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Remesas, un aporte que debe revalorarse

Arte: Gab@.
María José Aresti
17 de septiembre, 2024

Las remesas siguen muy presentes y constituyen oxígeno para la economía guatemalteca. Según el BANGUAT, al cierre de agosto se percibieron más de USD 2 000M, una cifra que continúa en ascenso mensual. El año se podría cerrar por encima de los USD 20 000M. Con todo, detrás de esos números está el reto de hacer que las divisas se reflejen en la economía.

En perspectiva. Un reciente estudio de la OIM determinó que gran parte de las remesas que envían los migrantes a sus países de origen se gastan principalmente en bienes de consumo (43.8 %). Solo una pequeña proporción se destina a inversión o ahorro (23.2).

  • Para Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, “es bastante predecible” que la mayoría de ellas se destine a consumo. Lo que están haciendo las personas es satisfacer las necesidades básicas: alimentos, vivienda y transporte.

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  • Los receptores únicamente destinan un 4.4 % al rubro de inversión. En ese contexto, los datos detallan que un 3.3 es para el impulso de algún negocio.

  • Las inversiones en negocios realizados con recursos provenientes de las remesas tienen una finalidad primordial: incremento de ingresos. “Una idea es que las personas logren ver más allá de las necesidades actuales y utilizar ese dinero para multiplicarlo”, señala Boteo.

Entre líneas. Los flujos de remesas podrían ayudar a financiar actividades productivas en los lugares de origen de los migrantes. Un ejemplo son los emprendimientos. En la actualidad, ocupan el segundo lugar a nivel mundial.

  • David Casasola, director de investigación de Global Entrepreneurship Monitor Guatemala, explica que el 20.2 % de los emprendimientos está financiado con dinero obtenido de familiares en el extranjero.

  • La tendencia del uso de divisas en este tipo de negocio se ha incrementado. En 2021, se utilizó un 15.2 %; cuatro años después el porcentaje ha aumentado cinco dígitos. Una clara tendencia al alza como indica el experto.

  • “Es crucial tener emprendimientos que muestren a los migrantes que lo que envían no solo se consume, sino que realmente se invierte”, explica.

Datos. Retomando el análisis de la OIM, se identificó que el 9 % de los receptores de remesas manifestó tener un negocio. De ellos, el 2 % expresó que el capital provenía única y exclusivamente de estas.

  • La existencia de un sistema financiero que impulse este tipo de actividad resulta clave para lograr un efecto más contundente.

  • Si bien influyen en la economía, estas inversiones apenas crean oportunidades laborales. La razón es que son los mismos receptores quienes atienden los pequeños negocios. En algunos casos cuentan con el apoyo de familiares no remunerados.

  • En un desglose de sectores el 27 % son abarroterías; ventas de ropa (9.1); comedores y restaurantes (5.4); tortillerías (4). Un 54.5 corresponde a servicios (reparaciones de celulares, ferreterías, talleres, venta de productos agrícolas, entre otros).

Sí, pero. Cambiar el panorama no es tarea sencilla. “La gente quiere resolver, por eso los temas de vivienda, salud y educación se caracterizan como urgentes para quienes reciben divisas”, explica Boteo.

  • A esto se suma la falta de institucionalización de canales productivos. “Eso da certeza sobre el uso de la remesa. Un ejemplo son las comercializadoras que conectan recepción con venta de aparatos. Esa lógica no se ha extendido. Sería valioso verlo con inversiones”, asegura Casasola.

  • Boteo reconoce que el acceso a servicios financieros ha avanzado. Los bancos no solo reciben las remesas, sino que ofrecen aperturas de cuentas. “Esto en el futuro puede ser útil como capital para cierto negocio”.

  • Finalmente, hay que considerar el posible incremento de medidas migratorias, y una reducción de afluencia y dinamismo en los próximos años. “Es importante canalizarlas hacia actividades que generen y produzcan. No tanto en el consumo, porque los ingresos a nivel nacional podrían disminuir en unos años”, agrega Casasola.

En conclusión. Las remesas cumplen un rol esencial para cubrir necesidades básicas. Sin embargo, su uso para inversiones productivas sigue siendo limitado. El desafío radica en mantener el creciente uso de financiamiento para nuevos negocios. Estos deben incentivar el desarrollo económico y transformar el flujo en oportunidades de crecimiento sostenible.

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Remesas, un aporte que debe revalorarse

Arte: Gab@.
María José Aresti
17 de septiembre, 2024

Las remesas siguen muy presentes y constituyen oxígeno para la economía guatemalteca. Según el BANGUAT, al cierre de agosto se percibieron más de USD 2 000M, una cifra que continúa en ascenso mensual. El año se podría cerrar por encima de los USD 20 000M. Con todo, detrás de esos números está el reto de hacer que las divisas se reflejen en la economía.

En perspectiva. Un reciente estudio de la OIM determinó que gran parte de las remesas que envían los migrantes a sus países de origen se gastan principalmente en bienes de consumo (43.8 %). Solo una pequeña proporción se destina a inversión o ahorro (23.2).

  • Para Paul Boteo, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Desarrollo, “es bastante predecible” que la mayoría de ellas se destine a consumo. Lo que están haciendo las personas es satisfacer las necesidades básicas: alimentos, vivienda y transporte.

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  • Los receptores únicamente destinan un 4.4 % al rubro de inversión. En ese contexto, los datos detallan que un 3.3 es para el impulso de algún negocio.

  • Las inversiones en negocios realizados con recursos provenientes de las remesas tienen una finalidad primordial: incremento de ingresos. “Una idea es que las personas logren ver más allá de las necesidades actuales y utilizar ese dinero para multiplicarlo”, señala Boteo.

Entre líneas. Los flujos de remesas podrían ayudar a financiar actividades productivas en los lugares de origen de los migrantes. Un ejemplo son los emprendimientos. En la actualidad, ocupan el segundo lugar a nivel mundial.

  • David Casasola, director de investigación de Global Entrepreneurship Monitor Guatemala, explica que el 20.2 % de los emprendimientos está financiado con dinero obtenido de familiares en el extranjero.

  • La tendencia del uso de divisas en este tipo de negocio se ha incrementado. En 2021, se utilizó un 15.2 %; cuatro años después el porcentaje ha aumentado cinco dígitos. Una clara tendencia al alza como indica el experto.

  • “Es crucial tener emprendimientos que muestren a los migrantes que lo que envían no solo se consume, sino que realmente se invierte”, explica.

Datos. Retomando el análisis de la OIM, se identificó que el 9 % de los receptores de remesas manifestó tener un negocio. De ellos, el 2 % expresó que el capital provenía única y exclusivamente de estas.

  • La existencia de un sistema financiero que impulse este tipo de actividad resulta clave para lograr un efecto más contundente.

  • Si bien influyen en la economía, estas inversiones apenas crean oportunidades laborales. La razón es que son los mismos receptores quienes atienden los pequeños negocios. En algunos casos cuentan con el apoyo de familiares no remunerados.

  • En un desglose de sectores el 27 % son abarroterías; ventas de ropa (9.1); comedores y restaurantes (5.4); tortillerías (4). Un 54.5 corresponde a servicios (reparaciones de celulares, ferreterías, talleres, venta de productos agrícolas, entre otros).

Sí, pero. Cambiar el panorama no es tarea sencilla. “La gente quiere resolver, por eso los temas de vivienda, salud y educación se caracterizan como urgentes para quienes reciben divisas”, explica Boteo.

  • A esto se suma la falta de institucionalización de canales productivos. “Eso da certeza sobre el uso de la remesa. Un ejemplo son las comercializadoras que conectan recepción con venta de aparatos. Esa lógica no se ha extendido. Sería valioso verlo con inversiones”, asegura Casasola.

  • Boteo reconoce que el acceso a servicios financieros ha avanzado. Los bancos no solo reciben las remesas, sino que ofrecen aperturas de cuentas. “Esto en el futuro puede ser útil como capital para cierto negocio”.

  • Finalmente, hay que considerar el posible incremento de medidas migratorias, y una reducción de afluencia y dinamismo en los próximos años. “Es importante canalizarlas hacia actividades que generen y produzcan. No tanto en el consumo, porque los ingresos a nivel nacional podrían disminuir en unos años”, agrega Casasola.

En conclusión. Las remesas cumplen un rol esencial para cubrir necesidades básicas. Sin embargo, su uso para inversiones productivas sigue siendo limitado. El desafío radica en mantener el creciente uso de financiamiento para nuevos negocios. Estos deben incentivar el desarrollo económico y transformar el flujo en oportunidades de crecimiento sostenible.

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