Sin pisto no camina este carro
Los diputados realmente se deberían de enfocar en encontrar vías alternas, de forma que la ejecución presupuestaria tenga sentido y esta se refleje en el desarrollo del país.
Desde que el Presupuesto 2024 se discutió en 2023, la bancada Semilla, hoy oficialista, se opuso a dicho proyecto de ley, ya que sabían que esos eran los recursos con los que iban a tener que trabajar en su primer año de gobierno. Conscientes de esta situación, la bancada oficialista ha utilizado la narrativa de “no tener suficiente pisto” para poner en marcha su agenda, lo cual les has servido como salvavidas para justificar la falta de ejecución por parte de algunas de las autoridades de turno. Sin embargo, ahora que ya se han asentado en el ejecutivo van a ir tras la ampliación presupuestaria.
En vista de las reiteradas derrotas políticas del partido oficialista en el Congreso, merece la pena reflexionar sobre si esta iniciativa de ampliación, en caso de ser un fracaso, beneficia a los opositores dejando maniatados al gobierno o si únicamente alimenta su narrativa sobre la falta de ejecución.
En la jaula de las contradicciones
En años anteriores, cuando la bancada Semilla era parte de la oposición siempre calificó los proyectos presupuestarios y sus ampliaciones como criminales. No obstante, ahora que están del otro lado del barco y les toca timonearlo la narrativa ha cambiado y, por ende, manifiestan que la ampliación es decisiva en el rumbo de su gobierno.
Previa a la aprobación del Presupuesto 2024, el ahora presidente, Bernardo Arévalo, calificó la propuesta como “una bofetada al pueblo de Guatemala”, ya que disminuía las asignaciones a ministerios clave como el de Salud, Educación, Gobernación, entre otros. A pesar de que la asignación fue menor, estas carteras, particularmente Educación y Gobernación, se colocaban en el top 3 de los ministerios que recibieron la mayor cantidad de los recursos.
Ahora bien, pese a las críticas del ahora presidente, seis meses después, esos ministerios que parecían ser tan cruciales y por ello necesitaban tantos recursos, se encuentran entre los que menos ejecución presupuestaria tienen, dado que la mayor parte se ha ido en gastos administrativos y nula inversión.
El foco no debería ser si más o menos recursos son necesarios, sino que en la manera en la que este se distribuye. Tal y como el presupuesto está diseñado, este es extremadamente rígido debido a las asignaciones constitucionales, lo cual impide una implementación más amplia de inversión y políticas.
En pocas palabras, la bancada oficialista no solo está contradiciendo su discurso sobre lo dañinas que son las aplicaciones presupuestarias, ya que únicamente equipan al gobierno con más recursos para acaparar, sino que pareciera que la verdadera bofetada al pueblo se la están dando ellos, cuando dicen necesitar más recursos, pese a la nula inversión de las carteras ministeriales.
Es la culpa de otro
Esta iniciativa de ampliación presupuestaria podría tener diversos efectos.
Por un lado, si esta se aprueba, se estaría sentando un precedente sobre qué tan robusto podría ser el presupuesto en los próximos años, el cual únicamente ha ido en incremento en los últimos gobiernos. Entonces, en vez de enfrentar la muy retardada reorganización de los rubros de asignación para ejecutar el presupuesto de manera más eficiente, parece que es más fácil ir incrementando los recursos cada vez más.
Por otro lado, si la iniciativa no es aprobada, esto únicamente fortalecería más la narrativa del oficialismo que justifica la falta de ejecución como consecuencia de la baja disponibilidad de recursos.
Así pues, el foco no debería ser si más o menos recursos son necesarios, sino que en la manera en la que este se distribuye. Tal y como el presupuesto está diseñado, este es extremadamente rígido debido a las asignaciones constitucionales, lo cual impide una implementación más amplia de inversión y políticas. Por ende, los diputados realmente se deberían de enfocar en encontrar vías alternas, de forma que la ejecución presupuestaria tenga sentido y esta se refleje en el desarrollo del país.
Sin pisto no camina este carro
Los diputados realmente se deberían de enfocar en encontrar vías alternas, de forma que la ejecución presupuestaria tenga sentido y esta se refleje en el desarrollo del país.
Desde que el Presupuesto 2024 se discutió en 2023, la bancada Semilla, hoy oficialista, se opuso a dicho proyecto de ley, ya que sabían que esos eran los recursos con los que iban a tener que trabajar en su primer año de gobierno. Conscientes de esta situación, la bancada oficialista ha utilizado la narrativa de “no tener suficiente pisto” para poner en marcha su agenda, lo cual les has servido como salvavidas para justificar la falta de ejecución por parte de algunas de las autoridades de turno. Sin embargo, ahora que ya se han asentado en el ejecutivo van a ir tras la ampliación presupuestaria.
En vista de las reiteradas derrotas políticas del partido oficialista en el Congreso, merece la pena reflexionar sobre si esta iniciativa de ampliación, en caso de ser un fracaso, beneficia a los opositores dejando maniatados al gobierno o si únicamente alimenta su narrativa sobre la falta de ejecución.
En la jaula de las contradicciones
En años anteriores, cuando la bancada Semilla era parte de la oposición siempre calificó los proyectos presupuestarios y sus ampliaciones como criminales. No obstante, ahora que están del otro lado del barco y les toca timonearlo la narrativa ha cambiado y, por ende, manifiestan que la ampliación es decisiva en el rumbo de su gobierno.
Previa a la aprobación del Presupuesto 2024, el ahora presidente, Bernardo Arévalo, calificó la propuesta como “una bofetada al pueblo de Guatemala”, ya que disminuía las asignaciones a ministerios clave como el de Salud, Educación, Gobernación, entre otros. A pesar de que la asignación fue menor, estas carteras, particularmente Educación y Gobernación, se colocaban en el top 3 de los ministerios que recibieron la mayor cantidad de los recursos.
Ahora bien, pese a las críticas del ahora presidente, seis meses después, esos ministerios que parecían ser tan cruciales y por ello necesitaban tantos recursos, se encuentran entre los que menos ejecución presupuestaria tienen, dado que la mayor parte se ha ido en gastos administrativos y nula inversión.
El foco no debería ser si más o menos recursos son necesarios, sino que en la manera en la que este se distribuye. Tal y como el presupuesto está diseñado, este es extremadamente rígido debido a las asignaciones constitucionales, lo cual impide una implementación más amplia de inversión y políticas.
En pocas palabras, la bancada oficialista no solo está contradiciendo su discurso sobre lo dañinas que son las aplicaciones presupuestarias, ya que únicamente equipan al gobierno con más recursos para acaparar, sino que pareciera que la verdadera bofetada al pueblo se la están dando ellos, cuando dicen necesitar más recursos, pese a la nula inversión de las carteras ministeriales.
Es la culpa de otro
Esta iniciativa de ampliación presupuestaria podría tener diversos efectos.
Por un lado, si esta se aprueba, se estaría sentando un precedente sobre qué tan robusto podría ser el presupuesto en los próximos años, el cual únicamente ha ido en incremento en los últimos gobiernos. Entonces, en vez de enfrentar la muy retardada reorganización de los rubros de asignación para ejecutar el presupuesto de manera más eficiente, parece que es más fácil ir incrementando los recursos cada vez más.
Por otro lado, si la iniciativa no es aprobada, esto únicamente fortalecería más la narrativa del oficialismo que justifica la falta de ejecución como consecuencia de la baja disponibilidad de recursos.
Así pues, el foco no debería ser si más o menos recursos son necesarios, sino que en la manera en la que este se distribuye. Tal y como el presupuesto está diseñado, este es extremadamente rígido debido a las asignaciones constitucionales, lo cual impide una implementación más amplia de inversión y políticas. Por ende, los diputados realmente se deberían de enfocar en encontrar vías alternas, de forma que la ejecución presupuestaria tenga sentido y esta se refleje en el desarrollo del país.