“El pueblo chileno necesitaba el triunfo, algo así tan hermoso como ser campeón de América es lo que necesitaba este país”, afirmó Vidal, el volante de la Juventus de Italia, quien anotó el segundo penal de la tanda definitoria.
El argentino Jorge Sampaoli guió a la Roja con el libreto de Marcelo Bielsa, paradojícamente huérfano de títulos importantes, cambiando la mentalidad de un equipo al que le faltaba temple y arrastraba demasiados problemas de disciplina.
El portero Claudio Bravo, que contuvo el tercer penal a Ever Banega, sostuvo que “era el momento; había que dejar la historia negativa atrás”.
“Es para que lo disfruten, lo vivan como nunca, porque la verdad esto es único, como país no estamos acostumbrados a ganar”, dijo eufórico el portero, compañero de Messi y Javier Mascherano en el Barcelona.
Ninguna de las grandes estrellas que llegaron a Chile lograron destacarse y ser decisivos: entre los de la final, Messi volvió a decepcionar, Alexis Sanchez fue puro barullo pero anotó el penal decisivo, mientras solo Vidal asomó con mucho temple pero poco fútbol.
Tampoco el brasileño Neymar, el uruguayo Edinson Cavani y el colombiano James Rodríguez dieron la talla en un torneo en el que prevalecieron los esquemas tácticos por sobre las individualidades.
Deslucidos Messi y Alexis, aparecieron verdaderos guerreros como el argentino Javier Mascherano, un gladiador increíble y entre los pocos que se salvan del fracaso albiceleste, mientras que en Chile, además de Vidal, los destacados fueron otros luchadores como Gary Medel y Marcelo Díaz.
Y ‘el Tata’ Gerardo Martino pierde su segunda final consecutiva de Copa América, tras haber caido con Paraguay en Argentina-2011.
ol/msa/ma
© 1994-2015 Agence France-Presse
“El pueblo chileno necesitaba el triunfo, algo así tan hermoso como ser campeón de América es lo que necesitaba este país”, afirmó Vidal, el volante de la Juventus de Italia, quien anotó el segundo penal de la tanda definitoria.
El argentino Jorge Sampaoli guió a la Roja con el libreto de Marcelo Bielsa, paradojícamente huérfano de títulos importantes, cambiando la mentalidad de un equipo al que le faltaba temple y arrastraba demasiados problemas de disciplina.
El portero Claudio Bravo, que contuvo el tercer penal a Ever Banega, sostuvo que “era el momento; había que dejar la historia negativa atrás”.
“Es para que lo disfruten, lo vivan como nunca, porque la verdad esto es único, como país no estamos acostumbrados a ganar”, dijo eufórico el portero, compañero de Messi y Javier Mascherano en el Barcelona.
Ninguna de las grandes estrellas que llegaron a Chile lograron destacarse y ser decisivos: entre los de la final, Messi volvió a decepcionar, Alexis Sanchez fue puro barullo pero anotó el penal decisivo, mientras solo Vidal asomó con mucho temple pero poco fútbol.
Tampoco el brasileño Neymar, el uruguayo Edinson Cavani y el colombiano James Rodríguez dieron la talla en un torneo en el que prevalecieron los esquemas tácticos por sobre las individualidades.
Deslucidos Messi y Alexis, aparecieron verdaderos guerreros como el argentino Javier Mascherano, un gladiador increíble y entre los pocos que se salvan del fracaso albiceleste, mientras que en Chile, además de Vidal, los destacados fueron otros luchadores como Gary Medel y Marcelo Díaz.
Y ‘el Tata’ Gerardo Martino pierde su segunda final consecutiva de Copa América, tras haber caido con Paraguay en Argentina-2011.
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