Participación en CSW69: un llamado urgente contra la esclavitud moderna en Centroamérica
Este año tuve la oportunidad de participar como oradora en un evento paralelo de alto nivel durante la 69.ª Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69), en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Asistí en representación de la Asociación La Familia Importa (AFI), organización guatemalteca que trabaja por la defensa de la vida, la familia y la libertad.
El evento, copatrocinado por el Gobierno de Paraguay, Asociación la Familia Importa (AFI), C-FAM y CitizenGO, se centró en uno de los temas más dolorosos y urgentes de nuestra región: la explotación sexual de mujeres y niñas, así como su conexión directa con la trata de personas, la prostitución y la pornografía.
Durante la intervención, se habló sobre la situación en Centroamérica, una región que, por su ubicación geográfica, se ha convertido en corredor de trata y contrabando de migrantes. Estas actividades criminales, lejos de ser casos aislados, se han convertido en un negocio multimillonario que destruye vidas y vulnera profundamente los derechos humanos.
Se explicó cómo la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades y la debilidad institucional crean un terreno fértil para que las redes de trata operen con impunidad. Muchos casos pasan desapercibidos, y muchas víctimas siguen siendo invisibles.
Aunque los desafíos son grandes, también lo es la fuerza de quienes luchamos por un mundo donde ninguna mujer, niña ni ninguna persona vuelva a ser tratada como objeto o mercancía.
Uno de los puntos en los que más énfasis se hizo fue en la necesidad de visibilizar todas las formas de explotación. No se puede seguir ignorando cómo la pornografía, en particular, alimenta la demanda de trata y normaliza la violencia sexual, especialmente contra niñas y adolescentes.
También se propusieron medidas concretas para que los Estados miembros actúen con mayor decisión: fortalecer las instituciones, capacitar a los funcionarios, regular el acceso a contenido sexual violento, apoyar a las víctimas y fomentar la cooperación internacional.
Más allá de las acciones desde los gobiernos, se señaló el papel fundamental que juegan las familias, las iglesias, las escuelas y las comunidades. Necesitamos educar a los niños, generar entornos seguros, estar atentos al mundo digital y apoyar a quienes se encuentran en situación de riesgo.
AFI compartió panel con la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer y la niña, Reem Alsalem, y el evento contó con la asistencia de representantes del Parlamento Europeo y del Gobierno de Argentina. Fue una experiencia valiosa, tanto por lo que pudimos decir, como por las puertas que se abrieron para nuevas alianzas.
Participar en la CSW69 me reafirmó que, aunque los desafíos son grandes, también lo es la fuerza de quienes luchamos por un mundo donde ninguna mujer, niña ni ninguna persona vuelva a ser tratada como objeto o mercancía.
Participación en CSW69: un llamado urgente contra la esclavitud moderna en Centroamérica
Este año tuve la oportunidad de participar como oradora en un evento paralelo de alto nivel durante la 69.ª Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69), en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Asistí en representación de la Asociación La Familia Importa (AFI), organización guatemalteca que trabaja por la defensa de la vida, la familia y la libertad.
El evento, copatrocinado por el Gobierno de Paraguay, Asociación la Familia Importa (AFI), C-FAM y CitizenGO, se centró en uno de los temas más dolorosos y urgentes de nuestra región: la explotación sexual de mujeres y niñas, así como su conexión directa con la trata de personas, la prostitución y la pornografía.
Durante la intervención, se habló sobre la situación en Centroamérica, una región que, por su ubicación geográfica, se ha convertido en corredor de trata y contrabando de migrantes. Estas actividades criminales, lejos de ser casos aislados, se han convertido en un negocio multimillonario que destruye vidas y vulnera profundamente los derechos humanos.
Se explicó cómo la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades y la debilidad institucional crean un terreno fértil para que las redes de trata operen con impunidad. Muchos casos pasan desapercibidos, y muchas víctimas siguen siendo invisibles.
Aunque los desafíos son grandes, también lo es la fuerza de quienes luchamos por un mundo donde ninguna mujer, niña ni ninguna persona vuelva a ser tratada como objeto o mercancía.
Uno de los puntos en los que más énfasis se hizo fue en la necesidad de visibilizar todas las formas de explotación. No se puede seguir ignorando cómo la pornografía, en particular, alimenta la demanda de trata y normaliza la violencia sexual, especialmente contra niñas y adolescentes.
También se propusieron medidas concretas para que los Estados miembros actúen con mayor decisión: fortalecer las instituciones, capacitar a los funcionarios, regular el acceso a contenido sexual violento, apoyar a las víctimas y fomentar la cooperación internacional.
Más allá de las acciones desde los gobiernos, se señaló el papel fundamental que juegan las familias, las iglesias, las escuelas y las comunidades. Necesitamos educar a los niños, generar entornos seguros, estar atentos al mundo digital y apoyar a quienes se encuentran en situación de riesgo.
AFI compartió panel con la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer y la niña, Reem Alsalem, y el evento contó con la asistencia de representantes del Parlamento Europeo y del Gobierno de Argentina. Fue una experiencia valiosa, tanto por lo que pudimos decir, como por las puertas que se abrieron para nuevas alianzas.
Participar en la CSW69 me reafirmó que, aunque los desafíos son grandes, también lo es la fuerza de quienes luchamos por un mundo donde ninguna mujer, niña ni ninguna persona vuelva a ser tratada como objeto o mercancía.