En mi muy humilde opinión, creo que es mejor ser recordado por lo que se hace, en lugar de querer ser recordado por lo que se dejó de hacer, o por lo que se quiso hacer y no se pudo.
El jueves 22 de mayo se marcó un hito muy importante para Guatemala, y fue la firma del convenio de cooperación entre el Gobierno de Guatemala y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés), con el fin de preparar una hoja de ruta para el mejoramiento de la capacidad y eficiencia en Puerto Quetzal.
¿Por qué es un hito tan importante? En primer lugar, porque Puerto Quetzal es una infraestructura que lleva más de 40 años sin tener una renovación, ampliación o mejoramiento, comoquiera que se diga. En segundo lugar, porque Puerto Quetzal es de suma importancia para el comercio global. En 2024, movilizó 15.32 millones de toneladas métricas de carga, lo que representó un crecimiento del 11.75 % respecto al año anterior, siendo responsable del 49.24 % del total de la carga movilizada a través del Sistema Portuario Nacional. Asimismo, también registró en 2024 un aumento del 6.84 % en la movilización de contenedores (393,942 contenedores, sin incluir restibas), consolidándose como un hub logístico regional.
Sin embargo, los dos puntos anteriores ven en riesgo su potencial crecimiento debido a la incapacidad de atención a los buques que buscan atracar en el litoral pacífico. En 2024, Puerto Quetzal reportó 1,156 buques recibidos, de los cuales 594 fueron buques contenerizados (51.4 %), 234 gráneles sólidos (20.2 %) y 93 gráneles líquidos (8.0 %). Si se compara con el año 2023, hubo un decrecimiento de un 6.77 % en la cantidad de buques recibidos, una estadística que es contraria a la ambición del país de seguir siendo competitivo en la región.
Ojalá el 2025 hubiera iniciado con resultados operativos prometedores, pero en materia de buques se mantiene un retroceso al comparar el primer trimestre del año con el mismo período del año anterior (-1.31 %), contrastante con el crecimiento en la carga (+9.94 %), y el aumento en el número de contenedores (+9.56 %).
Pareciera que todos los actores están alineados en hacer del tema portuario una prioridad, no solo por el impacto positivo que tendría un puerto que reduzca significativamente el tiempo de fondeo de buques y que agilice la movilización de la carga, sino porque el no hacerlo trae consigo costos inimaginables.
¿Qué nos queda por hacer? Como lo mencioné en el tema de carreteras, quejarse sirve de poco y ayuda en nada. Se ha trabajado desde el sector privado en proveer insumos para mejorar la toma de decisiones. Se ha aportado capacidad, recursos y conocimiento en la elaboración de un plan que agilice las operaciones en el Muelle Comercial y en las terminales especializadas; a lo que se suman propuestas para la reducción del índice de ocupación del puerto; así como la mejora en la eficiencia de las inspecciones en el recinto portuario, lo cual ayudaría a reducir el tiempo de espera que sufren los transportistas para poder recoger y llevar carga al puerto.
Del lado del Congreso se avanzó en 2024 con la aprobación del Decreto 26-2024, Ley Reguladora del Sistema Portuario Nacional, la cual contiene los lineamientos para la creación de la Ley General del Sistema Portuario, la elaboración de la primera política portuaria nacional y, como consecuencia, del primer plan integral de desarrollo portuario. Este es un paso firme para lograr una coordinación mejor entre las distintas entidades que tienen competencia sobre el tema portuario, a la vez que se motiva la inversión pública y privada en la ampliación de la capacidad de los puertos existentes y en la construcción y operación de puertos nuevos.
Pareciera que todos los actores están alineados en hacer del tema portuario una prioridad, no solo por el impacto positivo que tendría un puerto que reduzca significativamente el tiempo de fondeo de buques y que agilice la movilización de la carga, sino porque el no hacerlo trae consigo costos inimaginables, que terminan siendo dinero desperdiciado en el pago por demoras en lugar de ser invertido en beneficio de la operación logística de Guatemala.
El único que hace falta es el Ejecutivo. Es por ello que extiendo la invitación al presidente Arévalo para que considere este tema como su potencial legado. Si acepta el reto, será su responsabilidad girar instrucciones pertinentes para que los funcionarios del Gobierno trabajen de la mano con el Cuerpo de Ingenieros del Gobierno de Estados Unidos, asignando los recursos necesarios para llevar a cabo cada una de las etapas de la hoja de ruta que está en elaboración, y, finalmente, mostrándole al mundo que existe una disposición de Guatemala de ser honorables anfitriones para los inversionistas extranjeros y nacionales, con la garantía de un clima de estabilidad económica y jurídica, con bases sólidas sobre las cuales se podrán realizar inversiones en los años venideros.
En mi muy humilde opinión, creo que es mejor ser recordado por lo que se hace, en lugar de querer ser recordado por lo que se dejó de hacer, o por lo que se quiso hacer y no se pudo.
El jueves 22 de mayo se marcó un hito muy importante para Guatemala, y fue la firma del convenio de cooperación entre el Gobierno de Guatemala y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (USACE, por sus siglas en inglés), con el fin de preparar una hoja de ruta para el mejoramiento de la capacidad y eficiencia en Puerto Quetzal.
¿Por qué es un hito tan importante? En primer lugar, porque Puerto Quetzal es una infraestructura que lleva más de 40 años sin tener una renovación, ampliación o mejoramiento, comoquiera que se diga. En segundo lugar, porque Puerto Quetzal es de suma importancia para el comercio global. En 2024, movilizó 15.32 millones de toneladas métricas de carga, lo que representó un crecimiento del 11.75 % respecto al año anterior, siendo responsable del 49.24 % del total de la carga movilizada a través del Sistema Portuario Nacional. Asimismo, también registró en 2024 un aumento del 6.84 % en la movilización de contenedores (393,942 contenedores, sin incluir restibas), consolidándose como un hub logístico regional.
Sin embargo, los dos puntos anteriores ven en riesgo su potencial crecimiento debido a la incapacidad de atención a los buques que buscan atracar en el litoral pacífico. En 2024, Puerto Quetzal reportó 1,156 buques recibidos, de los cuales 594 fueron buques contenerizados (51.4 %), 234 gráneles sólidos (20.2 %) y 93 gráneles líquidos (8.0 %). Si se compara con el año 2023, hubo un decrecimiento de un 6.77 % en la cantidad de buques recibidos, una estadística que es contraria a la ambición del país de seguir siendo competitivo en la región.
Ojalá el 2025 hubiera iniciado con resultados operativos prometedores, pero en materia de buques se mantiene un retroceso al comparar el primer trimestre del año con el mismo período del año anterior (-1.31 %), contrastante con el crecimiento en la carga (+9.94 %), y el aumento en el número de contenedores (+9.56 %).
Pareciera que todos los actores están alineados en hacer del tema portuario una prioridad, no solo por el impacto positivo que tendría un puerto que reduzca significativamente el tiempo de fondeo de buques y que agilice la movilización de la carga, sino porque el no hacerlo trae consigo costos inimaginables.
¿Qué nos queda por hacer? Como lo mencioné en el tema de carreteras, quejarse sirve de poco y ayuda en nada. Se ha trabajado desde el sector privado en proveer insumos para mejorar la toma de decisiones. Se ha aportado capacidad, recursos y conocimiento en la elaboración de un plan que agilice las operaciones en el Muelle Comercial y en las terminales especializadas; a lo que se suman propuestas para la reducción del índice de ocupación del puerto; así como la mejora en la eficiencia de las inspecciones en el recinto portuario, lo cual ayudaría a reducir el tiempo de espera que sufren los transportistas para poder recoger y llevar carga al puerto.
Del lado del Congreso se avanzó en 2024 con la aprobación del Decreto 26-2024, Ley Reguladora del Sistema Portuario Nacional, la cual contiene los lineamientos para la creación de la Ley General del Sistema Portuario, la elaboración de la primera política portuaria nacional y, como consecuencia, del primer plan integral de desarrollo portuario. Este es un paso firme para lograr una coordinación mejor entre las distintas entidades que tienen competencia sobre el tema portuario, a la vez que se motiva la inversión pública y privada en la ampliación de la capacidad de los puertos existentes y en la construcción y operación de puertos nuevos.
Pareciera que todos los actores están alineados en hacer del tema portuario una prioridad, no solo por el impacto positivo que tendría un puerto que reduzca significativamente el tiempo de fondeo de buques y que agilice la movilización de la carga, sino porque el no hacerlo trae consigo costos inimaginables, que terminan siendo dinero desperdiciado en el pago por demoras en lugar de ser invertido en beneficio de la operación logística de Guatemala.
El único que hace falta es el Ejecutivo. Es por ello que extiendo la invitación al presidente Arévalo para que considere este tema como su potencial legado. Si acepta el reto, será su responsabilidad girar instrucciones pertinentes para que los funcionarios del Gobierno trabajen de la mano con el Cuerpo de Ingenieros del Gobierno de Estados Unidos, asignando los recursos necesarios para llevar a cabo cada una de las etapas de la hoja de ruta que está en elaboración, y, finalmente, mostrándole al mundo que existe una disposición de Guatemala de ser honorables anfitriones para los inversionistas extranjeros y nacionales, con la garantía de un clima de estabilidad económica y jurídica, con bases sólidas sobre las cuales se podrán realizar inversiones en los años venideros.