“Venezuela (no) se puso de moda”
Aunque todas las demás libertades estén restringidas, la libertad individual, que es inherente al ser humano, es el único medio que nos permite tomar decisiones que se correspondan con nuestros fines y aspiraciones personales.
Pese a la falta de una verdadera oposición al régimen oficial, Venezuela está exactamente a un mes de celebrar sus próximas “elecciones” presidenciales. El actual presidente, Nicolás Maduro, ha doblado los esfuerzos en su campaña política y, como era de esperarse, ha apostado por las promesas populistas para garantizar el apoyo de los ciudadanos.
Durante su último acto en Caracas, además de expresar su esperanza por el futuro con frases como “Venezuela se puso de moda” y “Venezuela será el asombro de Sudamérica”, el presidente también reconoció por primera vez el fenómeno de la migración masiva que afecta al país sudamericano. Es más, incluso anunció la creación del Viceministerio de Atención para la Migración para facilitar el retorno de los migrantes.
Derivado de este anuncio, merece la pena reflexionar sobre lo que realmente está detrás de esta migración masiva, la manera en la que se relaciona con el proceso electoral y cómo este éxodo de venezolanos es una expresión de los últimos retazos de libertad individual que quedan en el país.
La migración como un medio más poderoso que la voz
Muchos autores señalan que una de las ventajas del federalismo es que es el sistema que mejor garantiza la libertad individual, dado que abre la posibilidad para que las personas puedan migrar a aquellas jurisdicciones que más se aproximen a sus preferencias y condiciones personales. Sin embargo, fue hasta la publicación del artículo del economista Charles Tiebut en 1956 cuando se acuñó el término “votar con los pies”, el cual indica que las personas expresan sus opiniones sobre el gobierno mudándose o quedándose en un territorio.
En muchas ocasiones se habla del “voto con los pies” como una alternativa a la voz que se puede expresar por medio de una papeleta en los procesos electorales. Esto se debe a que, mientras la participación electoral es un juego de suma cero, dado que entre más personas votan menos valor tiene el voto individual, el voto con los pies o la migración sí pude incidir directamente en el diseño de políticas públicas. Adicionalmente, dado que la migración representa mayores costos a nivel individual que un voto, ya que el primero sí produce consecuencias directas, también hay mayores incentivos para tomar decisiones de manera informada, consciente y responsable, a diferencia del voto ignorante que se esfuma en las mayorías.
Si Maduro realmente está comprometido con reducir la migración del país, que en la mayoría de los casos se asemeja más a un tipo de “voto con los pies”, las condiciones políticas y sociales del país deben cambiar. De otra forma, la migración continuará y el país seguirá sufriendo las consecuencias de una dictadura más
En este caso, el proceso electoral y la migración venezolana son muy representativos. Es un hecho que en Venezuela no existe libertad real de elección, dado que el proceso electoral ha sido desfigurado por las autoridades de turno. No obstante, a pesar de que el voto en la papeleta no tiene la capacidad de modificar la forma de hacer política en un país, la migración, al ser una decisión individual, es un ejemplo sobre cómo, pese a gozar de derechos y libertades políticas mínimas, mediante la libertad de movimiento todavía se le puede hacer frente a un gobierno autoritario, señalándole que algo no está bien en la política.
En otras palabras, aunque todas las demás libertades estén restringidas, la libertad individual, que es inherente al ser humano, es el único medio que nos permite tomar decisiones que se correspondan con nuestros fines y aspiraciones personales. En este caso, la migración masiva de la que sufre Venezuela no es un problema que se puede resolver mediante nuevas instituciones, sino que la verdadera solución está en la construcción de un sistema político más plural y competitivo que permita un mayor gozo de libertad individual.
Si Maduro realmente está comprometido con reducir la migración del país, que en la mayoría de los casos se asemeja más a un tipo de “voto con los pies”, las condiciones políticas y sociales del país deben cambiar. De otra forma, la migración continuará y el país seguirá sufriendo las consecuencias de una dictadura más
“Venezuela (no) se puso de moda”
Aunque todas las demás libertades estén restringidas, la libertad individual, que es inherente al ser humano, es el único medio que nos permite tomar decisiones que se correspondan con nuestros fines y aspiraciones personales.
Pese a la falta de una verdadera oposición al régimen oficial, Venezuela está exactamente a un mes de celebrar sus próximas “elecciones” presidenciales. El actual presidente, Nicolás Maduro, ha doblado los esfuerzos en su campaña política y, como era de esperarse, ha apostado por las promesas populistas para garantizar el apoyo de los ciudadanos.
Durante su último acto en Caracas, además de expresar su esperanza por el futuro con frases como “Venezuela se puso de moda” y “Venezuela será el asombro de Sudamérica”, el presidente también reconoció por primera vez el fenómeno de la migración masiva que afecta al país sudamericano. Es más, incluso anunció la creación del Viceministerio de Atención para la Migración para facilitar el retorno de los migrantes.
Derivado de este anuncio, merece la pena reflexionar sobre lo que realmente está detrás de esta migración masiva, la manera en la que se relaciona con el proceso electoral y cómo este éxodo de venezolanos es una expresión de los últimos retazos de libertad individual que quedan en el país.
La migración como un medio más poderoso que la voz
Muchos autores señalan que una de las ventajas del federalismo es que es el sistema que mejor garantiza la libertad individual, dado que abre la posibilidad para que las personas puedan migrar a aquellas jurisdicciones que más se aproximen a sus preferencias y condiciones personales. Sin embargo, fue hasta la publicación del artículo del economista Charles Tiebut en 1956 cuando se acuñó el término “votar con los pies”, el cual indica que las personas expresan sus opiniones sobre el gobierno mudándose o quedándose en un territorio.
En muchas ocasiones se habla del “voto con los pies” como una alternativa a la voz que se puede expresar por medio de una papeleta en los procesos electorales. Esto se debe a que, mientras la participación electoral es un juego de suma cero, dado que entre más personas votan menos valor tiene el voto individual, el voto con los pies o la migración sí pude incidir directamente en el diseño de políticas públicas. Adicionalmente, dado que la migración representa mayores costos a nivel individual que un voto, ya que el primero sí produce consecuencias directas, también hay mayores incentivos para tomar decisiones de manera informada, consciente y responsable, a diferencia del voto ignorante que se esfuma en las mayorías.
Si Maduro realmente está comprometido con reducir la migración del país, que en la mayoría de los casos se asemeja más a un tipo de “voto con los pies”, las condiciones políticas y sociales del país deben cambiar. De otra forma, la migración continuará y el país seguirá sufriendo las consecuencias de una dictadura más
En este caso, el proceso electoral y la migración venezolana son muy representativos. Es un hecho que en Venezuela no existe libertad real de elección, dado que el proceso electoral ha sido desfigurado por las autoridades de turno. No obstante, a pesar de que el voto en la papeleta no tiene la capacidad de modificar la forma de hacer política en un país, la migración, al ser una decisión individual, es un ejemplo sobre cómo, pese a gozar de derechos y libertades políticas mínimas, mediante la libertad de movimiento todavía se le puede hacer frente a un gobierno autoritario, señalándole que algo no está bien en la política.
En otras palabras, aunque todas las demás libertades estén restringidas, la libertad individual, que es inherente al ser humano, es el único medio que nos permite tomar decisiones que se correspondan con nuestros fines y aspiraciones personales. En este caso, la migración masiva de la que sufre Venezuela no es un problema que se puede resolver mediante nuevas instituciones, sino que la verdadera solución está en la construcción de un sistema político más plural y competitivo que permita un mayor gozo de libertad individual.
Si Maduro realmente está comprometido con reducir la migración del país, que en la mayoría de los casos se asemeja más a un tipo de “voto con los pies”, las condiciones políticas y sociales del país deben cambiar. De otra forma, la migración continuará y el país seguirá sufriendo las consecuencias de una dictadura más