Con las nuevas políticas impuestas por Donald Trump, la situación de los migrantes guatemaltecos se ha convertido en asunto prioritario. La visita de Marco Rubio dejó un incremento del 40 % en los vuelos de deportados. Guatemala enfrenta el reto de capitalizar el talento de los retornados para impulsar su economía.
En perspectiva. El año pasado, 61 680 personas fueron deportadas desde EE. UU. Un aumento del 12 % en comparación con 2023. Ahora, tras el anuncio del presidente Bernardo Arévalo junto a Rubio, el país se prepara para recibir una cifra récord.
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Si el aumento del 40 % de los vuelos se aplica a la cantidad de retornados en 2024, esto significaría 24 672 adicionales. Es decir, 86 352 anuales. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor debido al acuerdo de recibir nacionales y extranjeros.
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Según Alfredo Danilo Rivera, director del Instituto Guatemalteco de Migración, entre el 1 y el 24 de enero se recibieron 3297 deportados. Un 87 %, proveniente de EE. UU.
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Muchos poseen habilidades en construcción, inglés y agricultura. Por esto, el sector privado busca colaborar con el gobierno para integrarlos a la economía formal y aprovechar sus capacidades.
Visto y no visto. El Ejecutivo anunció un plan en tres fases para la atención de los retornados que prioriza derechos, recepción y reinserción. Aunque las medidas buscan brindar apoyo integral, su éxito depende de la generación de oportunidades para lograr el “sueño chapín”.
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La primera fase prioriza la comunicación mediante la red consular; incluye asesoramiento y contingencia. No obstante, persisten desafíos en la cobertura y alcance de estos servicios en zonas de difícil acceso.
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En la segunda, se promete una recepción humanitaria con atención médica, apoyo psicológico y kits básicos. Además, se planea un registro para identificar necesidades.
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Por último, se promete la reinserción con programas de empleo, vivienda y salud. Hasta ahora solo han recibido alojamiento temporal, alimentación, kits de higiene y acceso a duchas, así como atención médica y psicosocial. El acceso real a oportunidades sigue siendo incierto.
En el radar. El país podría impulsar su economía generando las condiciones para insertar laboral y económicamente a los retornados. Industrias beneficiadas: construcción, agro, minería, contact centers y BPO, entre otras.
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La construcción necesita mano de obra, pero esta ha emigrado. José Ardón, de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, señala que están dispuestos a trabajar con el Gobierno para certificar migrantes identificando qué herramientas y cualidades poseen para insertarse.
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La industria minera propone aprovechar su potencial. Estimaciones indican que podría crear a corto plazo unos 4000 empleos directos y 15 000 indirectos. Esta llegó a representar un 1.3 % del PIB en 2013, de acuerdo con datos de la GRENAT.
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La pericia de quienes retornen podría capitalizarse en nuevos empleos. Certeza jurídica y políticas de estado que estimulen la creación de trabajo formal son fundamentales.
Sí, pero. Aunque hay planes para aprovechar las habilidades de los deportados, persisten obstáculos para alcanzar las metas establecidas. El objetivo es desincentivar la vuelta a EE. UU. y evitar nuevos desplazamientos en busca del sueño americano.
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Invertir en infraestructura básica y servicios de salud y educación es crucial. Desde mejorar carreteras y transporte público hasta ampliar el acceso a servicios básicos. Esto mejora la calidad de vida y convierte al país en un lugar más atractivo para trabajar.
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Para contrarrestar el veneno de la corrupción es imprescindible fortalecer transparencia y rendición de cuentas. Esto promoverá el empleo justo y disuadirá la búsqueda de mejores condiciones en el extranjero.
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La delincuencia limita la integración a la economía formal. Es esencial fortalecer las estrategias de seguridad para reducir la migración. Esto no solo significa buscar oportunidades no solo económicas, también un entorno más seguro.
Balance. La visita del secretario Rubio abre la oportunidad de transformar el retorno de migrantes en un impulso al desarrollo. Diferentes sectores buscan aprovechar el talento. El plan gubernamental de apoyo deberá incorporar políticas efectivas. Si lo hace, promete logros.
Con las nuevas políticas impuestas por Donald Trump, la situación de los migrantes guatemaltecos se ha convertido en asunto prioritario. La visita de Marco Rubio dejó un incremento del 40 % en los vuelos de deportados. Guatemala enfrenta el reto de capitalizar el talento de los retornados para impulsar su economía.
En perspectiva. El año pasado, 61 680 personas fueron deportadas desde EE. UU. Un aumento del 12 % en comparación con 2023. Ahora, tras el anuncio del presidente Bernardo Arévalo junto a Rubio, el país se prepara para recibir una cifra récord.
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Si el aumento del 40 % de los vuelos se aplica a la cantidad de retornados en 2024, esto significaría 24 672 adicionales. Es decir, 86 352 anuales. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor debido al acuerdo de recibir nacionales y extranjeros.
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Según Alfredo Danilo Rivera, director del Instituto Guatemalteco de Migración, entre el 1 y el 24 de enero se recibieron 3297 deportados. Un 87 %, proveniente de EE. UU.
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Muchos poseen habilidades en construcción, inglés y agricultura. Por esto, el sector privado busca colaborar con el gobierno para integrarlos a la economía formal y aprovechar sus capacidades.
Visto y no visto. El Ejecutivo anunció un plan en tres fases para la atención de los retornados que prioriza derechos, recepción y reinserción. Aunque las medidas buscan brindar apoyo integral, su éxito depende de la generación de oportunidades para lograr el “sueño chapín”.
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La primera fase prioriza la comunicación mediante la red consular; incluye asesoramiento y contingencia. No obstante, persisten desafíos en la cobertura y alcance de estos servicios en zonas de difícil acceso.
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En la segunda, se promete una recepción humanitaria con atención médica, apoyo psicológico y kits básicos. Además, se planea un registro para identificar necesidades.
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Por último, se promete la reinserción con programas de empleo, vivienda y salud. Hasta ahora solo han recibido alojamiento temporal, alimentación, kits de higiene y acceso a duchas, así como atención médica y psicosocial. El acceso real a oportunidades sigue siendo incierto.
En el radar. El país podría impulsar su economía generando las condiciones para insertar laboral y económicamente a los retornados. Industrias beneficiadas: construcción, agro, minería, contact centers y BPO, entre otras.
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La construcción necesita mano de obra, pero esta ha emigrado. José Ardón, de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, señala que están dispuestos a trabajar con el Gobierno para certificar migrantes identificando qué herramientas y cualidades poseen para insertarse.
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La industria minera propone aprovechar su potencial. Estimaciones indican que podría crear a corto plazo unos 4000 empleos directos y 15 000 indirectos. Esta llegó a representar un 1.3 % del PIB en 2013, de acuerdo con datos de la GRENAT.
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La pericia de quienes retornen podría capitalizarse en nuevos empleos. Certeza jurídica y políticas de estado que estimulen la creación de trabajo formal son fundamentales.
Sí, pero. Aunque hay planes para aprovechar las habilidades de los deportados, persisten obstáculos para alcanzar las metas establecidas. El objetivo es desincentivar la vuelta a EE. UU. y evitar nuevos desplazamientos en busca del sueño americano.
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Invertir en infraestructura básica y servicios de salud y educación es crucial. Desde mejorar carreteras y transporte público hasta ampliar el acceso a servicios básicos. Esto mejora la calidad de vida y convierte al país en un lugar más atractivo para trabajar.
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Para contrarrestar el veneno de la corrupción es imprescindible fortalecer transparencia y rendición de cuentas. Esto promoverá el empleo justo y disuadirá la búsqueda de mejores condiciones en el extranjero.
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La delincuencia limita la integración a la economía formal. Es esencial fortalecer las estrategias de seguridad para reducir la migración. Esto no solo significa buscar oportunidades no solo económicas, también un entorno más seguro.
Balance. La visita del secretario Rubio abre la oportunidad de transformar el retorno de migrantes en un impulso al desarrollo. Diferentes sectores buscan aprovechar el talento. El plan gubernamental de apoyo deberá incorporar políticas efectivas. Si lo hace, promete logros.