Ricardo Martín de Almagro, Eso no estaba en mi libro de Historia de la Economía
El economista, divulgador y profesor Ricardo Martín del Magro publicó en 2024 un título que parece una broma siendo, en realidad, una declaración de intenciones. Su propósito: devolver humanidad a una disciplina considerada árida, mostrar que tras cada teoría hay un personaje tan extravagante como lúcido, tan humano como los errores que cometió.
No busca enseñar economía “fácil”, sino contar su historia con ritmo y sentido del humor. Hay capítulos que parecen sketches de Monty Python: economistas que se odian con elegancia, teorías que nacen de caprichos, modelos que se hunden por una mala metáfora. Y entre risa y risa, el lector acaba aprendiendo más sobre la evolución del pensamiento económico que en muchos manuales “serios”. Lo académico se convierte en narrativo, lo técnico en anecdótico y lo aburrido en inesperadamente adictivo.
El autor usa la ironía para desnudar los dogmas. Plantea una idea de fondo: la economía no es una ciencia fría, sino una narración colectiva sobre cómo nos entendemos —o no— las personas cuando se trata de dinero, poder y escasez.
Martín del Magro no escribe para especialistas, sino para curiosos. Su mayor virtud es la claridad. No simplifica: traduce. Hace lo que pocos logran en un terreno minado de tecnicismos, siglas y fórmulas. Y lo hace con una voz propia, que recuerda más a un contador de historias que a un conferencista. Disfruta enseñando, le fascina la historia detrás de cada idea, el drama intelectual detrás de cada ecuación.
Eso no estaba en mi libro de Historia de la Economía reivindica que la economía puede ser divertida sin perder rigor, tener alma sin dejar de ser ciencia. Una mirada panorámica que explica por qué pensamos como pensamos. Desde los mercantilistas hasta los keynesianos, desde Smith hasta Friedman, desfilan personajes que dejan de ser bustos en bronce para volverse cómplices de una historia de genialidades, manías y accidentes.
Entender la economía es también comprender nuestras obsesiones, miedos y esperanzas. El lector aprende sin sentir que estudia, y ríe mientras vislumbra cómo el mundo acabó siendo como es.
Ricardo Martín de Almagro, Eso no estaba en mi libro de Historia de la Economía
El economista, divulgador y profesor Ricardo Martín del Magro publicó en 2024 un título que parece una broma siendo, en realidad, una declaración de intenciones. Su propósito: devolver humanidad a una disciplina considerada árida, mostrar que tras cada teoría hay un personaje tan extravagante como lúcido, tan humano como los errores que cometió.
No busca enseñar economía “fácil”, sino contar su historia con ritmo y sentido del humor. Hay capítulos que parecen sketches de Monty Python: economistas que se odian con elegancia, teorías que nacen de caprichos, modelos que se hunden por una mala metáfora. Y entre risa y risa, el lector acaba aprendiendo más sobre la evolución del pensamiento económico que en muchos manuales “serios”. Lo académico se convierte en narrativo, lo técnico en anecdótico y lo aburrido en inesperadamente adictivo.
El autor usa la ironía para desnudar los dogmas. Plantea una idea de fondo: la economía no es una ciencia fría, sino una narración colectiva sobre cómo nos entendemos —o no— las personas cuando se trata de dinero, poder y escasez.
Martín del Magro no escribe para especialistas, sino para curiosos. Su mayor virtud es la claridad. No simplifica: traduce. Hace lo que pocos logran en un terreno minado de tecnicismos, siglas y fórmulas. Y lo hace con una voz propia, que recuerda más a un contador de historias que a un conferencista. Disfruta enseñando, le fascina la historia detrás de cada idea, el drama intelectual detrás de cada ecuación.
Eso no estaba en mi libro de Historia de la Economía reivindica que la economía puede ser divertida sin perder rigor, tener alma sin dejar de ser ciencia. Una mirada panorámica que explica por qué pensamos como pensamos. Desde los mercantilistas hasta los keynesianos, desde Smith hasta Friedman, desfilan personajes que dejan de ser bustos en bronce para volverse cómplices de una historia de genialidades, manías y accidentes.
Entender la economía es también comprender nuestras obsesiones, miedos y esperanzas. El lector aprende sin sentir que estudia, y ríe mientras vislumbra cómo el mundo acabó siendo como es.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: