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Un quetzal diario por cabeza a cambio de nada: la emboscada fiscal en Guatemala

El presupuesto ha crecido 43% en tres años, sin carreteras, hospitales ni escuelas; con el arrastre de saldos, el déficit real podría explotar en 2026.

.
Dr. Ramiro Bolaños |
22 de septiembre, 2025

Tú eres el héroe silencioso de esta historia. Porque cada día has entregado casi un quetzal extra al presupuesto nacional, confiando en que ese esfuerzo se traduzca en carreteras, hospitales o escuelas. Pero lo que este gobierno ha hecho es distinto: ha inflado el presupuesto en un 43 % en apenas tres años —de Q115 mil millones en 2022 a Q148,526 millones en 2025, con proyección de más de Q163 mil millones en 2026¹—, sin devolverte nada a cambio.

En términos per cápita, el gasto ha pasado de Q860 por persona en 2022 a alrededor de Q1,200 en 2025, un salto de Q328 adicionales por persona cada año². Eso significa que tu familia de cinco ha aportado cerca de Q5,000 más en este tiempo, el equivalente a una estufa, una refrigeradora y una televisión básica. Y, sin embargo, nada de eso se ha traducido en mejores servicios públicos.

A este ritmo, cubrir el déficit de 20 mil kilómetros de carreteras tomaría casi un siglo. El parque vehicular crece al 7% anual, superando los 5.3 millones de unidades³, pero apenas se construyen 209 km de carreteras nuevas cada año. En salud, solo se ha terminado un hospital, y este se empezó en el gobierno anterior; otros nueve siguen en obra gris y apenas dos más se han iniciado⁴. El sistema hospitalario ha crecido en un 12.7% en términos de infraestructura, lo que se traduce en un aumento real de servicios de apenas 2%, en un país cuya población crece al 2.5% anual. En educación, no se han construido institutos ni escuelas nuevas de relevancia, apenas se han remozado edificios viejos. En salud primaria se han sumado 26 nuevos puestos, un 2.7% de la red existente, equivalentes a una cobertura de 200,000 personas adicionales en un país de más de 17 millones⁵.

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Tú pagas, el Estado recauda, se endeuda, pero la obra nunca llega a tu comunidad. Es un ultraje. Y la advertencia es clara: de buena fe, es incapacidad; de mala, son gastos encubiertos que se liberarán en un año electoral. Los datos de ejecución lo confirman. En 2023 la mayoría de departamentos apenas alcanzó el 20% de avance físico en sus proyectos. En 2024, Izabal cerró en 0% de ejecución física, Sololá en 3% y la mayoría de departamentos no superó el 8%⁶. Para 2025, de 8,300 proyectos programados, solo 3,579 han sido aprobados y menos del 15% tienen ejecución efectiva⁷. El dinero se queda en papeles, no en carreteras, hospitales o escuelas.

La Ley de Agilización de la Inversión Pública (6576) ha introducido un cambio decisivo: permite arrastrar fondos no ejecutados hasta 2027, año electoral. Sobre el papel, busca no perder recursos. Pero en la práctica abre la puerta a un desbalance peligroso. Si cada año se acumula un 3% del PIB en fondos no ejecutados y se concentran en un solo ejercicio, en 2027 el déficit real podría dispararse hasta el 9% del PIB. Eso significa que el gobierno gastaría con un desfase del 75% respecto a sus ingresos anuales, un umbral que casi ningún país ha rebasado sin caer en crisis⁸.

La evidencia internacional es contundente. Kenia (2023), Sri Lanka (2022), Costa Rica (2020), Líbano (2019) y Ghana (2014) cayeron en crisis de deuda, colapsos de reservas o rescates del FMI cuando sus déficits alcanzaron estos niveles⁹. Costa Rica salió del atolladero imponiendo una regla fiscal que limita el déficit al 3% del PIB y restringe el crecimiento del gasto corriente según la deuda. Solo algunos petroestados, como Bahréin o Arabia Saudita, han resistido déficits mayores gracias a ingresos extraordinarios.

Guatemala tampoco ha sido inmune. Durante décadas tuvimos un quetzal fuerte, a la par del dólar, símbolo de solidez. Pero entre los 70s, 80s y 90s gastamos más de lo posible: el sistema financiero sufrió problemas de liquidez, la moneda se devaluó de 1 a 2.5 con Ríos Montt y luego a 7.5 con Vinicio Cerezo, mientras la inflación superaba el 60% anual¹⁰. El mal manejo fiscal de Jorge Serrano Elías llegó al extremo de que el gobierno no pudo pagar deuda, salarios ni transferencias constitucionales, lo que derivó en el autogolpe y su huida a Panamá en 1993¹¹. Solo la reforma constitucional de ese mismo año, que prohibió al Banco de Guatemala financiar directamente al Estado, devolvió la disciplina y la estabilidad. Esa macroestabilidad, celebrada como característica de Guatemala, es muy reciente y frágil: puede perderse en un solo período presidencial.

Mientras tanto, el gobierno ha decidido imponer un aumento del 12% al salario mínimo. En las Mipymes, que son el 98% de las empresas y aportan el 40% del PIB, los salarios representan la mitad de sus costos. Allí, este incremento equivale a un 6% más en los gastos, lo que empuja al 70% de ellas, con márgenes de apenas 1% a 10%, al filo de la quiebra¹². Eso significaría muchas más personas sin ingresos y sin empleo. ¿Dónde está la justicia social para el pequeño emprendedor que lo ha arriesgado todo para crear su propio futuro y el de sus colaboradores?

Las Pymes también están en riesgo: para ellas, el impacto es de 3.6% y 6 de cada 10 podrían ver sus utilidades desaparecer en momentos críticos¹³. Incluso un tercio de las grandes empresas, con márgenes estrechos, entraría en zona de peligro. En conjunto, más de la mitad de las empresas del país enfrentarán serias dificultades. La consecuencia será menos inversión, menos reposición de equipos, cero innovación y el freno de cualquier ampliación.

Y aquí está la contradicción más peligrosa: mientras países como Costa Rica han puesto reglas para limitar el déficit, Guatemala camina hacia la tormenta perfecta: un Estado que gasta más de lo que ingresa, que acumula déficits que podrían llegar al 9% del PIB, y que al mismo tiempo asfixia al sector productivo con cargas laborales que se vienen acumulando desde Giammattei.

En la historia de Guatemala y del mundo, siempre ha sido el ciudadano común quien ha cargado con las consecuencias de la irresponsabilidad fiscal. Cada vez que los gobiernos han gastado más allá de lo posible, han sido las familias las que han sufrido la inflación, la devaluación y la pérdida de empleo. Tú lo sabes: el sacrificio nunca lo cargan los políticos, siempre lo cargas tú.

Tú eres el héroe de esta historia, no un espectador. Porque tienes memoria, porque recuerdas que el quetzal fue una moneda fuerte a la par del dólar y que esa fortaleza se perdió cuando los gobiernos han gastado lo que no tenían. Porque sabes que la llamada macroestabilidad no es un regalo eterno, sino un logro frágil que puede desaparecer en un solo período presidencial.

La emboscada fiscal de hoy es clara: más impuestos disfrazados, más deuda, más carga sobre los emprendedores y menos servicios para ti y tu familia. Pero el desenlace aún no está escrito. Depende de que no te resignes, de que exijas responsabilidad, de que rechaces las fórmulas populistas que ya han destruido economías aquí y en el mundo.

Recuerda esto: en estos tres años, tu familia ya ha entregado el equivalente a una estufa, una refri y una tele… a cambio de nada. Si no alzamos la voz, mañana ese costo será mucho mayor, y lo pagarás tú, tus hijos y toda Guatemala. Este gobierno insiste en repetir la fórmula perdedora de Giammattei: más déficit, más salarios mínimos populistas y menos resultados.

Ramiro Bolaños, PhD.

Notas

1. Ministerio de Finanzas, Proyecto de Presupuesto 2022–2026.

2. Cálculos de gasto per cápita con base en datos del INE y ejecución presupuestaria.

3. SAT / MARN, Estadísticas de parque vehicular 2023–2024.

4. Ministerio de Salud, Informe de Infraestructura Hospitalaria 2023–2025.

5. MSPAS, Programa Crecer Sano, 2024.

6. SEGEPLAN, Ejecución física de proyectos 2024.

7. SEGEPLAN, Reporte de ejecución 2025.

8. ICEFI, Análisis de la Ley de Agilización de la Inversión Pública, 2025.

9. FMI, Fiscal Monitor y base histórica de finanzas públicas (2000–2025).

10. Banco de Guatemala, Series históricas de tipo de cambio e inflación (1978–1992).

11. Archivo histórico de prensa, autogolpe de Jorge Serrano Elías (1993).

12. Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Estimaciones de impacto del salario mínimo 2025.

13. ICEFI, Informe sobre efectos del salario mínimo en Pymes, 2024.

Un quetzal diario por cabeza a cambio de nada: la emboscada fiscal en Guatemala

El presupuesto ha crecido 43% en tres años, sin carreteras, hospitales ni escuelas; con el arrastre de saldos, el déficit real podría explotar en 2026.

Dr. Ramiro Bolaños |
22 de septiembre, 2025
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Tú eres el héroe silencioso de esta historia. Porque cada día has entregado casi un quetzal extra al presupuesto nacional, confiando en que ese esfuerzo se traduzca en carreteras, hospitales o escuelas. Pero lo que este gobierno ha hecho es distinto: ha inflado el presupuesto en un 43 % en apenas tres años —de Q115 mil millones en 2022 a Q148,526 millones en 2025, con proyección de más de Q163 mil millones en 2026¹—, sin devolverte nada a cambio.

En términos per cápita, el gasto ha pasado de Q860 por persona en 2022 a alrededor de Q1,200 en 2025, un salto de Q328 adicionales por persona cada año². Eso significa que tu familia de cinco ha aportado cerca de Q5,000 más en este tiempo, el equivalente a una estufa, una refrigeradora y una televisión básica. Y, sin embargo, nada de eso se ha traducido en mejores servicios públicos.

A este ritmo, cubrir el déficit de 20 mil kilómetros de carreteras tomaría casi un siglo. El parque vehicular crece al 7% anual, superando los 5.3 millones de unidades³, pero apenas se construyen 209 km de carreteras nuevas cada año. En salud, solo se ha terminado un hospital, y este se empezó en el gobierno anterior; otros nueve siguen en obra gris y apenas dos más se han iniciado⁴. El sistema hospitalario ha crecido en un 12.7% en términos de infraestructura, lo que se traduce en un aumento real de servicios de apenas 2%, en un país cuya población crece al 2.5% anual. En educación, no se han construido institutos ni escuelas nuevas de relevancia, apenas se han remozado edificios viejos. En salud primaria se han sumado 26 nuevos puestos, un 2.7% de la red existente, equivalentes a una cobertura de 200,000 personas adicionales en un país de más de 17 millones⁵.

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Tú pagas, el Estado recauda, se endeuda, pero la obra nunca llega a tu comunidad. Es un ultraje. Y la advertencia es clara: de buena fe, es incapacidad; de mala, son gastos encubiertos que se liberarán en un año electoral. Los datos de ejecución lo confirman. En 2023 la mayoría de departamentos apenas alcanzó el 20% de avance físico en sus proyectos. En 2024, Izabal cerró en 0% de ejecución física, Sololá en 3% y la mayoría de departamentos no superó el 8%⁶. Para 2025, de 8,300 proyectos programados, solo 3,579 han sido aprobados y menos del 15% tienen ejecución efectiva⁷. El dinero se queda en papeles, no en carreteras, hospitales o escuelas.

La Ley de Agilización de la Inversión Pública (6576) ha introducido un cambio decisivo: permite arrastrar fondos no ejecutados hasta 2027, año electoral. Sobre el papel, busca no perder recursos. Pero en la práctica abre la puerta a un desbalance peligroso. Si cada año se acumula un 3% del PIB en fondos no ejecutados y se concentran en un solo ejercicio, en 2027 el déficit real podría dispararse hasta el 9% del PIB. Eso significa que el gobierno gastaría con un desfase del 75% respecto a sus ingresos anuales, un umbral que casi ningún país ha rebasado sin caer en crisis⁸.

La evidencia internacional es contundente. Kenia (2023), Sri Lanka (2022), Costa Rica (2020), Líbano (2019) y Ghana (2014) cayeron en crisis de deuda, colapsos de reservas o rescates del FMI cuando sus déficits alcanzaron estos niveles⁹. Costa Rica salió del atolladero imponiendo una regla fiscal que limita el déficit al 3% del PIB y restringe el crecimiento del gasto corriente según la deuda. Solo algunos petroestados, como Bahréin o Arabia Saudita, han resistido déficits mayores gracias a ingresos extraordinarios.

Guatemala tampoco ha sido inmune. Durante décadas tuvimos un quetzal fuerte, a la par del dólar, símbolo de solidez. Pero entre los 70s, 80s y 90s gastamos más de lo posible: el sistema financiero sufrió problemas de liquidez, la moneda se devaluó de 1 a 2.5 con Ríos Montt y luego a 7.5 con Vinicio Cerezo, mientras la inflación superaba el 60% anual¹⁰. El mal manejo fiscal de Jorge Serrano Elías llegó al extremo de que el gobierno no pudo pagar deuda, salarios ni transferencias constitucionales, lo que derivó en el autogolpe y su huida a Panamá en 1993¹¹. Solo la reforma constitucional de ese mismo año, que prohibió al Banco de Guatemala financiar directamente al Estado, devolvió la disciplina y la estabilidad. Esa macroestabilidad, celebrada como característica de Guatemala, es muy reciente y frágil: puede perderse en un solo período presidencial.

Mientras tanto, el gobierno ha decidido imponer un aumento del 12% al salario mínimo. En las Mipymes, que son el 98% de las empresas y aportan el 40% del PIB, los salarios representan la mitad de sus costos. Allí, este incremento equivale a un 6% más en los gastos, lo que empuja al 70% de ellas, con márgenes de apenas 1% a 10%, al filo de la quiebra¹². Eso significaría muchas más personas sin ingresos y sin empleo. ¿Dónde está la justicia social para el pequeño emprendedor que lo ha arriesgado todo para crear su propio futuro y el de sus colaboradores?

Las Pymes también están en riesgo: para ellas, el impacto es de 3.6% y 6 de cada 10 podrían ver sus utilidades desaparecer en momentos críticos¹³. Incluso un tercio de las grandes empresas, con márgenes estrechos, entraría en zona de peligro. En conjunto, más de la mitad de las empresas del país enfrentarán serias dificultades. La consecuencia será menos inversión, menos reposición de equipos, cero innovación y el freno de cualquier ampliación.

Y aquí está la contradicción más peligrosa: mientras países como Costa Rica han puesto reglas para limitar el déficit, Guatemala camina hacia la tormenta perfecta: un Estado que gasta más de lo que ingresa, que acumula déficits que podrían llegar al 9% del PIB, y que al mismo tiempo asfixia al sector productivo con cargas laborales que se vienen acumulando desde Giammattei.

En la historia de Guatemala y del mundo, siempre ha sido el ciudadano común quien ha cargado con las consecuencias de la irresponsabilidad fiscal. Cada vez que los gobiernos han gastado más allá de lo posible, han sido las familias las que han sufrido la inflación, la devaluación y la pérdida de empleo. Tú lo sabes: el sacrificio nunca lo cargan los políticos, siempre lo cargas tú.

Tú eres el héroe de esta historia, no un espectador. Porque tienes memoria, porque recuerdas que el quetzal fue una moneda fuerte a la par del dólar y que esa fortaleza se perdió cuando los gobiernos han gastado lo que no tenían. Porque sabes que la llamada macroestabilidad no es un regalo eterno, sino un logro frágil que puede desaparecer en un solo período presidencial.

La emboscada fiscal de hoy es clara: más impuestos disfrazados, más deuda, más carga sobre los emprendedores y menos servicios para ti y tu familia. Pero el desenlace aún no está escrito. Depende de que no te resignes, de que exijas responsabilidad, de que rechaces las fórmulas populistas que ya han destruido economías aquí y en el mundo.

Recuerda esto: en estos tres años, tu familia ya ha entregado el equivalente a una estufa, una refri y una tele… a cambio de nada. Si no alzamos la voz, mañana ese costo será mucho mayor, y lo pagarás tú, tus hijos y toda Guatemala. Este gobierno insiste en repetir la fórmula perdedora de Giammattei: más déficit, más salarios mínimos populistas y menos resultados.

Ramiro Bolaños, PhD.

Notas

1. Ministerio de Finanzas, Proyecto de Presupuesto 2022–2026.

2. Cálculos de gasto per cápita con base en datos del INE y ejecución presupuestaria.

3. SAT / MARN, Estadísticas de parque vehicular 2023–2024.

4. Ministerio de Salud, Informe de Infraestructura Hospitalaria 2023–2025.

5. MSPAS, Programa Crecer Sano, 2024.

6. SEGEPLAN, Ejecución física de proyectos 2024.

7. SEGEPLAN, Reporte de ejecución 2025.

8. ICEFI, Análisis de la Ley de Agilización de la Inversión Pública, 2025.

9. FMI, Fiscal Monitor y base histórica de finanzas públicas (2000–2025).

10. Banco de Guatemala, Series históricas de tipo de cambio e inflación (1978–1992).

11. Archivo histórico de prensa, autogolpe de Jorge Serrano Elías (1993).

12. Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Estimaciones de impacto del salario mínimo 2025.

13. ICEFI, Informe sobre efectos del salario mínimo en Pymes, 2024.

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