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La realidad sobre la industrialización, el desarrollo y el ambiente

A nivel mundial, el crecimiento en los ingresos se relaciona históricamente de manera directa con el crecimiento en las emisiones de CO2.

Imagen ilustrativa de la industrialización, el crecimiento económico y el medioambiente
Nicholas Virzi |
27 de junio, 2024

Guatemala tiene que industrializarse si espera reducir sus altos niveles de pobreza. Debe aumentar su tasa de crecimiento económico del 3.5 % al 6 %, de manera sostenida. La industrialización es el único camino para lograr esta meta. Si Guatemala logra industrializarse, incrementaría su creación de riqueza y reducirá sus niveles de pobreza.

Al mismo tiempo, aumentará sus emisiones de CO2, que es catalogado como un gas de efecto invernadero que supuestamente contribuye al cambio climático, presunto problema al cual se le culpa las emisiones del CO2 (Climate.Gov).

A nivel global se promueven políticas/leyes para limitar las emisiones de CO2 (Net Zero Coalition). Las advertencias suelen ser apocalípticas. En particular, la ONU señala a las actividades de procesos industriales y el consumo de los combustibles fósiles como los causantes del cambio climático.

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La industrialización es el único camino para lograr esta meta. Si Guatemala logra industrializarse, incrementaría su creación de riqueza y reducirá sus niveles de pobreza.

La realidad es que el CO2 solo representa una parte pequeña de la atmósfera terrestre. Según National Geographic, la atmósfera de la Tierra está compuesta porcentualmente de la siguiente manera:

  • Nitrógeno, 78 %
  • Oxígeno, 21 %
  • Argón, 0.9 %
  • Otros gases, 0.1 %

El CO2 representa solo el 0.41 % de la atmósfera y la actividad humana contribuye la tercera parte de ese pequeño porcentaje, según USAToday. Dicho claramente, solo el 0.014 % del CO2 en la atmósfera es causado por actividades humanas. Si las emisiones de CO2 causadas por las actividades humanas fueran un problema, sería un problema manejable y las emisiones no serían una amenaza existencial para la humanidad.

La Asociación de Gas Comprimido (CGA) explica por qué el CO2 es beneficioso para la vida en nuestro planeta. Las plantas utilizan CO2 para crear oxígeno a través de la fotosíntesis. Sin oxígeno, los humanos morirían. CGA informa sobre los numerosos beneficios del CO2 para la sociedad:

Agricultura: Se usa el CO2 para conservar o congelar alimentos, particularmente pare mantener la carne fresca durante su procesamiento.

Aplicaciones médicas: El CO2 líquido (“hielo seco”) se utiliza en aplicaciones médicas, como la congelación instantánea de muestras biológicas y la refrigeración de vacunas y otros medicamentos enfriados durante el transporte. El CO2 también se usa para diagnosticar enfermedades, como la evaluación de la función pulmonar de pacientes.

Tratamiento de agua y aguas residuales: Por representar menos problemas de salud que las otras alternativas, como el ácido y el cloro, el CO2 se utiliza en el tratamiento de agua y aguas residuales para controlar el pH. Mantener el rango de pH adecuado ayuda a mitigar los contaminantes en el agua y las aguas residuales.

Limpieza: El CO2, en forma de hielo seco, se usa en varias industrias para limpiar superficies y aumentar el saneamiento sin introducir toxinas ambientales asociadas con otros materiales de limpieza. También, el CO2 se usa como un solvente de limpieza en industrias como la fabricación de semiconductores o electrónica, productos industriales de enorme beneficio para la humanidad.

El CO2 también se relaciona con la producción de riqueza.

Si Guatemala aceptara las exigencias internacionales para reducir las emisiones de CO2 estaría renunciando su derecho de alcanzar el desarrollo, cosa que la historia demuestra solo la industrialización puede generar.

Our World in Data (OWD) ha publicado datos sobre la evolución de las emisiones de CO2, mientras que el Maddison Project ha publicado datos sobre la evolución de los ingresos per cápita en el mundo hasta 2018, así como lo ha hecho el Banco Mundial desde 1960 hasta tiempos recientes. Al analizar el crecimiento histórico en el producto interno bruto y las emisiones de CO2, tanto en términos brutos como en términos per cápita, se notan algunos patrones:

A nivel mundial, el crecimiento en los ingresos se relaciona históricamente de manera directa con el crecimiento en las emisiones de CO2.

Esto tiene fuertes implicaciones. Cuando la Unión Europea, y las Organizaciones Internacionales (OO. II.) que financian los países desarrollados, piden a países en desarrollo reducir sus emisiones de CO2 y adoptar procesos de producción de cemento, acero, fertilizantes, electricidad, etc. que proponen países desarrollados, están pidiendo limitar el desarrollo y efectivamente mantener los niveles de pobreza vigentes en los países en desarrollo. Lastimosamente, en estos intentos políticos poco éticos se pierde una oportunidad valiosa para los países latinoamericanos, en especial por la pérdida de cobertura forestal, problemas relevantes como la ausencia de manejo de desechos sólidos y el poco tratamiento de las aguas residuales.

Para Guatemala, el coeficiente de correlación entre el ingreso y las emisiones de CO2 per cápita desde 1950 se calcula en 0.93, una correlación muy fuerte. Si Guatemala aceptara las exigencias internacionales para reducir las emisiones de CO2 estaría renunciando su derecho de alcanzar el desarrollo, cosa que la historia demuestra solo la industrialización puede generar.

Los países hoy desarrollados lograron sus niveles de riqueza con base a sus procesos de industrialización. Solo lograron revertir la relación directa entre emisiones e ingresos per cápita en este siglo, en gran parte porque dejaron de tener economías industrializadas. Es importante tomar en cuenta que los países desarrollados no han dejado de usar productos industriales. Simplemente trasladaron gran parte de su cadena industrial/manufacturera a países en desarrollo, sobre todo en Asia.

Si Guatemala quiere reducir sus niveles de pobreza debe aplicar las lecciones aprendidas que nos deja la historia económica. Los países hoy desarrollados lograron alcanzar niveles de riqueza jamás visto en la historia sin intervención alguna de organizaciones internacionales, sin pactos ambientales, sin todo el paquete de recomendaciones y estrategias financieras verdes que hoy vienen de los países desarrollados y sus OO. II. En vista de la historia económica, Guatemala no debe adherirse a acuerdos internacionales ambientales que limitarían su potencial de industrialización y desarrollo.

La realidad sobre la industrialización, el desarrollo y el ambiente

A nivel mundial, el crecimiento en los ingresos se relaciona históricamente de manera directa con el crecimiento en las emisiones de CO2.

Nicholas Virzi |
27 de junio, 2024
Imagen ilustrativa de la industrialización, el crecimiento económico y el medioambiente

Guatemala tiene que industrializarse si espera reducir sus altos niveles de pobreza. Debe aumentar su tasa de crecimiento económico del 3.5 % al 6 %, de manera sostenida. La industrialización es el único camino para lograr esta meta. Si Guatemala logra industrializarse, incrementaría su creación de riqueza y reducirá sus niveles de pobreza.

Al mismo tiempo, aumentará sus emisiones de CO2, que es catalogado como un gas de efecto invernadero que supuestamente contribuye al cambio climático, presunto problema al cual se le culpa las emisiones del CO2 (Climate.Gov).

A nivel global se promueven políticas/leyes para limitar las emisiones de CO2 (Net Zero Coalition). Las advertencias suelen ser apocalípticas. En particular, la ONU señala a las actividades de procesos industriales y el consumo de los combustibles fósiles como los causantes del cambio climático.

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La industrialización es el único camino para lograr esta meta. Si Guatemala logra industrializarse, incrementaría su creación de riqueza y reducirá sus niveles de pobreza.

La realidad es que el CO2 solo representa una parte pequeña de la atmósfera terrestre. Según National Geographic, la atmósfera de la Tierra está compuesta porcentualmente de la siguiente manera:

  • Nitrógeno, 78 %
  • Oxígeno, 21 %
  • Argón, 0.9 %
  • Otros gases, 0.1 %

El CO2 representa solo el 0.41 % de la atmósfera y la actividad humana contribuye la tercera parte de ese pequeño porcentaje, según USAToday. Dicho claramente, solo el 0.014 % del CO2 en la atmósfera es causado por actividades humanas. Si las emisiones de CO2 causadas por las actividades humanas fueran un problema, sería un problema manejable y las emisiones no serían una amenaza existencial para la humanidad.

La Asociación de Gas Comprimido (CGA) explica por qué el CO2 es beneficioso para la vida en nuestro planeta. Las plantas utilizan CO2 para crear oxígeno a través de la fotosíntesis. Sin oxígeno, los humanos morirían. CGA informa sobre los numerosos beneficios del CO2 para la sociedad:

Agricultura: Se usa el CO2 para conservar o congelar alimentos, particularmente pare mantener la carne fresca durante su procesamiento.

Aplicaciones médicas: El CO2 líquido (“hielo seco”) se utiliza en aplicaciones médicas, como la congelación instantánea de muestras biológicas y la refrigeración de vacunas y otros medicamentos enfriados durante el transporte. El CO2 también se usa para diagnosticar enfermedades, como la evaluación de la función pulmonar de pacientes.

Tratamiento de agua y aguas residuales: Por representar menos problemas de salud que las otras alternativas, como el ácido y el cloro, el CO2 se utiliza en el tratamiento de agua y aguas residuales para controlar el pH. Mantener el rango de pH adecuado ayuda a mitigar los contaminantes en el agua y las aguas residuales.

Limpieza: El CO2, en forma de hielo seco, se usa en varias industrias para limpiar superficies y aumentar el saneamiento sin introducir toxinas ambientales asociadas con otros materiales de limpieza. También, el CO2 se usa como un solvente de limpieza en industrias como la fabricación de semiconductores o electrónica, productos industriales de enorme beneficio para la humanidad.

El CO2 también se relaciona con la producción de riqueza.

Si Guatemala aceptara las exigencias internacionales para reducir las emisiones de CO2 estaría renunciando su derecho de alcanzar el desarrollo, cosa que la historia demuestra solo la industrialización puede generar.

Our World in Data (OWD) ha publicado datos sobre la evolución de las emisiones de CO2, mientras que el Maddison Project ha publicado datos sobre la evolución de los ingresos per cápita en el mundo hasta 2018, así como lo ha hecho el Banco Mundial desde 1960 hasta tiempos recientes. Al analizar el crecimiento histórico en el producto interno bruto y las emisiones de CO2, tanto en términos brutos como en términos per cápita, se notan algunos patrones:

A nivel mundial, el crecimiento en los ingresos se relaciona históricamente de manera directa con el crecimiento en las emisiones de CO2.

Esto tiene fuertes implicaciones. Cuando la Unión Europea, y las Organizaciones Internacionales (OO. II.) que financian los países desarrollados, piden a países en desarrollo reducir sus emisiones de CO2 y adoptar procesos de producción de cemento, acero, fertilizantes, electricidad, etc. que proponen países desarrollados, están pidiendo limitar el desarrollo y efectivamente mantener los niveles de pobreza vigentes en los países en desarrollo. Lastimosamente, en estos intentos políticos poco éticos se pierde una oportunidad valiosa para los países latinoamericanos, en especial por la pérdida de cobertura forestal, problemas relevantes como la ausencia de manejo de desechos sólidos y el poco tratamiento de las aguas residuales.

Para Guatemala, el coeficiente de correlación entre el ingreso y las emisiones de CO2 per cápita desde 1950 se calcula en 0.93, una correlación muy fuerte. Si Guatemala aceptara las exigencias internacionales para reducir las emisiones de CO2 estaría renunciando su derecho de alcanzar el desarrollo, cosa que la historia demuestra solo la industrialización puede generar.

Los países hoy desarrollados lograron sus niveles de riqueza con base a sus procesos de industrialización. Solo lograron revertir la relación directa entre emisiones e ingresos per cápita en este siglo, en gran parte porque dejaron de tener economías industrializadas. Es importante tomar en cuenta que los países desarrollados no han dejado de usar productos industriales. Simplemente trasladaron gran parte de su cadena industrial/manufacturera a países en desarrollo, sobre todo en Asia.

Si Guatemala quiere reducir sus niveles de pobreza debe aplicar las lecciones aprendidas que nos deja la historia económica. Los países hoy desarrollados lograron alcanzar niveles de riqueza jamás visto en la historia sin intervención alguna de organizaciones internacionales, sin pactos ambientales, sin todo el paquete de recomendaciones y estrategias financieras verdes que hoy vienen de los países desarrollados y sus OO. II. En vista de la historia económica, Guatemala no debe adherirse a acuerdos internacionales ambientales que limitarían su potencial de industrialización y desarrollo.

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