Contexto:
En el planeta, y en Guatemala en particular, cuando se piensa en el poder en general y en el poder político en particular, ha sido claro el predominio del sexo masculino, sabidos por supuesto de la enorme influencia que las damas cercanas a los hombres que han ejercido el poder en la historia han podido, pueden y continuarán, por eterna memoria, ejerciendo en la toma de decisiones.
La mujer contemporánea y su incorporación acelerada al poder
Angela Merkel, en Alemania, de la misma forma que en su momento Margaret Thatcher, en Inglaterra, son íconos femeninos en Europa occidental, de la misma forma que Laura Chinchilla de Costa Rica y Michelle Bachelet en Chile, como ejemplo de la incorporación exitosa de la mujer al poder político en sus respectivas naciones. Todas con más luces que sombras.
En México, una nación con una tradición de alta percepción machista, la última carrera por la presidencia estuvo signada por dos mujeres como líderes del proceso y, por supuesto, una de ellas ganó: Claudia Sheinbuam tomará posesión como presidenta el 1 de octubre de 2024. Hay gran expectativa sobre el desempeño su figura.
Se discute ahora si Michelle Obama, esposa del expresidente Obama, o Kamala Harris, actual vicepresidente de Joe Biden, podrían ser las que sustituyeran en el siguiente proceso electoral a este último, quien, por razones de todos conocidas, tiene que, muy a pesar suyo, abandonar la carrera por un segundo mandato. De la misma forma se habla también de Hillary Clinton, quien fuera precisamente derrotada por Trump en el 2016.
De similar forma, en el ámbito corporativo se ha visto a una buena cantidad de damas incursionar en la alta dirección corporativa.
Indagando en internet se puede encontrar que Katharine Graham hizo historia en los años sesenta del pasado siglo como la primera mujer nombrada consejera delegada (CEO) de una empresa del Fortune 500 estadounidense para estar al frente de The Washington Post. De hecho, desde el año pasado quince grandes empresas han escogido una mujer para ser su CEO por su capacidad, experiencia, habilidades y liderazgo.
El pasado 13 de mayo, Ariane Gorin asumió como consejera delegada de la agencia de viajes por Internet Expedia; y el 1 de julio pasado, Janet Truncale se convirtió en la primera CEO de una Big Four, EY.
En Guatemala, caminamos en esta dirección:
Mujeres y jóvenes con ideas claras harán sin duda, un aporte muy importante en estos momento de gran incertidumbre política en Guatemala. Formas de pensar así deben ser alentadas: Termina de hacerse interesante esta incursión de los jóvenes y mujeres en Guatemala, sobre todo en el ámbito de la sociedad civil clara y transparentemente política no partidaria, cuando Christa Walters en una entrevista exclusiva con República tras su nombramiento como la nueva presidente del Movimiento Cívico Nacional (MCN) declara sus intenciones así: “El MCN jamás va a ser un partido político”.
Es interesante ver el avance que la mujer guatemalteca va teniendo en posiciones de poder, tanto en el ámbito político como económico y dentro del seno de la sociedad civil organizada. Carmen María Torrebiarte a la cabeza del CACIF, una de las entidades más influyentes desde el poder económico; de similar manera, Fanny Domínguez de Estrada con 50 años de dirigir Agexport; en su momento, la presidente del Banco de Guatemala y ex ministra de Finanzas, María Antonieta del Cid de Bonilla; de la misma forma Karin Herrera como vicepresidente actual del país.
En su momento, mujeres como Catalina Soberanis y Arabella Castro Vda. de Paiz, expresidentes del Congreso de la República, y por supuesto siempre en el ámbito político Sandra Torres y Thelma Cabrera, lo mismo que Rigoberta Menchú. En fundaciones tradicionales como Prociegos y Sordos de Guatemala, Doña Estela Molina de Stahl; Blanca Lidia de Eggenberger, fundadora y muchos años presidente de Teletón, y Kareen María Gudiel Zavala de AGUA –Asociación Guatemalteca por el Autismo–, también agregan valor a este impulso del poder de la mujer en el país. ¡Bienvenidas!
Una perspectiva femenina y joven del poder
Contexto:
En el planeta, y en Guatemala en particular, cuando se piensa en el poder en general y en el poder político en particular, ha sido claro el predominio del sexo masculino, sabidos por supuesto de la enorme influencia que las damas cercanas a los hombres que han ejercido el poder en la historia han podido, pueden y continuarán, por eterna memoria, ejerciendo en la toma de decisiones.
La mujer contemporánea y su incorporación acelerada al poder
Angela Merkel, en Alemania, de la misma forma que en su momento Margaret Thatcher, en Inglaterra, son íconos femeninos en Europa occidental, de la misma forma que Laura Chinchilla de Costa Rica y Michelle Bachelet en Chile, como ejemplo de la incorporación exitosa de la mujer al poder político en sus respectivas naciones. Todas con más luces que sombras.
En México, una nación con una tradición de alta percepción machista, la última carrera por la presidencia estuvo signada por dos mujeres como líderes del proceso y, por supuesto, una de ellas ganó: Claudia Sheinbuam tomará posesión como presidenta el 1 de octubre de 2024. Hay gran expectativa sobre el desempeño su figura.
Se discute ahora si Michelle Obama, esposa del expresidente Obama, o Kamala Harris, actual vicepresidente de Joe Biden, podrían ser las que sustituyeran en el siguiente proceso electoral a este último, quien, por razones de todos conocidas, tiene que, muy a pesar suyo, abandonar la carrera por un segundo mandato. De la misma forma se habla también de Hillary Clinton, quien fuera precisamente derrotada por Trump en el 2016.
De similar forma, en el ámbito corporativo se ha visto a una buena cantidad de damas incursionar en la alta dirección corporativa.
Indagando en internet se puede encontrar que Katharine Graham hizo historia en los años sesenta del pasado siglo como la primera mujer nombrada consejera delegada (CEO) de una empresa del Fortune 500 estadounidense para estar al frente de The Washington Post. De hecho, desde el año pasado quince grandes empresas han escogido una mujer para ser su CEO por su capacidad, experiencia, habilidades y liderazgo.
El pasado 13 de mayo, Ariane Gorin asumió como consejera delegada de la agencia de viajes por Internet Expedia; y el 1 de julio pasado, Janet Truncale se convirtió en la primera CEO de una Big Four, EY.
En Guatemala, caminamos en esta dirección:
Mujeres y jóvenes con ideas claras harán sin duda, un aporte muy importante en estos momento de gran incertidumbre política en Guatemala. Formas de pensar así deben ser alentadas: Termina de hacerse interesante esta incursión de los jóvenes y mujeres en Guatemala, sobre todo en el ámbito de la sociedad civil clara y transparentemente política no partidaria, cuando Christa Walters en una entrevista exclusiva con República tras su nombramiento como la nueva presidente del Movimiento Cívico Nacional (MCN) declara sus intenciones así: “El MCN jamás va a ser un partido político”.
Es interesante ver el avance que la mujer guatemalteca va teniendo en posiciones de poder, tanto en el ámbito político como económico y dentro del seno de la sociedad civil organizada. Carmen María Torrebiarte a la cabeza del CACIF, una de las entidades más influyentes desde el poder económico; de similar manera, Fanny Domínguez de Estrada con 50 años de dirigir Agexport; en su momento, la presidente del Banco de Guatemala y ex ministra de Finanzas, María Antonieta del Cid de Bonilla; de la misma forma Karin Herrera como vicepresidente actual del país.
En su momento, mujeres como Catalina Soberanis y Arabella Castro Vda. de Paiz, expresidentes del Congreso de la República, y por supuesto siempre en el ámbito político Sandra Torres y Thelma Cabrera, lo mismo que Rigoberta Menchú. En fundaciones tradicionales como Prociegos y Sordos de Guatemala, Doña Estela Molina de Stahl; Blanca Lidia de Eggenberger, fundadora y muchos años presidente de Teletón, y Kareen María Gudiel Zavala de AGUA –Asociación Guatemalteca por el Autismo–, también agregan valor a este impulso del poder de la mujer en el país. ¡Bienvenidas!