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Clima apaciguado para 3ª ronda de negociaciones comerciales UE-EEUU

Redacción República
16 de diciembre, 2013

Europeos y estadounidenses comenzaron el lunes en Washington la tercera ronda de negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio, pese a un nuevo escándalo de espionaje.

Lejos de las cámaras, los dos jefes negociadores se dieron un apretón de manos en la capital estadounidense, iniciando cinco días de conversaciones en una atmósfera menos tensa que en el pasado.

Las dos rondas anteriores, en julio en Washington y a mediados de noviembre en Bruselas, estuvieron condicionadas por revelaciones sobre el espionaje estadounidense en Europa, que desencadenaron una tempestad diplomática y casi hicieron descarrilar el proceso.

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Pese a la movilización del lunes por la mañana en Washington de una decena de militantes que criticaban las prácticas de la agencia de inteligencia estadounidense (NSA), este nuevo ciclo de conversaciones se abre bajo mejores auspicios.

El flujo de nuevas revelaciones sobre el espionaje estadounidense se aplacó, y los promotores del libre comercio esperan beneficiarse del impulso dado por el acuerdo alcanzado en la Organización Mundial de Comercio (OMC), el primer de la historia, el 7 de diciembre en Bali.


‘Puntos espinosos’


Las negociaciones sin embargo no se anuncian fáciles, luego de una segunda ronda que permitió ‘dar un paso adelante’ según los delegados.

Como es habitual, los dos campos mantuvieron el secreto sobre los temas que serán abordado en esta tercera ronda. El mandato de los negociadores de ambas partes nunca fue hecho público.

La reducción de las barreras aduaneras sobre ‘los servicios de energía y materias primas’ debería estar sobre la mesa, indicó simplemente durante el fin de semana la Comisión europea, que representa a los 28 estados miembro en las negociaciones.

Los obstáculos ‘reglamentarios’ al intercambio comercial debería también ser mencionado, agregó Bruselas.

Contactada por la AFP, la oficina del Representante estadounidense de Comercio Exterior (USTR), que representa a Washington en las conversaciones, rehusó dar más detalles.

Numerosos temas permanecen en suspenso. La agricultura continúa siendo una fuente de conflicto para Europa y particularmente para Francia. Los organismos genéticamente modificados (OGM) están estrictamente limitados en Europa, mientras que en Estados Unidos se los cultiva a gran escala.

Después del escándalo de espionaje estadounidense, los europeos son reticentes a liberalizar los intercambios de datos de los usuarios de internet, hasta que los 28 no acuerden una reglamentación comunitaria para el sector.

‘La protección de datos no es algo burocrático ni una barrera aduanera (…) es un derecho fundamental’, había declarado la vicepresidenta de la Comisión europea Viviane Reding durante su pasaje por Washington a fines de octubre.

Del lado europeo, los Estados miembro buscan también hacer caer las barreras que restringen considerablemente el acceso de las empresas europeas a los mercados estatales estadounidenses.

Algunas leyes (Small Business Act, Buy American Act…) reservan expresamente contratos de compañías públicas a pequeñas y medianas empresas (PME) estadounidenses.

Ese ‘va a ser uno de los puntos espinosos’ de las negociaciones, advirtió una fuente europea cercana a las conversaciones.

Algunas ONG se inquietan ante la voluntad de Estados Unidos de reforzar los derechos de los inversores, a través de la puesta en práctica de un tribunal arbitral privado al que podrían recurrir para cuestionar normas de protección social, ambiental o de salud.

Por su parte, los estadounidenses podrían verse tentados a solicitar la flexibilización de la directiva europea llamada ‘Reach’, que restringe la utilización de productos químicos en la industria, a lo cual los 28 se oponen categóricamente.

Según sus promotores, un acuerdo de libre comercio europeo-estadounidense permitiría impulsar la economía en ambas márgenes del Atlántico.

Un TLC podría reportar unos 163.000 millones de dólares anuales a la UE, incrementando sus exportaciones hacia Estados Unidos en 28%, según un estudio británico citado por la Comisión Europea.

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Clima apaciguado para 3ª ronda de negociaciones comerciales UE-EEUU

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16 de diciembre, 2013

Europeos y estadounidenses comenzaron el lunes en Washington la tercera ronda de negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio, pese a un nuevo escándalo de espionaje.

Lejos de las cámaras, los dos jefes negociadores se dieron un apretón de manos en la capital estadounidense, iniciando cinco días de conversaciones en una atmósfera menos tensa que en el pasado.

Las dos rondas anteriores, en julio en Washington y a mediados de noviembre en Bruselas, estuvieron condicionadas por revelaciones sobre el espionaje estadounidense en Europa, que desencadenaron una tempestad diplomática y casi hicieron descarrilar el proceso.

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Pese a la movilización del lunes por la mañana en Washington de una decena de militantes que criticaban las prácticas de la agencia de inteligencia estadounidense (NSA), este nuevo ciclo de conversaciones se abre bajo mejores auspicios.

El flujo de nuevas revelaciones sobre el espionaje estadounidense se aplacó, y los promotores del libre comercio esperan beneficiarse del impulso dado por el acuerdo alcanzado en la Organización Mundial de Comercio (OMC), el primer de la historia, el 7 de diciembre en Bali.


‘Puntos espinosos’


Las negociaciones sin embargo no se anuncian fáciles, luego de una segunda ronda que permitió ‘dar un paso adelante’ según los delegados.

Como es habitual, los dos campos mantuvieron el secreto sobre los temas que serán abordado en esta tercera ronda. El mandato de los negociadores de ambas partes nunca fue hecho público.

La reducción de las barreras aduaneras sobre ‘los servicios de energía y materias primas’ debería estar sobre la mesa, indicó simplemente durante el fin de semana la Comisión europea, que representa a los 28 estados miembro en las negociaciones.

Los obstáculos ‘reglamentarios’ al intercambio comercial debería también ser mencionado, agregó Bruselas.

Contactada por la AFP, la oficina del Representante estadounidense de Comercio Exterior (USTR), que representa a Washington en las conversaciones, rehusó dar más detalles.

Numerosos temas permanecen en suspenso. La agricultura continúa siendo una fuente de conflicto para Europa y particularmente para Francia. Los organismos genéticamente modificados (OGM) están estrictamente limitados en Europa, mientras que en Estados Unidos se los cultiva a gran escala.

Después del escándalo de espionaje estadounidense, los europeos son reticentes a liberalizar los intercambios de datos de los usuarios de internet, hasta que los 28 no acuerden una reglamentación comunitaria para el sector.

‘La protección de datos no es algo burocrático ni una barrera aduanera (…) es un derecho fundamental’, había declarado la vicepresidenta de la Comisión europea Viviane Reding durante su pasaje por Washington a fines de octubre.

Del lado europeo, los Estados miembro buscan también hacer caer las barreras que restringen considerablemente el acceso de las empresas europeas a los mercados estatales estadounidenses.

Algunas leyes (Small Business Act, Buy American Act…) reservan expresamente contratos de compañías públicas a pequeñas y medianas empresas (PME) estadounidenses.

Ese ‘va a ser uno de los puntos espinosos’ de las negociaciones, advirtió una fuente europea cercana a las conversaciones.

Algunas ONG se inquietan ante la voluntad de Estados Unidos de reforzar los derechos de los inversores, a través de la puesta en práctica de un tribunal arbitral privado al que podrían recurrir para cuestionar normas de protección social, ambiental o de salud.

Por su parte, los estadounidenses podrían verse tentados a solicitar la flexibilización de la directiva europea llamada ‘Reach’, que restringe la utilización de productos químicos en la industria, a lo cual los 28 se oponen categóricamente.

Según sus promotores, un acuerdo de libre comercio europeo-estadounidense permitiría impulsar la economía en ambas márgenes del Atlántico.

Un TLC podría reportar unos 163.000 millones de dólares anuales a la UE, incrementando sus exportaciones hacia Estados Unidos en 28%, según un estudio británico citado por la Comisión Europea.

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