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Tony Stark, ¿el hombre excelente aristotélico?

El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad. El hombre excelente o el hombre experto en ser hombre es, pues, un as razonador.

.
Warren Orbaugh |
10 de junio, 2024

Anthony Stark, mejor conocido como Tony Stark, el genial ingeniero y hombre de negocios que es Iron Man, un héroe concebido por Stan Lee y Steve Ditko, vio la luz por primera vez en el tebeo Tales of Suspense en 1963.  Stan Lee había estado jugando con la idea de un superhéroe empresario que fuera la quintaesencia del capitalismo, un personaje que desafiara al espíritu de la época:

«Creo que me puse un reto. Era la cúspide de la Guerra Fría. Los lectores, los jóvenes lectores, si había algo que odiaban, era la guerra, era lo militar… Así que hice un héroe que representaba eso cien por ciento. ÉL era un fabricante de armas, él proveía armas al ejército, él era rico, él era un industrial…Pensé que sería divertido tomar el tipo de personaje que a nadie gustaría, que a ninguno de nuestros lectores gustaría, y metérselos por la garganta y hacer que les gustara…Y se volvió muy popular.»

[Stan Lee.]

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La tarea del ingeniero es, como dijo Horacio Capel, «remediar con el arte los defectos de la naturaleza». El ingeniero es quien, con su razón práctica, aplica la ciencia a la producción de objetos que resuelven todo tipo de necesidades humanas. Como, por ejemplo, Jerónimo de Ayanz y Beaumont (1553-1631), el ingeniero navarro que sirvió al rey Felipe II inventando el primer submarino y traje de buceo que fue usado para extraer perlas en Venezuela.

Aunque Lee creó su personaje como una síntesis basada en Leonardo Da Vinci y en el inventor, aventurero y multibillonario, Howard Hughes, le puso un apellido alemán: Stark, que significa fuerte. Probablemente por el prestigio de los ingenieros alemanes como Hans von Ohain y Robert Lusser, que diseñaron en 1940 el primer avión caza propulsado por turborreactores, el Heinkel 280; o el ingeniero Woldemar Voigt quien diseñó el Messerschmitt Me 262 en 1941, un avión caza de dos motores gemelos a reacción; o los ingenieros Reimar y Walter Horten quienes diseñaron el “ala voladora” Ho 229, un caza bombardero que voló por primera vez en 1945, indetectable al radar, que sirvió de modelo para el avión furtivo o stealth de los norteamericanos; o el ingeniero Wernher von Braun quien diseñó el cohete Vergeltungswaffe 2 o V2.

Aristóteles nos dice que el bien de cada cosa consiste en su érgon, en su función propia. El bien del cuchillo es cortar, el del ojo es ver, el del ala es volar. El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad.

Físicamente, Tony es una réplica de Howard, y al igual que éste, es mujeriego, aventurero, genial, ingeniero inventor y empresario multibillonario. Hughes diseñó el Hughes H-1, un avión de carreras construido por Hughes Aircraft en 1935, con el que estableció el récord de aeronave más rápida del mundo y el de vuelo de oeste a este de los Estados Unidos de América; y junto con Henry Kaiser, el hidroavión Hughes H-4 Hercules construido también por la compañía Hughes Aircraft en 1947. También creó su propia línea aérea, la Trans World Airlines (TWA), mediante sus aviones Lockheed Constellation, para competir con Pan Am. Al igual que Hughes, que perdió a sus padres a la temprana edad de diez y ocho años, heredando su fortuna multimillonaria, Tony pierde a sus padres en un accidente de automóvil, siendo él menor de edad y toma posesión de la compañía que hereda al cumplir los veintiún años. Y, como Leonardo Da Vinci, es un genial inventor de armas y autómatas.

Aristóteles nos dice que el bien de cada cosa consiste en su érgon, en su función propia. El bien del cuchillo es cortar, el del ojo es ver, el del ala es volar. El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad. El hombre excelente o el hombre experto en ser hombre es, pues, un as razonador, ya sea en el sentido de que sus acciones están, por regla general, sólidamente basadas en un excelente razonamiento, o en que se entrega con bastante frecuencia a las más finas meditaciones e invenciones.

Y, ¿acaso no es Tony Stark un as razonador?

Tony Stark, ¿el hombre excelente aristotélico?

El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad. El hombre excelente o el hombre experto en ser hombre es, pues, un as razonador.

Warren Orbaugh |
10 de junio, 2024
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Anthony Stark, mejor conocido como Tony Stark, el genial ingeniero y hombre de negocios que es Iron Man, un héroe concebido por Stan Lee y Steve Ditko, vio la luz por primera vez en el tebeo Tales of Suspense en 1963.  Stan Lee había estado jugando con la idea de un superhéroe empresario que fuera la quintaesencia del capitalismo, un personaje que desafiara al espíritu de la época:

«Creo que me puse un reto. Era la cúspide de la Guerra Fría. Los lectores, los jóvenes lectores, si había algo que odiaban, era la guerra, era lo militar… Así que hice un héroe que representaba eso cien por ciento. ÉL era un fabricante de armas, él proveía armas al ejército, él era rico, él era un industrial…Pensé que sería divertido tomar el tipo de personaje que a nadie gustaría, que a ninguno de nuestros lectores gustaría, y metérselos por la garganta y hacer que les gustara…Y se volvió muy popular.»

[Stan Lee.]

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La tarea del ingeniero es, como dijo Horacio Capel, «remediar con el arte los defectos de la naturaleza». El ingeniero es quien, con su razón práctica, aplica la ciencia a la producción de objetos que resuelven todo tipo de necesidades humanas. Como, por ejemplo, Jerónimo de Ayanz y Beaumont (1553-1631), el ingeniero navarro que sirvió al rey Felipe II inventando el primer submarino y traje de buceo que fue usado para extraer perlas en Venezuela.

Aunque Lee creó su personaje como una síntesis basada en Leonardo Da Vinci y en el inventor, aventurero y multibillonario, Howard Hughes, le puso un apellido alemán: Stark, que significa fuerte. Probablemente por el prestigio de los ingenieros alemanes como Hans von Ohain y Robert Lusser, que diseñaron en 1940 el primer avión caza propulsado por turborreactores, el Heinkel 280; o el ingeniero Woldemar Voigt quien diseñó el Messerschmitt Me 262 en 1941, un avión caza de dos motores gemelos a reacción; o los ingenieros Reimar y Walter Horten quienes diseñaron el “ala voladora” Ho 229, un caza bombardero que voló por primera vez en 1945, indetectable al radar, que sirvió de modelo para el avión furtivo o stealth de los norteamericanos; o el ingeniero Wernher von Braun quien diseñó el cohete Vergeltungswaffe 2 o V2.

Aristóteles nos dice que el bien de cada cosa consiste en su érgon, en su función propia. El bien del cuchillo es cortar, el del ojo es ver, el del ala es volar. El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad.

Físicamente, Tony es una réplica de Howard, y al igual que éste, es mujeriego, aventurero, genial, ingeniero inventor y empresario multibillonario. Hughes diseñó el Hughes H-1, un avión de carreras construido por Hughes Aircraft en 1935, con el que estableció el récord de aeronave más rápida del mundo y el de vuelo de oeste a este de los Estados Unidos de América; y junto con Henry Kaiser, el hidroavión Hughes H-4 Hercules construido también por la compañía Hughes Aircraft en 1947. También creó su propia línea aérea, la Trans World Airlines (TWA), mediante sus aviones Lockheed Constellation, para competir con Pan Am. Al igual que Hughes, que perdió a sus padres a la temprana edad de diez y ocho años, heredando su fortuna multimillonaria, Tony pierde a sus padres en un accidente de automóvil, siendo él menor de edad y toma posesión de la compañía que hereda al cumplir los veintiún años. Y, como Leonardo Da Vinci, es un genial inventor de armas y autómatas.

Aristóteles nos dice que el bien de cada cosa consiste en su érgon, en su función propia. El bien del cuchillo es cortar, el del ojo es ver, el del ala es volar. El bien del humano consiste también en su érgon, en la realización de su función propia, en desarrollar una cierta actividad. El hombre excelente o el hombre experto en ser hombre es, pues, un as razonador, ya sea en el sentido de que sus acciones están, por regla general, sólidamente basadas en un excelente razonamiento, o en que se entrega con bastante frecuencia a las más finas meditaciones e invenciones.

Y, ¿acaso no es Tony Stark un as razonador?

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