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Alfonso González: “La energía solar es nuestra gran oportunidad”

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María José Aresti
08 de abril, 2025

Ante la creciente demanda de energía y urgente necesidad de fortalecer la infraestructura, el sector energético de Guatemala enfrenta retos cruciales. La transición hacia fuentes renovables, como la solar, se perfila como una estrategia clave frente a la limitada producción local. 

Alfonso González, recién nombrado presidente de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), expone en entrevista con República Empresa su visión para el futuro del sector.  

Destaca la importancia de garantizar la estabilidad jurídica y fomentar la inversión en energías limpias. Actuar con rapidez es esencial para evitar una crisis energética a las puertas de la PEG-5. 

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¿Cómo llegó a la presidencia de AGER?

— Soy administrador de empresas y trabajé varios años en la industria de seguros, tanto en corretaje como aseguradora. Luego cambié de rumbo y entré al sector de energía con generación eléctrica. 

Con un grupo de socios desarrollamos dos hidroeléctricas en las Verapaces. Así fue como me acerqué a AGER, hace 12 años. Primero como invitado, luego como parte de la junta directiva, y hoy como presidente, muy entusiasmado y convencido de que estamos aportando mucho al país desde la energía renovable.

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta hoy el sector energético en Guatemala?

— La PEG-5. Todavía no conocemos las bases de licitación, pero el evento oficial será el 23 de abril. A partir de ahí empezaremos a entender con claridad los retos y oportunidades.

Por ahora, hay incertidumbre. Eso es un reto en sí mismo. No sabemos el porcentaje de energía renovable que se espera comprar. Si esa proporción es alta, puede convertirse en una gran oportunidad para Guatemala. 

El país no produce combustibles fósiles. Lo poco que hay se va crudo y no alcanza para abastecer la demanda. Entonces, tenemos que decidir si queremos consumir energía local o importada. En nuestro caso, la local es renovable: hidroeléctrica, solar y geotérmica. 

Un primer reto es la certeza jurídica. No pueden cambiarse las condiciones del juego cada vez que hay un nuevo gobierno. Somos históricamente atractivos para la inversión extranjera, pero también necesitamos proteger la inversión local, que es la que ha sostenido al sector. 

El marco jurídico ha sido sano hasta ahora, y eso permite que confiemos en el futuro del sector. Si no hay certeza, se frena la inversión. Hay más de 40 plantas pequeñas operadas con inversión 100 % nacional. No se trata de un grupo dominante, sino de un ecosistema muy distribuido. 

La conciencia de autoridades y actores del sector sobre la necesidad de apostarles a las renovables es el segundo. No solo por el costo variable de los combustibles fósiles, sino por una responsabilidad ambiental ineludible. Todos debemos cuidar el país. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿El país enfrenta problemas por la falta de producción local de electricidad?

— Está en una situación complicada debido al crecimiento sostenido de la demanda de electricidad, mientras se ha reducido la producción local de energía. La economía guatemalteca ha crecido de forma constante por más de 20 años. Eso se traduce en mayor consumo energético. 

Antes, la demanda eléctrica crecía por debajo del PIB. Hoy crece más rápido, a un ritmo de 4 % anual. Somos más intensivos en el uso de electricidad, tanto en el hogar como en las industrias. 

Estamos rodeados de tecnología y hemos crecido industrialmente. Estamos al límite de nuestra capacidad instalada de generación. Todo eso consume electricidad. 

Hace dos días rompimos el récord de demanda. Entre abril y mayo es probable que se repita. Eso genera presión en el sistema.  

Con el fin de la zafra, dejamos de generar con bagazo y pasamos a depender de las plantas térmicas, que usan combustibles fósiles. Si alguna de esas grandes plantas falla, corremos el riesgo real de racionamientos. 

Aunque la PEG-5 es una buena noticia, desde que se lanza hasta que se instala la nueva generación pasarán al menos tres años. En ese tiempo, la energía solar puede ser nuestra gran oportunidad. Actualmente, hay entre 300 y 400 megavatios en construcción, que alivianarían la presión. 

Pero se necesita apoyo de las autoridades, incluyendo alcaldes. Muchos proyectos están frenados por falta de licencias. Si no se entiende la urgencia, nos acercamos a un escenario de racionamiento inevitable. 

¿Cómo satisfacer esa demanda mientras no entra nueva generación al sistema eléctrico nacional?

— En parte, dependeremos del clima, que cada vez es más impredecible. Pero también necesitamos una apuesta nacional decidida por la energía solar, tal como en su momento se apostó por la hidroeléctrica. 

Sin esos proyectos hidroeléctricos de hace una década, hoy estaríamos pagaríamos el doble o triple en nuestras facturas eléctricas. La apuesta de hoy debe ser solar.  

Mientras tanto, como ciudadanos, debemos ahorrar energía. Pequeños hábitos hacen grandes diferencias. Además, aprovechar nuestros recursos naturales para mantener tarifas estables, no necesariamente más bajas, pero sí sostenibles. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Existen las condiciones adecuadas para atraer inversión al sector?

— La certeza jurídica es crucial. No se deben cambiar las normas. Es decir, con la que entraste, con esa debes salir. Esa estabilidad es la que permite a los inversionistas calcular riesgos y decidir apostar por Guatemala. 

Los procesos de licitación de largo plazo garantizan al inversionista la compra de su producto por un período determinado. Hay pocos sectores donde se pueden hacer contratos así.  

Finalmente, el apoyo de las autoridades. Los ministerios deben ser ágiles en permisos y estrictos. No se trata de obviar normas ambientales o regulatorias, pero sí de ser eficientes. 

Las autoridades locales —alcaldes y COCODES— juegan un rol clave. Ellos pueden ser héroes o convertirse en obstáculos. Hoy es fácil, si se apoya la instalación de energía solar: es una gran ocasión para el país. 

¿Qué tan importante es la PEG-5 para Guatemala?

—Es trascendental, más que importante: por la inversión y todo lo que conlleva. Hablamos de más de GTQ 4000M en inversión nueva. Eso involucra a instituciones financieras, empresas que generan empleo y mueven dinero. Tiene un efecto multiplicador enorme. 

Hemos visto los problemas de liquidez en el sistema bancario por la falta de inversión en infraestructura. Este es el mejor ejemplo de cómo una inversión 100 % privada puede dinamizar la economía y contribuir al desarrollo sin depender del Estado. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Qué expectativas tiene de su gestión al frente de AGER?

—Afortunadamente, contamos con un equipo extraordinario. Son profesionales comprometidos, apasionados y enfocados. Debemos seguir funcionando tan bien o mejor para crecer y consolidar la institucionalidad del gremio. 

Nuestra junta de directivos e inversionistas están convencidos de que la energía renovable debe ser el futuro para Guatemala. Cada día hay más conciencia de la importancia del sector y la energía renovable. 

Algo que le gustaría agregar… 

— Subrayar la importancia de promover la energía renovable es fundamental. En el pasado nos tocó sufrir los apagones y hacer tareas con candela. Eso nos puede volver a pasar si no aprovechamos nuestro potencial energético. Sí, deben venir otras plantas, pero la energía eléctrica en un país necesita una matriz de generación equilibrada. Debemos aprovechar lo que tenemos localmente.

 

Material visual: Victor Leal

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Alfonso González: “La energía solar es nuestra gran oportunidad”

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María José Aresti
08 de abril, 2025

Ante la creciente demanda de energía y urgente necesidad de fortalecer la infraestructura, el sector energético de Guatemala enfrenta retos cruciales. La transición hacia fuentes renovables, como la solar, se perfila como una estrategia clave frente a la limitada producción local. 

Alfonso González, recién nombrado presidente de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER), expone en entrevista con República Empresa su visión para el futuro del sector.  

Destaca la importancia de garantizar la estabilidad jurídica y fomentar la inversión en energías limpias. Actuar con rapidez es esencial para evitar una crisis energética a las puertas de la PEG-5. 

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— Soy administrador de empresas y trabajé varios años en la industria de seguros, tanto en corretaje como aseguradora. Luego cambié de rumbo y entré al sector de energía con generación eléctrica. 

Con un grupo de socios desarrollamos dos hidroeléctricas en las Verapaces. Así fue como me acerqué a AGER, hace 12 años. Primero como invitado, luego como parte de la junta directiva, y hoy como presidente, muy entusiasmado y convencido de que estamos aportando mucho al país desde la energía renovable.

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta hoy el sector energético en Guatemala?

— La PEG-5. Todavía no conocemos las bases de licitación, pero el evento oficial será el 23 de abril. A partir de ahí empezaremos a entender con claridad los retos y oportunidades.

Por ahora, hay incertidumbre. Eso es un reto en sí mismo. No sabemos el porcentaje de energía renovable que se espera comprar. Si esa proporción es alta, puede convertirse en una gran oportunidad para Guatemala. 

El país no produce combustibles fósiles. Lo poco que hay se va crudo y no alcanza para abastecer la demanda. Entonces, tenemos que decidir si queremos consumir energía local o importada. En nuestro caso, la local es renovable: hidroeléctrica, solar y geotérmica. 

Un primer reto es la certeza jurídica. No pueden cambiarse las condiciones del juego cada vez que hay un nuevo gobierno. Somos históricamente atractivos para la inversión extranjera, pero también necesitamos proteger la inversión local, que es la que ha sostenido al sector. 

El marco jurídico ha sido sano hasta ahora, y eso permite que confiemos en el futuro del sector. Si no hay certeza, se frena la inversión. Hay más de 40 plantas pequeñas operadas con inversión 100 % nacional. No se trata de un grupo dominante, sino de un ecosistema muy distribuido. 

La conciencia de autoridades y actores del sector sobre la necesidad de apostarles a las renovables es el segundo. No solo por el costo variable de los combustibles fósiles, sino por una responsabilidad ambiental ineludible. Todos debemos cuidar el país. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿El país enfrenta problemas por la falta de producción local de electricidad?

— Está en una situación complicada debido al crecimiento sostenido de la demanda de electricidad, mientras se ha reducido la producción local de energía. La economía guatemalteca ha crecido de forma constante por más de 20 años. Eso se traduce en mayor consumo energético. 

Antes, la demanda eléctrica crecía por debajo del PIB. Hoy crece más rápido, a un ritmo de 4 % anual. Somos más intensivos en el uso de electricidad, tanto en el hogar como en las industrias. 

Estamos rodeados de tecnología y hemos crecido industrialmente. Estamos al límite de nuestra capacidad instalada de generación. Todo eso consume electricidad. 

Hace dos días rompimos el récord de demanda. Entre abril y mayo es probable que se repita. Eso genera presión en el sistema.  

Con el fin de la zafra, dejamos de generar con bagazo y pasamos a depender de las plantas térmicas, que usan combustibles fósiles. Si alguna de esas grandes plantas falla, corremos el riesgo real de racionamientos. 

Aunque la PEG-5 es una buena noticia, desde que se lanza hasta que se instala la nueva generación pasarán al menos tres años. En ese tiempo, la energía solar puede ser nuestra gran oportunidad. Actualmente, hay entre 300 y 400 megavatios en construcción, que alivianarían la presión. 

Pero se necesita apoyo de las autoridades, incluyendo alcaldes. Muchos proyectos están frenados por falta de licencias. Si no se entiende la urgencia, nos acercamos a un escenario de racionamiento inevitable. 

¿Cómo satisfacer esa demanda mientras no entra nueva generación al sistema eléctrico nacional?

— En parte, dependeremos del clima, que cada vez es más impredecible. Pero también necesitamos una apuesta nacional decidida por la energía solar, tal como en su momento se apostó por la hidroeléctrica. 

Sin esos proyectos hidroeléctricos de hace una década, hoy estaríamos pagaríamos el doble o triple en nuestras facturas eléctricas. La apuesta de hoy debe ser solar.  

Mientras tanto, como ciudadanos, debemos ahorrar energía. Pequeños hábitos hacen grandes diferencias. Además, aprovechar nuestros recursos naturales para mantener tarifas estables, no necesariamente más bajas, pero sí sostenibles. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Existen las condiciones adecuadas para atraer inversión al sector?

— La certeza jurídica es crucial. No se deben cambiar las normas. Es decir, con la que entraste, con esa debes salir. Esa estabilidad es la que permite a los inversionistas calcular riesgos y decidir apostar por Guatemala. 

Los procesos de licitación de largo plazo garantizan al inversionista la compra de su producto por un período determinado. Hay pocos sectores donde se pueden hacer contratos así.  

Finalmente, el apoyo de las autoridades. Los ministerios deben ser ágiles en permisos y estrictos. No se trata de obviar normas ambientales o regulatorias, pero sí de ser eficientes. 

Las autoridades locales —alcaldes y COCODES— juegan un rol clave. Ellos pueden ser héroes o convertirse en obstáculos. Hoy es fácil, si se apoya la instalación de energía solar: es una gran ocasión para el país. 

¿Qué tan importante es la PEG-5 para Guatemala?

—Es trascendental, más que importante: por la inversión y todo lo que conlleva. Hablamos de más de GTQ 4000M en inversión nueva. Eso involucra a instituciones financieras, empresas que generan empleo y mueven dinero. Tiene un efecto multiplicador enorme. 

Hemos visto los problemas de liquidez en el sistema bancario por la falta de inversión en infraestructura. Este es el mejor ejemplo de cómo una inversión 100 % privada puede dinamizar la economía y contribuir al desarrollo sin depender del Estado. 

Alfonso González, presidente de AGER. Fotografía: Victor Leal.

¿Qué expectativas tiene de su gestión al frente de AGER?

—Afortunadamente, contamos con un equipo extraordinario. Son profesionales comprometidos, apasionados y enfocados. Debemos seguir funcionando tan bien o mejor para crecer y consolidar la institucionalidad del gremio. 

Nuestra junta de directivos e inversionistas están convencidos de que la energía renovable debe ser el futuro para Guatemala. Cada día hay más conciencia de la importancia del sector y la energía renovable. 

Algo que le gustaría agregar… 

— Subrayar la importancia de promover la energía renovable es fundamental. En el pasado nos tocó sufrir los apagones y hacer tareas con candela. Eso nos puede volver a pasar si no aprovechamos nuestro potencial energético. Sí, deben venir otras plantas, pero la energía eléctrica en un país necesita una matriz de generación equilibrada. Debemos aprovechar lo que tenemos localmente.

 

Material visual: Victor Leal

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