El jueves y viernes pasados se reunieron en la capital mexicana los representantes de once países latinoamericanos (incluidos los del Triángulo Norte).
Objetivo: analizar el desafío de la cuestión migratoria. Examinar medidas conjuntas cobra relevancia ante la amenaza de deportaciones masivas de EE. UU. por la nueva administración.
La estrategia presenta diferentes aspectos. Coordinar acciones con el fin de proteger los DD HH, prevenir abusos y malos tratos y reforzar la cooperación internacional. Combatir el tráfico de personas, atender regionalmente las causas del fenómeno y resolverlo desde el lado humanitario. Destaca el llamamiento a Donald Trump para no criminalizar la migración.
México ofreció asesoría para ampliar programas existentes y brindar apoyo financiero a través de la Agencia Mexicana para la Cooperación y Desarrollo.
En especial, los cancilleres centroamericanos deben llegar a acuerdos y estar preparados para confrontar las políticas de Trump.
El caso de Guatemala reviste excepcional gravedad. Unos 3.2M de guatemaltecos residen en EE. UU. Esto equivale a un 18 % de su población. Cuatro de cada 10 son operarios, artesanos y mecánicos. Dos trabajan en servicios y ventas. Dos son trabajadores no calificados y uno agricultor. Profesionales, científicos y académicos apenas representan 0.6 % según el BANGUAT y la OIM.
Es el segundo país latinoamericano con mayores ingresos por remesas (tras México). En 2024 recibió USD 21 510M por este rubro. Un incremento del 8.6 % con respecto a 2023. Pese a ser precisamente la pobreza la que provocó la mayoría de las salidas, es este flujo el que sostiene el sector externo de la economía. Al mismo tiempo, mantiene estable el tipo de cambio (un promedio de GTQ 7.5 por cada USD) y determina los precios de los productos importados.
El 70 % de las remesas que llegan a Guatemala proceden de California, Nueva York, Florida y Texas, según la OIM.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Índice de Actividad Migratoria de Guatemala (IAMG) revelan que las remesas las envían migrantes que salieron de departamentos como Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango, Chiquimula y Jutiapa. Huehuetenango tiene el tercer mayor índice de pobreza, con 81.2 %. Entre los 50 municipios en todo el país con mayor IAMG, 17 son de ese departamento.
Casi un tercio de la población beneficiada por las remesas trabaja en la agricultura. Una cuarta parte en comercio, restaurantes y hoteles. Como informa la OIM, seis de cada USD 10 recibidos cubren gastos de consumo y sólo tres van a inversión y ahorro.
En 2024, el país cerró con un total de 61 680 expulsados de EE. UU. Un récord que superó los 55 302 de 2023.
Además de la deportación masiva de migrantes indocumentados, Trump amenazó con agregar impuestos para las remesas. Incluso retirar la nacionalidad a los hijos de indocumentados nacidos en EE. UU. aunque esto no sería posible sin cambiar la Constitución.
¿Qué sucederá cuando falte ese dinero con que se apoyó a más de 6M de hogares? La economía nacional sufrirá. En cuanto a los retornados no hay programas de reinserción laboral lo que aumentará el desempleo. Expertos recomiendan un ajuste presupuestario para tener un fondo específico que atienda esas necesidades.
El presidente Bernardo Arévalo descartó que haya una propuesta para que su país se convierta en destino de recepción de migrantes de otras naciones. Por otro lado, había mencionado en 2024 que Guatemala tenía que crear condiciones económicas para frenar las causas que obligan a migrar hacia EE. UU. Sobre todo, trabajar en infraestructura para mejorar las regiones abandonadas. Advirtió que para ello necesita ayuda de los países socios.
Es primordial intensificar la cooperación bilateral con México y el esfuerzo integrador centroamericano.
El jueves y viernes pasados se reunieron en la capital mexicana los representantes de once países latinoamericanos (incluidos los del Triángulo Norte).
Objetivo: analizar el desafío de la cuestión migratoria. Examinar medidas conjuntas cobra relevancia ante la amenaza de deportaciones masivas de EE. UU. por la nueva administración.
La estrategia presenta diferentes aspectos. Coordinar acciones con el fin de proteger los DD HH, prevenir abusos y malos tratos y reforzar la cooperación internacional. Combatir el tráfico de personas, atender regionalmente las causas del fenómeno y resolverlo desde el lado humanitario. Destaca el llamamiento a Donald Trump para no criminalizar la migración.
México ofreció asesoría para ampliar programas existentes y brindar apoyo financiero a través de la Agencia Mexicana para la Cooperación y Desarrollo.
En especial, los cancilleres centroamericanos deben llegar a acuerdos y estar preparados para confrontar las políticas de Trump.
El caso de Guatemala reviste excepcional gravedad. Unos 3.2M de guatemaltecos residen en EE. UU. Esto equivale a un 18 % de su población. Cuatro de cada 10 son operarios, artesanos y mecánicos. Dos trabajan en servicios y ventas. Dos son trabajadores no calificados y uno agricultor. Profesionales, científicos y académicos apenas representan 0.6 % según el BANGUAT y la OIM.
Es el segundo país latinoamericano con mayores ingresos por remesas (tras México). En 2024 recibió USD 21 510M por este rubro. Un incremento del 8.6 % con respecto a 2023. Pese a ser precisamente la pobreza la que provocó la mayoría de las salidas, es este flujo el que sostiene el sector externo de la economía. Al mismo tiempo, mantiene estable el tipo de cambio (un promedio de GTQ 7.5 por cada USD) y determina los precios de los productos importados.
El 70 % de las remesas que llegan a Guatemala proceden de California, Nueva York, Florida y Texas, según la OIM.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Índice de Actividad Migratoria de Guatemala (IAMG) revelan que las remesas las envían migrantes que salieron de departamentos como Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango, Chiquimula y Jutiapa. Huehuetenango tiene el tercer mayor índice de pobreza, con 81.2 %. Entre los 50 municipios en todo el país con mayor IAMG, 17 son de ese departamento.
Casi un tercio de la población beneficiada por las remesas trabaja en la agricultura. Una cuarta parte en comercio, restaurantes y hoteles. Como informa la OIM, seis de cada USD 10 recibidos cubren gastos de consumo y sólo tres van a inversión y ahorro.
En 2024, el país cerró con un total de 61 680 expulsados de EE. UU. Un récord que superó los 55 302 de 2023.
Además de la deportación masiva de migrantes indocumentados, Trump amenazó con agregar impuestos para las remesas. Incluso retirar la nacionalidad a los hijos de indocumentados nacidos en EE. UU. aunque esto no sería posible sin cambiar la Constitución.
¿Qué sucederá cuando falte ese dinero con que se apoyó a más de 6M de hogares? La economía nacional sufrirá. En cuanto a los retornados no hay programas de reinserción laboral lo que aumentará el desempleo. Expertos recomiendan un ajuste presupuestario para tener un fondo específico que atienda esas necesidades.
El presidente Bernardo Arévalo descartó que haya una propuesta para que su país se convierta en destino de recepción de migrantes de otras naciones. Por otro lado, había mencionado en 2024 que Guatemala tenía que crear condiciones económicas para frenar las causas que obligan a migrar hacia EE. UU. Sobre todo, trabajar en infraestructura para mejorar las regiones abandonadas. Advirtió que para ello necesita ayuda de los países socios.
Es primordial intensificar la cooperación bilateral con México y el esfuerzo integrador centroamericano.