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Brasil busca adaptar el trigo a su tierra para evitar importarlo

Redacción República
11 de diciembre, 2013

Brasil, que revolucionó su agricultura en los últimos 40 años, busca ahora adaptar el trigo a su clima para no depender de mercados externos, después de haber “tropicalizado” la soja, la carne y el maíz.

‘Ya cultivamos trigo en áreas tropicales como el entorno de Brasilia, con la misma calidad del trigo argentino, uruguayo o europeo. Pero necesita de mucha irrigación y en la zona central de Brasil el costo es muy alto’, dijo Mauricio Lopes, presidente de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).

‘Entonces, estamos gradualmente desarrollando un trigo que sea capaz de crecer en áreas tropicales, sin irrigación. Esa es la última frontera que nos queda por pasar. Si lo conseguimos, nos volvemos autosuficientes en trigo’, agregó, en diálogo con corresponsales extranjeros.

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Actualmente, Brasil produce poco más de la mitad del trigo que consumen sus 200 millones de habitantes, quienes utilizan este recurso principalmente en pan y pastas.

El déficit de trigo en las inventarios internacionales debido a sequías en países productores ha causado alzas de precios y ha puesto en aprietos a Brasil.

‘Tenemos acuerdos comerciales con nuestros socios del Mercosur. Pero hasta nuestros socios están con stocks bajos, y esa es una limitación para nosotros’, dijo Lopes.

¿Es posible?

‘Para Embrapa nada es imposible, ya ha demostrado cosas extraordinarias. Espero que eso ocurra para que Brasil sea un gran productor de trigo’, dijo a la AFP la presidenta de la Confederación Nacional Agraria (CNA), Katia Abreu.

Actualmente, Brasil consume 12 millones de toneladas de trigo al año, pero produce sólo siete, y el resto es importado de Rusia y Argentina, según datos de la CNA.

No obstante, ante problemas con sus cosechas, Argentina dejó de venderle momentáneamente el producto a Brasil a mediados de año. Por eso, la CNA reclama que el gobierno incentive la producción local.

‘Estamos trabajando con el gobierno en una nueva política para el trigo. Si no se produce con precios garantizados, además de seguros para la cosecha, los agricultores no van a plantar’, agregó Abreu.

Autosuficiencia en 40 años

Entre los años 70 y 80 Brasil era un importante importador de alimentos. Gran parte de su territorio es tropical, con un área geológica muy antigua y suelos en proceso de depredación, ácidos y pobres en nutrientes.

Presionado por la falta de abastecimiento que además elevaba los precios, Brasil se vio obligado a crear su propio modelo de cultivo. Recurrió a sus rocas calcáreas trituradas para reducir el nivel de acidez de sus suelos y a sus reservas de fósforo para aumentar los nutrientes.

Además, entendieron que en suelos tropicales, donde por temporadas caen lluvias torrenciales que inundan, no sirve la técnica del arado de la tierra.

‘Esa técnica es para clima templado, donde las lluvias se distribuyen mejor. Aquí los suelos quedan perforados. Así que no se remueve ni se ara la tierra, sino que se planta directo’, una medida considerada ambientalmente más correcta ya que ayuda a la captación de gases nocivos al clima, precisó el presidente de Embrapa.

De ese modo, en los últimos 40 años Brasil ha transformado sus suelos de pobres a fértiles, y ‘tropicalizado’ la gran mayoría de sus cultivos, como la soja, por ejemplo, del cual es actualmente el segundo productor mundial y, si las previsiones de cosecha de 2013 se cumplen, podría ser el primero en esta cosecha.

Brasil también trajo especies bovinas de India que fueron progresivamente adaptadas, con forraje de África, que también fue adaptado al clima brasileño.

Ahora es el primer exportador mundial de carne de vaca, y cuenta con 200 millones de cabezas de ganado, una vaca por habitante.

Y pasó de ser el quinto mayor comprador mundial de leche en 1973, a ser el cuarto mayor productor de este producto en 2012, según datos de Embrapa.

La entidad brasileña precisó sin embargo que tienen mucho cuidado con el tema de los alimentos genéticamente modificados, los cuales, autorizados en los últimos años, han contribuido en sus logros. ‘No podemos decir no a la tecnología, pero lo hacemos con mucho cuidado’, dijo Lopes.

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Brasil busca adaptar el trigo a su tierra para evitar importarlo

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11 de diciembre, 2013

Brasil, que revolucionó su agricultura en los últimos 40 años, busca ahora adaptar el trigo a su clima para no depender de mercados externos, después de haber “tropicalizado” la soja, la carne y el maíz.

‘Ya cultivamos trigo en áreas tropicales como el entorno de Brasilia, con la misma calidad del trigo argentino, uruguayo o europeo. Pero necesita de mucha irrigación y en la zona central de Brasil el costo es muy alto’, dijo Mauricio Lopes, presidente de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).

‘Entonces, estamos gradualmente desarrollando un trigo que sea capaz de crecer en áreas tropicales, sin irrigación. Esa es la última frontera que nos queda por pasar. Si lo conseguimos, nos volvemos autosuficientes en trigo’, agregó, en diálogo con corresponsales extranjeros.

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Actualmente, Brasil produce poco más de la mitad del trigo que consumen sus 200 millones de habitantes, quienes utilizan este recurso principalmente en pan y pastas.

El déficit de trigo en las inventarios internacionales debido a sequías en países productores ha causado alzas de precios y ha puesto en aprietos a Brasil.

‘Tenemos acuerdos comerciales con nuestros socios del Mercosur. Pero hasta nuestros socios están con stocks bajos, y esa es una limitación para nosotros’, dijo Lopes.

¿Es posible?

‘Para Embrapa nada es imposible, ya ha demostrado cosas extraordinarias. Espero que eso ocurra para que Brasil sea un gran productor de trigo’, dijo a la AFP la presidenta de la Confederación Nacional Agraria (CNA), Katia Abreu.

Actualmente, Brasil consume 12 millones de toneladas de trigo al año, pero produce sólo siete, y el resto es importado de Rusia y Argentina, según datos de la CNA.

No obstante, ante problemas con sus cosechas, Argentina dejó de venderle momentáneamente el producto a Brasil a mediados de año. Por eso, la CNA reclama que el gobierno incentive la producción local.

‘Estamos trabajando con el gobierno en una nueva política para el trigo. Si no se produce con precios garantizados, además de seguros para la cosecha, los agricultores no van a plantar’, agregó Abreu.

Autosuficiencia en 40 años

Entre los años 70 y 80 Brasil era un importante importador de alimentos. Gran parte de su territorio es tropical, con un área geológica muy antigua y suelos en proceso de depredación, ácidos y pobres en nutrientes.

Presionado por la falta de abastecimiento que además elevaba los precios, Brasil se vio obligado a crear su propio modelo de cultivo. Recurrió a sus rocas calcáreas trituradas para reducir el nivel de acidez de sus suelos y a sus reservas de fósforo para aumentar los nutrientes.

Además, entendieron que en suelos tropicales, donde por temporadas caen lluvias torrenciales que inundan, no sirve la técnica del arado de la tierra.

‘Esa técnica es para clima templado, donde las lluvias se distribuyen mejor. Aquí los suelos quedan perforados. Así que no se remueve ni se ara la tierra, sino que se planta directo’, una medida considerada ambientalmente más correcta ya que ayuda a la captación de gases nocivos al clima, precisó el presidente de Embrapa.

De ese modo, en los últimos 40 años Brasil ha transformado sus suelos de pobres a fértiles, y ‘tropicalizado’ la gran mayoría de sus cultivos, como la soja, por ejemplo, del cual es actualmente el segundo productor mundial y, si las previsiones de cosecha de 2013 se cumplen, podría ser el primero en esta cosecha.

Brasil también trajo especies bovinas de India que fueron progresivamente adaptadas, con forraje de África, que también fue adaptado al clima brasileño.

Ahora es el primer exportador mundial de carne de vaca, y cuenta con 200 millones de cabezas de ganado, una vaca por habitante.

Y pasó de ser el quinto mayor comprador mundial de leche en 1973, a ser el cuarto mayor productor de este producto en 2012, según datos de Embrapa.

La entidad brasileña precisó sin embargo que tienen mucho cuidado con el tema de los alimentos genéticamente modificados, los cuales, autorizados en los últimos años, han contribuido en sus logros. ‘No podemos decir no a la tecnología, pero lo hacemos con mucho cuidado’, dijo Lopes.

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