Actualidad
Actualidad
Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

Emprendimiento en LAC: ¿motor sin potencia?

.
Miguel Rodríguez
18 de noviembre, 2025

En Latinoamérica y el Caribe el emprendimiento se ha convertido en motor esencial de empleo, especialmente en Centroamérica. Con todo, el entusiasmo emprendedor no se traduce en dinamismo: la región es la más rezagada en crecimiento económico. Los datos confirman un desafío estructural.

Según el informe “Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento” del Banco Mundial, la región alberga dos mundos bien diferenciados de emprendedores. Por un lado, existe una masa abrumadora de microempresas —muchas informales, hasta 5 empleados— conducidas por propietarios con bajo nivel educativo. Por otro, hay un pequeño grupo de empresas transformadoras, más modernas, lideradas por fundadores más preparados y con mayor capacidad de generar valor y empleo formal.

El estudio señala que, a pesar de tasas muy altas de emprendimiento, muchas de esas compañías nacen, pero no escalan. Las nuevas empresas de LAC no superan en productividad a las ya establecidas, lo que significa que ese dinamismo esperado no impulsa un crecimiento real ni sostenido. El problema parece radicar en la “calidad del emprendedor”, no solo en su número.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Otro dato relevante es la distribución según deciles de ingreso; esta muestra que los emprendedores de menos ganancias operan como trabajadores por cuenta propia, sin empleados. En cambio, quienes tienen más recursos tienden a crear compañías mayores. Una brecha estructural que no se da en economías avanzadas.

De acuerdo con el reporte solo una minoría de microempresarios desea crecer: en Chile, apenas el 8 % planea contratar; en México, menos del 1. Esa baja ambición, se señala, está relacionada con un modelo empresarial limitado. Muchos buscan ingresos estables, flexibilidad o ser su propio jefe, más que escalar.

Para promover el crecimiento transformador, se subraya que es urgente mejorar la educación. Incluso entre los emprendedores del decil más alto, casi la mitad no superó la secundaria. Esa carencia limita su capacidad para innovar, gestionar tecnologías modernas o apostar por riesgo. Se necesita formar más graduados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como desarrollar programas especializados en gestión y emprendimiento.

Además, aunque algunos emprendedores tienen potencial, enfrentan obstáculos: mercados financieros poco profundos, dificultades para acceder a crédito y barreras laborales para contratar talento calificado. Esa combinación reduce la probabilidad de que surjan empresas dinámicas.

Deben fortalecerse los ecosistemas para superar deficiencias. Mejorar tribunales, optimizar leyes de quiebra, reforzar los derechos de acreedores y modernizar las regulaciones laborales. Al mismo tiempo, incentivar programas tipo incubadora que ofrezcan mentoría y acompañamiento técnico-gerencial a emprendedores con ambición.

En definitiva, la región no sufre por falta de emprendedores, padece de una baja densidad de negocios transformadores. El desafío es promover la cultura emprendedora y, en paralelo, elevar la calidad de quienes crean empresas a futuro, capaces de generar empleos de calidad y crecimiento sostenido.

 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Emprendimiento en LAC: ¿motor sin potencia?

.
Miguel Rodríguez
18 de noviembre, 2025

En Latinoamérica y el Caribe el emprendimiento se ha convertido en motor esencial de empleo, especialmente en Centroamérica. Con todo, el entusiasmo emprendedor no se traduce en dinamismo: la región es la más rezagada en crecimiento económico. Los datos confirman un desafío estructural.

Según el informe “Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento” del Banco Mundial, la región alberga dos mundos bien diferenciados de emprendedores. Por un lado, existe una masa abrumadora de microempresas —muchas informales, hasta 5 empleados— conducidas por propietarios con bajo nivel educativo. Por otro, hay un pequeño grupo de empresas transformadoras, más modernas, lideradas por fundadores más preparados y con mayor capacidad de generar valor y empleo formal.

El estudio señala que, a pesar de tasas muy altas de emprendimiento, muchas de esas compañías nacen, pero no escalan. Las nuevas empresas de LAC no superan en productividad a las ya establecidas, lo que significa que ese dinamismo esperado no impulsa un crecimiento real ni sostenido. El problema parece radicar en la “calidad del emprendedor”, no solo en su número.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Otro dato relevante es la distribución según deciles de ingreso; esta muestra que los emprendedores de menos ganancias operan como trabajadores por cuenta propia, sin empleados. En cambio, quienes tienen más recursos tienden a crear compañías mayores. Una brecha estructural que no se da en economías avanzadas.

De acuerdo con el reporte solo una minoría de microempresarios desea crecer: en Chile, apenas el 8 % planea contratar; en México, menos del 1. Esa baja ambición, se señala, está relacionada con un modelo empresarial limitado. Muchos buscan ingresos estables, flexibilidad o ser su propio jefe, más que escalar.

Para promover el crecimiento transformador, se subraya que es urgente mejorar la educación. Incluso entre los emprendedores del decil más alto, casi la mitad no superó la secundaria. Esa carencia limita su capacidad para innovar, gestionar tecnologías modernas o apostar por riesgo. Se necesita formar más graduados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como desarrollar programas especializados en gestión y emprendimiento.

Además, aunque algunos emprendedores tienen potencial, enfrentan obstáculos: mercados financieros poco profundos, dificultades para acceder a crédito y barreras laborales para contratar talento calificado. Esa combinación reduce la probabilidad de que surjan empresas dinámicas.

Deben fortalecerse los ecosistemas para superar deficiencias. Mejorar tribunales, optimizar leyes de quiebra, reforzar los derechos de acreedores y modernizar las regulaciones laborales. Al mismo tiempo, incentivar programas tipo incubadora que ofrezcan mentoría y acompañamiento técnico-gerencial a emprendedores con ambición.

En definitiva, la región no sufre por falta de emprendedores, padece de una baja densidad de negocios transformadores. El desafío es promover la cultura emprendedora y, en paralelo, elevar la calidad de quienes crean empresas a futuro, capaces de generar empleos de calidad y crecimiento sostenido.

 

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?