Las Cortes electas pero sin referentes
Mientras eso pasa ¿quiénes son los referentes de los gremios como el de abogados y notarios?
Alegremente se ve que el proceso de elección de magistrado de las Salas de la Corte de Apelaciones y de Corte Suprema de Justicia está avanzando, casi finalizando. Esto es bueno, es mejor que lo que pasó en el anterior ejercicio de elección, donde esas mismas cortes fueron electas con casi tres años de atraso.
No obstante, al hablar con todos los abogados que me fue posible, casi nadie (dos excepciones) conoce o identifica a los magistrados que fueron electos, tanto para las Salas de la Corte de Apelaciones como para la Corte Suprema de Justicia. Esto es interesante porque no parecen haber perfiles sobresalientes en el gremio de abogados, tal y como lo hubo en generaciones anteriores.
Esto quizás es el resultado de la creciente tendencia de creación de facultades de ciencias jurídicas y sociales, así como también al exponencial crecimiento del gremio de abogados y notarios, el cual ya roza los cincuenta mil colegiados. Pero también puede ser el resultado de la falta de participación en las altas cortes de los más destacados o reconocidos abogados nacionales.
Mientras la justicia en general y el Organismo Judicial en particular no logre sanearse, la realidad para la mayoría de los habitantes del país seguirá en deterioro.
Estas son solo dos de las posibles razones por las que los nombres de los magistrados electos no suenan o son reconocidos por la mayoría de los abogados con los que platiqué. Seguramente, entre los magistrados electos habrá quienes son muy reconocidos en círculos que me son ajenos, pero créame, estimado lector, que traté de preguntar sobre los magistrados electos no solo a mi compañeros de promoción, sino a todos los abogados que conozco, los cuales tienen diferentes edades, géneros, áreas de práctica y desarrollos profesionales.
Por esa falta de reconocimiento se me hace necesario reflexionar sobre la credibilidad que tendrán, no en cuanto a su legalidad, pues creo que nadie lo pone en duda, sino en cuanto a su legitimidad como destacados juristas y jueces. Ojalá ellos prueben ser desconocidos, pero realmente ducho en temas jurídicos y sociales y así se vuelvan reconocidos referentes del Derecho nacional.
Mientras eso pasa ¿quiénes son los referentes de los gremios como el de abogados y notarios? Parece que, aunque el gremio crece a paso de gigante, los referentes se vuelven cada vez más escasos. Ojalá que estos magistrados marquen una diferencia con las anteriores magistraturas, pero los señalamientos que los medios de comunicación hacen, sobre todo en cuanto a señalardos vinculados con actores desprestigiados de la política nacional, hacen temer lo peor.
Mientras la justicia en general y el Organismo Judicial en particular no logre sanearse, la realidad para la mayoría de los habitantes del país seguirá en deterioro. Mientras los procesos judiciales sigan sin brindar una verdadera certeza jurídica, mientras tengan una mora judicial, que se cuenta en años y no en días, y los jueces no sean reconocidos como imparciales y garantes de la Constitución Política de la República y las leyes de Guatemala, el país seguirá convulso, deteriorado y en continuo desgaste para la mayoría.
Las Cortes electas pero sin referentes
Mientras eso pasa ¿quiénes son los referentes de los gremios como el de abogados y notarios?
Alegremente se ve que el proceso de elección de magistrado de las Salas de la Corte de Apelaciones y de Corte Suprema de Justicia está avanzando, casi finalizando. Esto es bueno, es mejor que lo que pasó en el anterior ejercicio de elección, donde esas mismas cortes fueron electas con casi tres años de atraso.
No obstante, al hablar con todos los abogados que me fue posible, casi nadie (dos excepciones) conoce o identifica a los magistrados que fueron electos, tanto para las Salas de la Corte de Apelaciones como para la Corte Suprema de Justicia. Esto es interesante porque no parecen haber perfiles sobresalientes en el gremio de abogados, tal y como lo hubo en generaciones anteriores.
Esto quizás es el resultado de la creciente tendencia de creación de facultades de ciencias jurídicas y sociales, así como también al exponencial crecimiento del gremio de abogados y notarios, el cual ya roza los cincuenta mil colegiados. Pero también puede ser el resultado de la falta de participación en las altas cortes de los más destacados o reconocidos abogados nacionales.
Mientras la justicia en general y el Organismo Judicial en particular no logre sanearse, la realidad para la mayoría de los habitantes del país seguirá en deterioro.
Estas son solo dos de las posibles razones por las que los nombres de los magistrados electos no suenan o son reconocidos por la mayoría de los abogados con los que platiqué. Seguramente, entre los magistrados electos habrá quienes son muy reconocidos en círculos que me son ajenos, pero créame, estimado lector, que traté de preguntar sobre los magistrados electos no solo a mi compañeros de promoción, sino a todos los abogados que conozco, los cuales tienen diferentes edades, géneros, áreas de práctica y desarrollos profesionales.
Por esa falta de reconocimiento se me hace necesario reflexionar sobre la credibilidad que tendrán, no en cuanto a su legalidad, pues creo que nadie lo pone en duda, sino en cuanto a su legitimidad como destacados juristas y jueces. Ojalá ellos prueben ser desconocidos, pero realmente ducho en temas jurídicos y sociales y así se vuelvan reconocidos referentes del Derecho nacional.
Mientras eso pasa ¿quiénes son los referentes de los gremios como el de abogados y notarios? Parece que, aunque el gremio crece a paso de gigante, los referentes se vuelven cada vez más escasos. Ojalá que estos magistrados marquen una diferencia con las anteriores magistraturas, pero los señalamientos que los medios de comunicación hacen, sobre todo en cuanto a señalardos vinculados con actores desprestigiados de la política nacional, hacen temer lo peor.
Mientras la justicia en general y el Organismo Judicial en particular no logre sanearse, la realidad para la mayoría de los habitantes del país seguirá en deterioro. Mientras los procesos judiciales sigan sin brindar una verdadera certeza jurídica, mientras tengan una mora judicial, que se cuenta en años y no en días, y los jueces no sean reconocidos como imparciales y garantes de la Constitución Política de la República y las leyes de Guatemala, el país seguirá convulso, deteriorado y en continuo desgaste para la mayoría.