Guatemala cerró septiembre con un incremento del 7.4 % en divisas por exportación, según el BANGUAT. El dinamismo de productos tradicionales y no tradicionales muestra resiliencia empresarial, pero revela brechas estructurales que aún limitan el potencial exportador. Se abre nuevas oportunidades para inversión, diversificación y sofisticación productiva.
Por qué importa. El dinamismo exportador confirma que la economía guatemalteca depende de un sector productivo que sigue creciendo pese a presiones externas. Para la alta empresa, esta tendencia abre espacio para ampliar capacidad instalada, atraer inversión y fortalecer cadenas de valor en un contexto de demanda internacional aún activa.
-
El café y el azúcar crecieron de forma excepcional, confirmando que la competitividad agrícola aún sostiene gran parte del ingreso nacional. Aída Fernández, directora de Crecimiento del Sector Exportador de AGEXPORT, afirmó que este repunte manifiesta “un desarrollo muy importante de los productos tradicionales”.
SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA -
El sector manufacturas consolidó su expansión. Ello evidencia un salto hacia productos con mayor valor agregado y mejor posicionados en mercados regionales y globales.
-
Aunque Centroamérica aún absorbe el 36 % de las ventas, su volatilidad económica obliga a las empresas a acelerar la diversificación geográfica.
Lo indispensable. Los USD 11 842M exportados en nueve meses reflejan mayores ventas y la capacidad del sector privado para operar pese a costos crecientes, fluctuaciones logísticas y mercados más exigentes.
-
La resiliencia agrícola y manufacturera fue clave. El agro creció 4 % y las manufacturas 5. Se demuestra así una base productiva amplia y con capacidad de respuesta rápida a la demanda internacional.
-
Las empresas invierten en certificaciones, calidad y escalabilidad, elevando su competitividad en un entorno donde el cumplimiento técnico es fundamental. “La mejora exportadora también responde a innovaciones en productos y procesos de calidad”, señala Fernández.
-
La dependencia de productos tradicionales sigue siendo un pilar. Sin embargo, el país avanza hacia exportaciones no tradicionales que fortalecen la diversificación y reducen vulnerabilidades ante ciclos internacionales.
Datos clave. Las cifras muestran un panorama sólido, si bien exigen análisis profundo para anticipar cuellos de botella que podrían limitar el crecimiento hacia 2026.
-
Centroamérica absorbió USD 4250M; EE. UU., 3640M; y Europa, 926M lo que confirma la necesidad de ampliar destinos estratégicos.
-
El café generó 1200M, vestuario 1174, azúcar 777 y banano 768. Se consolida así un núcleo exportador que aporta estabilidad macroeconómica.
-
Las oportunidades de IED se vuelven más relevantes. Fernández destacó que mercados del Caribe y Norteamérica representan grandes oportunidades para productos diversificados y encadenamientos regionales.
Punto de fricción. El crecimiento también refleja las tensiones estructurales que enfrentan los exportadores, especialmente en infraestructura y facilitación comercial.
-
Red vial e infraestructura portuaria siguen limitando velocidad y previsibilidad logística. Esto afecta costos y tiempos.
-
Persisten trámites aduaneros y sanitarios lentos, que restan competitividad. Según Fernández, la expansión exportadora hace más visibles las limitaciones en eficiencia portuaria y procesos aduaneros.
-
Energía eléctrica, tipo de cambio y costos de insumos se perfilan como riesgos relevantes. En particular, si no se modernizan los sistemas de despacho y transporte.
El otro lado. Junto al positivo dinamismo, perduran la concentración geográfica y la falta de infraestructura moderna. Son inhibidores de la capacidad para competir con economías más integradas en cadenas globales.
-
La diversificación hacia el Caribe, Canadá, Chile y Asia reduciría la vulnerabilidad y estabilizar ingresos ante ciclos externos.
-
La sofisticación productiva ha de avanzar más y mejor. Se requieren políticas claras de facilitación comercial que no incrementen el intervencionismo estatal.
-
La coordinación público-privada es clave para convertir el crecimiento actual en una plataforma de inversión de largo plazo. Fernández enfatizó que esta agenda debe incluir “inteligencia de mercados y misiones comerciales”.
Lo que sigue. Guatemala consolidará un ciclo exportador sostenido si invierte en infraestructura, agiliza regulaciones y aprovecha el nearshoring para atraer capital y tecnología. Para la alta empresa, el objetivo es convertir este crecimiento en expansión productiva, diversificación inteligente y mayor sofisticación industrial.
Guatemala cerró septiembre con un incremento del 7.4 % en divisas por exportación, según el BANGUAT. El dinamismo de productos tradicionales y no tradicionales muestra resiliencia empresarial, pero revela brechas estructurales que aún limitan el potencial exportador. Se abre nuevas oportunidades para inversión, diversificación y sofisticación productiva.
Por qué importa. El dinamismo exportador confirma que la economía guatemalteca depende de un sector productivo que sigue creciendo pese a presiones externas. Para la alta empresa, esta tendencia abre espacio para ampliar capacidad instalada, atraer inversión y fortalecer cadenas de valor en un contexto de demanda internacional aún activa.
-
El café y el azúcar crecieron de forma excepcional, confirmando que la competitividad agrícola aún sostiene gran parte del ingreso nacional. Aída Fernández, directora de Crecimiento del Sector Exportador de AGEXPORT, afirmó que este repunte manifiesta “un desarrollo muy importante de los productos tradicionales”.
SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA -
El sector manufacturas consolidó su expansión. Ello evidencia un salto hacia productos con mayor valor agregado y mejor posicionados en mercados regionales y globales.
-
Aunque Centroamérica aún absorbe el 36 % de las ventas, su volatilidad económica obliga a las empresas a acelerar la diversificación geográfica.
Lo indispensable. Los USD 11 842M exportados en nueve meses reflejan mayores ventas y la capacidad del sector privado para operar pese a costos crecientes, fluctuaciones logísticas y mercados más exigentes.
-
La resiliencia agrícola y manufacturera fue clave. El agro creció 4 % y las manufacturas 5. Se demuestra así una base productiva amplia y con capacidad de respuesta rápida a la demanda internacional.
-
Las empresas invierten en certificaciones, calidad y escalabilidad, elevando su competitividad en un entorno donde el cumplimiento técnico es fundamental. “La mejora exportadora también responde a innovaciones en productos y procesos de calidad”, señala Fernández.
-
La dependencia de productos tradicionales sigue siendo un pilar. Sin embargo, el país avanza hacia exportaciones no tradicionales que fortalecen la diversificación y reducen vulnerabilidades ante ciclos internacionales.
Datos clave. Las cifras muestran un panorama sólido, si bien exigen análisis profundo para anticipar cuellos de botella que podrían limitar el crecimiento hacia 2026.
-
Centroamérica absorbió USD 4250M; EE. UU., 3640M; y Europa, 926M lo que confirma la necesidad de ampliar destinos estratégicos.
-
El café generó 1200M, vestuario 1174, azúcar 777 y banano 768. Se consolida así un núcleo exportador que aporta estabilidad macroeconómica.
-
Las oportunidades de IED se vuelven más relevantes. Fernández destacó que mercados del Caribe y Norteamérica representan grandes oportunidades para productos diversificados y encadenamientos regionales.
Punto de fricción. El crecimiento también refleja las tensiones estructurales que enfrentan los exportadores, especialmente en infraestructura y facilitación comercial.
-
Red vial e infraestructura portuaria siguen limitando velocidad y previsibilidad logística. Esto afecta costos y tiempos.
-
Persisten trámites aduaneros y sanitarios lentos, que restan competitividad. Según Fernández, la expansión exportadora hace más visibles las limitaciones en eficiencia portuaria y procesos aduaneros.
-
Energía eléctrica, tipo de cambio y costos de insumos se perfilan como riesgos relevantes. En particular, si no se modernizan los sistemas de despacho y transporte.
El otro lado. Junto al positivo dinamismo, perduran la concentración geográfica y la falta de infraestructura moderna. Son inhibidores de la capacidad para competir con economías más integradas en cadenas globales.
-
La diversificación hacia el Caribe, Canadá, Chile y Asia reduciría la vulnerabilidad y estabilizar ingresos ante ciclos externos.
-
La sofisticación productiva ha de avanzar más y mejor. Se requieren políticas claras de facilitación comercial que no incrementen el intervencionismo estatal.
-
La coordinación público-privada es clave para convertir el crecimiento actual en una plataforma de inversión de largo plazo. Fernández enfatizó que esta agenda debe incluir “inteligencia de mercados y misiones comerciales”.
Lo que sigue. Guatemala consolidará un ciclo exportador sostenido si invierte en infraestructura, agiliza regulaciones y aprovecha el nearshoring para atraer capital y tecnología. Para la alta empresa, el objetivo es convertir este crecimiento en expansión productiva, diversificación inteligente y mayor sofisticación industrial.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: