“Efectivamente las personas quieren la minería. En el Valle del Polochic las personas no son antiminería, son antipobreza. El nivel de necesidad que tiene la gente es tan grande que ve en esta actividad su única opción para resolver todos sus problemas.” Con esta afirmación, Luis Fernando Díaz, gerente de operaciones de Element 28, resumió el sentir de las comunidades de Panzós, Alta Verapaz, durante una entrevista ofrecida en el marco del III Congreso Nacional de Minería, enfocado en “Minería y Derechos Humanos: construyendo relaciones con comunidades”.
Qué destacar. El reinicio de la mina operada por Element 28, tras casi tres años de suspensión, marca una nueva etapa para la empresa y para las comunidades del Valle del Polochic.
- Según Díaz, la operación minera representa una fuente de empleo, y una oportunidad concreta de desarrollo para miles de familias que históricamente han vivido en condiciones de abandono estatal.
- “Estas son regiones donde el Estado tiene poca o nula presencia. Muchas familias ni siquiera tienen sus necesidades básicas satisfechas. En ese contexto, la minería se convierte en una esperanza real”, explicó.
- Uno de los momentos más críticos ocurrió tras el cierre de la mina en 2022. “A los tres meses hubo una alerta de desnutrición infantil. Incluso se reportó la muerte de un niño. Sin ingresos, las familias no podían cubrir ni lo más básico. Es imposible hablar de construir escuelas cuando la gente está pasando hambre”, relató.
Voces. Frente a esa realidad, Element 28 decidió operar con una alta demanda de mano de obra. “Podríamos funcionar con 150 personas, pero empleamos a 1850. Es una decisión deliberada para distribuir ingresos en la mayor cantidad de familias posible. Ese dinero se inyecta en la economía local y genera una dinámica de crecimiento. Solo con nuestra llegada, se reactivaron dos hoteles en el municipio", enfatizó el entrevistado.
- Díaz remarcó que la estrategia social de la empresa tiene dos líneas de acción. La primera es generar ingresos inmediatos para aliviar la pobreza extrema.
- “Tratamos de solventar en cierta medida las necesidades básicas de la población en términos de alimentos. Y una vez eso lo tenemos medianamente cubierto, entonces viene la segunda línea de intervención".
- Esa segunda línea incluye proyectos sociales, infraestructura y formación. “Queremos llevar oportunidades de aprendizaje y educación para nuestras poblaciones, de manera que empiecen a desarrollar habilidades que les permitan ser sostenibles cuando nosotros ya no estemos. Porque esta operación, como cualquier operación minera, toma un recurso finito que en algún momento se va a acabar", comentó.
Por qué importa. El objetivo, según Díaz, es romper los ciclos de pobreza que se repiten generación tras generación. “Si hay una familia en la comunidad cuyos hijos crecen en un ambiente de desnutrición y sin oportunidades académicas, van a repetir el mismo ciclo de pobreza que tuvieron sus padres. Ese es un tema fundamental. No se resuelve de la noche a la mañana. Hay que construirlo con años y años de trabajo.”
- Element 28 busca transformar el modelo tradicional de minería. “Normalmente, llega la operación minera y entrega unos beneficios a las comunidades. Nosotros queremos ir más allá. Queremos que las comunidades se conviertan en actores estratégicos y socios de la compañía. Si crecemos juntos, el desarrollo será más profundo y duradero.”
- Durante la entrevista, Díaz también hizo un llamado al país. “Guatemala tiene un potencial minero gigantesco, con minerales estratégicos para la transformación energética global. El níquel que tenemos es de alto grado, cada vez más escaso en el mundo. Si logramos integrar al gobierno, la inversión privada y las comunidades, podemos generar un crecimiento económico sin precedentes.”
- “Queremos ser los mejores en lo que hacemos, con los mejores estándares, en Guatemala, y a nivel mundial. Ese es nuestro compromiso", dice Díaz, al confirmar que se reactiva la mina y también la esperanza de miles de familias.