Un elemento que siempre ha caracterizado al partido oficialista y ahora cancelado, Movimiento Semilla, es su extremo hermetismo. Esta actitud ha impactado negativamente en su capacidad de negociación. Esto se debe a que, en vez de buscar los consensos y la conciliación entre los diferentes bloques en el Legislativo y sectores en la sociedad, han adoptado un comportamiento en el que “o se hace a su manera o no se hace”. En otras palabras, hasta que todos los actores no adopten el Semilla state of mind el carro institucional no empezará a caminar hacia delante. No obstante, esta estrategia les ha costado muy caro, dado que implica que todo será avalado siempre y cuando sea acorde a la agenda del partido.
Las últimas sesiones en el Congreso y acciones del Ejecutivo confirman esta situación. Por ejemplo, mientras que Semilla tuvo la oportunidad de reformar la Ley Contra la Delincuencia Organizada para evitar que cualquier agente fuera víctima del uso discrecional de esta norma, decidió modificarla únicamente conforme a sus intereses de partido. Asimismo, a pesar de que el presidente Arévalo siempre condenó que el presupuesto de la nación era un mecanismo que “engrasaba” la corrupción, el proyecto que él presentó, aunque también contiene vicios, fue visto con buenos ojos porque era “a su manera”. Así pues, dado que todas estas iniciativas surgen del Semilla state of mind parece que están bañadas de pureza y libres de pecado.
La doble palanca de poder
La última iniciativa propuesta por los cabecillas del partido Semilla que pretende reformar la Ley Orgánica del Ministerio Público evidencia la mentalidad en la que se maneja el oficialismo, ya que propone remover en su totalidad el artículo que prohibía que el presidente contara con la potestad para remover a quien ejerciera como fiscal general.
De continuar con este Semilla state of mind, en cuatro años esta agrupación política habrá sido la responsable de haber abierto la puerta a un poder personalista, arbitrario, irrespetuoso de las instituciones y el balance de poder. Es decir, si la continuidad en el poder no es la opción, el próximo oportunista tendrá el camino allanado para sobrepasar cualquier rezago de decencia y estabilidad política que queda en el país.
Más que reforzar la institucionalidad en el país, esta propuesta viene firmada con nombre y apellido, ya que pretende remover a quien no es favorable al avance del Semilla state of mind. No obstante, más allá de un partido o un cargo político, lo que está en juego es la estabilidad del país, dado que, cuando las leyes no son abstractas y generales se prestan a arbitrariedades y abusos de poder.
Nada de esto sería posible si la tradición política que inspira a Movimiento Semilla no contara con las dos palancas de poder. Por un lado, la izquierda, pese a la narrativa, no cree en las instituciones neutrales porque para ellos “todo es política”. Es decir, si copar todos los órganos del Estado con agentes favorables a su misión es necesario para avanzar en su proyecto político, que así lo sea. Asimismo, la segunda palanca de poder ofrece una justificación “democrática” para el irrespeto a los contrapesos institucionales, ya que como han aducido miles de veces, como los ha votado la mayoría, esto implica, por definición, dar carta blanca para hacer lo que quieran.
Ahora bien, de continuar con este Semilla state of mind, en cuatro años esta agrupación política habrá sido la responsable de haber abierto la puerta a un poder personalista, arbitrario, irrespetuoso de las instituciones y el balance de poder. Es decir, si la continuidad en el poder no es la opción, el próximo oportunista tendrá el camino allanado para sobrepasar cualquier rezago de decencia y estabilidad política que queda en el país.
Un elemento que siempre ha caracterizado al partido oficialista y ahora cancelado, Movimiento Semilla, es su extremo hermetismo. Esta actitud ha impactado negativamente en su capacidad de negociación. Esto se debe a que, en vez de buscar los consensos y la conciliación entre los diferentes bloques en el Legislativo y sectores en la sociedad, han adoptado un comportamiento en el que “o se hace a su manera o no se hace”. En otras palabras, hasta que todos los actores no adopten el Semilla state of mind el carro institucional no empezará a caminar hacia delante. No obstante, esta estrategia les ha costado muy caro, dado que implica que todo será avalado siempre y cuando sea acorde a la agenda del partido.
Las últimas sesiones en el Congreso y acciones del Ejecutivo confirman esta situación. Por ejemplo, mientras que Semilla tuvo la oportunidad de reformar la Ley Contra la Delincuencia Organizada para evitar que cualquier agente fuera víctima del uso discrecional de esta norma, decidió modificarla únicamente conforme a sus intereses de partido. Asimismo, a pesar de que el presidente Arévalo siempre condenó que el presupuesto de la nación era un mecanismo que “engrasaba” la corrupción, el proyecto que él presentó, aunque también contiene vicios, fue visto con buenos ojos porque era “a su manera”. Así pues, dado que todas estas iniciativas surgen del Semilla state of mind parece que están bañadas de pureza y libres de pecado.
La doble palanca de poder
La última iniciativa propuesta por los cabecillas del partido Semilla que pretende reformar la Ley Orgánica del Ministerio Público evidencia la mentalidad en la que se maneja el oficialismo, ya que propone remover en su totalidad el artículo que prohibía que el presidente contara con la potestad para remover a quien ejerciera como fiscal general.
De continuar con este Semilla state of mind, en cuatro años esta agrupación política habrá sido la responsable de haber abierto la puerta a un poder personalista, arbitrario, irrespetuoso de las instituciones y el balance de poder. Es decir, si la continuidad en el poder no es la opción, el próximo oportunista tendrá el camino allanado para sobrepasar cualquier rezago de decencia y estabilidad política que queda en el país.
Más que reforzar la institucionalidad en el país, esta propuesta viene firmada con nombre y apellido, ya que pretende remover a quien no es favorable al avance del Semilla state of mind. No obstante, más allá de un partido o un cargo político, lo que está en juego es la estabilidad del país, dado que, cuando las leyes no son abstractas y generales se prestan a arbitrariedades y abusos de poder.
Nada de esto sería posible si la tradición política que inspira a Movimiento Semilla no contara con las dos palancas de poder. Por un lado, la izquierda, pese a la narrativa, no cree en las instituciones neutrales porque para ellos “todo es política”. Es decir, si copar todos los órganos del Estado con agentes favorables a su misión es necesario para avanzar en su proyecto político, que así lo sea. Asimismo, la segunda palanca de poder ofrece una justificación “democrática” para el irrespeto a los contrapesos institucionales, ya que como han aducido miles de veces, como los ha votado la mayoría, esto implica, por definición, dar carta blanca para hacer lo que quieran.
Ahora bien, de continuar con este Semilla state of mind, en cuatro años esta agrupación política habrá sido la responsable de haber abierto la puerta a un poder personalista, arbitrario, irrespetuoso de las instituciones y el balance de poder. Es decir, si la continuidad en el poder no es la opción, el próximo oportunista tendrá el camino allanado para sobrepasar cualquier rezago de decencia y estabilidad política que queda en el país.