EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Para corromper al individuo basta enseñarle a llamar derechos sus anhelos personales y abusos los derechos ajenos.
-Nicolás Gómez Dávila.
Todos nacemos de igual forma. Somos seres humanos con los mismos derechos y obligaciones. A medida que vamos creciendo y madurando, también vamos aprendiendo a diferenciar lo bueno de lo malo. Aquí podemos discutir el que no hay absolutos, que hay diferencias entre culturas y religiones, etc. Sin embargo, sucede que, en estos tiempos, se ha generado y acrecentado una división más, basada en la forma de ver a la sociedad enfocada en cuánto control tienen los gobiernos sobre nuestra vida, costumbres, creencias, etc.
Las mentes torcidas de quienes creen merecerlo todo sin esfuerzo proclaman la necesidad de redistribuir lo que hay para que todos seamos iguales. Alguien dijo una vez que ni los dedos de una mano son iguales, menos lo serán las personas.
Hemos luchado en nuestra Guate para mantener nuestra libertad de pensamiento, decisión, trabajo, creencias religiosas, políticas, etc. Cada cuatro años nos ha tocado elegir y nuestra decisión soberana e individual se ha respetado.
Hoy tenemos un “izquierdo” dirigiendo el país, apoyado y adulado por otros “izquierdos” que buscan “salir de pobres” a costa del trabajo y esfuerzo de los demás.
El mundo, en general, ha girado hacia la izquierda, empoderando así a todos aquellos que desean vivir del trabajo y esfuerzo de otros ¡No se vale! No importa si es el vecino, el alcalde o el mismo presidente y sus aprovechados amigos.
Sucede que todos estamos ocupados con nuestras vidas, trabajo, familia, amigos, etc. Día con día cumplimos con nuestras obligaciones. Mientras tanto, esas fuerzas oscuras están buscando la forma de dominarnos. Son inexpertos con poder, que embriaga hasta el más sobrio con los cantos de sirena.
Todos somos iguales ante Dios y ante la ley. No hay más derechos para unos que otros. Los izquierdos continuarán en su lucha por tener más. Seguirán metiéndose en “la cosa pública” para lograrlo. Sea el vecino, el compañero de trabajo, un familiar, los diputados o el mismo presidente y su aprovechada “rosca” ¿lo vamos a permitir? Absolutamente ¡no!
Para corromper al individuo basta enseñarle a llamar derechos sus anhelos personales y abusos los derechos ajenos.
-Nicolás Gómez Dávila.
Todos nacemos de igual forma. Somos seres humanos con los mismos derechos y obligaciones. A medida que vamos creciendo y madurando, también vamos aprendiendo a diferenciar lo bueno de lo malo. Aquí podemos discutir el que no hay absolutos, que hay diferencias entre culturas y religiones, etc. Sin embargo, sucede que, en estos tiempos, se ha generado y acrecentado una división más, basada en la forma de ver a la sociedad enfocada en cuánto control tienen los gobiernos sobre nuestra vida, costumbres, creencias, etc.
Las mentes torcidas de quienes creen merecerlo todo sin esfuerzo proclaman la necesidad de redistribuir lo que hay para que todos seamos iguales. Alguien dijo una vez que ni los dedos de una mano son iguales, menos lo serán las personas.
Hemos luchado en nuestra Guate para mantener nuestra libertad de pensamiento, decisión, trabajo, creencias religiosas, políticas, etc. Cada cuatro años nos ha tocado elegir y nuestra decisión soberana e individual se ha respetado.
Hoy tenemos un “izquierdo” dirigiendo el país, apoyado y adulado por otros “izquierdos” que buscan “salir de pobres” a costa del trabajo y esfuerzo de los demás.
El mundo, en general, ha girado hacia la izquierda, empoderando así a todos aquellos que desean vivir del trabajo y esfuerzo de otros ¡No se vale! No importa si es el vecino, el alcalde o el mismo presidente y sus aprovechados amigos.
Sucede que todos estamos ocupados con nuestras vidas, trabajo, familia, amigos, etc. Día con día cumplimos con nuestras obligaciones. Mientras tanto, esas fuerzas oscuras están buscando la forma de dominarnos. Son inexpertos con poder, que embriaga hasta el más sobrio con los cantos de sirena.
Todos somos iguales ante Dios y ante la ley. No hay más derechos para unos que otros. Los izquierdos continuarán en su lucha por tener más. Seguirán metiéndose en “la cosa pública” para lograrlo. Sea el vecino, el compañero de trabajo, un familiar, los diputados o el mismo presidente y su aprovechada “rosca” ¿lo vamos a permitir? Absolutamente ¡no!
