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La industrialización de la política pública

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Lisardo Bolaños |
11 de junio, 2025

Es urgente superar el modelo artesanal de hacer política pública en el país.

Si realmente consideramos prioritario superar los problemas de acceso a agua potable; drenajes adecuados; y, manejo adecuado de la basura, necesitamos dos cosas. Primero, superar la ingenua idea de que con un acuerdo gubernativo o ministerial podemos hacer que las cosas sucedan mágicamente: lo sucedido con el seguro contra terceros sirve de evidencia. Por algo se llaman acuerdos: la idea no es decidir unilateralmente trasladar costos y consecuencias. Segundo, necesitamos planteamientos que permitan compartir costos, facilitar trámites y garantizar la calidad de la ejecución.

Respecto a cómo compartir los costos, de estas prioridades, las asignaciones a los consejos de desarrollo pueden ser una excelente medida para contar con los recursos necesarios para estas prioridades —claro, con una planificación departamental seria (no lo que hoy existe), diseño nuevo, metas claras, mecanismos fáciles para ejecución de obras de gran escala, etc. La asignación presupuestaria de 1.3 % del PIB para los consejos no es suficiente para lograr resultados si el resto de debilidades persisten.

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Respecto a cómo facilitar trámites y garantizar la calidad de la ejecución, la transformación del aparato público debe ir orientada a superar el modelo artesanal de hacer política pública. Actualmente, las instituciones públicas como SEGEPLAN y otras entidades (MARN, CONRED, MSPAS) funcionan bajo un modelo artesanal. Cada proyecto es evaluado individualmente, quedando a merced del criterio de los funcionarios asignados. Esto genera problemas críticos:

  • Altos costos: Cada proyecto requiere análisis y aprobación personalizada, lo que consume tiempo y recursos significativos.
  • Lentitud: El proceso es excesivamente burocrático, tomando meses para obtener aprobaciones incluso para proyectos pequeños.
  • Arbitrariedad: La falta de normativas claras y estandarizadas permite que las decisiones dependan del juicio subjetivo de los funcionarios, lo que abre la puerta a la corrupción.

Ejemplos de este modelo son comunes: desde la aprobación de licencias de construcción privada, donde cada trámite pasa por múltiples revisiones sin criterios claros, hasta la evaluación de proyectos de infraestructura pública, donde los criterios varían según el funcionario asignado.

Pasar del modelo artesanal hacia la industrialización de la política pública implica un cambio radical: pasar de un sistema hecho a mano y dependiente del juicio individual a un modelo estandarizado, eficiente y basado en datos. 

Lo que llegó a desarrollar Colombia hace más de una década con los Proyectos Tipo debiera inspirar la industrialización en el Ministerio de Salud con cuartos fríos, en ANADIE con la construcción de puentes vehiculares o ciclo-infraestructura, en INGUAT con señalización turística, etc.

Esta visión se inspira en los principios de la producción industrial, aplicados al ámbito gubernamental. Este enfoque trae múltiples ventajas:

  • Estandarización: Permite crear modelos pre-aprobados de proyectos como escuelas, centros de salud o caminos rurales, reduciendo los trámites.
  • Escalabilidad: Facilita la implementación de soluciones replicables a gran escala sin perder calidad.
  • Transparencia: Los procesos son claros y predecibles, limitando las oportunidades de corrupción.

¿Cómo se vería esta industrialización de la política pública en la práctica?

  • SEGEPLAN podría adoptar modelos pre aprobados adaptados a diferentes climas y condiciones, en lugar de evaluar cada escuela o centro de salud uno por uno, SEGEPLAN.
  • ANADIE podría desarrollar “proyectos tipo” para centrales de mayoreo, hospitales de referencia y otras infraestructuras clave. Un ejemplo norteamericano que me gusta mucho mencionar es cuando se lanzó un proyecto de alianzas público-privadas, el cual estandarizó el proceso y aglomeró 558 puentes para su reemplazo y mantenimiento por 25 años.
  • MARN, en el caso de los permisos ambientales, el Ministerio podría contar con tipos de proyectos estandarizados que pueden ser aprobados de manera automática si cumplen con requisitos previamente definidos.

Un aspecto importante es que la estandarización permite la escalabilidad de las soluciones: no se necesita dedicar largo tiempo para analizar la aprobación de cada escuela individual; los modelos pre aprobados permiten decenas de proyectos aprobados en pocos días —sin necesidad de tener que recurrir a la fórmula de “se aprueban porque el Presidente dice que se aprueban”—. El Ejecutivo puede acordar, por ejemplo, 6 diseños pre aprobados de escuela, adaptados a distintos climas y condiciones. Esto debiera eliminar la necesidad de cada Municipalidad, de cada Consejo de Desarrollo, de tener que hacer la visita de altares por cada entidad del Ejecutivo que debe aprobar la propuesta. Eso permitiría que los Consejos de Desarrollo pudieran tener proyectos aprobados en días y no en meses.  Además, generaría más claridad sobre los costos y los beneficios.  

La idea no es limitar la creatividad o la adaptabilidad cuando ella es necesaria, aspecto valioso del modelo artesanal. Sin embargo, la mayoría de las veces, todos podríamos ganar, como población, si la producción fuese más estandarizada, se pudiera aprobar y construir más rápido y no hay sorpresas en el camino. Todos nos beneficiaríamos que existieran 4 tipos de planos pre-aprobados, bases de licitación y contratos machote para poder construir fácilmente los veintipicos hospitales de referencia que necesita el país. Nadie necesita que los hospitales de referencia tengan que diseñarse cada vez de cero y que cada contrato tenga que crearse desde cero. 

La idea ya ha sido implementada en otros lugares. Lo que llegó a desarrollar Colombia hace más de una década con los Proyectos Tipo debiera inspirar la industrialización en el Ministerio de Salud con cuartos fríos, en ANADIE con la construcción de puentes vehiculares o ciclo-infraestructura, en INGUAT con señalización turística, etc.

No se necesita una nueva ley para habilitar este mecanismo. Es suficiente que cuando se apruebe el reglamento de la “Ley Antitrámites”, se incluya el mismo.

La industrialización de la política pública

Lisardo Bolaños |
11 de junio, 2025
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Es urgente superar el modelo artesanal de hacer política pública en el país.

Si realmente consideramos prioritario superar los problemas de acceso a agua potable; drenajes adecuados; y, manejo adecuado de la basura, necesitamos dos cosas. Primero, superar la ingenua idea de que con un acuerdo gubernativo o ministerial podemos hacer que las cosas sucedan mágicamente: lo sucedido con el seguro contra terceros sirve de evidencia. Por algo se llaman acuerdos: la idea no es decidir unilateralmente trasladar costos y consecuencias. Segundo, necesitamos planteamientos que permitan compartir costos, facilitar trámites y garantizar la calidad de la ejecución.

Respecto a cómo compartir los costos, de estas prioridades, las asignaciones a los consejos de desarrollo pueden ser una excelente medida para contar con los recursos necesarios para estas prioridades —claro, con una planificación departamental seria (no lo que hoy existe), diseño nuevo, metas claras, mecanismos fáciles para ejecución de obras de gran escala, etc. La asignación presupuestaria de 1.3 % del PIB para los consejos no es suficiente para lograr resultados si el resto de debilidades persisten.

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Respecto a cómo facilitar trámites y garantizar la calidad de la ejecución, la transformación del aparato público debe ir orientada a superar el modelo artesanal de hacer política pública. Actualmente, las instituciones públicas como SEGEPLAN y otras entidades (MARN, CONRED, MSPAS) funcionan bajo un modelo artesanal. Cada proyecto es evaluado individualmente, quedando a merced del criterio de los funcionarios asignados. Esto genera problemas críticos:

  • Altos costos: Cada proyecto requiere análisis y aprobación personalizada, lo que consume tiempo y recursos significativos.
  • Lentitud: El proceso es excesivamente burocrático, tomando meses para obtener aprobaciones incluso para proyectos pequeños.
  • Arbitrariedad: La falta de normativas claras y estandarizadas permite que las decisiones dependan del juicio subjetivo de los funcionarios, lo que abre la puerta a la corrupción.

Ejemplos de este modelo son comunes: desde la aprobación de licencias de construcción privada, donde cada trámite pasa por múltiples revisiones sin criterios claros, hasta la evaluación de proyectos de infraestructura pública, donde los criterios varían según el funcionario asignado.

Pasar del modelo artesanal hacia la industrialización de la política pública implica un cambio radical: pasar de un sistema hecho a mano y dependiente del juicio individual a un modelo estandarizado, eficiente y basado en datos. 

Lo que llegó a desarrollar Colombia hace más de una década con los Proyectos Tipo debiera inspirar la industrialización en el Ministerio de Salud con cuartos fríos, en ANADIE con la construcción de puentes vehiculares o ciclo-infraestructura, en INGUAT con señalización turística, etc.

Esta visión se inspira en los principios de la producción industrial, aplicados al ámbito gubernamental. Este enfoque trae múltiples ventajas:

  • Estandarización: Permite crear modelos pre-aprobados de proyectos como escuelas, centros de salud o caminos rurales, reduciendo los trámites.
  • Escalabilidad: Facilita la implementación de soluciones replicables a gran escala sin perder calidad.
  • Transparencia: Los procesos son claros y predecibles, limitando las oportunidades de corrupción.

¿Cómo se vería esta industrialización de la política pública en la práctica?

  • SEGEPLAN podría adoptar modelos pre aprobados adaptados a diferentes climas y condiciones, en lugar de evaluar cada escuela o centro de salud uno por uno, SEGEPLAN.
  • ANADIE podría desarrollar “proyectos tipo” para centrales de mayoreo, hospitales de referencia y otras infraestructuras clave. Un ejemplo norteamericano que me gusta mucho mencionar es cuando se lanzó un proyecto de alianzas público-privadas, el cual estandarizó el proceso y aglomeró 558 puentes para su reemplazo y mantenimiento por 25 años.
  • MARN, en el caso de los permisos ambientales, el Ministerio podría contar con tipos de proyectos estandarizados que pueden ser aprobados de manera automática si cumplen con requisitos previamente definidos.

Un aspecto importante es que la estandarización permite la escalabilidad de las soluciones: no se necesita dedicar largo tiempo para analizar la aprobación de cada escuela individual; los modelos pre aprobados permiten decenas de proyectos aprobados en pocos días —sin necesidad de tener que recurrir a la fórmula de “se aprueban porque el Presidente dice que se aprueban”—. El Ejecutivo puede acordar, por ejemplo, 6 diseños pre aprobados de escuela, adaptados a distintos climas y condiciones. Esto debiera eliminar la necesidad de cada Municipalidad, de cada Consejo de Desarrollo, de tener que hacer la visita de altares por cada entidad del Ejecutivo que debe aprobar la propuesta. Eso permitiría que los Consejos de Desarrollo pudieran tener proyectos aprobados en días y no en meses.  Además, generaría más claridad sobre los costos y los beneficios.  

La idea no es limitar la creatividad o la adaptabilidad cuando ella es necesaria, aspecto valioso del modelo artesanal. Sin embargo, la mayoría de las veces, todos podríamos ganar, como población, si la producción fuese más estandarizada, se pudiera aprobar y construir más rápido y no hay sorpresas en el camino. Todos nos beneficiaríamos que existieran 4 tipos de planos pre-aprobados, bases de licitación y contratos machote para poder construir fácilmente los veintipicos hospitales de referencia que necesita el país. Nadie necesita que los hospitales de referencia tengan que diseñarse cada vez de cero y que cada contrato tenga que crearse desde cero. 

La idea ya ha sido implementada en otros lugares. Lo que llegó a desarrollar Colombia hace más de una década con los Proyectos Tipo debiera inspirar la industrialización en el Ministerio de Salud con cuartos fríos, en ANADIE con la construcción de puentes vehiculares o ciclo-infraestructura, en INGUAT con señalización turística, etc.

No se necesita una nueva ley para habilitar este mecanismo. Es suficiente que cuando se apruebe el reglamento de la “Ley Antitrámites”, se incluya el mismo.

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