Estoy seguro que a muchos de ustedes les sucede, como a quien les escribe, que quedamos descolocados e incomodos cuando observamos que modelos, acciones y acontecimientos nocivos se repiten una y otra vez a lo largo de la historia en nuestras sociedades. Peor aún: nada ni nadie se detiene a señalar lo dañinos que son y nadie se ocupa de registrarlos para que se conviertan en aprendizaje constructivo, de tal suerte que cada mala historia vivida, no sea repetida.
Los hombres y mujeres caemos a través de la historia en la repetición y tropezamos con obstáculos previamente conocidos y que ya deberíamos haber superado. Hoy lo vemos con Venezuela: ocho millones de seres humanos han sido expulsados de su país porque este ya no puede ofrecerles condiciones mínimas de oportunidad, ya no digamos, de respeto y libertad.
Observamos como una gavilla de “politicastros” que detenta ilegalmente el poder en Venezuela, se burla y ríe de las normas de la democracia frente a una “Comunidad Internacional” confusa e inocua, incapaz de establecer una ruta estratégica para defender en nombre de la paz, los derechos humanos y la democracia a todo un pueblo que sufre todo tipo de violaciones desde esta dictadura gestionada por delincuentes que desconocen todo valor, todo principio.
Luego de la vergonzosa certificación electoral del Tribunal Supremo de Justicia, hoy todos sabemos que a partir de esta semana, la historia ya está escrita. Maduro va a dejar que la oposición se desgaste y observará cómo las protestas por el fraude pierdan fuerza. Él sabe cuán difícil será para la oposición sostener la notoriedad a nivel internacional; ve con precisión cómo la causa por la democracia en Venezuela compite por los titulares de prensa que produce la campaña presidencial en Estados Unidos, así como los conflictos en Ucrania y Medio Oriente. Simultáneamente, el “principal politicastro” desarrollará una campaña de represión contra la oposición y contra su liderazgo. Esa historia vivida, será repetida tal y como se hizo en su momento contra Leopoldo López, luego con Juan Guaido y ahora lo harán con María Corina Machado y don Edmundo González.
La pregunta vigente en todas las cancillerías de los países democráticos de occidente gira en torno al siguiente paso a dar. No hay repuesta fácil, pues además les resulta complicado reseñar con claridad y prudencia las lecciones dadas por la historia. Pero, además, luego de una docena de muertos y 2,000 detenidos, debemos entender que nadie se sienta a dialogar con oposición alguna si no lo necesita, porque tiene el control del poder.
El “principal politicastro” desarrollará una campaña de represión contra la oposición y contra su liderazgo. Esa historia vivida, será repetida tal y como se hizo en su momento contra Leopoldo López, luego con Juan Guaido y ahora lo harán con María Corina Machado y don Edmundo González.
Veamos un caso similar en donde la ruta que hoy aplica la “Comunidad internacional” produjo los resultados que hoy se obtienen en Venezuela:
En 2011 los Estados Unidos, la Unión Europea y un importante número de países de la Liga Árabe exigieron la salida del poder de Bashar Al Assad en Siria, pues el conflicto sirio constituía una amenaza a la paz y seguridad internacionales. Allí se cometían atrocidades suficientes parapermitir al Consejo de Seguridad de NN. UU. invocar el concepto de la Responsabilidad de Proteger. La presión diplomática internacional, como la de hoy con Venezuela, no funcionó, porque no tenía los elementos necesarios. Bashar Al Assad sigue hoy en el poder.
Cuándo aparece el factor Sun Tzu
Es válido citar acá dos experiencias donde los resultados fueron distintos, porque se reconoció la necesidad de luchar por la democracia y la libertad en igualdad de condiciones, es decir, combatir a los “mandriles” con sus mismas armas. La política de sanciones económicas y diplomáticas ya no eran suficientes y entonces algunas de las lecciones del legendario estratega chino plasmadas en el “Arte de la Guerra” fueron incorporadas a la ruta estratégica.
Caso 1:
En los años 80, América Central se asomaba al amanecer de la democracia, pero el proceso de la “Revolución Sandinista” constituía un elemento que distorsionaba la lucha por la libertad y la democracia en la región. El régimen de los hermanos Ortega, auto declarados marxistas y aliados del régimen cubano, amenazaban con la expansión violenta a las naciones vecinas. En aquella época surgen varias iniciativas de diálogo como Esquipulas I y II, y el grupo de Contadora. Todo esfuerzo diplomático y de presión económica al régimen encontró su fortaleza final con una iniciativa militar de baja intensidad bautizada como “la Contra”, que era dirigida por nicaragüenses pero apoyada por los Estados Unidos. Como resultado, Doña Violeta Barrios de Chamorro ganó limpiamente en 1990 un proceso electoral impecable y el país se abrió a la democracia, permitiendo que la región encontrara rutas de mayor estabilidad. Doña Violeta fue, sin duda alguna, la María Corina de aquella convulsa época.
Caso 2:
Lo acontecido con Slobodan Milosevic en los años 90 del siglo pasado, en la antigua Yugoslavia, es una muestra inequívoca de efectividad incuestionable, allá la “Comunidad Internacional” estableció una combinación de presión política, económica, y militar, cuyo resultado fue su salida del poder en el 2000 y su arresto en el 2001. Se hace evidente que, como en el caso nicaragüense, el tercer factor, el militar, fue determinante.
¿Aparecerá Sun Tzu en la crisis venezolana?
La hora de Sun Tzu en Venezuela
¿Aparecerá Sun Tzu en la crisis venezolana?
Estoy seguro que a muchos de ustedes les sucede, como a quien les escribe, que quedamos descolocados e incomodos cuando observamos que modelos, acciones y acontecimientos nocivos se repiten una y otra vez a lo largo de la historia en nuestras sociedades. Peor aún: nada ni nadie se detiene a señalar lo dañinos que son y nadie se ocupa de registrarlos para que se conviertan en aprendizaje constructivo, de tal suerte que cada mala historia vivida, no sea repetida.
Los hombres y mujeres caemos a través de la historia en la repetición y tropezamos con obstáculos previamente conocidos y que ya deberíamos haber superado. Hoy lo vemos con Venezuela: ocho millones de seres humanos han sido expulsados de su país porque este ya no puede ofrecerles condiciones mínimas de oportunidad, ya no digamos, de respeto y libertad.
Observamos como una gavilla de “politicastros” que detenta ilegalmente el poder en Venezuela, se burla y ríe de las normas de la democracia frente a una “Comunidad Internacional” confusa e inocua, incapaz de establecer una ruta estratégica para defender en nombre de la paz, los derechos humanos y la democracia a todo un pueblo que sufre todo tipo de violaciones desde esta dictadura gestionada por delincuentes que desconocen todo valor, todo principio.
Luego de la vergonzosa certificación electoral del Tribunal Supremo de Justicia, hoy todos sabemos que a partir de esta semana, la historia ya está escrita. Maduro va a dejar que la oposición se desgaste y observará cómo las protestas por el fraude pierdan fuerza. Él sabe cuán difícil será para la oposición sostener la notoriedad a nivel internacional; ve con precisión cómo la causa por la democracia en Venezuela compite por los titulares de prensa que produce la campaña presidencial en Estados Unidos, así como los conflictos en Ucrania y Medio Oriente. Simultáneamente, el “principal politicastro” desarrollará una campaña de represión contra la oposición y contra su liderazgo. Esa historia vivida, será repetida tal y como se hizo en su momento contra Leopoldo López, luego con Juan Guaido y ahora lo harán con María Corina Machado y don Edmundo González.
La pregunta vigente en todas las cancillerías de los países democráticos de occidente gira en torno al siguiente paso a dar. No hay repuesta fácil, pues además les resulta complicado reseñar con claridad y prudencia las lecciones dadas por la historia. Pero, además, luego de una docena de muertos y 2,000 detenidos, debemos entender que nadie se sienta a dialogar con oposición alguna si no lo necesita, porque tiene el control del poder.
El “principal politicastro” desarrollará una campaña de represión contra la oposición y contra su liderazgo. Esa historia vivida, será repetida tal y como se hizo en su momento contra Leopoldo López, luego con Juan Guaido y ahora lo harán con María Corina Machado y don Edmundo González.
Veamos un caso similar en donde la ruta que hoy aplica la “Comunidad internacional” produjo los resultados que hoy se obtienen en Venezuela:
En 2011 los Estados Unidos, la Unión Europea y un importante número de países de la Liga Árabe exigieron la salida del poder de Bashar Al Assad en Siria, pues el conflicto sirio constituía una amenaza a la paz y seguridad internacionales. Allí se cometían atrocidades suficientes parapermitir al Consejo de Seguridad de NN. UU. invocar el concepto de la Responsabilidad de Proteger. La presión diplomática internacional, como la de hoy con Venezuela, no funcionó, porque no tenía los elementos necesarios. Bashar Al Assad sigue hoy en el poder.
Cuándo aparece el factor Sun Tzu
Es válido citar acá dos experiencias donde los resultados fueron distintos, porque se reconoció la necesidad de luchar por la democracia y la libertad en igualdad de condiciones, es decir, combatir a los “mandriles” con sus mismas armas. La política de sanciones económicas y diplomáticas ya no eran suficientes y entonces algunas de las lecciones del legendario estratega chino plasmadas en el “Arte de la Guerra” fueron incorporadas a la ruta estratégica.
Caso 1:
En los años 80, América Central se asomaba al amanecer de la democracia, pero el proceso de la “Revolución Sandinista” constituía un elemento que distorsionaba la lucha por la libertad y la democracia en la región. El régimen de los hermanos Ortega, auto declarados marxistas y aliados del régimen cubano, amenazaban con la expansión violenta a las naciones vecinas. En aquella época surgen varias iniciativas de diálogo como Esquipulas I y II, y el grupo de Contadora. Todo esfuerzo diplomático y de presión económica al régimen encontró su fortaleza final con una iniciativa militar de baja intensidad bautizada como “la Contra”, que era dirigida por nicaragüenses pero apoyada por los Estados Unidos. Como resultado, Doña Violeta Barrios de Chamorro ganó limpiamente en 1990 un proceso electoral impecable y el país se abrió a la democracia, permitiendo que la región encontrara rutas de mayor estabilidad. Doña Violeta fue, sin duda alguna, la María Corina de aquella convulsa época.
Caso 2:
Lo acontecido con Slobodan Milosevic en los años 90 del siglo pasado, en la antigua Yugoslavia, es una muestra inequívoca de efectividad incuestionable, allá la “Comunidad Internacional” estableció una combinación de presión política, económica, y militar, cuyo resultado fue su salida del poder en el 2000 y su arresto en el 2001. Se hace evidente que, como en el caso nicaragüense, el tercer factor, el militar, fue determinante.
¿Aparecerá Sun Tzu en la crisis venezolana?