cuál fue el punto de inflexión para el boom de billeteras móviles? 

 —En Argentina, la regulación no fue esencial para que existieran las empresas fintech de pagos. Mucho antes ya existía Mercado Pago y otros jugadores que prestaban buenos servicios. 

La regulación dio un empujón. No es perfecta y hay cosas que ajustar, pero fue prudente, no agobiante. No se estableció un sistema de licencias sino un sistema de registro, más liviano. 

La inscripción no es especialmente difícil: se exige un capital mínimo, la segregación de fondos de los usuarios, obligaciones de información al usuario y reportes al Banco Central mensuales. 

.

El verdadero empujón fue en octubre del mismo año con la normativa de “Transferencias 3.0”. Esa comunicación del Banco Central estableció la interoperabilidad entre CBU y CVU, equiparando el funcionamiento de bancos y fintechs. 

También se estableció la interoperabilidad de los códigos QR. Con esta normativa, todas las billeteras deben poder leer cualquier QR. Ahora cualquier usuario, desde cualquier billetera, puede escanear un QR y pagar.  

También influyó la pandemia. Aumentaron los pagos digitales y el uso del QR como método sin contacto. La gente prefería no usar efectivo y recurría más a las billeteras digitales. En definitiva, fue un cúmulo de variables lo que impulsó este crecimiento.

¿Qué condiciones mínimas deben existir para un impacto real? 

— La regulación puede hacer las dos cosas: puede promover o puede desincentivar. Tiene que ser una regulación adecuada, como ha sido en otros países. No debe ser desproporcionadamente exigente, sino lo suficientemente flexible para que el negocio sea rentable. 

Si es muy exigente, será difícil aplicar o prestar servicios. Y si el resultado es antieconómico, aunque sea fácil registrarse como billetera, no habrá incentivos para ofrecer servicios. Eso mantiene el problema estructural de no tener proveedores de cuentas. 

.

¿Cómo crear un ecosistema favorable sin copiar y pegar el modelo argentino? 

— Es clave hacer un análisis puntual de qué hace falta y por qué no ha prosperado este negocio, y atacar puntualmente esas cuestiones. 

Es fundamental establecer un diálogo público-privado que permita entender las distintas aristas de este fenómeno. Los negocios fintech son complejos. Por eso deben existir mesas de trabajo con la industria, usuarios, sociedad civil y actores tradicionales. 

El análisis costo-beneficio de cada medida tiene que ser quirúrgico. Copiar y pegar modelos ajenos no es bueno. Es incluso peligroso querer imponer un marco jurídico inmenso que pretenda cubrir todo. 

Quizás conviene avanzar paso a paso, destrabando aspectos y midiendo los impactos. Hoy hay buenas referencias en el derecho comparado, como el caso europeo y el sistema PIX en Brasil.

.

¿Cómo visualiza el futuro de las billeteras móviles en la región? 

— En el mundo hay una evolución del sistema financiero en general. Las fintechs no hacen intermediación financiera, por lo tanto, su riesgo y la regulación que se les aplica son distintos. 

A ello se suma, que los bancos están ajustando su operación, vinculándose con fintechs, billeteras y hasta cripto. 

En ese contexto, las billeteras seguirán creciendo en la región y en el mundo. También evolucionarán los servicios que ofrecen, desde préstamos hasta activos digitales. 

La irrupción de las billeteras digitales permitió mayor acceso al crédito y a cuentas de inversión. Personas que antes no calificaban para un préstamo bancario, ahora acceden gracias a las fintechs. 

Hoy, la billetera puede ser un marketplace de servicios financieros. Usuarios que antes no tenían acceso a crédito ni inversión, ahora lo tienen. Esa es la evolución: una integración de servicios, incluso con los bancos. 

Material visual: Víctor Leal

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?