La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, participa el lunes de la cumbre Brasil-Unión Europea (UE) en Bruselas, donde abordará las negociaciones del acuerdo de libre comercio con el Mercosur y el espinoso reclamo europeo sobre los incentivos brasileños a su industria.
Antes, la mandataria irá al Vaticano, donde invitará al papa Francisco al Mundial.
La cumbre de Bruselas reunirá a Rousseff y los presidentes de la UE, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
‘Un tema de mi agenda con la Unión Europea es la Zona Franca de Manaos’, anunció Rousseff la semana pasada. En el corazón de la Amazonía de Brasil, la Zona Franca produce equipos electrónicos con beneficios fiscales.
Rousseff ‘rechazó’ la objeción europea y aseguró: ‘para preservar el medio ambiente es necesario un sistema tributario especial’, que proporcione a la Amazonía medios económicos alternativos a la destrucción de la selva.
Otros sectores de la industria brasileña ganaron beneficios fiscales, y Europa pidió en diciembre a la Organización Mundial del Comercio (OMC) consultas sobre esas políticas que considera proteccionistas y ‘discriminatorias’ con las exportaciones europeas.
Avanza acuerdo UE-Mercosur
La reunión de Bruselas coincide con un momento clave en las negociaciones del acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, reanudadas en 2010 tras seis años de paralización, y para las que Rousseff, Van Rompuy y Barroso declararon su ‘fuerte voluntad política’ en la cumbre del año pasado en Brasilia.
El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, informó el martes que ambas partes están ‘muy próximas’ para el intercambio de ofertas.
‘Ese acuerdo tiene pocas posibilidades de andar con la parálisis interna del Mercosur, y la reticencia de Argentina a una buena oferta, dada su lamentable situación económica’, opinó Estevao Martins, historiador de la Universidad de Brasilia.
Interrogadas sobre Argentina, fuentes europeas en Bruselas indicaron que ‘esperamos que los socios del Mercosur llegarán a un consenso sobre el nivel de ambición’.
La industria brasileña reclama un acuerdo que permita a Brasil avanzar con otros socios, como Uruguay y Paraguay, aunque el gobierno ha insistido en mantener la norma del Mercosur que obliga a sus miembros a negociar juntos.
Aun así, Venezuela no presentará oferta, porque todavía está adaptando sus normas al bloque.
Un tema que será abordado en la cumbre -y que ha ganado fuerza de lado y lado tras denuncias de espionaje de Estados Unidos a ciudadanos, empresas y a las mandatarias alemana Angela Merkel y brasileña Dilma Rousseff- es la gobernanza de internet, indicaron fuentes europeas en Brasilia. Ambas partes debaten la posibilidad de tender un cable submarino de comunicaciones entre Brasil y Europa.
Otro tema que puede surgir es la ‘preocupación’ por la situación en Venezuela, escenario de violentas protestas, indicaron fuentes europeas en Bruselas.
Brasil y Europa crearon esta cumbre en 2007, con la firma de una asociación estratégica cuando el país sudamericano estaba gobernado por Luiz Inacio Lula da Silva.
La decisión de Rousseff de ir a Bruselas -no confirmada hasta último minuto y que se temía fuera cancelada- ‘es una señal fuerte de que atribuye una importancia destacada a esa relación’, estimó Martins.
Invita al papa al Mundial
Antes de llegar a Bruselas, Rousseff viajará al Vaticano, donde participará del nombramiento de nuevos cardenales, uno de ellos brasileño, y será recibida el viernes por el papa Francisco, un gran hincha del fútbol al que, según anunció esta semana, pretende invitar para que asista al Mundial en Brasil entre junio y julio.
El Papa ‘tiene un compromiso con los pobres. Lo respeto mucho por eso y también por el hecho de que es un Papa latinoamericano, argentino’, dijo Rousseff esta semana. Francisco estuvo en Brasil en julio de 2013 en oportunidad de la Jornada Mundial de la Juventud.
La visita al Vaticano de Rousseff, una ex guerrillera de 66 años, ocurre a alrededor de ocho meses de las elecciones presidenciales, en las que la mandataria es favorita a la reelección.
Los comicios que dieron la victoria a Rousseff en 2010 estuvieron marcados por una gran polémica sobre el aborto, que le generó a la dirigente del Partido de los Trabajadores la oposición de sectores de la Iglesia y hasta una intervención del entonces papa Benedicto XVI, en defensa de una postura firme de los obispos brasileños contra el aborto.
Rousseff se comprometió entonces a no impulsar una despenalización del aborto en su país.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, participa el lunes de la cumbre Brasil-Unión Europea (UE) en Bruselas, donde abordará las negociaciones del acuerdo de libre comercio con el Mercosur y el espinoso reclamo europeo sobre los incentivos brasileños a su industria.
Antes, la mandataria irá al Vaticano, donde invitará al papa Francisco al Mundial.
La cumbre de Bruselas reunirá a Rousseff y los presidentes de la UE, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
‘Un tema de mi agenda con la Unión Europea es la Zona Franca de Manaos’, anunció Rousseff la semana pasada. En el corazón de la Amazonía de Brasil, la Zona Franca produce equipos electrónicos con beneficios fiscales.
Rousseff ‘rechazó’ la objeción europea y aseguró: ‘para preservar el medio ambiente es necesario un sistema tributario especial’, que proporcione a la Amazonía medios económicos alternativos a la destrucción de la selva.
Otros sectores de la industria brasileña ganaron beneficios fiscales, y Europa pidió en diciembre a la Organización Mundial del Comercio (OMC) consultas sobre esas políticas que considera proteccionistas y ‘discriminatorias’ con las exportaciones europeas.
Avanza acuerdo UE-Mercosur
La reunión de Bruselas coincide con un momento clave en las negociaciones del acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, reanudadas en 2010 tras seis años de paralización, y para las que Rousseff, Van Rompuy y Barroso declararon su ‘fuerte voluntad política’ en la cumbre del año pasado en Brasilia.
El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, informó el martes que ambas partes están ‘muy próximas’ para el intercambio de ofertas.
‘Ese acuerdo tiene pocas posibilidades de andar con la parálisis interna del Mercosur, y la reticencia de Argentina a una buena oferta, dada su lamentable situación económica’, opinó Estevao Martins, historiador de la Universidad de Brasilia.
Interrogadas sobre Argentina, fuentes europeas en Bruselas indicaron que ‘esperamos que los socios del Mercosur llegarán a un consenso sobre el nivel de ambición’.
La industria brasileña reclama un acuerdo que permita a Brasil avanzar con otros socios, como Uruguay y Paraguay, aunque el gobierno ha insistido en mantener la norma del Mercosur que obliga a sus miembros a negociar juntos.
Aun así, Venezuela no presentará oferta, porque todavía está adaptando sus normas al bloque.
Un tema que será abordado en la cumbre -y que ha ganado fuerza de lado y lado tras denuncias de espionaje de Estados Unidos a ciudadanos, empresas y a las mandatarias alemana Angela Merkel y brasileña Dilma Rousseff- es la gobernanza de internet, indicaron fuentes europeas en Brasilia. Ambas partes debaten la posibilidad de tender un cable submarino de comunicaciones entre Brasil y Europa.
Otro tema que puede surgir es la ‘preocupación’ por la situación en Venezuela, escenario de violentas protestas, indicaron fuentes europeas en Bruselas.
Brasil y Europa crearon esta cumbre en 2007, con la firma de una asociación estratégica cuando el país sudamericano estaba gobernado por Luiz Inacio Lula da Silva.
La decisión de Rousseff de ir a Bruselas -no confirmada hasta último minuto y que se temía fuera cancelada- ‘es una señal fuerte de que atribuye una importancia destacada a esa relación’, estimó Martins.
Invita al papa al Mundial
Antes de llegar a Bruselas, Rousseff viajará al Vaticano, donde participará del nombramiento de nuevos cardenales, uno de ellos brasileño, y será recibida el viernes por el papa Francisco, un gran hincha del fútbol al que, según anunció esta semana, pretende invitar para que asista al Mundial en Brasil entre junio y julio.
El Papa ‘tiene un compromiso con los pobres. Lo respeto mucho por eso y también por el hecho de que es un Papa latinoamericano, argentino’, dijo Rousseff esta semana. Francisco estuvo en Brasil en julio de 2013 en oportunidad de la Jornada Mundial de la Juventud.
La visita al Vaticano de Rousseff, una ex guerrillera de 66 años, ocurre a alrededor de ocho meses de las elecciones presidenciales, en las que la mandataria es favorita a la reelección.
Los comicios que dieron la victoria a Rousseff en 2010 estuvieron marcados por una gran polémica sobre el aborto, que le generó a la dirigente del Partido de los Trabajadores la oposición de sectores de la Iglesia y hasta una intervención del entonces papa Benedicto XVI, en defensa de una postura firme de los obispos brasileños contra el aborto.
Rousseff se comprometió entonces a no impulsar una despenalización del aborto en su país.