El concepto es un ente mental, una unidad integrada sintéticamente de información variada de los referentes que subsume y que conecta con otros conceptos o repositorios mentales, más amplios o más específicos, tanto en extensión como en intensión. Es pues, un eslabón en un sistema y subsistemas de conocimiento enlazado. Este sistema interrelaciona interdependientemente al concepto más abstracto con conceptos concretos y finalmente con la evidencia sensorial. De tal manera que, cuando alguien aprende una palabra que denota un concepto, pero no su interdependencia interrelacionada con otros conceptos, lo que asimila es solo el sonido y no su significado. Una palabra aprendida así (como hace el loro) es en cierto sentido un «concepto flotante», un concepto desligado del sistema cognitivo conceptual.
CONCEPTO FLOTANTE
El concepto flotante pierde su función, pues al ser un término cuya suposición solo es material, funciona como una percepción concreta. La suposición es lo que supone el término sujeto. Si el término supone un ente real, como en «el hombre es el animal racional», se denomina ‘suposición real’. Puede sustituirse el término sujeto «hombre» por una persona, digamos, Alcides. La proposición «Alcides es un animal racional» es verdadera. En cambio, si el término supone una clasificación, como «el hombre es el animal más inteligente», la suposición se denomina ‘suposición lógica’. En este caso no se puede sustituir al sujeto por una persona. Decir «Alcides es el animal más inteligente», aunque pueda gustarle a Alcides, no es verdad, pues el sujeto «hombre» se refiere al hombre en general, a una clasificación mental. Por último, si el término «hombre» supone la palabra, como en «hombre es bisílabo», la suposición se denomina ‘suposición material’. La suposición material se refiere a algo concreto fenoménico.
LÍMITE AL ENFOQUE SIMULTÁNEO
Al usar el concepto flotante, por carecer de la característica de ser una unidad mental sintéticamente integrada, no se puede superar el límite al enfoque simultáneo propio de los seres de cognición perceptual únicamente. El LES (límite al enfoque simultáneo) es el tope de lo que un ser consciente puede distinguir solamente por sus sentidos. Una persona puede distinguir diez personas en un grupo de un vistazo. Pero si el grupo es de veinticuatro personas, el espectador solo ve ‘muchos’. Le resulta imposible distinguir si el número de personas es doce o quince o veinte. El número de entes concretos que percibe ha superado su LES.
El concepto, al ser una unidad mental del sistema de integración sintética de conocimiento, le permite al hombre superar totalmente su LES. Un ejemplo puede ilustrar este punto. Piense, estimado lector, que cantidad es la siguiente: 1000000000000000000000000. Así, de un vistazo es difícil decirlo, ¿verdad? Pero si ordenamos la cifra en unidades mentales más compactas se ve de la siguiente manera: 10^24, o 1 000 000 ^4 que es un cuatrillón o lo que es lo mismo, un millón de trillones. El orden conceptual permite al hombre, al relacionar por unidades mentales, pasar del límite sensual del aquí, cerca o lejos, a la ilimitada concepción del metro, kilómetro o año luz. El concepto es una unidad mental que cabe dentro del límite de enfoque simultáneo, pero a la vez puede desplegar una vasta extensión de información interrelacionada en un sistema cognitivo.
Análogamente se puede entender el sistema cognitivo conceptual viendo cómo opera el sistema de archivos en un ordenador. Supongamos que uno quiere saber una información sobre un edificio particular que tiene archivado en la computadora. La primera carpeta que uno abre corresponde al concepto supra ordenado y se llama ‘archivos’. Al abrir esta, uno encuentra una serie de archivos subordinados pero coordinados entre sí, cada uno con una etiqueta: documentos; descargas; pantalla; música; videos; imágenes; etc. Depende de lo que uno busca, se enfoca en un archivo, digamos ‘imágenes’ y lo abre. Aquí nuevamente encuentra uno una serie de archivos, subordinados con respecto al ahora supra ordenado ‘imágenes’. Estos archivos se etiquetan según una característica o categoría: capturas de pantalla; tomas de cámara; referencias; imágenes guardadas. Abre ahora uno el archivo ‘imágenes guardadas’ y encuentra otra serie de archivos subordinados al de ‘imágenes guardadas’: edificios; casas; celtas; con alumnos; conquistadores; godos; gimnasio; halterofilia; Harbard; Kahn; Kenzo Tange; Le Corbusier; Mies van der Rohe; minimalismo; etc. Ahora uno abre el archivo ‘Mies van der Rohe’ que contiene una cantidad de imágenes de sus edificios. Busca uno ‘Edificio Seagram’ y abre la imagen, encontrando así la información que busca. Es un proceso muy simple porque la información, aunque muy numerosa, miles de documentos e imágenes, está relacionada por un sistema de carpetas o archivos ordenados según categorías interrelacionadas. Cada archivo es un concepto con una etiqueta o palabra que lo designa e identificado por un concepto supra ordenado o género próximo y su diferencia específica que lo distingue de los otros archivos o conceptos coordinados. Por ejemplo, «imágenes guardadas (género próximo) de Mies van der Rohe (diferencia específica)». A la vez, «imágenes (género próximo) de imágenes guardadas (diferencia específica)». Y de la misma manera, «archivos (género próximo) de imágenes (diferencia específica)».
CONCLUSIÓN
Si en lugar de ordenar la información en un sistema interrelacionado uno metiera aleatoriamente todo tipo de documento o imagen en un solo archivo, sería prácticamente imposible encontrar lo que uno busca entre cientos de miles de registros desparramados en el ordenador. La utilidad del concepto consiste en hacer entendible por medio de hacer asequible al hombre una vasta cantidad de conocimiento, al conectar por medio de unidades mentales fácilmente manejables, que son repositorios abiertos de inmensa información, un sistema ordenado de interrelaciones de integraciones sintéticas superando así su límite de enfoque simultáneo.
El concepto es un ente mental, una unidad integrada sintéticamente de información variada de los referentes que subsume y que conecta con otros conceptos o repositorios mentales, más amplios o más específicos, tanto en extensión como en intensión. Es pues, un eslabón en un sistema y subsistemas de conocimiento enlazado. Este sistema interrelaciona interdependientemente al concepto más abstracto con conceptos concretos y finalmente con la evidencia sensorial. De tal manera que, cuando alguien aprende una palabra que denota un concepto, pero no su interdependencia interrelacionada con otros conceptos, lo que asimila es solo el sonido y no su significado. Una palabra aprendida así (como hace el loro) es en cierto sentido un «concepto flotante», un concepto desligado del sistema cognitivo conceptual.
CONCEPTO FLOTANTE
El concepto flotante pierde su función, pues al ser un término cuya suposición solo es material, funciona como una percepción concreta. La suposición es lo que supone el término sujeto. Si el término supone un ente real, como en «el hombre es el animal racional», se denomina ‘suposición real’. Puede sustituirse el término sujeto «hombre» por una persona, digamos, Alcides. La proposición «Alcides es un animal racional» es verdadera. En cambio, si el término supone una clasificación, como «el hombre es el animal más inteligente», la suposición se denomina ‘suposición lógica’. En este caso no se puede sustituir al sujeto por una persona. Decir «Alcides es el animal más inteligente», aunque pueda gustarle a Alcides, no es verdad, pues el sujeto «hombre» se refiere al hombre en general, a una clasificación mental. Por último, si el término «hombre» supone la palabra, como en «hombre es bisílabo», la suposición se denomina ‘suposición material’. La suposición material se refiere a algo concreto fenoménico.
LÍMITE AL ENFOQUE SIMULTÁNEO
Al usar el concepto flotante, por carecer de la característica de ser una unidad mental sintéticamente integrada, no se puede superar el límite al enfoque simultáneo propio de los seres de cognición perceptual únicamente. El LES (límite al enfoque simultáneo) es el tope de lo que un ser consciente puede distinguir solamente por sus sentidos. Una persona puede distinguir diez personas en un grupo de un vistazo. Pero si el grupo es de veinticuatro personas, el espectador solo ve ‘muchos’. Le resulta imposible distinguir si el número de personas es doce o quince o veinte. El número de entes concretos que percibe ha superado su LES.
El concepto, al ser una unidad mental del sistema de integración sintética de conocimiento, le permite al hombre superar totalmente su LES. Un ejemplo puede ilustrar este punto. Piense, estimado lector, que cantidad es la siguiente: 1000000000000000000000000. Así, de un vistazo es difícil decirlo, ¿verdad? Pero si ordenamos la cifra en unidades mentales más compactas se ve de la siguiente manera: 10^24, o 1 000 000 ^4 que es un cuatrillón o lo que es lo mismo, un millón de trillones. El orden conceptual permite al hombre, al relacionar por unidades mentales, pasar del límite sensual del aquí, cerca o lejos, a la ilimitada concepción del metro, kilómetro o año luz. El concepto es una unidad mental que cabe dentro del límite de enfoque simultáneo, pero a la vez puede desplegar una vasta extensión de información interrelacionada en un sistema cognitivo.
Análogamente se puede entender el sistema cognitivo conceptual viendo cómo opera el sistema de archivos en un ordenador. Supongamos que uno quiere saber una información sobre un edificio particular que tiene archivado en la computadora. La primera carpeta que uno abre corresponde al concepto supra ordenado y se llama ‘archivos’. Al abrir esta, uno encuentra una serie de archivos subordinados pero coordinados entre sí, cada uno con una etiqueta: documentos; descargas; pantalla; música; videos; imágenes; etc. Depende de lo que uno busca, se enfoca en un archivo, digamos ‘imágenes’ y lo abre. Aquí nuevamente encuentra uno una serie de archivos, subordinados con respecto al ahora supra ordenado ‘imágenes’. Estos archivos se etiquetan según una característica o categoría: capturas de pantalla; tomas de cámara; referencias; imágenes guardadas. Abre ahora uno el archivo ‘imágenes guardadas’ y encuentra otra serie de archivos subordinados al de ‘imágenes guardadas’: edificios; casas; celtas; con alumnos; conquistadores; godos; gimnasio; halterofilia; Harbard; Kahn; Kenzo Tange; Le Corbusier; Mies van der Rohe; minimalismo; etc. Ahora uno abre el archivo ‘Mies van der Rohe’ que contiene una cantidad de imágenes de sus edificios. Busca uno ‘Edificio Seagram’ y abre la imagen, encontrando así la información que busca. Es un proceso muy simple porque la información, aunque muy numerosa, miles de documentos e imágenes, está relacionada por un sistema de carpetas o archivos ordenados según categorías interrelacionadas. Cada archivo es un concepto con una etiqueta o palabra que lo designa e identificado por un concepto supra ordenado o género próximo y su diferencia específica que lo distingue de los otros archivos o conceptos coordinados. Por ejemplo, «imágenes guardadas (género próximo) de Mies van der Rohe (diferencia específica)». A la vez, «imágenes (género próximo) de imágenes guardadas (diferencia específica)». Y de la misma manera, «archivos (género próximo) de imágenes (diferencia específica)».
CONCLUSIÓN
Si en lugar de ordenar la información en un sistema interrelacionado uno metiera aleatoriamente todo tipo de documento o imagen en un solo archivo, sería prácticamente imposible encontrar lo que uno busca entre cientos de miles de registros desparramados en el ordenador. La utilidad del concepto consiste en hacer entendible por medio de hacer asequible al hombre una vasta cantidad de conocimiento, al conectar por medio de unidades mentales fácilmente manejables, que son repositorios abiertos de inmensa información, un sistema ordenado de interrelaciones de integraciones sintéticas superando así su límite de enfoque simultáneo.