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Gerardo Bonilla: “El nearshoring depende de infraestructura y conectividad”

.
Braulio Palacios
30 de enero, 2025

El nearshoring se presenta como una oportunidad crucial para Guatemala, gracias a su ubicación estratégica y estabilidad macroeconómica. Sin embargo, el país enfrenta desafíos significativos en infraestructura y talento humano.

La inversión en carreteras, puertos y energía es fundamental para atraer empresas. Compite con otros países de la región por la inversión extranjera, y mejorar su infraestructura es vital para mantener su competitividad en el contexto del nearshoring.

En exclusiva, durante el McKinsey Forum Guatemala 2025, donde República es media partner, Gerardo Bonilla, socio y líder de la práctica de Growth, Marketing & Sales para Centroamérica y Guatemala de McKinsey, analiza el impacto de la relocalización en el país y la región.

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Nearshoring es una palabra últimamente muy de moda en Guatemala, pero el hecho de que sea una tendencia no significa que no debamos analizarla a fondo. ¿Cuáles son algunos de los aspectos que podríamos estar pasando por alto respecto a esta estrategia?

— Hace muchísimos años comenzó todo el proceso de globalización, y eso ha cambiado radicalmente la dinámica económica y comercial en el mundo. En este contexto, las relaciones entre China y EE. UU. han evolucionado, generando incertidumbre en los mercados y afectando las cadenas de suministro. Sin embargo, lo que no ha cambiado es la ubicación privilegiada del Triángulo Norte en relación con el mercado estadounidense.

Guatemala, El Salvador y Honduras tienen ventajas estratégicas: están en la misma franja horaria, a pocas horas de distancia, con una mano de obra capacitada y costos operativos competitivos. En el caso particular de Guatemala, contamos con una moneda estable y un entorno macroeconómico favorable. Así que, más allá de la coyuntura geopolítica, la oportunidad del nearshoring siempre ha estado presente, y hoy en día el contexto internacional la refuerza aún más.

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EE. UU. es el mercado más grande del mundo y seguirá creciendo. Sin embargo, Guatemala no es la única opción para las empresas que buscan relocalizarse. Existen competidores como México, Costa Rica y República Dominicana. Desde su perspectiva global, ¿cómo se posiciona Guatemala frente a estas opciones?

— El competidor natural de Guatemala siempre ha sido México debido a su cercanía con EE. UU., su infraestructura y su capacidad industrial. Sin embargo, en el contexto actual, Guatemala tiene la ventaja de estar aún más cerca y ofrecer costos operativos más bajos.

Ahora bien, existen desafíos, especialmente en infraestructura. En comparación con países como República Dominicana o Panamá, Guatemala aún tiene mucho por mejorar en carreteras, puertos y servicios logísticos. No obstante, cuando se considera el costo logístico y la cercanía operativa, Guatemala sigue siendo un candidato muy fuerte para las empresas que buscan relocalizarse.

Un factor crítico para atraer inversión es la disponibilidad de talento humano. ¿Cómo analiza la situación del talento en Guatemala en relación con la demanda que genera el nearshoring?

— El talento humano es un desafío común en toda la región centroamericana, no solo en Guatemala. Probablemente, Costa Rica ha logrado destacar en términos de educación y preparación laboral, pero aún queda mucho por hacer en todos los países de la región.

Es importante que tanto el sector privado como el público trabajen en conjunto para fortalecer la base de talento en el mediano y largo plazo. Esto implica desarrollar programas educativos adecuados, fomentar el aprendizaje de inglés y generar incentivos para que el talento local se quede en la región en lugar de migrar. Las empresas deben comprometerse a formar a sus empleados y brindar oportunidades de crecimiento dentro de sus países.

En términos de desarrollo territorial, ¿cómo se está descentralizando el nearshoring para beneficiar regiones fuera de la capital?

— El nearshoring no debe concentrarse únicamente en la Ciudad de Guatemala. De hecho, uno de los grandes proyectos de infraestructura en marcha está enfocado en parques industriales ubicados fuera de la capital, principalmente en la zona costera.

Cuando hablamos de infraestructura, nos referimos a conectividad: carreteras, puertos, aeropuertos y energía. La inversión en estas áreas es clave para asegurar que las empresas puedan operar de manera eficiente en distintas regiones del país. Existen iniciativas como Air City en El Salvador y desarrollos en otras ciudades secundarias que están demostrando que la descentralización es posible y necesaria.

Guatemala ha sido históricamente un país con una fuerte base manufacturera. Sin embargo, ¿cómo se está diversificando la oferta para incluir otros servicios dentro del nearshoring?

— La manufactura sigue siendo una de las fortalezas de Guatemala, pero hay un gran potencial en el sector de servicios y logística. Hemos visto el crecimiento de parques industriales que no solo albergan fábricas, sino también centros de distribución y operaciones logísticas para empresas globales.

Este tipo de inversiones genera un efecto multiplicador, atrayendo a más compañías que buscan establecerse en el país. Es fundamental seguir promoviendo la inversión en infraestructura y simplificar los procesos para que Guatemala pueda posicionarse no solo como un centro manufacturero, sino también como un hub de servicios y logística para toda la región.

Ampliemos un poco la conversación a nivel centroamericano. ¿Cómo ve la situación del nearshoring en la región? ¿Qué países podrían aprovechar mejor esta oportunidad?

.

— La clave para que un país se beneficie del nearshoring radica en la facilidad que brinde para invertir. Guatemala tiene ventajas como estabilidad macroeconómica y cercanía con EE. UU., pero la infraestructura sigue siendo un reto.

El país que va a poder tomar más ventaja del nearshoring es el que logre poner las reglas de infraestructura de forma más simple para movilizar la inversión. Hoy día, la gran barrera de las inversiones tiene que ver con cómo está la situación de permisos y la regulación.

Costa Rica, por ejemplo, ha desarrollado un ecosistema atractivo para shared services y tecnología desde hace décadas. Esto les ha permitido atraer a muchas empresas que han instalado sus centros de servicios en el país. En nuestra propia operación, tenemos un shared services center en Costa Rica que atiende no solo a Centroamérica, sino a otras regiones del mundo. La clave para cualquier país es agilizar los procesos, mejorar su infraestructura y generar condiciones que hagan más atractiva la inversión.

Para cerrar, quiero preguntarle sobre la dinámica entre EE. UU. y China. ¿Cómo influye este conflicto en la evolución del nearshoring?

— El conflicto entre EE. UU. y China ha sido un factor determinante en la evolución del nearshoring. Sin embargo, más allá de esta disputa específica, el mundo ha experimentado cambios significativos en los últimos cinco años.

Las empresas deben enfocarse en desarrollar resiliencia y agilidad para adaptarse a los cambios. Hoy en día, enfrentamos desafíos en las cadenas de suministro, conflictos geopolíticos y fluctuaciones en la economía global. La clave para las empresas es mantenerse flexibles, diversificar sus operaciones y estar preparadas para reaccionar rápidamente ante cualquier cambio en el entorno.

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Gerardo Bonilla: “El nearshoring depende de infraestructura y conectividad”

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Braulio Palacios
30 de enero, 2025

El nearshoring se presenta como una oportunidad crucial para Guatemala, gracias a su ubicación estratégica y estabilidad macroeconómica. Sin embargo, el país enfrenta desafíos significativos en infraestructura y talento humano.

La inversión en carreteras, puertos y energía es fundamental para atraer empresas. Compite con otros países de la región por la inversión extranjera, y mejorar su infraestructura es vital para mantener su competitividad en el contexto del nearshoring.

En exclusiva, durante el McKinsey Forum Guatemala 2025, donde República es media partner, Gerardo Bonilla, socio y líder de la práctica de Growth, Marketing & Sales para Centroamérica y Guatemala de McKinsey, analiza el impacto de la relocalización en el país y la región.

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Nearshoring es una palabra últimamente muy de moda en Guatemala, pero el hecho de que sea una tendencia no significa que no debamos analizarla a fondo. ¿Cuáles son algunos de los aspectos que podríamos estar pasando por alto respecto a esta estrategia?

— Hace muchísimos años comenzó todo el proceso de globalización, y eso ha cambiado radicalmente la dinámica económica y comercial en el mundo. En este contexto, las relaciones entre China y EE. UU. han evolucionado, generando incertidumbre en los mercados y afectando las cadenas de suministro. Sin embargo, lo que no ha cambiado es la ubicación privilegiada del Triángulo Norte en relación con el mercado estadounidense.

Guatemala, El Salvador y Honduras tienen ventajas estratégicas: están en la misma franja horaria, a pocas horas de distancia, con una mano de obra capacitada y costos operativos competitivos. En el caso particular de Guatemala, contamos con una moneda estable y un entorno macroeconómico favorable. Así que, más allá de la coyuntura geopolítica, la oportunidad del nearshoring siempre ha estado presente, y hoy en día el contexto internacional la refuerza aún más.

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EE. UU. es el mercado más grande del mundo y seguirá creciendo. Sin embargo, Guatemala no es la única opción para las empresas que buscan relocalizarse. Existen competidores como México, Costa Rica y República Dominicana. Desde su perspectiva global, ¿cómo se posiciona Guatemala frente a estas opciones?

— El competidor natural de Guatemala siempre ha sido México debido a su cercanía con EE. UU., su infraestructura y su capacidad industrial. Sin embargo, en el contexto actual, Guatemala tiene la ventaja de estar aún más cerca y ofrecer costos operativos más bajos.

Ahora bien, existen desafíos, especialmente en infraestructura. En comparación con países como República Dominicana o Panamá, Guatemala aún tiene mucho por mejorar en carreteras, puertos y servicios logísticos. No obstante, cuando se considera el costo logístico y la cercanía operativa, Guatemala sigue siendo un candidato muy fuerte para las empresas que buscan relocalizarse.

Un factor crítico para atraer inversión es la disponibilidad de talento humano. ¿Cómo analiza la situación del talento en Guatemala en relación con la demanda que genera el nearshoring?

— El talento humano es un desafío común en toda la región centroamericana, no solo en Guatemala. Probablemente, Costa Rica ha logrado destacar en términos de educación y preparación laboral, pero aún queda mucho por hacer en todos los países de la región.

Es importante que tanto el sector privado como el público trabajen en conjunto para fortalecer la base de talento en el mediano y largo plazo. Esto implica desarrollar programas educativos adecuados, fomentar el aprendizaje de inglés y generar incentivos para que el talento local se quede en la región en lugar de migrar. Las empresas deben comprometerse a formar a sus empleados y brindar oportunidades de crecimiento dentro de sus países.

En términos de desarrollo territorial, ¿cómo se está descentralizando el nearshoring para beneficiar regiones fuera de la capital?

— El nearshoring no debe concentrarse únicamente en la Ciudad de Guatemala. De hecho, uno de los grandes proyectos de infraestructura en marcha está enfocado en parques industriales ubicados fuera de la capital, principalmente en la zona costera.

Cuando hablamos de infraestructura, nos referimos a conectividad: carreteras, puertos, aeropuertos y energía. La inversión en estas áreas es clave para asegurar que las empresas puedan operar de manera eficiente en distintas regiones del país. Existen iniciativas como Air City en El Salvador y desarrollos en otras ciudades secundarias que están demostrando que la descentralización es posible y necesaria.

Guatemala ha sido históricamente un país con una fuerte base manufacturera. Sin embargo, ¿cómo se está diversificando la oferta para incluir otros servicios dentro del nearshoring?

— La manufactura sigue siendo una de las fortalezas de Guatemala, pero hay un gran potencial en el sector de servicios y logística. Hemos visto el crecimiento de parques industriales que no solo albergan fábricas, sino también centros de distribución y operaciones logísticas para empresas globales.

Este tipo de inversiones genera un efecto multiplicador, atrayendo a más compañías que buscan establecerse en el país. Es fundamental seguir promoviendo la inversión en infraestructura y simplificar los procesos para que Guatemala pueda posicionarse no solo como un centro manufacturero, sino también como un hub de servicios y logística para toda la región.

Ampliemos un poco la conversación a nivel centroamericano. ¿Cómo ve la situación del nearshoring en la región? ¿Qué países podrían aprovechar mejor esta oportunidad?

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— La clave para que un país se beneficie del nearshoring radica en la facilidad que brinde para invertir. Guatemala tiene ventajas como estabilidad macroeconómica y cercanía con EE. UU., pero la infraestructura sigue siendo un reto.

El país que va a poder tomar más ventaja del nearshoring es el que logre poner las reglas de infraestructura de forma más simple para movilizar la inversión. Hoy día, la gran barrera de las inversiones tiene que ver con cómo está la situación de permisos y la regulación.

Costa Rica, por ejemplo, ha desarrollado un ecosistema atractivo para shared services y tecnología desde hace décadas. Esto les ha permitido atraer a muchas empresas que han instalado sus centros de servicios en el país. En nuestra propia operación, tenemos un shared services center en Costa Rica que atiende no solo a Centroamérica, sino a otras regiones del mundo. La clave para cualquier país es agilizar los procesos, mejorar su infraestructura y generar condiciones que hagan más atractiva la inversión.

Para cerrar, quiero preguntarle sobre la dinámica entre EE. UU. y China. ¿Cómo influye este conflicto en la evolución del nearshoring?

— El conflicto entre EE. UU. y China ha sido un factor determinante en la evolución del nearshoring. Sin embargo, más allá de esta disputa específica, el mundo ha experimentado cambios significativos en los últimos cinco años.

Las empresas deben enfocarse en desarrollar resiliencia y agilidad para adaptarse a los cambios. Hoy en día, enfrentamos desafíos en las cadenas de suministro, conflictos geopolíticos y fluctuaciones en la economía global. La clave para las empresas es mantenerse flexibles, diversificar sus operaciones y estar preparadas para reaccionar rápidamente ante cualquier cambio en el entorno.

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