Vi Kraven the Hunter. Quise verla porque los comentaristas que alegan que es una pésima película de Sony no dicen cosa alguna que fundamente su veredicto. No pasan de mencionar que es aburrida, simplona, muy normal; que no hace falta decir nada más de Sony (porque según ellos se sobreentiende que la franquicia solo produce basura: las películas de Spider-Man); que la cinta es terrible; que gastaron millones en un personaje irrelevante que a nadie interesa; que es una película del universo del Hombre-Araña, donde no aparece el Hombre-Araña; que Kraven se opone a la caza furtiva e invasión de propiedad privada; que los criminales quieren matar a Kraven solo porque son malos; que inventan a Calypso para rellenar, y tal vez la nota más iluminadora, que habría sido una gran película hace unos veinte años, pero no ahora. En realidad, los comentarios dicen más sobre los valores subjetivos de los comentaristas que sobre la película.
LA COMPOSICIÓN FORMAL
Los comentaristas no ilustran nada sobre la composición fotográfica. Nada dicen sobre la ambientación por medio del color. Tampoco hablan acerca del fondo sonoro. No mencionan que el color dominante y temático es una gama armónica simple, a veces con clara dominación del azul ayudado por el negro y combinado con el acorde armónico del carmín, el rojo y el naranja, proporcionando una magnífica gama de grises azulados, impregnados de ocres y naranjas variando de fuertes contrastes de claro oscuro a lumínico según requiera el humor de la trama.
Tampoco hacen observación alguna sobre que los primeros planos están bien compuestos, colocando al personaje en el eje áureo, dejando el fondo como espacio proporcionado del rectángulo dorado, creando variedad en la unidad y unidad en la variedad.
Ni cuentan que las tomas son dinámicas desde ángulos distintos: desde arriba o desde abajo, de primer plano, escénicas, a ojo de hormiga o a vista de pájaro. En pocas palabras, muy variadas. Y la música enfatiza el contexto de las escenas y el carácter de los personajes.
Nada comentan sobre que el ritmo también es diverso, pasando del compás acelerado de las escenas de acción, una especie de prestísimo, por medio de una aposiopesis (del griego enmudecer) que es la interrupción del ritmo por un elemento, iniciándola por un abrupto (del latín ruptura) a un tempo moderato o andante y a veces grave, para retomar por medio de una epístrofe (del griego volver) al prestísimo propio de las escenas de violencia.
Si valoras lo que Kraven representa, ese anhelo que muchos hemos tenido alguna vez de ser la mejor versión de uno mismo, y si te han gustado las películas de John Wick, esta que es por el estilo, te va a encantar.
Menos hacen alusión al hecho de que las peleas están bien coreografiadas, exhibiendo una destreza técnica magistral, muy pulida.
¿QUÉ NO LES GUSTÓ?
Entonces, ¿qué es lo que no parece gustarles a los comentaristas? ¿Qué valores eran importantes hace veinte años, pero para ellos no hoy?
Para empezar, no tiene ningún valor ‘woke’. No es progre. No hay escenas de homosexuales besándose o teniendo sexo. Ni ningún trans o cosa parecida. Tampoco ridiculiza al hombre y su masculinidad. Todo lo contrario. Kraven, o Sergei Kravinoff, protagonizado magistralmente por Aaron-Taylor Johnson, exhibe todas las cualidades de la masculinidad, de la voluntad de poder, del deseo de probarse a sí mismo y recalcar la tensión entre el hombre primordial y su versión civilizada, de traspasar los límites humanos, de encontrar su auténtica naturaleza. Ve la civilización moderna como débil comparada con la verdadera fuerza que proviene de la conexión con su ser primigenio. Es como una comparación entre el gato doméstico y el tigre salvaje. Hay una diferencia fundamental en actitud, en espíritu, en capacidad de supervivencia. Kraven no caza solo con armas, sino con su ser completo. Rastrear la presa no es asunto de tecnología, sino que de entendimiento, paciencia y fundirse uno con el medioambiente, con la presa.
Al parecer, no les gustó a los críticos que, siendo una película sobre uno de los adversarios del Hombre-Araña, no aparezca este en ella. La rivalidad entre el Hombre-Araña Araña y Kraven no es la típica entre el héroe y el villano. Kraven es un justiciero como Punisher en Daredevil. Uno que no se siente limitado por la ley, que se convierte en juez, jurado y verdugo para hacer justicia. Su conflicto con el arácnido es por su obsesión de probar quién es el mejor cazador, el depredador supremo. Es una demostración de la habilidad primordial del cazador versus la habilidad de quien posee superpoderes. Pero la cinta no es sobre este antagonismo, que se indica al final de la historia, sino sobre el origen de Kraven y la fina línea entre cazador y cazado de los gánsteres y él.
Kraven, lejos de ser un carácter irrelevante que a nadie interesa, es para los fans del Hombre-Araña, el principal, el más interesante, complejo y peligroso de sus adversarios. El impacto del personaje rebasa las páginas de los tebeos. Aparece en series animadas, en videojuegos, en figuras y esculturas de acción y, ahora, en el cine. Y Calypso, no es un personaje de relleno, como insinúa algún crítico, sino un elemento importante de la saga de Kraven en los cómics.
CONCLUSIÓN
Haz caso omiso de las malas críticas a la película. Júzgala por ti mismo. Si valoras lo que Kraven representa, ese anhelo que muchos hemos tenido alguna vez de ser la mejor versión de uno mismo, y si te han gustado las películas de John Wick, esta que es por el estilo, te va a encantar.
¡Feliz Navidad!
Vi Kraven the Hunter. Quise verla porque los comentaristas que alegan que es una pésima película de Sony no dicen cosa alguna que fundamente su veredicto. No pasan de mencionar que es aburrida, simplona, muy normal; que no hace falta decir nada más de Sony (porque según ellos se sobreentiende que la franquicia solo produce basura: las películas de Spider-Man); que la cinta es terrible; que gastaron millones en un personaje irrelevante que a nadie interesa; que es una película del universo del Hombre-Araña, donde no aparece el Hombre-Araña; que Kraven se opone a la caza furtiva e invasión de propiedad privada; que los criminales quieren matar a Kraven solo porque son malos; que inventan a Calypso para rellenar, y tal vez la nota más iluminadora, que habría sido una gran película hace unos veinte años, pero no ahora. En realidad, los comentarios dicen más sobre los valores subjetivos de los comentaristas que sobre la película.
LA COMPOSICIÓN FORMAL
Los comentaristas no ilustran nada sobre la composición fotográfica. Nada dicen sobre la ambientación por medio del color. Tampoco hablan acerca del fondo sonoro. No mencionan que el color dominante y temático es una gama armónica simple, a veces con clara dominación del azul ayudado por el negro y combinado con el acorde armónico del carmín, el rojo y el naranja, proporcionando una magnífica gama de grises azulados, impregnados de ocres y naranjas variando de fuertes contrastes de claro oscuro a lumínico según requiera el humor de la trama.
Tampoco hacen observación alguna sobre que los primeros planos están bien compuestos, colocando al personaje en el eje áureo, dejando el fondo como espacio proporcionado del rectángulo dorado, creando variedad en la unidad y unidad en la variedad.
Ni cuentan que las tomas son dinámicas desde ángulos distintos: desde arriba o desde abajo, de primer plano, escénicas, a ojo de hormiga o a vista de pájaro. En pocas palabras, muy variadas. Y la música enfatiza el contexto de las escenas y el carácter de los personajes.
Nada comentan sobre que el ritmo también es diverso, pasando del compás acelerado de las escenas de acción, una especie de prestísimo, por medio de una aposiopesis (del griego enmudecer) que es la interrupción del ritmo por un elemento, iniciándola por un abrupto (del latín ruptura) a un tempo moderato o andante y a veces grave, para retomar por medio de una epístrofe (del griego volver) al prestísimo propio de las escenas de violencia.
Si valoras lo que Kraven representa, ese anhelo que muchos hemos tenido alguna vez de ser la mejor versión de uno mismo, y si te han gustado las películas de John Wick, esta que es por el estilo, te va a encantar.
Menos hacen alusión al hecho de que las peleas están bien coreografiadas, exhibiendo una destreza técnica magistral, muy pulida.
¿QUÉ NO LES GUSTÓ?
Entonces, ¿qué es lo que no parece gustarles a los comentaristas? ¿Qué valores eran importantes hace veinte años, pero para ellos no hoy?
Para empezar, no tiene ningún valor ‘woke’. No es progre. No hay escenas de homosexuales besándose o teniendo sexo. Ni ningún trans o cosa parecida. Tampoco ridiculiza al hombre y su masculinidad. Todo lo contrario. Kraven, o Sergei Kravinoff, protagonizado magistralmente por Aaron-Taylor Johnson, exhibe todas las cualidades de la masculinidad, de la voluntad de poder, del deseo de probarse a sí mismo y recalcar la tensión entre el hombre primordial y su versión civilizada, de traspasar los límites humanos, de encontrar su auténtica naturaleza. Ve la civilización moderna como débil comparada con la verdadera fuerza que proviene de la conexión con su ser primigenio. Es como una comparación entre el gato doméstico y el tigre salvaje. Hay una diferencia fundamental en actitud, en espíritu, en capacidad de supervivencia. Kraven no caza solo con armas, sino con su ser completo. Rastrear la presa no es asunto de tecnología, sino que de entendimiento, paciencia y fundirse uno con el medioambiente, con la presa.
Al parecer, no les gustó a los críticos que, siendo una película sobre uno de los adversarios del Hombre-Araña, no aparezca este en ella. La rivalidad entre el Hombre-Araña Araña y Kraven no es la típica entre el héroe y el villano. Kraven es un justiciero como Punisher en Daredevil. Uno que no se siente limitado por la ley, que se convierte en juez, jurado y verdugo para hacer justicia. Su conflicto con el arácnido es por su obsesión de probar quién es el mejor cazador, el depredador supremo. Es una demostración de la habilidad primordial del cazador versus la habilidad de quien posee superpoderes. Pero la cinta no es sobre este antagonismo, que se indica al final de la historia, sino sobre el origen de Kraven y la fina línea entre cazador y cazado de los gánsteres y él.
Kraven, lejos de ser un carácter irrelevante que a nadie interesa, es para los fans del Hombre-Araña, el principal, el más interesante, complejo y peligroso de sus adversarios. El impacto del personaje rebasa las páginas de los tebeos. Aparece en series animadas, en videojuegos, en figuras y esculturas de acción y, ahora, en el cine. Y Calypso, no es un personaje de relleno, como insinúa algún crítico, sino un elemento importante de la saga de Kraven en los cómics.
CONCLUSIÓN
Haz caso omiso de las malas críticas a la película. Júzgala por ti mismo. Si valoras lo que Kraven representa, ese anhelo que muchos hemos tenido alguna vez de ser la mejor versión de uno mismo, y si te han gustado las películas de John Wick, esta que es por el estilo, te va a encantar.
¡Feliz Navidad!