Desde el curul en el Congreso de los diputados, hasta las calles de Caracas, María Corina Machado ha demostrado que la libertad, más que con palabras, se defiende con acciones y valentía. De esta manera, ha conseguido enfrentarse sin miedo a dos tiranos, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, que han dejado a Venezuela en la miseria, pese a que en algún momento de la historia fue uno de los países más ricos y prósperos de Latinoamérica. Así pues, más que a un régimen, ella se enfrenta a un movimiento ideológico, cargado de fanatismo, privilegios y autoritarismo, que para mantenerse a flote ha tenido que recurrir a tácticas de represión contra su propia población, que en algún momento fue la que le abrió el camino hacia el poder político. Así pues, pese a los obstáculos, la persecución, la difamación y la tortura psicopolítica, María Corina Machado ha defendido sus ideales, por lo que es una figura que encarna las fortalezas de una verdadera mujer de hierro.
En una época en donde los términos “democracia” y “libertad” se han deformado y pervertido para beneficiar intereses particulares, ante la ausencia de estos, Venezuela es un ejemplo de cómo se defienden y entienden en su sentido más puro. Asimismo, este país demuestra cómo estos conceptos no pueden existir de manera aislada, dado que, de hacerlo, podrían ser sometidos a la voluntad de un tirano, como lo hace el dictador Nicolás Maduro, al montar un show electoral. No obstante, esta claridad en el discurso y la acción no sería posible si no existiera un liderazgo tan comprometido como el de Machado, uno marcado por el patriotismo y la lucha por la libertad, ante todas las cosas.
Unidos por una misma causa
Es evidente que esta no es la primera vez que Venezuela ha tenido un líder de la oposición dispuesto a enfrentarse al régimen dictatorial, iniciado por Chávez y perpetuado por Maduro. Personajes como Henrique Capriles y Juan Guaidó, entre otros, habían intentado encabezar la oposición venezolana. No obstante, su proyecto político se vio frustrado por las maniobras corruptas del régimen hasta ser expulsados de la arena política.
María Corina Machado, sin miedo y sin ataduras, más que la luz al final del túnel para Venezuela, representa el sueño compartido de muchas generaciones que han sido sometidas a la represión y autoritarismo de un gobierno personalista y que atenta contra toda forma de autonomía e individualismo humano.
La estrategia más exitosa por parte del régimen chavista ha sido la instrumentalización y el blindaje del poder político en contra de todo rezago democrático e institucional. En Venezuela los votos, las urnas y las candidaturas son respondidos con balas, cárcel y persecución.
En este sentido, María Corina Machado, a diferencia de sus predecesores, entendió que este régimen únicamente podía ser contestado por la fuerza popular y la unión en las calles, alejado de los discursos y promesas vacías. Por ello, bajo un lema simple, despojado de complejidades políticas y cargado de sentimiento, “Venezuela Libre”, la mujer de hierro sí ha sido capaz de aglutinar una verdadera oposición unida, tanto dentro, como fuera de las del país. Como nunca antes visto, esta es una oposición que trasciende ideologías, idiomas y fronteras y se une en torno a la defensa de un derecho que es intrínseco a la condición de ser humano y fundamental para la prosperidad, la libertad.
Por lo tanto, más que una lucha personal, María Corina Machado encarna todos esos anhelos y deseos de los venezolanos que esperan ver a su país prosperar una vez más; aquellos presos políticos, que por defender sus ideales fueron atacados con toda la fuerza del Estado, y los exiliados, que han tenido que abandonar su país, ya que, en este, los más allegados al régimen viven del lujo y los privilegios, a costa del bienestar de la mayoría.
María Corina Machado, sin miedo y sin ataduras, más que la luz al final del túnel para Venezuela, representa el sueño compartido de muchas generaciones que han sido sometidas a la represión y autoritarismo de un gobierno personalista y que atenta contra toda forma de autonomía e individualismo humano.
María Corina Machado, la mujer de hierro del siglo XXI
Desde el curul en el Congreso de los diputados, hasta las calles de Caracas, María Corina Machado ha demostrado que la libertad, más que con palabras, se defiende con acciones y valentía. De esta manera, ha conseguido enfrentarse sin miedo a dos tiranos, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, que han dejado a Venezuela en la miseria, pese a que en algún momento de la historia fue uno de los países más ricos y prósperos de Latinoamérica. Así pues, más que a un régimen, ella se enfrenta a un movimiento ideológico, cargado de fanatismo, privilegios y autoritarismo, que para mantenerse a flote ha tenido que recurrir a tácticas de represión contra su propia población, que en algún momento fue la que le abrió el camino hacia el poder político. Así pues, pese a los obstáculos, la persecución, la difamación y la tortura psicopolítica, María Corina Machado ha defendido sus ideales, por lo que es una figura que encarna las fortalezas de una verdadera mujer de hierro.
En una época en donde los términos “democracia” y “libertad” se han deformado y pervertido para beneficiar intereses particulares, ante la ausencia de estos, Venezuela es un ejemplo de cómo se defienden y entienden en su sentido más puro. Asimismo, este país demuestra cómo estos conceptos no pueden existir de manera aislada, dado que, de hacerlo, podrían ser sometidos a la voluntad de un tirano, como lo hace el dictador Nicolás Maduro, al montar un show electoral. No obstante, esta claridad en el discurso y la acción no sería posible si no existiera un liderazgo tan comprometido como el de Machado, uno marcado por el patriotismo y la lucha por la libertad, ante todas las cosas.
Unidos por una misma causa
Es evidente que esta no es la primera vez que Venezuela ha tenido un líder de la oposición dispuesto a enfrentarse al régimen dictatorial, iniciado por Chávez y perpetuado por Maduro. Personajes como Henrique Capriles y Juan Guaidó, entre otros, habían intentado encabezar la oposición venezolana. No obstante, su proyecto político se vio frustrado por las maniobras corruptas del régimen hasta ser expulsados de la arena política.
María Corina Machado, sin miedo y sin ataduras, más que la luz al final del túnel para Venezuela, representa el sueño compartido de muchas generaciones que han sido sometidas a la represión y autoritarismo de un gobierno personalista y que atenta contra toda forma de autonomía e individualismo humano.
La estrategia más exitosa por parte del régimen chavista ha sido la instrumentalización y el blindaje del poder político en contra de todo rezago democrático e institucional. En Venezuela los votos, las urnas y las candidaturas son respondidos con balas, cárcel y persecución.
En este sentido, María Corina Machado, a diferencia de sus predecesores, entendió que este régimen únicamente podía ser contestado por la fuerza popular y la unión en las calles, alejado de los discursos y promesas vacías. Por ello, bajo un lema simple, despojado de complejidades políticas y cargado de sentimiento, “Venezuela Libre”, la mujer de hierro sí ha sido capaz de aglutinar una verdadera oposición unida, tanto dentro, como fuera de las del país. Como nunca antes visto, esta es una oposición que trasciende ideologías, idiomas y fronteras y se une en torno a la defensa de un derecho que es intrínseco a la condición de ser humano y fundamental para la prosperidad, la libertad.
Por lo tanto, más que una lucha personal, María Corina Machado encarna todos esos anhelos y deseos de los venezolanos que esperan ver a su país prosperar una vez más; aquellos presos políticos, que por defender sus ideales fueron atacados con toda la fuerza del Estado, y los exiliados, que han tenido que abandonar su país, ya que, en este, los más allegados al régimen viven del lujo y los privilegios, a costa del bienestar de la mayoría.
María Corina Machado, sin miedo y sin ataduras, más que la luz al final del túnel para Venezuela, representa el sueño compartido de muchas generaciones que han sido sometidas a la represión y autoritarismo de un gobierno personalista y que atenta contra toda forma de autonomía e individualismo humano.