Alfredo Vargas cree en la capacidad humana para mejorar el mundo. En 2019 fundó Integra Groupe. Una firma de inversión con base en Silicon Valley, enfocada en crear valor a través de la conexión entre personas, tecnología y capital.
Antes, desempeñó múltiples puestos en varios países de Latinoamérica. Cofundó y amplió más de 10 empresas en 4 países y codirigió transacciones financieras exitosas por más de USD 500M.
En su último puesto fue responsable de la estrategia de inversión y supervisión de 20 compañías con más de 5M de clientes y 8 000 empleados. República Empresa conversó con el emprendedor para conocer mejor su compañía y percepciones sobre el mercado de capitales de riesgo.
Con tu experiencia regional, ¿cuál es la necesidad más grande que tienen los negocios?
— Nací y crecí en Venezuela; a principios del 2 000 me fui a EE. UU. Desde entonces mi journey ha sido interesante. Los negocios de Latinoamérica son generacionales. Esa es la principal oportunidad, porque hay un cambio en cuanto a dirección.
Tenemos que asegurarnos de dar el espacio a una nueva generación que piensa diferente, tiene algo interesante que aportar, ayuda a generar más valor a nivel de operación y ofrece un producto final al usuario.
Se tienen que atrever a innovar más. El rol de un CEO es seguir explotando lo que se hace bien y explorar nuevas oportunidades. En el mundo del emprendimiento tecnológico es crucial tener la capacidad de identificar necesidades, plantear soluciones, probarlas, recibir feedback, mejorarlas y salir de nuevo. Lo importante es generar valor.
¿Por qué es relevante para Integra Groupe hacer un match entre seres humanos y tecnología?
— Porque los humanos podemos traer diferentes perspectivas a la mesa. Por un lado, tenemos la sensibilidad de entender necesidades, comunidades, mercados, generar ideas y soluciones. Es algo único.
Actualmente, vemos tecnología muy poderosa como la IA, pero la sensibilidad de entender, tener empatía y conectar con esa situación que requiere una solución solo podemos hacerla nosotros. Unir a las personas con tecnología es empoderarlas.
Se enfocan en dar acceso a capitales para empresas latinoamericanas y españolas que tienen como meta Silicon Valley, ¿por qué?
— Silicon Valley es el ecosistema de emprendimiento más importante del mundo. Es el lugar donde salen las empresas de tecnología más exitosas. Ya sea que se originaron allá o tienen alguna conexión con el área.
Tomando esto en cuenta, para nosotros es un privilegio estar allá porque nos permite estar ahead of time, ver lo que está pasando, y convertirnos en un partner que aporte esos conocimientos en la región y Europa.
A su vez, tenemos la posibilidad de que nuestros inversionistas hagan operaciones y experimenten propiamente este ecosistema. Algo interesante del venture capital es que permite enlazar con la inversión que se está haciendo.
Hemos visto grupos empresariales regionales muy cautos a invertir en tecnología, quizá porque no conocen tanto o el espacio donde se desenvuelven ha sido exitoso. Sin embargo, la posibilidad de colocar capital en estas firmas da una visión distinta. Poco a poco somos un conductor del cambio.
Cuando estos grupos tengan la convicción de que es un asset class interesante podrían empezar a hacer este tipo de operaciones en la región y Guatemala.
Con todo, aún hay personas muy reacias a invertir en tecnología, ¿por qué deberían hacerlo?
— Nuestra filosofía es que la inversión ideal se ajusta al apetito del inversionista. Ofrecemos oportunidades de inversión curadas, únicas y de difícil acceso, pero son para todo el mundo.
Primero, hay que determinar el motivo: si es crecimiento de capital, aprendizaje o diversificación. La tecnología permite diversificar y ponerle un sabor diferente al portafolio.
Luego, diría que los retornos que generan la inversión en tecnología están por encima de otros por average de un índice público o instrumento de deuda.
Por último, es un tema de convicción. Si el objetivo es que parte del capital ‘se ponga a trabajar’ en torno a un mejor futuro, es un activo que realmente lo permite.
¿Cómo están los capitales de riesgo desde las subidas de interés? ¿Es más complejo?
— En estos últimos dos años nos hemos dado cuenta de lo influyentes que son las tasas de interés y lo sensibles que hacen al mundo de inversiones. Con la subida el reto es conseguir oportunidades de inversión que generen rentabilidad por encima de las tasas.
Es importante saber que, si se levanta una ronda de capital hay que pensar cómo se va a invertir en torno al crecimiento y tratar de reducir un poco el riesgo negativo. Evidentemente, eso ha traído a las compañías la obligación de buscar rentabilidad en etapa más temprana, generar inversión y ser más eficientes.
A esto se suma que por primera vez en la historia vemos compañías de tecnologías muy reconocidas reducir personal. Algo nunca visto. El efecto interesante es que muchas personas que salieron decidieron emprender. Eso simplemente ha reciclado el talento en el ecosistema.
Evidentemente, hay una expectativa de que las tasas bajen al ritmo de lo que el mercado espera. Si no llega a pasar, países como EE. UU. pueden entrar en una recesión técnica. Sin embargo, no creo que eso conlleve una caída de mercados. Las compañías siguen incrementando sus ingresos y rentabilidad. No será como 2008.
Como inversionistas tenemos ‘el ojo más afilado’ y que nuestras inversiones subyacentes tengan mejores métricas.
Con ese panorama, ¿qué consejo dejarías a las empresas que están buscando capital de riesgo?
— Primero, saber que es un proceso complejo que toma tiempo. Si bien depende de la etapa en la que estén, el inversionista está buscando resultados pronto.
Por ejemplo, si es etapa temprana, por lo menos tener un prototipo que funcione con cierta atracción. Si es un ciclo más alto, demostrar cómo se crece y se retiene clientes.
También es crucial ser eficientes en el uso del capital que tienen y conocer al inversionista para ver qué valor da a la compañía.
A veces a los emprendedores no les importa quién les da el capital. Puedo entender ese estado de necesidad, pero es un viaje largo y deben ver con quién se asocian por los próximos 10 años.
Es clave mantenerse conectados con su valor porque se percibe del otro lado. En conclusión, ser paciente, resiliente y construir relaciones tempranas.
¿Y para los inversionistas?
— Lo más importante es hacer una estrategia de inversión planificada. Hemos visto que, en Latinoamérica han invertido en VCs porque ‘se ha dado’. Llegó una oportunidad y les hace sentido. Pero en la medida de tener un plan de por qué entran a ese asset class, cómo hacerlo y entender cómo funciona puede traer mejores resultados.
Esto es una inversión de crecimiento a largo plazo y es mejor hacerlo de la mano de expertos. Nosotros invertimos tiempo en educar al inversionista y explicarle qué hay en el mercado para entender qué está buscando.
Hacemos una valoración del portafolio y desde ahí decidimos cuánto y cómo invertimos en capital de riesgo. Con esa claridad las inversiones llegan y el proceso fluye mejor.