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Luciana Botafogo: “La burocracia no debe superar la voluntad política o las prioridades nacionales”

.
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
31 de julio, 2025

Luciana Botafogo es la presidenta ejecutiva del Banco de Desarrollo Fonplata, institución financiera multilateral compuesta por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. De formación economista, busca agilizar la operación del banco, ampliar su impacto y diversificar sus fuentes de financiamiento. Su misión: reducir las asimetrías de desarrollo y promover la integración regional en Mercosur. 

¿Cuál ha sido su trayectoria profesional hasta llegar a Fonplata y cuáles fueron sus principales objetivos al incorporarse? 

— Llegué enfocada en operaciones tras una extensa carrera en multilaterales, siempre vinculada al área de proyectos en distintos países. Antes de Fonplata, trabajé para SEBRAE, la mayor organización de apoyo a PYMES en Brasil, lo que me aportó amplia experiencia antes de mi llegada. 

Mi objetivo principal fue mejorar los temas operativos, desde la optimización de procesos hasta elevar la calidad de los proyectos, priorizando transparencia en impacto real de las acciones impulsadas por Fonplata. 

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Después de seis o siete años como gerente general de operaciones, se llevaron a cabo elecciones presidenciales. Considero que mi gestión fue reconocida por mejoras sustantivas en operaciones, monto de desembolsos, integración regional y desarrollo sostenible. 

Fui elegida para un periodo de cinco años. Esto representa un desafío: Fonplata debe pasar de ser un banco de USD 3000M a uno de 6500M, preservando calidad, eficiencia y buena gobernanza. Soy la primera mujer presidenta de multilaterales en la región. Fonplata ahora está en franco crecimiento, lo que me da confianza y respaldo del equipo directivo. 

¿Considerando su experiencia en el BID, cómo evalúa la evolución reciente de Fonplata y qué cambios implementó desde su llegada? 

— El principal reto era identificar proyectos con impacto real. Desde que llegué en agosto de 2018, comenzamos a priorizar calidad y generación de impacto en los proyectos impulsados. 

Triplicamos el volumen de operaciones, mejoramos calidad y pasamos de desembolsos anuales de USD 200M a 780M el último año, un crecimiento notable. 

Para los países fundadores, Fonplata no podía limitarse a ser un fondo de reposición; era necesario innovar y captar nuevos fondos, mejorar el marco de capital y compartir la carga fiscal. Actualmente, trabajan en fortalecer el banco y la admisión de nuevos países. Esto reparte el esfuerzo y moderniza la gobernanza. 

La lógica de gestión ha cambiado: por cada dólar invertido, retornamos entre 3 y 5 al país. Esto mejora la eficiencia, crea líneas como la de integración regional y nuevas iniciativas en el corredor bioceánico argentino. 

¿De qué manera transforma la función y alcance de Fonplata el trabajo directo con provincias y municipios? 

— Una de las principales ventajas es la cercanía con regiones y proyectos pequeños que mejoran ejecución y calidad local. En vez de relacionarnos solo con gobiernos nacionales, apostamos por descentralizar la acción y potenciar proyectos pequeños y medianos localmente. 

Es el único banco que atiende municipios remotos, como en Bolivia, donde un crédito de USD 120M se distribuye en cientos de localidades aisladas con miles de obras. Nos permite llegar realmente a las áreas más alejadas, fortaleciendo el desarrollo regional efectivo más allá de proyectos de gran escala. 

¿Cómo mide Fonplata el impacto económico y social de los proyectos que financia?, ¿y qué relevancia tiene en infraestructura básica? 

— Principalmente, evaluamos el resultado tangible de cada obra, siempre bajo criterios de análisis económico integral. En infraestructuras viales, por ejemplo, medimos su valor antes y después, así como el incremento en exportaciones y acceso a servicios esenciales como salud y educación. 

Desarrollamos numerosos proyectos de agua y saneamiento, considerados inversiones eficientes. Sabemos que incluso las obras simples contribuyen a mejorar la calidad de vida. Es inadmisible que, en pleno siglo XXI, siga habiendo personas sin acceso a saneamiento básico. 

¿Cuál cree que es el verdadero papel de Fonplata en la revitalización de Mercosur y la integración regional? 

— No participa en debates políticos, pero existe un consenso sobre la necesidad de integración intrarregional. Por eso trabajamos en líneas específicas con Mercosur, administramos fondos de compensación, preparamos proyectos para fondos multilaterales y cooperamos con el Instituto Social de Mercosur. 

El banco es gobernado conjuntamente por los ministros de economía de los cinco fundadores, lo que facilita la coordinación y priorización de programas de interés complementario. 

Fonplata sirve como puente entre necesidades de Mercosur y otros multilaterales, facilitando la financiación de proyectos complejos y complementando recursos de bancos como el BM y el FID. 

No competimos con otros bancos; cuanto más movilización de recursos, mayor impacto regional. 

¿Qué medidas concretas debe tomar Mercosur para potenciar el trabajo e impacto de Fonplata en la región? 

— Estamos desarrollando un observatorio conjunto con socios del Cono Sur para centralizar demandas e identificar prioridades en corredores integrados. De nada sirve un corredor inconexo. 

La hidrovía es estratégica. Fonplata puede financiar grandes proyectos transnacionales que impulsen realmente la integración regional. 

Contamos con proyectos clave como el corredor bioceánico en Paraguay y la ruta de la soberanía en Brasil, esenciales para fortalecer comercio, seguridad y cooperación. 

Incluso los tramos dentro de un mismo país pueden ser decisivos. Mejoramos pasos fronterizos para agilizar el comercio. 

¿Cómo asegura la sostenibilidad técnica e institucional de los proyectos financiados? 

— La sostenibilidad depende, fundamentalmente, del ejecutor nacional. Realizamos evaluaciones exhaustivas, verificando viabilidad técnica, institucional, económica y legal. Evaluamos que cada país cuente con los recursos necesarios para el mantenimiento y uso adecuado de la infraestructura. 

A veces recomendamos concesiones o privatizaciones para garantizar el cuidado de la obra. Por su lado, los países suelen endeudarse solo para nuevas infraestructuras, y financian el mantenimiento con fondos propios. 

¿Qué acciones impulsa Fonplata para fomentar la equidad de género e inclusión, tanto en sus proyectos como en la estructura interna? 

— A nivel interno garantizamos igualdad de oportunidades y salario. Tenemos dos vicepresidentas y varias directoras. Incluso superamos la paridad en algunas áreas. Nos regimos por metas concretas de género. 

En operaciones, contamos con especialistas que supervisan la perspectiva de género en obras. El año pasado creamos una línea de tasas compensadas para proyectos que incluyan la equidad, ofreciendo mejores condiciones financieras. 

Ejemplo destacado: en Sacaba (Bolivia), desarrollamos proyectos viales con seguridad para mujeres, estaciones iluminadas, cámaras y botones de pánico. 

Además, en licitaciones incluimos cláusulas para garantizar oportunidades laborales, baños separados y medios de transporte seguros, beneficiando a toda la comunidad. 

Usted ha sido crítica con la burocracia de la Unión Europea. ¿Qué recomienda para reducir la tramitología y lograr una cooperación más ágil? 

— La burocracia no debe superar la voluntad política o las prioridades nacionales. Hay que ser flexibles, poniendo en primer plano el fortalecimiento de la democracia y la atención a la ciudadanía. 

No se puede ignorar la voluntad popular; necesitamos cambiar internamente el enfoque: debemos servir a los países, no a la propia burocracia. 

Mi crítica es general a multilaterales: debemos evitar convertirnos en burócratas preocupados solo por reglamentos y beneficios internos. Hay que flexibilizar reglas para responder a desafíos sociales y ambientales. 

 ¿Percibe que la UE es consciente de su peso en Latinoamérica y, especialmente, en Mercosur? 

— Sí, existe mayor conciencia. El mundo no puede funcionar bajo proteccionismos rígidos. Es esencial encontrar un equilibrio que permita el comercio sin excluir a nadie. 

Un acuerdo que demora décadas denota problemas, aunque ahora hay voluntad para avanzar y buscar soluciones que protejan a los sectores vulnerables. 

Confío en que la cumbre de diciembre en Brasil ofrecerá una oportunidad para avanzar. 

¿Han explorado alternativas de financiamiento fuera de la UE, como con Suiza u otros países interesados? 

— Nuestros primeros aliados han sido Portugal y España por lazos históricos y de amistad. Ahora estamos abiertos a aliados de otros países interesados en comercio con el Mercosur, una opción que no habíamos explorado antes. 

Un ejemplo actual es la cooperación con el Fondo Europeo de Inversiones, EIF, en proyectos en Brasil, donde fortalecemos ejecutores y después canalizamos fondos adicionales. 

Buscamos socios que contribuyan a mejorar la infraestructura regional porque todos los países involucrados se benefician. 

¿Cómo describiría la relación y cooperación de Fonplata con otros multilaterales latinoamericanos como BID, CAF o CAFTA? 

— Contamos con acuerdos de cooperación técnica para intercambiar buenas prácticas y desarrollar acciones conjuntas. 

Trabajamos con CAF en el observatorio de integración del Cono Sur y con el BID en proyectos y mecanismos financieros que permiten compartir riesgos y mejorar calificaciones, con el fin de reducir costos. 

Estamos abiertos a sumar nuevas alianzas regionales para fortalecer la integración efectiva. 

¿Cuáles son los criterios mínimos para establecer alianzas financieras con otros países o instituciones? 

— El primer requisito es que exista interés o vínculo con Mercosur. Además, exigimos calificaciones crediticias iguales o mejores a las nuestras para garantizar estabilidad financiera. 

Es imprescindible compartir misión, transparencia y buena gobernanza. Los acuerdos financieros, técnicos y el nivel de participación dependen de cada caso específico, pero esos requisitos básicos son inamovibles. 

¿En qué países o sectores considera que el sector privado es más fuerte y está más dispuesto a cooperar en la región? 

— Es fuerte y está presente en todos los países y ramas, como industria, maquinaria o automotriz. Argentina muestra notable fortaleza, aunque con altibajos recientes. Paraguay es más abierto comercialmente, mientras que Brasil tiene sectores más cerrados. 

El desarrollo regional requiere una mayor presencia privada. Fonplata no presta directamente al sector privado, pero buscamos estrategias para fortalecerlo, incluso mediante concesiones públicas. 

¿Qué mensaje trasmitiría a los lectores centroamericanos sobre la integración y la colaboración con Fonplata? 

—Centroamérica es esencial para la conexión norte-sur de Latinoamérica. Especialmente Guatemala y Panamá con el canal. Queremos fortalecer lazos para que los países del istmo participen activamente en Fonplata, porque la integración efectiva exige cooperación decidida. 

Nuestro interés es colaborar, abrir caminos y potenciar corredores que unan a toda la región, impulsando desarrollo y crecimiento compartido para todos. 

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31 de julio, 2025

Luciana Botafogo es la presidenta ejecutiva del Banco de Desarrollo Fonplata, institución financiera multilateral compuesta por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. De formación economista, busca agilizar la operación del banco, ampliar su impacto y diversificar sus fuentes de financiamiento. Su misión: reducir las asimetrías de desarrollo y promover la integración regional en Mercosur. 

¿Cuál ha sido su trayectoria profesional hasta llegar a Fonplata y cuáles fueron sus principales objetivos al incorporarse? 

— Llegué enfocada en operaciones tras una extensa carrera en multilaterales, siempre vinculada al área de proyectos en distintos países. Antes de Fonplata, trabajé para SEBRAE, la mayor organización de apoyo a PYMES en Brasil, lo que me aportó amplia experiencia antes de mi llegada. 

Mi objetivo principal fue mejorar los temas operativos, desde la optimización de procesos hasta elevar la calidad de los proyectos, priorizando transparencia en impacto real de las acciones impulsadas por Fonplata. 

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Después de seis o siete años como gerente general de operaciones, se llevaron a cabo elecciones presidenciales. Considero que mi gestión fue reconocida por mejoras sustantivas en operaciones, monto de desembolsos, integración regional y desarrollo sostenible. 

Fui elegida para un periodo de cinco años. Esto representa un desafío: Fonplata debe pasar de ser un banco de USD 3000M a uno de 6500M, preservando calidad, eficiencia y buena gobernanza. Soy la primera mujer presidenta de multilaterales en la región. Fonplata ahora está en franco crecimiento, lo que me da confianza y respaldo del equipo directivo. 

¿Considerando su experiencia en el BID, cómo evalúa la evolución reciente de Fonplata y qué cambios implementó desde su llegada? 

— El principal reto era identificar proyectos con impacto real. Desde que llegué en agosto de 2018, comenzamos a priorizar calidad y generación de impacto en los proyectos impulsados. 

Triplicamos el volumen de operaciones, mejoramos calidad y pasamos de desembolsos anuales de USD 200M a 780M el último año, un crecimiento notable. 

Para los países fundadores, Fonplata no podía limitarse a ser un fondo de reposición; era necesario innovar y captar nuevos fondos, mejorar el marco de capital y compartir la carga fiscal. Actualmente, trabajan en fortalecer el banco y la admisión de nuevos países. Esto reparte el esfuerzo y moderniza la gobernanza. 

La lógica de gestión ha cambiado: por cada dólar invertido, retornamos entre 3 y 5 al país. Esto mejora la eficiencia, crea líneas como la de integración regional y nuevas iniciativas en el corredor bioceánico argentino. 

¿De qué manera transforma la función y alcance de Fonplata el trabajo directo con provincias y municipios? 

— Una de las principales ventajas es la cercanía con regiones y proyectos pequeños que mejoran ejecución y calidad local. En vez de relacionarnos solo con gobiernos nacionales, apostamos por descentralizar la acción y potenciar proyectos pequeños y medianos localmente. 

Es el único banco que atiende municipios remotos, como en Bolivia, donde un crédito de USD 120M se distribuye en cientos de localidades aisladas con miles de obras. Nos permite llegar realmente a las áreas más alejadas, fortaleciendo el desarrollo regional efectivo más allá de proyectos de gran escala. 

¿Cómo mide Fonplata el impacto económico y social de los proyectos que financia?, ¿y qué relevancia tiene en infraestructura básica? 

— Principalmente, evaluamos el resultado tangible de cada obra, siempre bajo criterios de análisis económico integral. En infraestructuras viales, por ejemplo, medimos su valor antes y después, así como el incremento en exportaciones y acceso a servicios esenciales como salud y educación. 

Desarrollamos numerosos proyectos de agua y saneamiento, considerados inversiones eficientes. Sabemos que incluso las obras simples contribuyen a mejorar la calidad de vida. Es inadmisible que, en pleno siglo XXI, siga habiendo personas sin acceso a saneamiento básico. 

¿Cuál cree que es el verdadero papel de Fonplata en la revitalización de Mercosur y la integración regional? 

— No participa en debates políticos, pero existe un consenso sobre la necesidad de integración intrarregional. Por eso trabajamos en líneas específicas con Mercosur, administramos fondos de compensación, preparamos proyectos para fondos multilaterales y cooperamos con el Instituto Social de Mercosur. 

El banco es gobernado conjuntamente por los ministros de economía de los cinco fundadores, lo que facilita la coordinación y priorización de programas de interés complementario. 

Fonplata sirve como puente entre necesidades de Mercosur y otros multilaterales, facilitando la financiación de proyectos complejos y complementando recursos de bancos como el BM y el FID. 

No competimos con otros bancos; cuanto más movilización de recursos, mayor impacto regional. 

¿Qué medidas concretas debe tomar Mercosur para potenciar el trabajo e impacto de Fonplata en la región? 

— Estamos desarrollando un observatorio conjunto con socios del Cono Sur para centralizar demandas e identificar prioridades en corredores integrados. De nada sirve un corredor inconexo. 

La hidrovía es estratégica. Fonplata puede financiar grandes proyectos transnacionales que impulsen realmente la integración regional. 

Contamos con proyectos clave como el corredor bioceánico en Paraguay y la ruta de la soberanía en Brasil, esenciales para fortalecer comercio, seguridad y cooperación. 

Incluso los tramos dentro de un mismo país pueden ser decisivos. Mejoramos pasos fronterizos para agilizar el comercio. 

¿Cómo asegura la sostenibilidad técnica e institucional de los proyectos financiados? 

— La sostenibilidad depende, fundamentalmente, del ejecutor nacional. Realizamos evaluaciones exhaustivas, verificando viabilidad técnica, institucional, económica y legal. Evaluamos que cada país cuente con los recursos necesarios para el mantenimiento y uso adecuado de la infraestructura. 

A veces recomendamos concesiones o privatizaciones para garantizar el cuidado de la obra. Por su lado, los países suelen endeudarse solo para nuevas infraestructuras, y financian el mantenimiento con fondos propios. 

¿Qué acciones impulsa Fonplata para fomentar la equidad de género e inclusión, tanto en sus proyectos como en la estructura interna? 

— A nivel interno garantizamos igualdad de oportunidades y salario. Tenemos dos vicepresidentas y varias directoras. Incluso superamos la paridad en algunas áreas. Nos regimos por metas concretas de género. 

En operaciones, contamos con especialistas que supervisan la perspectiva de género en obras. El año pasado creamos una línea de tasas compensadas para proyectos que incluyan la equidad, ofreciendo mejores condiciones financieras. 

Ejemplo destacado: en Sacaba (Bolivia), desarrollamos proyectos viales con seguridad para mujeres, estaciones iluminadas, cámaras y botones de pánico. 

Además, en licitaciones incluimos cláusulas para garantizar oportunidades laborales, baños separados y medios de transporte seguros, beneficiando a toda la comunidad. 

Usted ha sido crítica con la burocracia de la Unión Europea. ¿Qué recomienda para reducir la tramitología y lograr una cooperación más ágil? 

— La burocracia no debe superar la voluntad política o las prioridades nacionales. Hay que ser flexibles, poniendo en primer plano el fortalecimiento de la democracia y la atención a la ciudadanía. 

No se puede ignorar la voluntad popular; necesitamos cambiar internamente el enfoque: debemos servir a los países, no a la propia burocracia. 

Mi crítica es general a multilaterales: debemos evitar convertirnos en burócratas preocupados solo por reglamentos y beneficios internos. Hay que flexibilizar reglas para responder a desafíos sociales y ambientales. 

 ¿Percibe que la UE es consciente de su peso en Latinoamérica y, especialmente, en Mercosur? 

— Sí, existe mayor conciencia. El mundo no puede funcionar bajo proteccionismos rígidos. Es esencial encontrar un equilibrio que permita el comercio sin excluir a nadie. 

Un acuerdo que demora décadas denota problemas, aunque ahora hay voluntad para avanzar y buscar soluciones que protejan a los sectores vulnerables. 

Confío en que la cumbre de diciembre en Brasil ofrecerá una oportunidad para avanzar. 

¿Han explorado alternativas de financiamiento fuera de la UE, como con Suiza u otros países interesados? 

— Nuestros primeros aliados han sido Portugal y España por lazos históricos y de amistad. Ahora estamos abiertos a aliados de otros países interesados en comercio con el Mercosur, una opción que no habíamos explorado antes. 

Un ejemplo actual es la cooperación con el Fondo Europeo de Inversiones, EIF, en proyectos en Brasil, donde fortalecemos ejecutores y después canalizamos fondos adicionales. 

Buscamos socios que contribuyan a mejorar la infraestructura regional porque todos los países involucrados se benefician. 

¿Cómo describiría la relación y cooperación de Fonplata con otros multilaterales latinoamericanos como BID, CAF o CAFTA? 

— Contamos con acuerdos de cooperación técnica para intercambiar buenas prácticas y desarrollar acciones conjuntas. 

Trabajamos con CAF en el observatorio de integración del Cono Sur y con el BID en proyectos y mecanismos financieros que permiten compartir riesgos y mejorar calificaciones, con el fin de reducir costos. 

Estamos abiertos a sumar nuevas alianzas regionales para fortalecer la integración efectiva. 

¿Cuáles son los criterios mínimos para establecer alianzas financieras con otros países o instituciones? 

— El primer requisito es que exista interés o vínculo con Mercosur. Además, exigimos calificaciones crediticias iguales o mejores a las nuestras para garantizar estabilidad financiera. 

Es imprescindible compartir misión, transparencia y buena gobernanza. Los acuerdos financieros, técnicos y el nivel de participación dependen de cada caso específico, pero esos requisitos básicos son inamovibles. 

¿En qué países o sectores considera que el sector privado es más fuerte y está más dispuesto a cooperar en la región? 

— Es fuerte y está presente en todos los países y ramas, como industria, maquinaria o automotriz. Argentina muestra notable fortaleza, aunque con altibajos recientes. Paraguay es más abierto comercialmente, mientras que Brasil tiene sectores más cerrados. 

El desarrollo regional requiere una mayor presencia privada. Fonplata no presta directamente al sector privado, pero buscamos estrategias para fortalecerlo, incluso mediante concesiones públicas. 

¿Qué mensaje trasmitiría a los lectores centroamericanos sobre la integración y la colaboración con Fonplata? 

—Centroamérica es esencial para la conexión norte-sur de Latinoamérica. Especialmente Guatemala y Panamá con el canal. Queremos fortalecer lazos para que los países del istmo participen activamente en Fonplata, porque la integración efectiva exige cooperación decidida. 

Nuestro interés es colaborar, abrir caminos y potenciar corredores que unan a toda la región, impulsando desarrollo y crecimiento compartido para todos. 

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