A mi criterio, esas tres palabras describen, de forma acertada, a los gobiernos de turno. El actual, por mucho, no es la excepción. Veamos.
Pisto, o sea dinero, es el objetivo de la mayoría de los políticos. Ojalá y fuera en forma de derrame hacia todas las comunidades del país. La estrategia que utilizan los políticos es regalar lo que, según ellos, les hace falta a determinadas poblaciones. Así las cosas, inauguran un camino vecinal (sin duda será útil), pero no resolverán el estado de pobreza y abandono. Una vez tomada la foto, “si te miro ni me acuerdo”, como reza el viejo refrán.
El abandono, la pésima calidad educativa y la dificultad para acceder a una vida digna, son las condiciones permanentes. Una vez más, el “pisto” será mal utilizado y las comunidades permanecerán en el abandono.
El ego, siempre presente, se hará cargo de “pavonear” al gobernante, dando una imagen falsa de estar brindando bienestar.
El poder es el peor de los acompañantes de los gobernantes. La adulación, el acceso ilimitado a sus deseos y delirios, se convierten en el peor mal. En poco tiempo habrán corrompido, robado (es casi lo mismo), manipulado, engañado y un largo etcétera.
Ya mencioné al peor compañero, el ego. Lo vuelvo a hacer, pues considero el peor de los males. Este mal compañero hace que cualquier decisión sea adulada por los cercanos, pues requieren mantenerse vigentes. ¡Qué mejor forma hay! Cuando se tiene tanto poder, es poco lo que falta. La adulación se convierte en el inseparable compañero. Quienes lo practican, se convierten en los más cercanos al poder.
Pisto, poder y ego, ¡qué tripleta más nefasta y destructiva!, no para el gobernante, pues lo aprovechará, sino para el resto de nosotros que tendremos que soportar tanto abuso.
¿Habrá algún humilde, sencillo de corazón, que logre permanecer inmune ante tanta miel?
A mi criterio, esas tres palabras describen, de forma acertada, a los gobiernos de turno. El actual, por mucho, no es la excepción. Veamos.
Pisto, o sea dinero, es el objetivo de la mayoría de los políticos. Ojalá y fuera en forma de derrame hacia todas las comunidades del país. La estrategia que utilizan los políticos es regalar lo que, según ellos, les hace falta a determinadas poblaciones. Así las cosas, inauguran un camino vecinal (sin duda será útil), pero no resolverán el estado de pobreza y abandono. Una vez tomada la foto, “si te miro ni me acuerdo”, como reza el viejo refrán.
El abandono, la pésima calidad educativa y la dificultad para acceder a una vida digna, son las condiciones permanentes. Una vez más, el “pisto” será mal utilizado y las comunidades permanecerán en el abandono.
El ego, siempre presente, se hará cargo de “pavonear” al gobernante, dando una imagen falsa de estar brindando bienestar.
El poder es el peor de los acompañantes de los gobernantes. La adulación, el acceso ilimitado a sus deseos y delirios, se convierten en el peor mal. En poco tiempo habrán corrompido, robado (es casi lo mismo), manipulado, engañado y un largo etcétera.
Ya mencioné al peor compañero, el ego. Lo vuelvo a hacer, pues considero el peor de los males. Este mal compañero hace que cualquier decisión sea adulada por los cercanos, pues requieren mantenerse vigentes. ¡Qué mejor forma hay! Cuando se tiene tanto poder, es poco lo que falta. La adulación se convierte en el inseparable compañero. Quienes lo practican, se convierten en los más cercanos al poder.
Pisto, poder y ego, ¡qué tripleta más nefasta y destructiva!, no para el gobernante, pues lo aprovechará, sino para el resto de nosotros que tendremos que soportar tanto abuso.
¿Habrá algún humilde, sencillo de corazón, que logre permanecer inmune ante tanta miel?