República conversó con el economista jefe de la Fundación Internacional para la Libertad, Ignacio Bongiovanni. La charla giró en torno a la presidencia de Javier Milei, sus hitos y desafíos en materia económica, principalmente la inflación.
Argentina vive mejoras en su inflación, pero no en la microeconomía, ¿cuánto está dispuesto a aguantar el argentino?
— Argentina vive una gran recesión. Lo bueno es que Milei lo advirtió: “Si llego al poder, la recesión que se viene va a ser muy grande”. Hay otros políticos que te mienten. Te dicen que va a estar todo bien y después acabas pasándola muy mal.
Se empieza por combatir contra este Estado dantesco y abrir de nuevo la Argentina al mundo. Era como una especie de momia en un sarcófago. Tiene un sector agropecuario exportador muy competitivo. Pero también hay una parte industrial que se había visto favorecida por cerrar el país.
Esos son los llamados “empresaurios”, que se hacen ricos transando con el Estado para hacer negocios en vez de competir con otras empresas y proveer a los consumidores mejores productos a menor precio.
Me parece que uno de los grandes desafíos es sacar el cepo al dólar que tenemos. Es decir, que se puedan hacer transacciones y comprar dólares libremente. Eso para ganar competitividad y empezar a notar indicios de reactivación económica.
El gobierno lo tiene como una de las primeras urgencias. El dólar es gobernabilidad en Argentina. Hay temor de que si se quita el cepo se pueda disparar demasiado. Cuando pasa, implica una devaluación gigante de nuestra moneda. La devaluación en definitiva es empobrecimiento.
¿Es realmente “dolarizable” Argentina?
— Bueno, si bien Milei hablaba de dolarización, siempre, en el fondo, a lo que se refería era a una competencia de monedas. Es decir, que puedan circular libremente peso argentino y dólares. Hacer contratos y transacciones con dólares, lo que me parece muy bien. Argentina en buena parte está dolarizada.
Cuando hablas de comprarte una vivienda no hablas en pesos, sino dólares. Incluso, para comprarte un auto. Como el deterioro de nuestra moneda ha sido bestial, muchas de las transacciones se hacen en términos de dólares e, incluso, a veces se hacen en dólar-billete.
Milei recibió la economía con cerca del 25 % de inflación. ¿Cuándo podría hablarse de deflación?
— Asumió en diciembre y la inflación de ese mes fue del 25 %. La bajó al 4. No es menor. Es un golpe muy fuerte contra el fenómeno que muchos países han resuelto y Argentina, no.
El gobierno sigue en esa tendencia y dice que en los próximos meses seguirá combatiendo la inflación. Tratará de estar sobre fines de este 2024 en alrededor del 2 % mensual.
Este es un fenómeno que lleva décadas y no se resuelve de un día para otro. Sin duda, el gobierno lo ha atacado y de momento lo está domando. Veremos cuándo llegamos a una inflación mensual de 0 o 0,1.
Nos hemos acostumbrado a este tipo de mecanismo que ha usado la política siempre: un Banco Central a su merced y de usarlo para todo tipo de populismo. Tendría que ser una entidad independiente.
Sergio Massa, exministro de economía y excandidato a presidente, gastó prácticamente un punto del PIB en su campaña para vencer a Milei. Utilizaron las herramientas del Estado de una manera desleal e inmoral.
En el metro de Buenos Aires, los carteles donde tendría que indicar qué línea pasa y demás, decía, por ejemplo: “Dólar con Milei a 1800-2000”; “Dólar con Massa, 900”. Era esa la publicidad. Una fiesta populista que pagamos todos los argentinos.
Entrevista completa
República conversó con el economista jefe de la Fundación Internacional para la Libertad, Ignacio Bongiovanni. La charla giró en torno a la presidencia de Javier Milei, sus hitos y desafíos en materia económica, principalmente la inflación.
Argentina vive mejoras en su inflación, pero no en la microeconomía, ¿cuánto está dispuesto a aguantar el argentino?
— Argentina vive una gran recesión. Lo bueno es que Milei lo advirtió: “Si llego al poder, la recesión que se viene va a ser muy grande”. Hay otros políticos que te mienten. Te dicen que va a estar todo bien y después acabas pasándola muy mal.
Se empieza por combatir contra este Estado dantesco y abrir de nuevo la Argentina al mundo. Era como una especie de momia en un sarcófago. Tiene un sector agropecuario exportador muy competitivo. Pero también hay una parte industrial que se había visto favorecida por cerrar el país.
Esos son los llamados “empresaurios”, que se hacen ricos transando con el Estado para hacer negocios en vez de competir con otras empresas y proveer a los consumidores mejores productos a menor precio.
Me parece que uno de los grandes desafíos es sacar el cepo al dólar que tenemos. Es decir, que se puedan hacer transacciones y comprar dólares libremente. Eso para ganar competitividad y empezar a notar indicios de reactivación económica.
El gobierno lo tiene como una de las primeras urgencias. El dólar es gobernabilidad en Argentina. Hay temor de que si se quita el cepo se pueda disparar demasiado. Cuando pasa, implica una devaluación gigante de nuestra moneda. La devaluación en definitiva es empobrecimiento.
¿Es realmente “dolarizable” Argentina?
— Bueno, si bien Milei hablaba de dolarización, siempre, en el fondo, a lo que se refería era a una competencia de monedas. Es decir, que puedan circular libremente peso argentino y dólares. Hacer contratos y transacciones con dólares, lo que me parece muy bien. Argentina en buena parte está dolarizada.
Cuando hablas de comprarte una vivienda no hablas en pesos, sino dólares. Incluso, para comprarte un auto. Como el deterioro de nuestra moneda ha sido bestial, muchas de las transacciones se hacen en términos de dólares e, incluso, a veces se hacen en dólar-billete.
Milei recibió la economía con cerca del 25 % de inflación. ¿Cuándo podría hablarse de deflación?
— Asumió en diciembre y la inflación de ese mes fue del 25 %. La bajó al 4. No es menor. Es un golpe muy fuerte contra el fenómeno que muchos países han resuelto y Argentina, no.
El gobierno sigue en esa tendencia y dice que en los próximos meses seguirá combatiendo la inflación. Tratará de estar sobre fines de este 2024 en alrededor del 2 % mensual.
Este es un fenómeno que lleva décadas y no se resuelve de un día para otro. Sin duda, el gobierno lo ha atacado y de momento lo está domando. Veremos cuándo llegamos a una inflación mensual de 0 o 0,1.
Nos hemos acostumbrado a este tipo de mecanismo que ha usado la política siempre: un Banco Central a su merced y de usarlo para todo tipo de populismo. Tendría que ser una entidad independiente.
Sergio Massa, exministro de economía y excandidato a presidente, gastó prácticamente un punto del PIB en su campaña para vencer a Milei. Utilizaron las herramientas del Estado de una manera desleal e inmoral.
En el metro de Buenos Aires, los carteles donde tendría que indicar qué línea pasa y demás, decía, por ejemplo: “Dólar con Milei a 1800-2000”; “Dólar con Massa, 900”. Era esa la publicidad. Una fiesta populista que pagamos todos los argentinos.
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