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Nosotros el pueblo

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Carolina Castellanos |
06 de diciembre, 2024

Así inicia la constitución de Estados Unidos. Me parece una forma muy directa que refuerza el hecho de que, “nosotros, el pueblo” somos la razón de ser de un país. Sin nosotros no hay nada. Sería solamente un pedazo de tierra. Aun en las tribus u otras organizaciones primitivas ya había “nosotros, el pueblo” pues siempre ha habido alguien, o un grupo, que nos organizan y luego nos gobiernan. 

Naturalmente, las estructuras actuales son muchísimo más complejas que aquellas primitivas. Consecuentemente, surge la necesidad de tener mejor organización y estructura para poder vivir de forma adecuada y funcional. 

A los gobernantes actuales parece habérseles olvidado que su razón de existir somos nosotros, el pueblo. También se les olvida que ellos mismos forman parte de esto, que el poder es efímero y que la posición que ocupan es temporal. 

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Lamentablemente, entre “nosotros, el pueblo”, hay de todo. “Cada cabeza es un mundo, reza el viejo refrán”. Un grupo reducido de cabezas decide que quiere cambiar la estructura, a quienes ocupan cargos de poder, a quienes tienen acceso a esos “privilegiados” con poder, con el único objetivo de sustituirlos. Así las cosas, nos manipulan a “nosotros, el pueblo” para alcanzar esas posiciones que los sacarán de pobres y los llenarán de “poder y gloria”. 

El tiempo pasa y el poder es efímero. Llegará alguien con “conectes”, con ideas diferentes y con una labia impresionante que logrará convencer a “nosotros, el pueblo”. Cambiará el gobierno y todo seguirá, si bien nos va, igual. La historia demuestra que estaremos peor, pues cada cambio reduce nuestra libertad. 

Quisiéramos resolver esto, pero el sistema de partidos políticos y la organización gubernamental están diseñados para permanecer estancados en un ciclo interminable de luchas de poder, donde “nosotros, el pueblo”, somos lo menos importante. 

 

A lo largo de los años hemos escuchado la frase “cuando el pueblo se levante”. Seguiremos sin levantarnos, pues es más lo que perderemos de lo que ganaremos. Siempre habrá alguien que surgirá de los escombros y logrará dominar a “nosotros el pueblo”. 

Denis Prager escribió, “a más grande el gobierno, más pequeño el ciudadano”. Para quienes logran un cargo en ese agrandado aparato estatal, como lo estamos viendo ahora, les llegó “su agosto” (como se decía antes). Al resto de “nosotros, el pueblo” nos llegó más carga tributaria, más trámites, más permisos y, por supuesto, menos libertad para decidir, hacer y vivir en paz. 

Quisiéramos resolver esto, pero el sistema de partidos políticos y la organización gubernamental están diseñados para permanecer estancados en un ciclo interminable de luchas de poder, donde “nosotros, el pueblo”, somos lo menos importante. 

Nos toca la difícil, pero no imposible, lucha por nuestra libertad. Tenemos que retomar nuestro poder como mandantes. Cada uno lo podemos hacer desde nuestro metro cuadrado. Nos toca demostrar que nosotros, los ciudadanos, somos los mandantes.

Nosotros el pueblo

Carolina Castellanos |
06 de diciembre, 2024
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Así inicia la constitución de Estados Unidos. Me parece una forma muy directa que refuerza el hecho de que, “nosotros, el pueblo” somos la razón de ser de un país. Sin nosotros no hay nada. Sería solamente un pedazo de tierra. Aun en las tribus u otras organizaciones primitivas ya había “nosotros, el pueblo” pues siempre ha habido alguien, o un grupo, que nos organizan y luego nos gobiernan. 

Naturalmente, las estructuras actuales son muchísimo más complejas que aquellas primitivas. Consecuentemente, surge la necesidad de tener mejor organización y estructura para poder vivir de forma adecuada y funcional. 

A los gobernantes actuales parece habérseles olvidado que su razón de existir somos nosotros, el pueblo. También se les olvida que ellos mismos forman parte de esto, que el poder es efímero y que la posición que ocupan es temporal. 

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Lamentablemente, entre “nosotros, el pueblo”, hay de todo. “Cada cabeza es un mundo, reza el viejo refrán”. Un grupo reducido de cabezas decide que quiere cambiar la estructura, a quienes ocupan cargos de poder, a quienes tienen acceso a esos “privilegiados” con poder, con el único objetivo de sustituirlos. Así las cosas, nos manipulan a “nosotros, el pueblo” para alcanzar esas posiciones que los sacarán de pobres y los llenarán de “poder y gloria”. 

El tiempo pasa y el poder es efímero. Llegará alguien con “conectes”, con ideas diferentes y con una labia impresionante que logrará convencer a “nosotros, el pueblo”. Cambiará el gobierno y todo seguirá, si bien nos va, igual. La historia demuestra que estaremos peor, pues cada cambio reduce nuestra libertad. 

Quisiéramos resolver esto, pero el sistema de partidos políticos y la organización gubernamental están diseñados para permanecer estancados en un ciclo interminable de luchas de poder, donde “nosotros, el pueblo”, somos lo menos importante. 

 

A lo largo de los años hemos escuchado la frase “cuando el pueblo se levante”. Seguiremos sin levantarnos, pues es más lo que perderemos de lo que ganaremos. Siempre habrá alguien que surgirá de los escombros y logrará dominar a “nosotros el pueblo”. 

Denis Prager escribió, “a más grande el gobierno, más pequeño el ciudadano”. Para quienes logran un cargo en ese agrandado aparato estatal, como lo estamos viendo ahora, les llegó “su agosto” (como se decía antes). Al resto de “nosotros, el pueblo” nos llegó más carga tributaria, más trámites, más permisos y, por supuesto, menos libertad para decidir, hacer y vivir en paz. 

Quisiéramos resolver esto, pero el sistema de partidos políticos y la organización gubernamental están diseñados para permanecer estancados en un ciclo interminable de luchas de poder, donde “nosotros, el pueblo”, somos lo menos importante. 

Nos toca la difícil, pero no imposible, lucha por nuestra libertad. Tenemos que retomar nuestro poder como mandantes. Cada uno lo podemos hacer desde nuestro metro cuadrado. Nos toca demostrar que nosotros, los ciudadanos, somos los mandantes.

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