En mi entrega anterior mostré que los juicios errados de Ayn Rand sobre que Friedrich Nietzsche es «un místico y un irracionalista» se deben principalmente a que su calificación no describe los actos del filósofo y a que ella sustituyó los términos del alemán por los suyos propios. Esta equivocación es harto común. La misma Rand ha sido víctima de este descuido cuando sus críticos, por ejemplo, no intentan comprender el significado del término “altruismo” que usa, que es el mismo con que lo define Augusto Comte, y lo sustituyen por cómo ellos lo usan, significando totalmente otra cosa, benevolencia o caridad. Veamos ahora el resto de su comentario sobre el filósofo prusiano:
«Filosóficamente, Nietzsche es un místico y un irracionalista… su epistemología subordina la razón a la "voluntad", o el sentimiento, o el instinto, o la sangre, o las virtudes innatas del carácter. Pero como poeta, proyecta a veces (no de manera consistente) un magnífico sentimiento por la grandeza del hombre, expresado en términos emocionales, no intelectuales.»
¿Qué entiende Ayn Rand por “instinto”? En “el discurso de Galt” en Para el nuevo Intelectual escribe:
«Un instinto de autoconservación es precisamente lo que el hombre no posee. Un "instinto" es una forma de conocimiento infalible y automática. Un deseo no es un instinto. Un deseo de vivir no te proporciona el conocimiento necesario para vivir... El hombre debe obtener su conocimiento y elegir sus acciones a través de un proceso de pensamiento, que la naturaleza no lo obligará a realizar.» “Discurso de Galt”, para el nuevo intelectual.
Y ¿qué entiende Rand por “razón”? Nos lo dice en su ensayo “La ética Objetivista”:
«La razón es la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos del hombre.» “La ética Objetivista”, La Virtud el Egoísmo.
Podemos entender entonces la descripción de Rand como “la teoría del conocimiento de Nietzsche subordina la identificación e integración del material proporcionado por los sentidos del hombre a un conocimiento infalible y automático que de hecho es imposible que el hombre tenga y que confunde con el sentimiento”.
¿Pero, es que acaso hay otra definición del término “instinto”? ¿Una que corresponda a cómo ve el término Nietzsche? En el Diccionario de Filosofía de Walter Brugger leemos:
«La escolástica coincide con los resultados de la moderna investigación del comportamiento, pero salva la separación, demasiado rigurosa a menudo, que esta establece entre los distintos componentes de la acción, enseñando a concebir el instinto como ‘vis aestimativa’ (facultad de juzgar de naturaleza sensitiva) dentro del conjunto del conocimiento sensorial, ‘vis aestimativa’ que, de modo objetivo y teleológico, aplica al caso concreto de las señales recibidas mediante los sentidos exteriores y recogidas por el sentido común.»
En la filosofía Aristotélico-Tomista, el sentido común es la facultad que integra las impresiones de los sentidos externos e internos, ayudando a discernir entre lo verdadero y lo falso, o lo bueno y lo malo. El sentido común es una lógica natural, que es nuestra facultad innata para juzgar y razonar. Es lo que santo Tomás llamó el “hábito de los primeros principios” aplicados a la operación del razonamiento mismo. Pero, aunque el sentido común es un prerrequisito necesario para pensar efectivamente, no es suficiente en sí mismo para asegurar el proceso correcto, particularmente cuando el asunto bajo consideración es complicado. Por eso Nietzsche insiste tanto en que se vuelva al estudio de la lógica.
Nietzsche, ese gran epicúreo, usa el término en el sentido escolástico, por eso afirma «Más razón hay en tu cuerpo que en tus pensamientos más sabios…» [el cuerpo avisa] “¡Siente dolor!” Y entonces el yo sufre y medita en torno a lo que hará para no sufrir: precisamente para eso debe actuar su pensamiento.» Y atendiendo a esas señales, mediante su vis aestimativa o instinto, selecciona lo que le es beneficioso y rechaza lo que sobrepasa la medida de lo provechoso. Como en su acepción del término, el “instinto” no es “conocimiento infalible y automático” sino pensamiento que juzga según el sentido común sobre lo bueno y lo malo a partir de la evidencia de sus sentidos, califica de buen instinto elegir aquello que promueve y afirma la vida, e instinto decadente, al del corrompido, que desatendiendo las señales que le da su cuerpo, desoyendo el sentido común, elige lo que le es perjudicial. Y lo que corrompe al individuo, según Nietzsche, es la razón pura, esa que trabaja independientemente de la evidencia de los sentidos, que crea fantasías antinaturales o idealismo.
«Estas pequeñas cosas —nutrimento, lugar, clima, recreación, toda la casuística del egoísmo— son mucho más importantes que cualquier cosa que se haya considerado importante hasta ahora. Es precisamente aquí donde uno debe empezar a aprender de nuevo. Aquellas cosas que la humanidad ha considerado seriamente hasta ahora no son ni siquiera realidades, meras imaginaciones, más estrictamente hablando, mentiras de los malos instintos de naturalezas enfermas, en el sentido más profundo, perjudiciales.» Friedrich Nietzsche. Ecce Homo.
Una vez aclarados los términos, reescribamos la crítica de Rand con sus significados:
«Filosóficamente, Nietzsche es un místico y un irracionalista … Su epistemología subordina “la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos del hombre” a “la facultad de juzgar dentro del conjunto del conocimiento sensorial”».
Y como juzgar es identificar, relacionar e integrar, es evidente que la crítica de Rand carece de sustento, porque dice que Nietzsche subordina la razón como la entiende Rand a la razón como ella misma la entiende.
Continuará.
En mi entrega anterior mostré que los juicios errados de Ayn Rand sobre que Friedrich Nietzsche es «un místico y un irracionalista» se deben principalmente a que su calificación no describe los actos del filósofo y a que ella sustituyó los términos del alemán por los suyos propios. Esta equivocación es harto común. La misma Rand ha sido víctima de este descuido cuando sus críticos, por ejemplo, no intentan comprender el significado del término “altruismo” que usa, que es el mismo con que lo define Augusto Comte, y lo sustituyen por cómo ellos lo usan, significando totalmente otra cosa, benevolencia o caridad. Veamos ahora el resto de su comentario sobre el filósofo prusiano:
«Filosóficamente, Nietzsche es un místico y un irracionalista… su epistemología subordina la razón a la "voluntad", o el sentimiento, o el instinto, o la sangre, o las virtudes innatas del carácter. Pero como poeta, proyecta a veces (no de manera consistente) un magnífico sentimiento por la grandeza del hombre, expresado en términos emocionales, no intelectuales.»
¿Qué entiende Ayn Rand por “instinto”? En “el discurso de Galt” en Para el nuevo Intelectual escribe:
«Un instinto de autoconservación es precisamente lo que el hombre no posee. Un "instinto" es una forma de conocimiento infalible y automática. Un deseo no es un instinto. Un deseo de vivir no te proporciona el conocimiento necesario para vivir... El hombre debe obtener su conocimiento y elegir sus acciones a través de un proceso de pensamiento, que la naturaleza no lo obligará a realizar.» “Discurso de Galt”, para el nuevo intelectual.
Y ¿qué entiende Rand por “razón”? Nos lo dice en su ensayo “La ética Objetivista”:
«La razón es la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos del hombre.» “La ética Objetivista”, La Virtud el Egoísmo.
Podemos entender entonces la descripción de Rand como “la teoría del conocimiento de Nietzsche subordina la identificación e integración del material proporcionado por los sentidos del hombre a un conocimiento infalible y automático que de hecho es imposible que el hombre tenga y que confunde con el sentimiento”.
¿Pero, es que acaso hay otra definición del término “instinto”? ¿Una que corresponda a cómo ve el término Nietzsche? En el Diccionario de Filosofía de Walter Brugger leemos:
«La escolástica coincide con los resultados de la moderna investigación del comportamiento, pero salva la separación, demasiado rigurosa a menudo, que esta establece entre los distintos componentes de la acción, enseñando a concebir el instinto como ‘vis aestimativa’ (facultad de juzgar de naturaleza sensitiva) dentro del conjunto del conocimiento sensorial, ‘vis aestimativa’ que, de modo objetivo y teleológico, aplica al caso concreto de las señales recibidas mediante los sentidos exteriores y recogidas por el sentido común.»
En la filosofía Aristotélico-Tomista, el sentido común es la facultad que integra las impresiones de los sentidos externos e internos, ayudando a discernir entre lo verdadero y lo falso, o lo bueno y lo malo. El sentido común es una lógica natural, que es nuestra facultad innata para juzgar y razonar. Es lo que santo Tomás llamó el “hábito de los primeros principios” aplicados a la operación del razonamiento mismo. Pero, aunque el sentido común es un prerrequisito necesario para pensar efectivamente, no es suficiente en sí mismo para asegurar el proceso correcto, particularmente cuando el asunto bajo consideración es complicado. Por eso Nietzsche insiste tanto en que se vuelva al estudio de la lógica.
Nietzsche, ese gran epicúreo, usa el término en el sentido escolástico, por eso afirma «Más razón hay en tu cuerpo que en tus pensamientos más sabios…» [el cuerpo avisa] “¡Siente dolor!” Y entonces el yo sufre y medita en torno a lo que hará para no sufrir: precisamente para eso debe actuar su pensamiento.» Y atendiendo a esas señales, mediante su vis aestimativa o instinto, selecciona lo que le es beneficioso y rechaza lo que sobrepasa la medida de lo provechoso. Como en su acepción del término, el “instinto” no es “conocimiento infalible y automático” sino pensamiento que juzga según el sentido común sobre lo bueno y lo malo a partir de la evidencia de sus sentidos, califica de buen instinto elegir aquello que promueve y afirma la vida, e instinto decadente, al del corrompido, que desatendiendo las señales que le da su cuerpo, desoyendo el sentido común, elige lo que le es perjudicial. Y lo que corrompe al individuo, según Nietzsche, es la razón pura, esa que trabaja independientemente de la evidencia de los sentidos, que crea fantasías antinaturales o idealismo.
«Estas pequeñas cosas —nutrimento, lugar, clima, recreación, toda la casuística del egoísmo— son mucho más importantes que cualquier cosa que se haya considerado importante hasta ahora. Es precisamente aquí donde uno debe empezar a aprender de nuevo. Aquellas cosas que la humanidad ha considerado seriamente hasta ahora no son ni siquiera realidades, meras imaginaciones, más estrictamente hablando, mentiras de los malos instintos de naturalezas enfermas, en el sentido más profundo, perjudiciales.» Friedrich Nietzsche. Ecce Homo.
Una vez aclarados los términos, reescribamos la crítica de Rand con sus significados:
«Filosóficamente, Nietzsche es un místico y un irracionalista … Su epistemología subordina “la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos del hombre” a “la facultad de juzgar dentro del conjunto del conocimiento sensorial”».
Y como juzgar es identificar, relacionar e integrar, es evidente que la crítica de Rand carece de sustento, porque dice que Nietzsche subordina la razón como la entiende Rand a la razón como ella misma la entiende.
Continuará.