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Mucho ruido y pocas nueces

Si el gobierno considera un éxito de su gestión la habilitación de dos tramos de gradas eléctricas y un elevador en el aeropuerto, mal andamos.

Foto por Johan Ordóñez / AFP
Rodrigo Fernández Ordóñez |
17 de enero, 2025

El primer informe de gobierno rendido por el presidente Arévalo al Congreso de la República el pasado día martes 14 de enero duró 36 minutos. En él, como cabía esperar, resaltó como logros de gobierno el combate a la corrupción y otro par de cuestiones que el mandatario considera relevantes, pero que seguramente para la población a la que gobierna, fuera de aquellos que le son adictos incondicionales, les parecerán absolutamente intrascendentes. Los asuntos puestos en sus manos, desde hace un año, rebasan exponencialmente los asuntos que él eligió para resaltar en su informe al Congreso.

Adicionalmente, y como preámbulo a la presentación del informe, el presidente Arévalo en su habitual rueda de prensa del lunes volvió nuevamente al tema del Ministerio Público y a la inconveniencia de tener como jefa del mismo a la licenciada Porras, reincidiendo en un discurso que ya de viejo y manido se hace jirones. Y no es que haya dejado de ser cierto, pero tras doce meses de gobierno, sin mucho que informar como logros o alcances, claramente ya no es un tema importante, aunque el gobierno no lo quiera entender.

En dicha conferencia de prensa, el presidente confirmó a todos los ministros del gabinete, demostrando que tras un año de gobierno aún no existen criterios de calificación internos para evaluar el buen desempeño de las carteras y que da lo mismo si son buenos o malos gestores del tesoro público o de los asuntos de su cartera; su permanencia está garantizada. La gestión por resultados debería de ser el criterio mínimo para calificar a los ministros, de esta manera, ante la casi nula inversión pública de las carteras (teniendo a disponibilidad los recursos), se les hubiese penalizado por forzar la ejecución presupuestaria en algunas carteras, dando bonos de fin de año para elevar su porcentaje, sacrificando la inversión por dedicarse únicamente al funcionamiento (compras de insumos y pagos de nóminas). En una de las áreas de responsabilidad de una cartera, por dar otro ejemplo, un marero asesina a balazos a otro dentro de una cárcel de supuesta alta seguridad, como lo es Mariscal Zavala. El ministro responsable no es cuestionado y, en cambio, es confirmado en el cargo. Su defensa consistió en echarle la culpa a las autoridades del pasado, en el cual él mismo fue ya responsable de la cartera de Gobernación.

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Lamento aguar la fiesta a los incondicionales del presidente Bernardo Arévalo, a quien considero un hombre de buenas intenciones. Sin embargo, decían las abuelas, de buenas intenciones está empedrado el infierno.

La única novedad es la llegada a la cartera de comunicaciones de un ex militar que perteneció al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, una de esas pocas instituciones que funcionan bien en el gobierno de la República, por lo que la apuesta pareciera ir bien encaminada, tras dos sonados fracasos anteriores. Sin embargo, si el gobierno considera un éxito de su gestión la habilitación de dos tramos de gradas eléctricas y un elevador en el Aeropuerto Internacional La Aurora, mal andamos. Recordemos que aun durante los gobiernos censurados, como dictaduras militares como los del general Carlos Arana Osorio, general Kjell Eugenio Laugerud e incluso del general Romeo Lucas García se ejecutaron grandes obras públicas como el acueducto Xayá Pixcayá; la hidroeléctrica Jurún Marinalá; la hidroeléctrica Chixoy, o la carretera hacia Santa Elena Petén desde Río Dulce. Podemos sumar también la construcción del Centro Cívico durante los gobiernos del coronel Castillo Armas y que terminó el general Ydígoras Fuentes. Es decir, que si en 2024 instalar unas gradas eléctricas es considerado un logro del gobierno central, resulta evidente que hemos ido retrocediendo dramáticamente en la capacidad de la administración pública.

La corrupción sin duda es un tema que se debe denunciar y combatir de forma efectiva, es lícito quejarse de la evidente inacción de la Jefa del MP; todos los guatemaltecos entendemos que las mafias son estructuras que urge desmontar en el interior del mismo Estado, pero no debe de ser la única y exclusiva acción del gobierno, pues la infraestructura va decayendo con cada día que pasa y es necesario invertir en mantenimiento y en nuevas obras para ampliar la cobertura de dichas redes de infraestructura. Es preciso proyectar al Estado a los lugares a los que aún no llega y se resiente la educación, la seguridad pública y la salud. Precisamente por ello es que el gabinete agrupa a más de 15 carteras distintas de los asuntos públicos. El problema central que debe ocupar la mente del presidente es la administración pública y dirigir de forma eficiente las acciones de gobierno. Arévalo asumió la presidencia hace un año; el presidente debe cobrar conciencia de que ya no es más candidato. La gente desde hace un año y medio le eligió presidente de la república para que haga, no para que diga.

Lamento aguar la fiesta a los incondicionales del presidente Bernardo Arévalo, a quien considero un hombre de buenas intenciones. Sin embargo, decían las abuelas, de buenas intenciones está empedrado el infierno y muchas de esas abuelas vivieron su juventud durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo, a quien, al parecer, le pasaba lo mismo que a su hijo Bernardo: decir mucho, pero obrar poco, o lo que es aún peor, decir mucho, trabajar mucho, pero lograr poco. Al respecto, el mismo escritor Luis Cardoza y Aragón, en una carta fechada el 3 de octubre de 1950, dirigida a Enrique Muñoz Meany, evaluaba así la presidencia del amigo común Juan José Arévalo: «(…) Nuestro próximo régimen [Árbenz] será siempre de centro o suavemente de izquierda. Podrá ser muy interesante y llevar la táctica contraria de mucho del gobierno de Juan José: poco ruido y muchas nueces, más nueces…» (El placer de corresponder, 2004, 245). En este sentido, la cosecha del primer año de la agrupación «Semilla» es más bien magra, por no decir pobre.

Mucho ruido y pocas nueces

Si el gobierno considera un éxito de su gestión la habilitación de dos tramos de gradas eléctricas y un elevador en el aeropuerto, mal andamos.

Rodrigo Fernández Ordóñez |
17 de enero, 2025
Foto por Johan Ordóñez / AFP

El primer informe de gobierno rendido por el presidente Arévalo al Congreso de la República el pasado día martes 14 de enero duró 36 minutos. En él, como cabía esperar, resaltó como logros de gobierno el combate a la corrupción y otro par de cuestiones que el mandatario considera relevantes, pero que seguramente para la población a la que gobierna, fuera de aquellos que le son adictos incondicionales, les parecerán absolutamente intrascendentes. Los asuntos puestos en sus manos, desde hace un año, rebasan exponencialmente los asuntos que él eligió para resaltar en su informe al Congreso.

Adicionalmente, y como preámbulo a la presentación del informe, el presidente Arévalo en su habitual rueda de prensa del lunes volvió nuevamente al tema del Ministerio Público y a la inconveniencia de tener como jefa del mismo a la licenciada Porras, reincidiendo en un discurso que ya de viejo y manido se hace jirones. Y no es que haya dejado de ser cierto, pero tras doce meses de gobierno, sin mucho que informar como logros o alcances, claramente ya no es un tema importante, aunque el gobierno no lo quiera entender.

En dicha conferencia de prensa, el presidente confirmó a todos los ministros del gabinete, demostrando que tras un año de gobierno aún no existen criterios de calificación internos para evaluar el buen desempeño de las carteras y que da lo mismo si son buenos o malos gestores del tesoro público o de los asuntos de su cartera; su permanencia está garantizada. La gestión por resultados debería de ser el criterio mínimo para calificar a los ministros, de esta manera, ante la casi nula inversión pública de las carteras (teniendo a disponibilidad los recursos), se les hubiese penalizado por forzar la ejecución presupuestaria en algunas carteras, dando bonos de fin de año para elevar su porcentaje, sacrificando la inversión por dedicarse únicamente al funcionamiento (compras de insumos y pagos de nóminas). En una de las áreas de responsabilidad de una cartera, por dar otro ejemplo, un marero asesina a balazos a otro dentro de una cárcel de supuesta alta seguridad, como lo es Mariscal Zavala. El ministro responsable no es cuestionado y, en cambio, es confirmado en el cargo. Su defensa consistió en echarle la culpa a las autoridades del pasado, en el cual él mismo fue ya responsable de la cartera de Gobernación.

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La única novedad es la llegada a la cartera de comunicaciones de un ex militar que perteneció al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, una de esas pocas instituciones que funcionan bien en el gobierno de la República, por lo que la apuesta pareciera ir bien encaminada, tras dos sonados fracasos anteriores. Sin embargo, si el gobierno considera un éxito de su gestión la habilitación de dos tramos de gradas eléctricas y un elevador en el Aeropuerto Internacional La Aurora, mal andamos. Recordemos que aun durante los gobiernos censurados, como dictaduras militares como los del general Carlos Arana Osorio, general Kjell Eugenio Laugerud e incluso del general Romeo Lucas García se ejecutaron grandes obras públicas como el acueducto Xayá Pixcayá; la hidroeléctrica Jurún Marinalá; la hidroeléctrica Chixoy, o la carretera hacia Santa Elena Petén desde Río Dulce. Podemos sumar también la construcción del Centro Cívico durante los gobiernos del coronel Castillo Armas y que terminó el general Ydígoras Fuentes. Es decir, que si en 2024 instalar unas gradas eléctricas es considerado un logro del gobierno central, resulta evidente que hemos ido retrocediendo dramáticamente en la capacidad de la administración pública.

La corrupción sin duda es un tema que se debe denunciar y combatir de forma efectiva, es lícito quejarse de la evidente inacción de la Jefa del MP; todos los guatemaltecos entendemos que las mafias son estructuras que urge desmontar en el interior del mismo Estado, pero no debe de ser la única y exclusiva acción del gobierno, pues la infraestructura va decayendo con cada día que pasa y es necesario invertir en mantenimiento y en nuevas obras para ampliar la cobertura de dichas redes de infraestructura. Es preciso proyectar al Estado a los lugares a los que aún no llega y se resiente la educación, la seguridad pública y la salud. Precisamente por ello es que el gabinete agrupa a más de 15 carteras distintas de los asuntos públicos. El problema central que debe ocupar la mente del presidente es la administración pública y dirigir de forma eficiente las acciones de gobierno. Arévalo asumió la presidencia hace un año; el presidente debe cobrar conciencia de que ya no es más candidato. La gente desde hace un año y medio le eligió presidente de la república para que haga, no para que diga.

Lamento aguar la fiesta a los incondicionales del presidente Bernardo Arévalo, a quien considero un hombre de buenas intenciones. Sin embargo, decían las abuelas, de buenas intenciones está empedrado el infierno y muchas de esas abuelas vivieron su juventud durante el gobierno del presidente Juan José Arévalo, a quien, al parecer, le pasaba lo mismo que a su hijo Bernardo: decir mucho, pero obrar poco, o lo que es aún peor, decir mucho, trabajar mucho, pero lograr poco. Al respecto, el mismo escritor Luis Cardoza y Aragón, en una carta fechada el 3 de octubre de 1950, dirigida a Enrique Muñoz Meany, evaluaba así la presidencia del amigo común Juan José Arévalo: «(…) Nuestro próximo régimen [Árbenz] será siempre de centro o suavemente de izquierda. Podrá ser muy interesante y llevar la táctica contraria de mucho del gobierno de Juan José: poco ruido y muchas nueces, más nueces…» (El placer de corresponder, 2004, 245). En este sentido, la cosecha del primer año de la agrupación «Semilla» es más bien magra, por no decir pobre.

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