Hace unos días apareció en las redes una noticia de Xela News sobre unos libros distribuidos por el Ministerio de Educación de Guatemala para adoctrinar a los niños con la ideología de género. Los libros para sexto grado se intitulan Comunicación y Lenguaje 6, y fueron elaborados con fondos de USAID bajo la orden de trabajo No. GEW -1-03-02-00020-00 con fecha de impresión 2025 por órdenes de las autoridades ministeriales Anabella María Giracca Méndez, ministra de Educación, Francisco Ricardo Romero Cabrera, viceministro técnico de Educación, José Donaldo Carías Valenzuela, viceministro administrativo de Educación, Romelia Mó Isém, viceministra de Educación Bilingüe e Intercultural, y Carlos Humberto Aldana Mendoza, viceministro de Educación Extraescolar y Alternativa.
En el noticiero mostraron una de las páginas interiores donde ponen el cuento de un oso macho que quería convertirse en mujer y que rezaba para lograr su deseo. A los veintiún días, el oso se convirtió en una hermosa mujer a quien se llamó Ungnyeo que significa “oso hembra”. Buscó un hombre para tener hijos, etc.
En otros que llevan por título, ¡CONOCER Y DECIDIR ES MI DERECHO! Guía de trabajo para adolescentes y jóvenes sobre Derechos Sexuales y Reproductivos y la EIS (Estrategia de Educación Integral en Sexualidad) se lee lo siguiente:
“¿QUÉ ES SEXO? El sexo se refiere a características biológicas y fisiológicas que definen así al hombre por tener (pene-sueños húmedos) y a una mujer por tener (vulva-menstruación).
¿QUÉ ES LA RELACIÓN SEXO GENITAL? La relación sexo genital es el coito. No es más que la unión sexual entre dos individuos del mismo o diferente sexo.
¿QUÉ ES EL GÉNERO? Se construye socialmente y culturalmente a través de enseñanzas en la familia, escuela, iglesia, y comunidad. Los roles de género se pueden cambiar”.
Los maestros, padres de familia y ciudadanos que se manifiestan en la Plaza Central tienen toda la razón en estar indignados. Estos libros son un instrumento para pervertir y corromper a los niños. Para cambiarle sus valores, para destruir su racionalidad. Para inducirlos a elegir lo que los perjudica. Y aquí vale recordar la sentencia de Friedrich Nietzsche «yo llamo corrompido a un animal, a una especie, a un individuo cuando pierde sus instintos, cuando elige, cuando prefiere lo que a él le es perjudicial».
Estos textos son a todas luces inmorales. La moral es un código de valores que sirven de guía para la conducta del individuo. Le sirve para alcanzar una vida próspera y feliz o la eudaimonia como le llamaban los antiguos griegos. Le exige tratarse a sí mismo y a los demás como un fin en sí mismo y no meramente como un medio. Es decir, respetar nuestra dignidad, reconocernos como personas o lo que es lo mismo, como seres racionales y autónomos, capaces de pensar y tomar nuestras propias decisiones para actuar. Es evidente entonces que la virtud principal del hombre es la racionalidad o sensatez, lo que los antiguos griegos llamaron phronesis. Y es porque la razón es nuestro único instrumento para identificar la realidad a partir de la evidencia de nuestros sentidos, transformar estos fenómenos o perceptos en conocimiento, poder evaluar qué nos es de provecho y qué nos es perjudicial, para elegir lo primero y evitar lo segundo. En consecuencia, pensar bien, entender, analizar e inferir lógica y objetivamente es vital para el ser humano. Su vida depende de ello. Entonces, los textos que mandó imprimir y que distribuye el MINEDUC son inmorales porque, en lugar de enseñar al niño a pensar bien, le destruye su capacidad de pensar.
Lo que está haciendo el MINEDUC es equivalente a una madre águila cortándole las alas y garras a sus crías para luego lanzarlas del nido a enfrentar el mundo agreste. Las palabras de Nietzsche escritas en su El Crepúsculo de los Ídolos en 1888 aún tienen actualidad.
«Aprender a pensar. En nuestras escuelas se ha perdido completamente la noción de ello. Hasta en las universidades, hasta entre los sabios de la filosofía, la lógica en cuanto a teoría, práctica y oficio empieza a desaparecer».
Y es que es evidente aún en las pocas líneas citadas en el noticiero la falta de coherencia lógica. En dichos escritos la realidad no se identifica objetivamente, sino que se manipula arbitrariamente según los deseos o inclinaciones del sujeto. El oso macho, desafiando las leyes naturales, se convierte en oso hembra porque así lo desea. El sexo de cada uno está definido por características biológicas, pero el género, que es una categoría de clasificación según la similitud entre la característica esencial observada en la realidad de los singulares agrupados en una especie, en este caso el sexo, ya no es tal, pues enseñan contradiciendo los hechos que es un constructo social y que cuyo rol se puede cambiar si uno así lo desea. Y como guinda en el pastel, procuran convencer a los chicos de que el ano es un órgano genital, reproductor, en lugar del orificio del conducto digestivo por el cual se expelen excrementos. El niño así adoctrinado ya no puede pensar. Aprendió a desconfiar de su razón, pues lo que ve y reconoce resulta no ser. Para guiar su conducta ya no puede fiarse de su raciocinio y depende solo de lo que otros le digan. Pierde su autonomía y dignidad. Se ve forzado a someterse a la tutoría del Estado.
Pero este ataque a la razón no es nuevo, ni inocente, ni accidental. Fue concebido por Antonio Gramsci, el comunista italiano, que consideró que el comunismo no puede triunfar si antes no se crea una nueva construcción hegemónica y establece una nueva dirección intelectual que cambie en la sociedad civil lo que se sabe, conoce, y una nueva dirección moral sobre lo que se debe valorar. Herbert Marcuse lo implementó en Estados Unidos y ahora los socialistas guatemaltecos pretenden imponerlo aquí.
El antídoto está en el Trivium.
Continuará.
Hace unos días apareció en las redes una noticia de Xela News sobre unos libros distribuidos por el Ministerio de Educación de Guatemala para adoctrinar a los niños con la ideología de género. Los libros para sexto grado se intitulan Comunicación y Lenguaje 6, y fueron elaborados con fondos de USAID bajo la orden de trabajo No. GEW -1-03-02-00020-00 con fecha de impresión 2025 por órdenes de las autoridades ministeriales Anabella María Giracca Méndez, ministra de Educación, Francisco Ricardo Romero Cabrera, viceministro técnico de Educación, José Donaldo Carías Valenzuela, viceministro administrativo de Educación, Romelia Mó Isém, viceministra de Educación Bilingüe e Intercultural, y Carlos Humberto Aldana Mendoza, viceministro de Educación Extraescolar y Alternativa.
En el noticiero mostraron una de las páginas interiores donde ponen el cuento de un oso macho que quería convertirse en mujer y que rezaba para lograr su deseo. A los veintiún días, el oso se convirtió en una hermosa mujer a quien se llamó Ungnyeo que significa “oso hembra”. Buscó un hombre para tener hijos, etc.
En otros que llevan por título, ¡CONOCER Y DECIDIR ES MI DERECHO! Guía de trabajo para adolescentes y jóvenes sobre Derechos Sexuales y Reproductivos y la EIS (Estrategia de Educación Integral en Sexualidad) se lee lo siguiente:
“¿QUÉ ES SEXO? El sexo se refiere a características biológicas y fisiológicas que definen así al hombre por tener (pene-sueños húmedos) y a una mujer por tener (vulva-menstruación).
¿QUÉ ES LA RELACIÓN SEXO GENITAL? La relación sexo genital es el coito. No es más que la unión sexual entre dos individuos del mismo o diferente sexo.
¿QUÉ ES EL GÉNERO? Se construye socialmente y culturalmente a través de enseñanzas en la familia, escuela, iglesia, y comunidad. Los roles de género se pueden cambiar”.
Los maestros, padres de familia y ciudadanos que se manifiestan en la Plaza Central tienen toda la razón en estar indignados. Estos libros son un instrumento para pervertir y corromper a los niños. Para cambiarle sus valores, para destruir su racionalidad. Para inducirlos a elegir lo que los perjudica. Y aquí vale recordar la sentencia de Friedrich Nietzsche «yo llamo corrompido a un animal, a una especie, a un individuo cuando pierde sus instintos, cuando elige, cuando prefiere lo que a él le es perjudicial».
Estos textos son a todas luces inmorales. La moral es un código de valores que sirven de guía para la conducta del individuo. Le sirve para alcanzar una vida próspera y feliz o la eudaimonia como le llamaban los antiguos griegos. Le exige tratarse a sí mismo y a los demás como un fin en sí mismo y no meramente como un medio. Es decir, respetar nuestra dignidad, reconocernos como personas o lo que es lo mismo, como seres racionales y autónomos, capaces de pensar y tomar nuestras propias decisiones para actuar. Es evidente entonces que la virtud principal del hombre es la racionalidad o sensatez, lo que los antiguos griegos llamaron phronesis. Y es porque la razón es nuestro único instrumento para identificar la realidad a partir de la evidencia de nuestros sentidos, transformar estos fenómenos o perceptos en conocimiento, poder evaluar qué nos es de provecho y qué nos es perjudicial, para elegir lo primero y evitar lo segundo. En consecuencia, pensar bien, entender, analizar e inferir lógica y objetivamente es vital para el ser humano. Su vida depende de ello. Entonces, los textos que mandó imprimir y que distribuye el MINEDUC son inmorales porque, en lugar de enseñar al niño a pensar bien, le destruye su capacidad de pensar.
Lo que está haciendo el MINEDUC es equivalente a una madre águila cortándole las alas y garras a sus crías para luego lanzarlas del nido a enfrentar el mundo agreste. Las palabras de Nietzsche escritas en su El Crepúsculo de los Ídolos en 1888 aún tienen actualidad.
«Aprender a pensar. En nuestras escuelas se ha perdido completamente la noción de ello. Hasta en las universidades, hasta entre los sabios de la filosofía, la lógica en cuanto a teoría, práctica y oficio empieza a desaparecer».
Y es que es evidente aún en las pocas líneas citadas en el noticiero la falta de coherencia lógica. En dichos escritos la realidad no se identifica objetivamente, sino que se manipula arbitrariamente según los deseos o inclinaciones del sujeto. El oso macho, desafiando las leyes naturales, se convierte en oso hembra porque así lo desea. El sexo de cada uno está definido por características biológicas, pero el género, que es una categoría de clasificación según la similitud entre la característica esencial observada en la realidad de los singulares agrupados en una especie, en este caso el sexo, ya no es tal, pues enseñan contradiciendo los hechos que es un constructo social y que cuyo rol se puede cambiar si uno así lo desea. Y como guinda en el pastel, procuran convencer a los chicos de que el ano es un órgano genital, reproductor, en lugar del orificio del conducto digestivo por el cual se expelen excrementos. El niño así adoctrinado ya no puede pensar. Aprendió a desconfiar de su razón, pues lo que ve y reconoce resulta no ser. Para guiar su conducta ya no puede fiarse de su raciocinio y depende solo de lo que otros le digan. Pierde su autonomía y dignidad. Se ve forzado a someterse a la tutoría del Estado.
Pero este ataque a la razón no es nuevo, ni inocente, ni accidental. Fue concebido por Antonio Gramsci, el comunista italiano, que consideró que el comunismo no puede triunfar si antes no se crea una nueva construcción hegemónica y establece una nueva dirección intelectual que cambie en la sociedad civil lo que se sabe, conoce, y una nueva dirección moral sobre lo que se debe valorar. Herbert Marcuse lo implementó en Estados Unidos y ahora los socialistas guatemaltecos pretenden imponerlo aquí.
El antídoto está en el Trivium.
Continuará.