EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: De acuerdo con la “academia” del lenguaje chapín, shute significa intrometido, meterse en lo que no le compete y hasta opinar al respecto. Últimamente estamos teniendo un montón de shutes en Guate. Tienen una necesidad insaciable de meterse en asuntos totalmente ajenos a sus asuntos personales y oficiales.
Este montón de shutes vienen con instrucciones en inglés y en idiomas europeos. Siendo ellos notables en su desconocimiento acerca de nuestros asuntos, se atreven a indicarnos el camino a seguir, sin pena de quitarnos el montón de pisto que les sirve para comprar voluntades de quienes creen que lograrán “salirse con la suya”.
Claramente, me refiero a los políticos de pacotilla, que son prácticamente todos (con algunas contadas excepciones). Creen que, al obedecer, que significa traicionar a su propio país, nuestra Guate, se van a salvar de perder los privilegios de los que ahora gozan. Como decían en aquel viejo anuncio comercial, “casas, carros, premios, puntos”.
Inmediatamente después de ser nombrados en su cargo público, hay inflación, pero de su ego. Eso les ocasiona “perder el norte” y dejarse llevar por las mieles del poder.
Los shutes de turno, locales y extranjeros, se acercan para mostrarles el camino. Lamentablemente, el rumbo al que lleva esa ruta es el de traición a la patria, a los que votaron por ellos y, sobre todo, a la población guatemalteca que deseamos salir del tercermundismo en el que vivimos.
No hemos conocido a algún shute que sea propositivo en cuanto a acciones y decisiones que se deben tomar para el bienestar de los chapines y el progreso de nuestra nación. Nunca vendrán tales shutes, pues no tienen un ego inflado ni se creen poseedores de la verdad absoluta.
¿Cómo evadir esta interferencia, injerencia, “shutencia” y endiosamiento que los hace creer que son los autores de nuestro destino? La presidencia de la República y del congreso deberían ser los que ponen un alto. Lamentablemente, no lo hacen. Se doblegan ante opiniones en idiomas foráneos y a las amenazas de las consecuencias que habrá si no proceden acordemente.
Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos trabajando y produciendo para poder tener una vida digna y proveer a quienes dependen de nuestro trabajo. Lamentablemente, los burócratas shutes son parte de los beneficiarios, hablen el idioma que sea.
Como chapines, agradecemos el apoyo, ayuda y beneficios que recibimos de todos aquellos que invierten en nuestra Guate pues esto genera empleos, que derraman sus beneficios a todos a su alrededor.
Pero, también, como chapines rechazamos cualquier instrucción, extorsión o compra de voluntades a cambio de libertad personal, dinero, prestigio, viajes y cualquier otra dádiva que recibirán a cambio de traicionar a Guatemala.
De acuerdo con la “academia” del lenguaje chapín, shute significa intrometido, meterse en lo que no le compete y hasta opinar al respecto. Últimamente estamos teniendo un montón de shutes en Guate. Tienen una necesidad insaciable de meterse en asuntos totalmente ajenos a sus asuntos personales y oficiales.
Este montón de shutes vienen con instrucciones en inglés y en idiomas europeos. Siendo ellos notables en su desconocimiento acerca de nuestros asuntos, se atreven a indicarnos el camino a seguir, sin pena de quitarnos el montón de pisto que les sirve para comprar voluntades de quienes creen que lograrán “salirse con la suya”.
Claramente, me refiero a los políticos de pacotilla, que son prácticamente todos (con algunas contadas excepciones). Creen que, al obedecer, que significa traicionar a su propio país, nuestra Guate, se van a salvar de perder los privilegios de los que ahora gozan. Como decían en aquel viejo anuncio comercial, “casas, carros, premios, puntos”.
Inmediatamente después de ser nombrados en su cargo público, hay inflación, pero de su ego. Eso les ocasiona “perder el norte” y dejarse llevar por las mieles del poder.
Los shutes de turno, locales y extranjeros, se acercan para mostrarles el camino. Lamentablemente, el rumbo al que lleva esa ruta es el de traición a la patria, a los que votaron por ellos y, sobre todo, a la población guatemalteca que deseamos salir del tercermundismo en el que vivimos.
No hemos conocido a algún shute que sea propositivo en cuanto a acciones y decisiones que se deben tomar para el bienestar de los chapines y el progreso de nuestra nación. Nunca vendrán tales shutes, pues no tienen un ego inflado ni se creen poseedores de la verdad absoluta.
¿Cómo evadir esta interferencia, injerencia, “shutencia” y endiosamiento que los hace creer que son los autores de nuestro destino? La presidencia de la República y del congreso deberían ser los que ponen un alto. Lamentablemente, no lo hacen. Se doblegan ante opiniones en idiomas foráneos y a las amenazas de las consecuencias que habrá si no proceden acordemente.
Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos trabajando y produciendo para poder tener una vida digna y proveer a quienes dependen de nuestro trabajo. Lamentablemente, los burócratas shutes son parte de los beneficiarios, hablen el idioma que sea.
Como chapines, agradecemos el apoyo, ayuda y beneficios que recibimos de todos aquellos que invierten en nuestra Guate pues esto genera empleos, que derraman sus beneficios a todos a su alrededor.
Pero, también, como chapines rechazamos cualquier instrucción, extorsión o compra de voluntades a cambio de libertad personal, dinero, prestigio, viajes y cualquier otra dádiva que recibirán a cambio de traicionar a Guatemala.
