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Geopolítica del litio

.
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
20 de marzo, 2025

La guerra de las baterías es el primer libro de Lukasz Bednarski, analista principal de investigación de litio y materiales para baterías en S&P Global Commodity Insights. Licenciado en Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Aalborg (Dinamarca), amplió su formación en instituciones de Alemania, China y Rusia.

El número de vehículos eléctricos (VE), computadoras que funcionan con una sola carga al día es cada vez mayor. Todo ello depende de las baterías de litio.

Esta revolución se produce a una velocidad vertiginosa. El potencial es enorme: redirigir las industrias esenciales y la realidad cotidiana. El progreso tecnológico se debe tener en cuenta. Sucede algo similar a lo ocurrido con el petróleo. La tecnología mejorará y habrá acceso a más depósitos.

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No todo es positivo, estudios demuestran hasta qué punto se ha generalizado la falsificación de los informes de emisiones que hacen grandes marcas de automóviles en relación con sus VE.

Asimismo, activistas exponen cómo las minas de litio contaminan los acuíferos. La cuestión del agua no afecta a todas, solo a las situadas en lugares áridos. Además, se requieren más datos objetivos, independientes y revisados con rigor científico para evaluar daños y gravedad. Lo que se obtiene del suelo cuando se extrae este mineral no es agua, es salmuera de litio. Una solución salada con agua en su interior, pero cuyo nivel de sal es mucho mayor que el del océano. No es un agua que pueda desalinizarse. No sirve para plantas y animales. Mucho menos para personas.

La minería siempre tendrá un gran impacto en el medio ambiente. No puede hacerse de manera completamente ecológica. Y, como parte de una gran cadena de suministro de tecnología limpia, es consciente de la importancia de reducir su impacto al máximo.

El autor subraya que nunca dejaremos por completo el petróleo. Este se usa en la petroquímica para fabricar diferentes materiales que utilizamos, como plásticos y otros. Y, por ejemplo, estamos muy lejos de tener aviones eléctricos. Así que, no empezaremos a vivir en pocos años en un mundo libre de petróleo. Incluso si todo el parque móvil se electrifica en 2-3 décadas.

Junto al impacto medioambiental se advierten los límites objetivos de la electrificación y reciclaje. A diferencia del petróleo, las baterías de litio pueden reciclarse, todavía es costoso y complejo. Los usuarios que compran VE quieren asegurarse de que gastan dinero en algo que verdaderamente marca una diferencia. Ahí está el incentivo.

El libro se infiltra en los pasillos de contratistas coreanos, japoneses y estadounidenses hasta el despacho del mandatario chino Xi Jinping. Analiza la lucha de las superpotencias por controlar este suministro estratégico. Sea en los lagos salados de la meseta tibetana o en las minas del Congo.

De particular para esta reseña son los salares de Latinoamérica (tradicional patio trasero de EE. UU.). El litio será un material fundamental para abordar la transición energética. Bolivia (minas de Uyuni), Chile (Atacama) y Argentina (salar del Hombre Muerto) acumulan el 60 % de las reservas mundiales.

China trata de desempeñar un papel especial en el nuevo paradigma. El gigante asiático no era muy fuerte en el sector petrolero. Tampoco en el del automóvil. Por eso, decidió centrarse en este nuevo ámbito y desde ángulos muy diversos. No solo en VE, minería y productos químicos, sino en todo: producción de componentes, materias primas… De este modo, se convirtió en campeón de las baterías.

Publicada en inglés en 2021, la versión española de 2024 no está desactualizada. El único avance importante no mencionado es la implementación de la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden. Un impulso para seguir adelante en EE. UU.

Europa, pese a tener voluntad política, carece, hasta ahora, de un apoyo concreto para desarrollar esta industria. Bednarski considera que empresas europeas y estadounidenses prestarán más atención a la producción de litio a medida que los precios sean rentables. Puntualiza: “también necesitamos una política gubernamental inteligente, el ejemplo de países asiáticos demuestra que es necesario”. Señala los casos de Japón y Corea del Sur, “economías democráticas liberales que han conseguido desarrollar este sector”. Su propuesta es analizar esos pasos e intentar llevarlos a efecto en Europa y EE. UU.

La clave está en que los próximos años “haya suficiente capacidad en toda la cadena de suministro para proveer componentes a escala mundial”.

Estamos ante una reveladora investigación sobre la lucha para dominar la próxima gran transformación de la sociedad global. Una lectura muy recomendable.

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Geopolítica del litio

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Marcos Jacobo Suárez Sipmann
20 de marzo, 2025

La guerra de las baterías es el primer libro de Lukasz Bednarski, analista principal de investigación de litio y materiales para baterías en S&P Global Commodity Insights. Licenciado en Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Aalborg (Dinamarca), amplió su formación en instituciones de Alemania, China y Rusia.

El número de vehículos eléctricos (VE), computadoras que funcionan con una sola carga al día es cada vez mayor. Todo ello depende de las baterías de litio.

Esta revolución se produce a una velocidad vertiginosa. El potencial es enorme: redirigir las industrias esenciales y la realidad cotidiana. El progreso tecnológico se debe tener en cuenta. Sucede algo similar a lo ocurrido con el petróleo. La tecnología mejorará y habrá acceso a más depósitos.

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Asimismo, activistas exponen cómo las minas de litio contaminan los acuíferos. La cuestión del agua no afecta a todas, solo a las situadas en lugares áridos. Además, se requieren más datos objetivos, independientes y revisados con rigor científico para evaluar daños y gravedad. Lo que se obtiene del suelo cuando se extrae este mineral no es agua, es salmuera de litio. Una solución salada con agua en su interior, pero cuyo nivel de sal es mucho mayor que el del océano. No es un agua que pueda desalinizarse. No sirve para plantas y animales. Mucho menos para personas.

La minería siempre tendrá un gran impacto en el medio ambiente. No puede hacerse de manera completamente ecológica. Y, como parte de una gran cadena de suministro de tecnología limpia, es consciente de la importancia de reducir su impacto al máximo.

El autor subraya que nunca dejaremos por completo el petróleo. Este se usa en la petroquímica para fabricar diferentes materiales que utilizamos, como plásticos y otros. Y, por ejemplo, estamos muy lejos de tener aviones eléctricos. Así que, no empezaremos a vivir en pocos años en un mundo libre de petróleo. Incluso si todo el parque móvil se electrifica en 2-3 décadas.

Junto al impacto medioambiental se advierten los límites objetivos de la electrificación y reciclaje. A diferencia del petróleo, las baterías de litio pueden reciclarse, todavía es costoso y complejo. Los usuarios que compran VE quieren asegurarse de que gastan dinero en algo que verdaderamente marca una diferencia. Ahí está el incentivo.

El libro se infiltra en los pasillos de contratistas coreanos, japoneses y estadounidenses hasta el despacho del mandatario chino Xi Jinping. Analiza la lucha de las superpotencias por controlar este suministro estratégico. Sea en los lagos salados de la meseta tibetana o en las minas del Congo.

De particular para esta reseña son los salares de Latinoamérica (tradicional patio trasero de EE. UU.). El litio será un material fundamental para abordar la transición energética. Bolivia (minas de Uyuni), Chile (Atacama) y Argentina (salar del Hombre Muerto) acumulan el 60 % de las reservas mundiales.

China trata de desempeñar un papel especial en el nuevo paradigma. El gigante asiático no era muy fuerte en el sector petrolero. Tampoco en el del automóvil. Por eso, decidió centrarse en este nuevo ámbito y desde ángulos muy diversos. No solo en VE, minería y productos químicos, sino en todo: producción de componentes, materias primas… De este modo, se convirtió en campeón de las baterías.

Publicada en inglés en 2021, la versión española de 2024 no está desactualizada. El único avance importante no mencionado es la implementación de la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden. Un impulso para seguir adelante en EE. UU.

Europa, pese a tener voluntad política, carece, hasta ahora, de un apoyo concreto para desarrollar esta industria. Bednarski considera que empresas europeas y estadounidenses prestarán más atención a la producción de litio a medida que los precios sean rentables. Puntualiza: “también necesitamos una política gubernamental inteligente, el ejemplo de países asiáticos demuestra que es necesario”. Señala los casos de Japón y Corea del Sur, “economías democráticas liberales que han conseguido desarrollar este sector”. Su propuesta es analizar esos pasos e intentar llevarlos a efecto en Europa y EE. UU.

La clave está en que los próximos años “haya suficiente capacidad en toda la cadena de suministro para proveer componentes a escala mundial”.

Estamos ante una reveladora investigación sobre la lucha para dominar la próxima gran transformación de la sociedad global. Una lectura muy recomendable.

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