Regresan los debates sobre economía política
¿Qué orientación sociopolítica nos garantizará una acción libre y soberana en el futuro? ¿Qué orden económico garantizará nuestra libertad y prosperidad en el futuro frente a los desafíos globales y nacionales?
El pasado lunes se otorgó el premio Nobel de Economía 2024 a Daron Acemoglu (MIT), Simon Johnson (MIT) y James A. Robinson (Universidad de Chicago) por “sus estudios de cómo se forman las instituciones y afectan la prosperidad”. Con esta selección —a mi criterio— regresan los debates sobre economía política, los cuales se perdieron en la segunda parte del siglo pasado. Ojalá este retorno no sea efímero, sino que se quede por muchas décadas.
Contrario a lo que ha sucedido en otros años, cuando solo algunos pocos se pronunciaron, este año se levantó una controversia porque Robinson, economista y politólogo, intervino en el ENADE 2019 (https://t.co/ksNTlZNPJ3) y el libro “Por Qué Fracasan Los Países”: Los Orígenes del Poder, La Prosperidad y La Pobreza“”, —que escribió junto a Acemoglu—, se difundió durante aquel año y allí muchos descubrieron que, en los 15 capítulos del libro, hay referencias a Guatemala. Este libro se publicó en el año 2012, y la primera edición en español en el 2014. Además, no es el único libro de Robinson; hay otros títulos con Acemoglu y/o Johnson como: Power and Progress (2008); Economic Origins of Dictatorship and Democracy (2009); El pasillo estrecho, Estados, sociedades y cómo alcanzar la libertad (2019). A lo anterior hay que sumar una extensa lista de artículos, disertaciones, conferencias y entrevistas.
Es importante acotar que para debatir sobre los aportes a las ciencias de los recién laureados tiene que leerse su bibliografía completa, no solo un libro; sugiero, también, leer a los autores que critican o se oponen a las tesis de Acemoglu, Johnson y Robinson (AJ&R), incluyendo a otros economistas laureados. En las últimas horas, se publicaron diversidad de excelentes artículos que se oponen a las ideas de AJ&R, así como de quienes lo alaban. La lectura de los argumentos de quienes están a favor y en contra, es rica y agradable.
Lo que también sugiero es eliminar de sus lecturas a los activistas quienes, con su acostumbrado simplismo o patanería, seleccionan una u otra frase para justificar sus posiciones. Acá incluyo a los editorialistas de varios medios de comunicación. Debo suponer que estos mismos están ahora revisando las palabras de otros premios nobel de Economía que han visitado Guatemala como Friedrich A. Hayek (1977), Milton Friedman (1978), Vernon Smith (2004 y 2010) y Paul Romer (2011) para encontrar que dijeron durante su estadía en el país o bien están revisando los escritos de Douglas North o Elinor Ostrom para contraponer a Acemoglu, Johnson y Robinson.
La economía política es interdisciplinaria, una ciencia amplia y abierta y no se circunscribe a las matemáticas, las ecuaciones, a la econometría, o a los objetivos de una política económica. La vida es mucho más compleja y fascinante para determinarla solo con números y algoritmos.
Estar a favor o en contra de las tesis de AJ&R debe ser decisión de cada lector. Lea, escuche y cuestione, es así de sencillo. A mí no me corresponde persuadirlo o convencerlo, sino informarlo para que se forme su propia opinión.
Respecto al libro del “Por Qué Fracasan los Países” cabe indicar que la tesis principal es que cuando un Estado de derecho republicano —me apego más a este término, que a utilizar democracia por las mismas limitaciones que esta conlleva— crea los incentivos necesarios para que la gente ahorre, invierta e innove es posible crear riqueza para todos.
Algunas conclusiones de ese libro son que las instituciones inclusivas (en los términos planteados por Acemoglu y Robinson) son claves para el desarrollo: 1. Prevalece la ley y el orden. 2. El derecho a la propiedad privada se respeta y se protege. 3. La economía de mercado es el sistema que impera. 4. La igualdad de oportunidades es el fundamento para la prosperidad. 5. Fomentar la inversión en ciencias y tecnología. 6. La innovación genera la destrucción creativa.
La economía política es interdisciplinaria, una ciencia amplia y abierta y no se circunscribe a las matemáticas, las ecuaciones, a la econometría, o a los objetivos de una política económica. La vida es mucho más compleja y fascinante para determinarla solo con números y algoritmos. La economía política se enriquece con aportes de la sociología, la política, la filosofía y otras ciencias sociales para analizar cómo se toman las decisiones económicas en el contexto de las instituciones políticas y sociales.
En La Constitución de la Libertad, Hayek muestra claramente cómo un debate dentro de la economía política le permite a él y a otros evolucionar de: “desde cómo los órdenes estables posibilitan la libertad, hasta cómo la libertad posibilita la evolución de los órdenes”.
En este orden de ideas, el concepto de Orden en Libertad planteado por Christian Watrin junto a otros como Hasse, Feld, Selz y Molssberg profundizaron en los escritos de Eucken y Müller-Armack. Traer a colación este concepto permite retomar el debate central de la economía política a partir de cuestionamientos como ¿en qué orden económico y social deseamos vivir en el futuro? ¿Cómo garantizamos una economía de mercado libre, humana y competitiva que facilite prosperidad y seguridad social a largo plazo? ¿Qué orientación sociopolítica nos garantizará una acción libre y soberana en el futuro? ¿Qué orden económico garantizará nuestra libertad y prosperidad en el futuro frente a los desafíos globales y nacionales?
Las respuestas a los cuestionamientos anteriores, ya sea desde la perspectiva de AJ&R, North u Ostrom, son las que me llevan a la conclusión de que los debates están regresando.
Regresan los debates sobre economía política
¿Qué orientación sociopolítica nos garantizará una acción libre y soberana en el futuro? ¿Qué orden económico garantizará nuestra libertad y prosperidad en el futuro frente a los desafíos globales y nacionales?
El pasado lunes se otorgó el premio Nobel de Economía 2024 a Daron Acemoglu (MIT), Simon Johnson (MIT) y James A. Robinson (Universidad de Chicago) por “sus estudios de cómo se forman las instituciones y afectan la prosperidad”. Con esta selección —a mi criterio— regresan los debates sobre economía política, los cuales se perdieron en la segunda parte del siglo pasado. Ojalá este retorno no sea efímero, sino que se quede por muchas décadas.
Contrario a lo que ha sucedido en otros años, cuando solo algunos pocos se pronunciaron, este año se levantó una controversia porque Robinson, economista y politólogo, intervino en el ENADE 2019 (https://t.co/ksNTlZNPJ3) y el libro “Por Qué Fracasan Los Países”: Los Orígenes del Poder, La Prosperidad y La Pobreza“”, —que escribió junto a Acemoglu—, se difundió durante aquel año y allí muchos descubrieron que, en los 15 capítulos del libro, hay referencias a Guatemala. Este libro se publicó en el año 2012, y la primera edición en español en el 2014. Además, no es el único libro de Robinson; hay otros títulos con Acemoglu y/o Johnson como: Power and Progress (2008); Economic Origins of Dictatorship and Democracy (2009); El pasillo estrecho, Estados, sociedades y cómo alcanzar la libertad (2019). A lo anterior hay que sumar una extensa lista de artículos, disertaciones, conferencias y entrevistas.
Es importante acotar que para debatir sobre los aportes a las ciencias de los recién laureados tiene que leerse su bibliografía completa, no solo un libro; sugiero, también, leer a los autores que critican o se oponen a las tesis de Acemoglu, Johnson y Robinson (AJ&R), incluyendo a otros economistas laureados. En las últimas horas, se publicaron diversidad de excelentes artículos que se oponen a las ideas de AJ&R, así como de quienes lo alaban. La lectura de los argumentos de quienes están a favor y en contra, es rica y agradable.
Lo que también sugiero es eliminar de sus lecturas a los activistas quienes, con su acostumbrado simplismo o patanería, seleccionan una u otra frase para justificar sus posiciones. Acá incluyo a los editorialistas de varios medios de comunicación. Debo suponer que estos mismos están ahora revisando las palabras de otros premios nobel de Economía que han visitado Guatemala como Friedrich A. Hayek (1977), Milton Friedman (1978), Vernon Smith (2004 y 2010) y Paul Romer (2011) para encontrar que dijeron durante su estadía en el país o bien están revisando los escritos de Douglas North o Elinor Ostrom para contraponer a Acemoglu, Johnson y Robinson.
La economía política es interdisciplinaria, una ciencia amplia y abierta y no se circunscribe a las matemáticas, las ecuaciones, a la econometría, o a los objetivos de una política económica. La vida es mucho más compleja y fascinante para determinarla solo con números y algoritmos.
Estar a favor o en contra de las tesis de AJ&R debe ser decisión de cada lector. Lea, escuche y cuestione, es así de sencillo. A mí no me corresponde persuadirlo o convencerlo, sino informarlo para que se forme su propia opinión.
Respecto al libro del “Por Qué Fracasan los Países” cabe indicar que la tesis principal es que cuando un Estado de derecho republicano —me apego más a este término, que a utilizar democracia por las mismas limitaciones que esta conlleva— crea los incentivos necesarios para que la gente ahorre, invierta e innove es posible crear riqueza para todos.
Algunas conclusiones de ese libro son que las instituciones inclusivas (en los términos planteados por Acemoglu y Robinson) son claves para el desarrollo: 1. Prevalece la ley y el orden. 2. El derecho a la propiedad privada se respeta y se protege. 3. La economía de mercado es el sistema que impera. 4. La igualdad de oportunidades es el fundamento para la prosperidad. 5. Fomentar la inversión en ciencias y tecnología. 6. La innovación genera la destrucción creativa.
La economía política es interdisciplinaria, una ciencia amplia y abierta y no se circunscribe a las matemáticas, las ecuaciones, a la econometría, o a los objetivos de una política económica. La vida es mucho más compleja y fascinante para determinarla solo con números y algoritmos. La economía política se enriquece con aportes de la sociología, la política, la filosofía y otras ciencias sociales para analizar cómo se toman las decisiones económicas en el contexto de las instituciones políticas y sociales.
En La Constitución de la Libertad, Hayek muestra claramente cómo un debate dentro de la economía política le permite a él y a otros evolucionar de: “desde cómo los órdenes estables posibilitan la libertad, hasta cómo la libertad posibilita la evolución de los órdenes”.
En este orden de ideas, el concepto de Orden en Libertad planteado por Christian Watrin junto a otros como Hasse, Feld, Selz y Molssberg profundizaron en los escritos de Eucken y Müller-Armack. Traer a colación este concepto permite retomar el debate central de la economía política a partir de cuestionamientos como ¿en qué orden económico y social deseamos vivir en el futuro? ¿Cómo garantizamos una economía de mercado libre, humana y competitiva que facilite prosperidad y seguridad social a largo plazo? ¿Qué orientación sociopolítica nos garantizará una acción libre y soberana en el futuro? ¿Qué orden económico garantizará nuestra libertad y prosperidad en el futuro frente a los desafíos globales y nacionales?
Las respuestas a los cuestionamientos anteriores, ya sea desde la perspectiva de AJ&R, North u Ostrom, son las que me llevan a la conclusión de que los debates están regresando.