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Salió el sol

Debo reconocer la calidad profesional, conocimiento, experiencia y trayectoria de quienes hoy están a cargo.

Presidente Bernárdo Arévalo en el Primer Congreso de Infraestructura: Aeropuertos, eje del desarrollo inclusivo
Jorge Benavides |
02 de julio, 2024

Llevamos tres semanas de lluvias intensas en todo el país, siendo el presagio de un invierno que se vislumbra copioso, severo y con afectación en gran parte del territorio. Y a pesar de que las tardes y noches son lluviosas, pareciera que en los breves momentos en los que sale el sol hay una oportunidad para ver con claridad y prevenir siniestros, no solo para evidenciar los daños y reparar lo que se puede.

La gestión del actual gobierno me recuerda mucho la parábola del sembrador, sobre todo el pasaje referente a la semilla que cayó entre espinos, que aunque tiene todo el potencial de crecer y producir una planta fuerte que genere frutos por generaciones, las preocupaciones del día a día la ahogan y la agobian, impidiéndole germinar, echar raíz y crecer.

Ya pasaron seis meses y no puede seguir siendo excusa la administración anterior y no puede ser un recurso recurrente proponer análisis y diálogos donde hacen falta acciones y soluciones. Es necesario que el Gobierno busque líneas de acción que sean transparentes, pero también que sean oportunas y efectivas. No puede seguirse gobernando para las redes sociales, sino que se deben buscar respuestas en expertos y profesionales, y no en fans y seguidores.

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Y es por eso que debo reconocer el atisbo de lucidez que ha mostrado la gestión pública al momento de identificar vías rápidas para corregir los daños a la red logística que comprende carreteras, puertos y el aeropuerto. Se ha dejado de lado el discurso y se ha visto que mediante alianzas con la cooperación internacional y con el sector empresarial organizado se pueden implementar medidas que eviten el caos; o que lo sigan incrementando.

Mi petición a ellos es que pasen de la teoría a la práctica y sepan identificar a las personas honestas que quieren colaborar en vez de entorpecer. Los problemas que tenemos enfrente son demasiados grandes como para ingenuamente creer que el Gobierno los podrá resolver solo.

Señales positivas como el inicio de la fase de construcción de la Autopista entre Escuintla y Puerto Quetzal bajo la modalidad de Alianza Pública-Privada y la presentación de una posible concesión bajo el mismo modelo para el Aeropuerto Internacional La Aurora, son decisiones acertadas que evidencian que la colaboración brinda mayores réditos que la confrontación. Y me atrevo a pensar que en los siguiente meses continuará el abordaje a grupos empresariales para cubrir emergencias, asumir el riesgo de inversiones, realizar donaciones y aportar conocimiento y recursos.

La postura de cualquier asesor en comunicación será a favor de mantener la narrativa y evitar riesgos reputacionales innecesarios, pero la visión de un estadista será la de evitar desastres no solo en términos monetarios y logísticos, sino en términos de vidas afectadas hoy, mañana y durante muchos años más. Hay una población temerosa sobre los efectos que puede traer el invierno a sus viviendas, a su salud, a su empleo y a su futuro y, por ello, los ojos voltean a ver a quienes fueron electos para atenuar estos impactos y evitar que catástrofes se repitan.

Debo reconocer la calidad profesional, conocimiento, experiencia y trayectoria de quienes hoy están a cargo. Han demostrado sensatez y capacidad y la confianza que el Presidente ha puesto en ellos seguro se basa en la convicción de que se pueden obtener resultados partiendo de la transparencia y claridad de ideas, siendo agentes de cambio en un ecosistema que se ha caracterizado por la opacidad y la ineficiencia.

Ahora bien, mi petición a ellos es que pasen de la teoría a la práctica y sepan identificar a las personas honestas que quieren colaborar en vez de entorpecer. Los problemas que tenemos enfrente son demasiados grandes como para ingenuamente creer que el Gobierno los podrá resolver solo. No deben renunciar a su rol de probidad, supervisión y rendición de cuentas, pero la verdadera virtud se reconoce en aquellos que honran el cargo para el que fueron designados, asumiendo el desgaste político de las decisiones acertadas que deben tomar.

Salió el sol

Debo reconocer la calidad profesional, conocimiento, experiencia y trayectoria de quienes hoy están a cargo.

Jorge Benavides |
02 de julio, 2024
Presidente Bernárdo Arévalo en el Primer Congreso de Infraestructura: Aeropuertos, eje del desarrollo inclusivo

Llevamos tres semanas de lluvias intensas en todo el país, siendo el presagio de un invierno que se vislumbra copioso, severo y con afectación en gran parte del territorio. Y a pesar de que las tardes y noches son lluviosas, pareciera que en los breves momentos en los que sale el sol hay una oportunidad para ver con claridad y prevenir siniestros, no solo para evidenciar los daños y reparar lo que se puede.

La gestión del actual gobierno me recuerda mucho la parábola del sembrador, sobre todo el pasaje referente a la semilla que cayó entre espinos, que aunque tiene todo el potencial de crecer y producir una planta fuerte que genere frutos por generaciones, las preocupaciones del día a día la ahogan y la agobian, impidiéndole germinar, echar raíz y crecer.

Ya pasaron seis meses y no puede seguir siendo excusa la administración anterior y no puede ser un recurso recurrente proponer análisis y diálogos donde hacen falta acciones y soluciones. Es necesario que el Gobierno busque líneas de acción que sean transparentes, pero también que sean oportunas y efectivas. No puede seguirse gobernando para las redes sociales, sino que se deben buscar respuestas en expertos y profesionales, y no en fans y seguidores.

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Y es por eso que debo reconocer el atisbo de lucidez que ha mostrado la gestión pública al momento de identificar vías rápidas para corregir los daños a la red logística que comprende carreteras, puertos y el aeropuerto. Se ha dejado de lado el discurso y se ha visto que mediante alianzas con la cooperación internacional y con el sector empresarial organizado se pueden implementar medidas que eviten el caos; o que lo sigan incrementando.

Mi petición a ellos es que pasen de la teoría a la práctica y sepan identificar a las personas honestas que quieren colaborar en vez de entorpecer. Los problemas que tenemos enfrente son demasiados grandes como para ingenuamente creer que el Gobierno los podrá resolver solo.

Señales positivas como el inicio de la fase de construcción de la Autopista entre Escuintla y Puerto Quetzal bajo la modalidad de Alianza Pública-Privada y la presentación de una posible concesión bajo el mismo modelo para el Aeropuerto Internacional La Aurora, son decisiones acertadas que evidencian que la colaboración brinda mayores réditos que la confrontación. Y me atrevo a pensar que en los siguiente meses continuará el abordaje a grupos empresariales para cubrir emergencias, asumir el riesgo de inversiones, realizar donaciones y aportar conocimiento y recursos.

La postura de cualquier asesor en comunicación será a favor de mantener la narrativa y evitar riesgos reputacionales innecesarios, pero la visión de un estadista será la de evitar desastres no solo en términos monetarios y logísticos, sino en términos de vidas afectadas hoy, mañana y durante muchos años más. Hay una población temerosa sobre los efectos que puede traer el invierno a sus viviendas, a su salud, a su empleo y a su futuro y, por ello, los ojos voltean a ver a quienes fueron electos para atenuar estos impactos y evitar que catástrofes se repitan.

Debo reconocer la calidad profesional, conocimiento, experiencia y trayectoria de quienes hoy están a cargo. Han demostrado sensatez y capacidad y la confianza que el Presidente ha puesto en ellos seguro se basa en la convicción de que se pueden obtener resultados partiendo de la transparencia y claridad de ideas, siendo agentes de cambio en un ecosistema que se ha caracterizado por la opacidad y la ineficiencia.

Ahora bien, mi petición a ellos es que pasen de la teoría a la práctica y sepan identificar a las personas honestas que quieren colaborar en vez de entorpecer. Los problemas que tenemos enfrente son demasiados grandes como para ingenuamente creer que el Gobierno los podrá resolver solo. No deben renunciar a su rol de probidad, supervisión y rendición de cuentas, pero la verdadera virtud se reconoce en aquellos que honran el cargo para el que fueron designados, asumiendo el desgaste político de las decisiones acertadas que deben tomar.

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