La crisis política en Guatemala, con la renuncia del presidente Otto Pérez por denuncias de corrupción, abre un interrogante sobre la suerte del multimillonario plan de ayuda a América Central propuesto por Estados Unidos, apuntan analistas. Se trata del llamado Plan para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
En 2014, luego de una impresionante oleada de inmigración irregular hacia la frontera sur estadounidense, la Casa Blanca ofreció US$1,000 millones de ayuda en cinco años para los mencionados países.
Este jueves el legislador Demócrata Eliot Engel, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, comprometió su esfuerzo para que el Congreso apruebe el plan.
“El apoyo del Congreso estadounidense a las instituciones guatemaltecas es más crucial que nunca, y trabajaré con mis colegas en la Cámara de Representantes y el Senado para asegurar que los fondos previstos para apoyar el reino de la ley y el desarrollo en Guatemala sean aprobados”, manifestó Engel.
Para analistas, Estados Unidos debe mantener su soporte y el ambicioso plan de ayuda.
“La comunidad internacional debe apoyar a Guatemala en este momento difícil. Estados Unidos debe dar asistencia en cualquier forma que Guatemala lo solicite”, expresó Jason Marczak, especialista del centro de reflexiones Atlantic Council.
Sin embargo, resulta difícil esperar que el Congreso estadounidense apruebe sin cuestionamientos un paquete de ayuda de US$1.000 millones países donde un presidente se vio forzado a renunciar para responder ante la justicia por cargos de corrupción.
“Consecuencias obvias”
En la visión de Cynthia Arnson, del Wilson Center de Washington, la situación en Guatemala “tendrá consecuencias obvias y profundas” en la suerte del plan de ayuda.
“Este tipo de problemas, el de la capacidad de los gobiernos de usar el dinero de forma transparente y eficiente, ha sido el centro de las discusiones desde el inicio”, dijo Arnson, en referencia al escándalo que promovió la caída de Pérez.
Para Beltrán, la situación política en Guatemala “muestra que la transformación es posible” y pone de manifiesto la importancia de “fortalecer las instituciones para hacer que los cambios sean posibles”.
En tanto, el profesor José Eduardo Cal Montoya, de la universidad San Carlos de Guatemala, destacó “el papel de la embajada estadounidense para alentar las protestas”, con un interés a largo plazo, según dijo a la AFP: “frenar la migración de niños sin papeles hacia los Estados Unidos”.
El Plan para la Prosperidad consiste en un paquete de proyectos para promover las inversiones que generen oportunidades de empleo, así como el combate de la criminalidad en los tres países, a fin de limitar la emigración hacia Estados Unidos.
La crisis política en Guatemala, con la renuncia del presidente Otto Pérez por denuncias de corrupción, abre un interrogante sobre la suerte del multimillonario plan de ayuda a América Central propuesto por Estados Unidos, apuntan analistas. Se trata del llamado Plan para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
En 2014, luego de una impresionante oleada de inmigración irregular hacia la frontera sur estadounidense, la Casa Blanca ofreció US$1,000 millones de ayuda en cinco años para los mencionados países.
Este jueves el legislador Demócrata Eliot Engel, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, comprometió su esfuerzo para que el Congreso apruebe el plan.
“El apoyo del Congreso estadounidense a las instituciones guatemaltecas es más crucial que nunca, y trabajaré con mis colegas en la Cámara de Representantes y el Senado para asegurar que los fondos previstos para apoyar el reino de la ley y el desarrollo en Guatemala sean aprobados”, manifestó Engel.
Para analistas, Estados Unidos debe mantener su soporte y el ambicioso plan de ayuda.
“La comunidad internacional debe apoyar a Guatemala en este momento difícil. Estados Unidos debe dar asistencia en cualquier forma que Guatemala lo solicite”, expresó Jason Marczak, especialista del centro de reflexiones Atlantic Council.
Sin embargo, resulta difícil esperar que el Congreso estadounidense apruebe sin cuestionamientos un paquete de ayuda de US$1.000 millones países donde un presidente se vio forzado a renunciar para responder ante la justicia por cargos de corrupción.
“Consecuencias obvias”
En la visión de Cynthia Arnson, del Wilson Center de Washington, la situación en Guatemala “tendrá consecuencias obvias y profundas” en la suerte del plan de ayuda.
“Este tipo de problemas, el de la capacidad de los gobiernos de usar el dinero de forma transparente y eficiente, ha sido el centro de las discusiones desde el inicio”, dijo Arnson, en referencia al escándalo que promovió la caída de Pérez.
Para Beltrán, la situación política en Guatemala “muestra que la transformación es posible” y pone de manifiesto la importancia de “fortalecer las instituciones para hacer que los cambios sean posibles”.
En tanto, el profesor José Eduardo Cal Montoya, de la universidad San Carlos de Guatemala, destacó “el papel de la embajada estadounidense para alentar las protestas”, con un interés a largo plazo, según dijo a la AFP: “frenar la migración de niños sin papeles hacia los Estados Unidos”.
El Plan para la Prosperidad consiste en un paquete de proyectos para promover las inversiones que generen oportunidades de empleo, así como el combate de la criminalidad en los tres países, a fin de limitar la emigración hacia Estados Unidos.