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Enrique Font: “Lograremos el desarrollo solo con libertad empresarial”

En el marco de su reciente nombramiento como presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Enrique Font conversó con República sobre los retos y prioridades que marcarán su gestión. La infraestructura, la certeza jurídica y la unidad del sector industrial destacan como temas urgentes en su agenda. 

¿Cuál es su visión general sobre el papel que debe jugar hoy la CIG? 

— Proponer políticas públicas que ayuden al desarrollo industrial. Creemos que la industrialización es la vía para lograr un crecimiento económico incluyente para todos los guatemaltecos. 

Actualmente, la industria representa el 23 % del PIB y genera empleos formales con el mayor salario del sector productivo. Por eso somos muy enfáticos en defender la estabilidad macroeconómica, que es privilegiada. Sin embargo, es algo que solemos valorar solo cuando se pierde. Un déficit fiscal del 3 % puede parecer manejable, pero requiere una estructura estatal capaz de sostener ese gasto. 

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También nos preocupa la baja ejecución presupuestaria del gobierno actual. Si se habla de endeudamiento, debe ir orientado a inversión en infraestructura y no a gasto puro. 

¿Cuál será el mayor desafío para el sector industrial en los próximos años? 

— La falta de inversión en infraestructura. Este no es un problema nuevo, sino el resultado de décadas de rezago. 

Puerto Quetzal, el principal del país, lleva más de 30 años sin ampliaciones importantes. Actualmente, hay más de 40 buques esperando atracar, lo cual se traduce en pérdidas económicas e inflación. 

También preocupa la caída en la velocidad promedio del transporte por las malas condiciones viales. A eso se suma el deterioro del sistema aeroportuario y la regulación ineficiente en temas de aviación. 

Apoyamos con fuerza la aprobación de una nueva ley de puertos y otra para modernizar el sistema aeroportuario. Son pasos clave para recuperar competitividad.

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¿Qué condiciones son urgentes para que las industrias operen y crezcan? 

— La inversión en infraestructura es urgente. Aunque el contrabando ha bajado, esto se debe más a la depreciación del peso mexicano del que a acciones propias del país. 

Por ejemplo, México no cobra IVA en la canasta básica, lo que facilita que esa mercancía entre de contrabando. Esto pone a los productos nacionales en desventaja frente a los importados ilegalmente. 

Los retrasos en puertos también son graves. Mientras que en México un producto fresco puede llegar en 24 horas a EE. UU., en Guatemala tarda ese mismo tiempo solo en llegar al puerto, y luego debe esperar para exportarse. 

Además, la tramitología es uno de los mayores obstáculos. En Guatemala se superan los 5000 trámites; más que Venezuela (4700). Muchos de ellos exigen hasta tres pasos para un solo permiso. 

¿Cómo ve al país frente a otras economías de la región? 

— El Salvador ha avanzado en inversión en infraestructura, aunque todavía no en puertos. República Dominicana, en cambio, tiene varios puertos privados que funcionan de forma eficiente. 

Guatemala debería aspirar a eso. Reformar la ley portuaria es una expectativa clave. Si logramos atraer inversión, podríamos incluso conectar los dos océanos y volvernos un corredor alternativo al Canal de Panamá. 

Esto tendría sentido geopolítico. Una alternativa al canal sería valiosa para EE. UU., especialmente considerando episodios recientes que afectaron su operación. 

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¿Corremos el riesgo de quedarnos atrás si no resolvemos los cuellos de botella? 

— Sí. Guatemala tiene una ubicación estratégica con acceso a dos océanos y una alianza sólida con EE. UU. 

Tenemos muchas coincidencias con los estadounidenses, como el reconocimiento a Israel o el apoyo a Taiwán. Además, tenemos un déficit comercial con ellos, lo cual debe equilibrarse. 

En cada ronda de conversaciones pedimos igualdad de condiciones arancelarias frente a países como México, que tiene más productos con cero aranceles. 

Pero si no invertimos en puertos y carreteras, inevitablemente nos quedaremos atrás frente a la región. La infraestructura es vital para competir. 

Los cambios en el entorno regional, ¿implican oportunidades o riesgos para Guatemala? 

—Nuestro principal aliado económico es Centroamérica. Hoy comerciamos más con la región que con EE. UU. Eso nos obliga a fortalecer nuestras alianzas en el Triángulo Norte. El impulso a las fronteras abiertas debe continuar porque beneficia a todos los países. 

Participamos activamente en FECAICA y otros foros para facilitar el comercio regional. Creemos firmemente en una integración económica más profunda con Centroamérica. 

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¿Visualiza nuevas oportunidades para que la industria gane terreno en el exterior? 

— Claro. En nuestro plan estratégico estamos reenfocando los servicios internos de Cámara hacia la internacionalización. Además de pensar en exportar, debemos apoyar a las empresas que quieran instalarse en otros países o atraer IED. 

Tenemos casos de empresas guatemaltecas que han crecido fuera del país. Es hora de trasladar esa experiencia a las PYMES, que son el 85 % de nuestros asociados. Queremos facilitar su acceso a nuevos mercados y fortalecer su capacidad de competir globalmente. 

Vemos sectores como cemento, avícola, metalúrgico y restaurantes creciendo en la región. Eso demuestra que sí hay oportunidades reales. La mayoría de los sectores industriales puede crecer fuera del país si tienen el apoyo y las condiciones adecuadas. 

¿Cómo espera articular la voz desde la Cámara en temáticas de país? 

— La certeza jurídica y la transparencia son fundamentales. Como CIG, estaremos vigilantes de todos los procesos clave del próximo año. Nos referimos a la elección de magistrados del TSE, el liderazgo del Ministerio Público, y las designaciones en la Corte de Constitucionalidad. También es importante quién estará al frente del Banco de Guatemala, la Superintendencia de Bancos y Contraloría General de Cuentas. 

Debemos asegurarnos de que haya independencia judicial. Eso es esencial para la estabilidad democrática y económica de Guatemala.

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¿Qué condiciones de infraestructura y políticas públicas son impostergables para atraer más IED? 

— La Ley de Infraestructura Vial Prioritaria debe avanzar. Aunque tiene defectos legales, su implementación es urgente para modernizar el país. 

También deben aprobarse reformas a las leyes de puertos y aeródromos. No podemos seguir postergando decisiones que ya llevan más de 20 años sin resolverse. 

Es inaceptable que cambiar unas gradas eléctricas en el aeropuerto haya tomado más de 14 meses. Eso refleja lo mal que estamos. 

Tenemos recursos y capacidad de endeudamiento. Lo que hace falta es decisión política para abrir espacio a inversión pública y privada, incluida la modalidad APP. 

¿Está Guatemala preparada para aprovechar el aumento en IED? 

— La inversión extranjera ha crecido, aunque aún es menor que en países como Costa Rica, pese a que tenemos una economía más grande. 

Para atraer más inversión necesitamos certeza jurídica e infraestructura. En ese sentido, urge reglamentar el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales. 

Vienen licitaciones importantes como la PEG-5 y PEG-3. La industria necesita energía, y nuestro modelo eléctrico ha sido exitoso desde la reforma de 1996. 

Eso nos ha permitido incluso, en ocasiones, ser exportadores de energía eléctrica. Sin embargo, sin tener el reglamento del Convenio 169, no se da certeza jurídica a los procesos. 

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¿Debe preocuparse la industria por el tema arancelario en el contexto geopolítico? 

— Sí, todos deberíamos preocuparnos. Si no hay igualdad con México, Guatemala estará en desventaja. México puede absorber muchos de nuestros productos por su competitividad. Si no tenemos condiciones similares, eso nos afectará gravemente. 

Además, si China empieza a reducir precios por restricciones arancelarias, sus productos inundarán mercados como el nuestro, con precios más bajos que nuestra producción local. Eso podría reducir algunos costos, sí, pero también afectaría a nuestra industria.  

Hoy tenemos una inflación baja y un crecimiento económico de 3.8 %, lo cual es positivo. Aun así, debemos estar atentos a cómo se posiciona Guatemala frente a las decisiones de EE. UU. sobre aranceles. 

Su mensaje al sector industrial y al país en esta nueva etapa… 

— Nuestro enfoque principal debe ser la unión del sector industrial y productivo. No podemos seguir divididos por temas políticos. La desunión solo abre la puerta al crimen organizado, la corrupción y el caos.  

Como sector que más contribuye al PIB, tenemos la responsabilidad de exigir inversión, orden, legalidad y certeza para hacer negocios. 

Lograremos el desarrollo solo con libertad empresarial y un Estado funcional.

Material audiovisual: Diego Cabrera / República

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