El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima‑Callao (Perú) es administrado por el consorcio Lima Airport Partners bajo una concesión hasta 2041. Estructura accionarial: la alemana Fraport AG (80.01 %) y la International Finance Corporation del BM (19.99).
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LAP ha invertido más de USD 2000M en construcción y modernización del nuevo terminal. Grupos logísticos chinos exploran su entrada coordinada para un hub logístico de carga. Aún no existen cifras sobre acuerdos concretos.
Qué destacar. Es uno de los cinco más conectados de Latinoamérica. Centro de operaciones de LATAM y Sky Airline. El primer vuelo desde el nuevo terminal fue a Atlanta el 1 de junio.
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Se inauguró el pasado 31 de mayo. El antiguo de 1960 fue reemplazado por una estructura moderna junto al Callao, tras una inversión que pasó de los USD 2000M iniciales a 2400M.
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En 2024 sirvió 26M de pasajeros. Unos 71 200 al día. La capacidad proyectada es de 38M para 2030.
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Un hub estratégico en Sudamérica que impulsa el turismo y el comercio exterior. Se espera dinamizar ambos sectores. Ya representa el 2.9 % del PIB.
Detrás de escena. No todo es positivo en Lima. Hubo incidentes en fase inicial. Un casi choque en la transición de pistas evidenció riesgos operacionales durante la puesta en marcha.
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Existen problemas de acceso vial. El nuevo terminal es accesible solo por la estrecha avenida Morales‑Duárez, con puentes modulares frágiles y riesgo de colapso por congestión.
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Retraso del metro “Aeropuerto”. La futura estación será inaugurada dentro de tres años y, paradójicamente, en el sitio del viejo terminal.
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Hay costos adicionales para usuarios. Se introdujo la Tarifa Unificada de Uso de Aeropuertos (TUUA): USD 11.32 por escala internacional y 7.07 por nacional. Esto está sujeto a críticas.
En el radar. El Aeropuerto Internacional La Aurora en Guatemala, por su parte, movilizó 4733M de pasajeros en 2023. Entre enero y mayo de 2024 fueron 1997M. La conectividad es limitada: 37 rutas (8 domésticas, 29 internacionales). Y solo una directa a Europa (Iberia).
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La inversión es insuficiente y su uso cuestionado. Desde 2009 ha recibido unos USD 117M, con dudas sobre su gestión. Deloitte y BID estiman que se requieren USD 158M solo para infraestructura mínima (pistas de rodaje, plataforma, seguridad, terminal, IT).
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No avanzan las anunciadas reformas legales para permitir una APP, lo que retrasa soluciones a múltiples problemas operativos. Desde ausencia de pistas de rodaje y congestión hasta baños sucios, aire acondicionado y cintas de equipaje defectuosos.
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Sistema de seguridad y escáneres son deficientes. La percepción pública, negativa. A la contaminación sonora y ambiental se añade la suciedad. Hay problemas regulatorios con retrasos en licitaciones por tensiones administrativas.
Ahora qué. Lima‑Callao (Jorge Chávez) deberá acelerar e integrar la conexión con el metro para mejorar accesibilidad. Estudiar vías alternativas o ampliar accesos vehiculares para evitar colapsos. Evaluar la estructura de la TUUA y ajustarla. Refinar protocolos operativos en transición a plena operación para evitar incidentes.
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Para el AILA la lista de tareas es mucho mayor. Aprobación inmediata de la reforma legal para una APP y atraer inversión privada. Desbloquear licitaciones y modernizar infraestructura crítica.
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Más transparencia contra corrupción y mejor gestión institucional. Inversión en equipamiento: escáneres, gradas, cintas atendiendo estándares IATA/OACI. Mejorar la experiencia del pasajero: limpieza, señalización, climatización y procesos de seguridad (atención a alertas de TSA).
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Para ambos: mantener un diálogo constante con organismos internacionales (IATA, OACI, FAA). Aprovechar alianzas estratégicas con líneas aéreas para ampliar rutas. Garantizar que las inversiones contemplen sostenibilidad urbana y medioambiental.
En conclusión. En Perú, Jorge Chávez significa un salto estructural para convertirse en un importante hub. Mantiene desafíos en conectividad urbana y costos aeroportuarios. En contraste, la situación del AILA es crítica: requiere decisiones valientes, recursos y voluntad política para recuperar funcionalidad, seguridad e imagen. Solo con reformas profundas, gestión transparente y APP puede aspirar a alcanzar estándares regionales e internacionales.
El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima‑Callao (Perú) es administrado por el consorcio Lima Airport Partners bajo una concesión hasta 2041. Estructura accionarial: la alemana Fraport AG (80.01 %) y la International Finance Corporation del BM (19.99).
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LAP ha invertido más de USD 2000M en construcción y modernización del nuevo terminal. Grupos logísticos chinos exploran su entrada coordinada para un hub logístico de carga. Aún no existen cifras sobre acuerdos concretos.
Qué destacar. Es uno de los cinco más conectados de Latinoamérica. Centro de operaciones de LATAM y Sky Airline. El primer vuelo desde el nuevo terminal fue a Atlanta el 1 de junio.
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Se inauguró el pasado 31 de mayo. El antiguo de 1960 fue reemplazado por una estructura moderna junto al Callao, tras una inversión que pasó de los USD 2000M iniciales a 2400M.
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En 2024 sirvió 26M de pasajeros. Unos 71 200 al día. La capacidad proyectada es de 38M para 2030.
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Un hub estratégico en Sudamérica que impulsa el turismo y el comercio exterior. Se espera dinamizar ambos sectores. Ya representa el 2.9 % del PIB.
Detrás de escena. No todo es positivo en Lima. Hubo incidentes en fase inicial. Un casi choque en la transición de pistas evidenció riesgos operacionales durante la puesta en marcha.
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Existen problemas de acceso vial. El nuevo terminal es accesible solo por la estrecha avenida Morales‑Duárez, con puentes modulares frágiles y riesgo de colapso por congestión.
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Retraso del metro “Aeropuerto”. La futura estación será inaugurada dentro de tres años y, paradójicamente, en el sitio del viejo terminal.
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Hay costos adicionales para usuarios. Se introdujo la Tarifa Unificada de Uso de Aeropuertos (TUUA): USD 11.32 por escala internacional y 7.07 por nacional. Esto está sujeto a críticas.
En el radar. El Aeropuerto Internacional La Aurora en Guatemala, por su parte, movilizó 4733M de pasajeros en 2023. Entre enero y mayo de 2024 fueron 1997M. La conectividad es limitada: 37 rutas (8 domésticas, 29 internacionales). Y solo una directa a Europa (Iberia).
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La inversión es insuficiente y su uso cuestionado. Desde 2009 ha recibido unos USD 117M, con dudas sobre su gestión. Deloitte y BID estiman que se requieren USD 158M solo para infraestructura mínima (pistas de rodaje, plataforma, seguridad, terminal, IT).
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No avanzan las anunciadas reformas legales para permitir una APP, lo que retrasa soluciones a múltiples problemas operativos. Desde ausencia de pistas de rodaje y congestión hasta baños sucios, aire acondicionado y cintas de equipaje defectuosos.
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Sistema de seguridad y escáneres son deficientes. La percepción pública, negativa. A la contaminación sonora y ambiental se añade la suciedad. Hay problemas regulatorios con retrasos en licitaciones por tensiones administrativas.
Ahora qué. Lima‑Callao (Jorge Chávez) deberá acelerar e integrar la conexión con el metro para mejorar accesibilidad. Estudiar vías alternativas o ampliar accesos vehiculares para evitar colapsos. Evaluar la estructura de la TUUA y ajustarla. Refinar protocolos operativos en transición a plena operación para evitar incidentes.
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Para el AILA la lista de tareas es mucho mayor. Aprobación inmediata de la reforma legal para una APP y atraer inversión privada. Desbloquear licitaciones y modernizar infraestructura crítica.
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Más transparencia contra corrupción y mejor gestión institucional. Inversión en equipamiento: escáneres, gradas, cintas atendiendo estándares IATA/OACI. Mejorar la experiencia del pasajero: limpieza, señalización, climatización y procesos de seguridad (atención a alertas de TSA).
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Para ambos: mantener un diálogo constante con organismos internacionales (IATA, OACI, FAA). Aprovechar alianzas estratégicas con líneas aéreas para ampliar rutas. Garantizar que las inversiones contemplen sostenibilidad urbana y medioambiental.
En conclusión. En Perú, Jorge Chávez significa un salto estructural para convertirse en un importante hub. Mantiene desafíos en conectividad urbana y costos aeroportuarios. En contraste, la situación del AILA es crítica: requiere decisiones valientes, recursos y voluntad política para recuperar funcionalidad, seguridad e imagen. Solo con reformas profundas, gestión transparente y APP puede aspirar a alcanzar estándares regionales e internacionales.