Las preocupaciones macroeconómicas dominaron el panorama entre los consumidores guatemaltecos durante el segundo trimestre de 2024. El reciente estudio “Consumer Pulse”, elaborado por TransUnion, exploró cómo cambiaron las finanzas personales y qué expectativas hay de cara al futuro.
En perspectiva. Si bien existe un sentimiento de optimismo con respecto a las finanzas familiares hacia el futuro, los guatemaltecos se muestran prudentes ante los posibles retos para cumplir con sus compromisos actuales.
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La inflación continuó disminuyendo en 2024. Sin embargo, la tasa de política monetaria se mantiene alta. Esta dinámica retiene a la población en cautela.
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Las tres principales preocupaciones financieras son: inflación, empleo y precios de la vivienda. Estas tienen un impacto en las finanzas personales.
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En el segundo trimestre, más de la mitad (51 %) de los encuestados indicó haber reducido su gasto discrecional, tales como salidas a cenar, viajes y entretenimiento.
En el radar. En línea con estas inquietudes por las dinámicas macroeconómicas, existe angustia por la capacidad para cumplir con sus responsabilidades financieras.
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Un 43 % reconoció que esperaba tener problemas para pagar al menos una de sus obligaciones actuales en su totalidad. Este dato representa un aumento de cuatro puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre del año (39).
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Entre aquellos que tienen esta duda, un tercio (33 %) planea utilizar sus ahorros para poder hacerlo, en tanto que, un 24 pagará un monto parcial.
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Además, más de 4 de cada 10 personas señalaron que considerarían aceptar un trabajo temporal para ayudar a cubrir sus deudas. Esta práctica tiene mayor incidencia en las generaciones X (56 %) y Z (45).
Visto y no visto. El acceso a crédito es una oportunidad que se presenta para alcanzar objetivos e inclusión financiera. En cuanto a las actitudes y planes para participar en la economía crediticia, solo algo más de un tercio (34 %) creía tener acceso suficiente.
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Un 43 % indicó que planea solicitar nuevo crédito o refinanciar uno existente en 2025. Los productos más solicitados son préstamos personales, refinanciados de uno existente y nuevas tarjetas de crédito.
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Casi la mitad (49 %) dijo haber considerado solicitar un nuevo crédito o refinanciar uno existente. Pero decidieron no hacerlo. Las principales razones: preocupación por los altos costos y el temor a que las solicitudes fueran rechazadas debido al nivel de ingresos o situación de empleo.
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A este escenario, se suman las altas tasas de interés que desempeñan un papel significativo en su decisión de solicitar crédito en los 12 meses próximos.
Datos clave. Durante el segundo trimestre, el 78 % creía que monitorear sus informes de crédito era al menos “moderadamente importante” de manera mensual. El resto no lo hacía en absoluto.
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Entre los motivos más comunes están: protegerse contra el fraude (42 %), intentar mejorar su puntuación crediticia (35), conocer ofertas de crédito para calificar (27) y anticiparse a nuevos productos (15).
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Más de la mitad cree que su puntaje de crédito aumentaría si las empresas utilizaran información que no figura en un informe crediticio estándar. Ejemplos son pagos de alquileres, cuotas de gimnasio, entre otros.
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En cuanto al comportamiento, un 28 % de los encuestados apuntó que había pagado su deuda más rápido en los últimos tres meses (seis puntos porcentuales más que en el primer trimestre 2024).
En conclusión. Conocer las perspectivas de los consumidores permite a las entidades financieras comprender mejor sus comportamientos. La intranquilidad por las dinámicas macroeconómicas persiste, lo que se traduce en una mayor ansiedad por la capacidad de pago en obligaciones. De ahí resurge una oportunidad para las entidades de mejora para una inclusión.
Las preocupaciones macroeconómicas dominaron el panorama entre los consumidores guatemaltecos durante el segundo trimestre de 2024. El reciente estudio “Consumer Pulse”, elaborado por TransUnion, exploró cómo cambiaron las finanzas personales y qué expectativas hay de cara al futuro.
En perspectiva. Si bien existe un sentimiento de optimismo con respecto a las finanzas familiares hacia el futuro, los guatemaltecos se muestran prudentes ante los posibles retos para cumplir con sus compromisos actuales.
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La inflación continuó disminuyendo en 2024. Sin embargo, la tasa de política monetaria se mantiene alta. Esta dinámica retiene a la población en cautela.
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En el segundo trimestre, más de la mitad (51 %) de los encuestados indicó haber reducido su gasto discrecional, tales como salidas a cenar, viajes y entretenimiento.
En el radar. En línea con estas inquietudes por las dinámicas macroeconómicas, existe angustia por la capacidad para cumplir con sus responsabilidades financieras.
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Un 43 % reconoció que esperaba tener problemas para pagar al menos una de sus obligaciones actuales en su totalidad. Este dato representa un aumento de cuatro puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre del año (39).
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Entre aquellos que tienen esta duda, un tercio (33 %) planea utilizar sus ahorros para poder hacerlo, en tanto que, un 24 pagará un monto parcial.
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Además, más de 4 de cada 10 personas señalaron que considerarían aceptar un trabajo temporal para ayudar a cubrir sus deudas. Esta práctica tiene mayor incidencia en las generaciones X (56 %) y Z (45).
Visto y no visto. El acceso a crédito es una oportunidad que se presenta para alcanzar objetivos e inclusión financiera. En cuanto a las actitudes y planes para participar en la economía crediticia, solo algo más de un tercio (34 %) creía tener acceso suficiente.
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Un 43 % indicó que planea solicitar nuevo crédito o refinanciar uno existente en 2025. Los productos más solicitados son préstamos personales, refinanciados de uno existente y nuevas tarjetas de crédito.
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Casi la mitad (49 %) dijo haber considerado solicitar un nuevo crédito o refinanciar uno existente. Pero decidieron no hacerlo. Las principales razones: preocupación por los altos costos y el temor a que las solicitudes fueran rechazadas debido al nivel de ingresos o situación de empleo.
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A este escenario, se suman las altas tasas de interés que desempeñan un papel significativo en su decisión de solicitar crédito en los 12 meses próximos.
Datos clave. Durante el segundo trimestre, el 78 % creía que monitorear sus informes de crédito era al menos “moderadamente importante” de manera mensual. El resto no lo hacía en absoluto.
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Entre los motivos más comunes están: protegerse contra el fraude (42 %), intentar mejorar su puntuación crediticia (35), conocer ofertas de crédito para calificar (27) y anticiparse a nuevos productos (15).
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Más de la mitad cree que su puntaje de crédito aumentaría si las empresas utilizaran información que no figura en un informe crediticio estándar. Ejemplos son pagos de alquileres, cuotas de gimnasio, entre otros.
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En cuanto al comportamiento, un 28 % de los encuestados apuntó que había pagado su deuda más rápido en los últimos tres meses (seis puntos porcentuales más que en el primer trimestre 2024).
En conclusión. Conocer las perspectivas de los consumidores permite a las entidades financieras comprender mejor sus comportamientos. La intranquilidad por las dinámicas macroeconómicas persiste, lo que se traduce en una mayor ansiedad por la capacidad de pago en obligaciones. De ahí resurge una oportunidad para las entidades de mejora para una inclusión.