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Estonia es un modelo digno de seguir para Guatemala

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia (...) Eso si, va requerir un compromiso de las élites políticas, económicas y sociales del país de apostar por el cambio positivo.

Toomas Ilves, expresidente de Estonia
Nicholas Virzi |
09 de octubre, 2024

El Encuentro Nacional de Empresarios por el Desarrollo (ENADE) 2024 se celebrará el jueves, 10 de octubre, en el Hotel Westin Camino Real, con el lema “Certeza jurídica, un Estado digital y transparente”. Como siempre, habrá muchos disertantes de alto nivel, como Carmen María Torrebiarte, la primera mujer que ejerce el cargo de presidente de CACIF.

Este año, el comité organizador del ENADE acertó en invitar al expresidente de Estonia (2006-2016) para hablar sobre el tema “Certeza jurídica y confianza en las instituciones”. Estonia es un país cuya experiencia deja muchas lecciones positivas para Guatemala.

Estonia, un pequeño país báltico que fue anexado por la Unión Soviética (URSS) durante la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo a seguir para Guatemala. Desde la caída de la URSS y su liberación como nación independiente, Estonia ha representado un claro ejemplo de cómo un país puede transformar sus instituciones y pasar de un sistema económico ineficiente a uno moderno, inclusivo y competitivo.

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Después de la caída de la URSS, Estonia se enfrentó al enorme reto de deshacerse de su legado comunista, caracterizado por la centralización del poder, el control estatal de la economía y la ausencia de derechos de propiedad claros. Estonia emprendió un ambicioso programa de reformas institucionales que sentaron las bases para su eventual creación de riqueza.

Con 1.37 millones de habitantes, Estonia tiene un PIB per cápita de USD 32,855, cuando fue tan solo USD 4,085 en 2000, pasando de 2.63 veces el PPC de Guatemala a 5.6 veces. De 1996 a 2023, su PPC viene creciendo casi al 4 % anual, comparado con el 1.6 % para Guatemala. Asimismo, su sector industrial viene creciendo al 4 % anual, comparado con el 3 % para Guatemala. Su gasto militar es 2.1 % del PIB, versus el 0.46 % para Guatemala, representando el 5.3 % de los gastos de gobierno.

Este desempeño económico superior de Estonia es debido a su superior calidad institucional. Estonia tiene una nota general de 77.8 puntos sobre 100 en el Índice de Libertad Económica de la fundación Heritage, versus 62.4 para Guatemala. Destacan las notas de Estonia en Propiedad Privada (92.8), versus la de 38.8 de Guatemala. En Integridad Pública, Estonia obtiene la nota de 81.4, comparada con la 22.8 de Guatemala. En Efectividad Judicial, Estonia obtiene su nota más alta (93.4), comparado con el 27.9 para Guatemala. Asimismo, Estonia le gana a Guatemala en Libertad Empresarial, Laboral, Monetaria, Financiera, de Comercio y de Inversión.

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia. Al mejorar sus instituciones y fomentar la confianza en ellas, puede romper con el ciclo de baja institucionalidad y alta pobreza y avanzar hacia un proceso de industrialización y desarrollo más competitivo (...) Por eso precisamente, el mensaje del ENADE 2024 es sumamente positivo.

Los Indicadores Globales de Gobernanza del Banco Mundial también reflejan la calidad institucional de Estonia. En Control de corrupción, Estonia tiene una nota de 91 sobre 100, reflejando una mejora de 30 % desde 1996, mientras Guatemala con su nota de 11.3 refleja un deterioro de -52 %. En Imperio de la ley, Estonia tiene una nota de 89.6, una mejora de 35 %, mientras Guatemala empeoró -20.4 % con su nota de 13.2. En Efectividad gubernamental, Estonia tiene una nota de 89.6, reflejando una mejora de 25 %, mientras Guatemala con su nota de 16.5 refleja un empeoramiento de -55.6 %. Asimismo, Estonia obtiene su nota más alta en Calidad regulatoria (92.9), comparado con la nota de 41.5 de Guatemala en este mismo rubro.

En la transición de la economía planificada, Estonia desarrolló un marco institucional sólido e inclusivo que permitió a su población participar activamente en la economía. Esto a su vez generó un entorno propicio para la inversión y el crecimiento sostenido. La formación bruta de capital fijo en Estonia es de 26.6 % del PIB, 10 puntos por arriba de Guatemala.

Las reformas de Estonia incluyeron la creación de un sistema legal transparente, la implementación de una administración pública eficiente y la adopción de tecnologías digitales que hicieron del país un referente en gobierno electrónico. Estas reformas permitieron reducir los costos de transacción y reducir la corrupción a niveles bajos, lo que aumentó la confianza en el sistema por parte de los ciudadanos y los inversores.

Hoy, Estonia es un país con una de las economías más dinámicas de Europa y un ejemplo de cómo la calidad institucional es clave para el desarrollo. Guatemala, con problemas arraigados de bajo desempeño institucional, puede aprender de la experiencia de Estonia, en particular la importancia de crear un sistema transparente y eficiente que incentive la inversión, promueva la innovación, y permita que la población se beneficie del crecimiento económico.

La experiencia de Estonia, junto con la de los otros países bálticos que comparten una historia similar, valida los argumentos sobre el rol de las instituciones en el desempeño económico de la Nueva Economía Institucional y los aportes de Douglass North, Daron Acemoglu y James A. Robinson, en particular. La calidad y la confianza en las instituciones son determinantes fundamentales para el desempeño económico. Estonia ha demostrado que, con instituciones transparentes y eficientes, es posible deshacerse de un pasado caracterizado por la centralización del poder y construir un futuro basado en el crecimiento económico sostenible.

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia. Al mejorar sus instituciones y fomentar la confianza en ellas, puede romper con el ciclo de baja institucionalidad y alta pobreza y avanzar hacia un proceso de industrialización y desarrollo más competitivo. Eso si, va requerir un compromiso de las élites políticas, económicas y sociales del país de apostar por el cambio positivo. Por eso precisamente, el mensaje del ENADE 2024 es sumamente positivo.

Estonia es un modelo digno de seguir para Guatemala

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia (...) Eso si, va requerir un compromiso de las élites políticas, económicas y sociales del país de apostar por el cambio positivo.

Nicholas Virzi |
09 de octubre, 2024
Toomas Ilves, expresidente de Estonia

El Encuentro Nacional de Empresarios por el Desarrollo (ENADE) 2024 se celebrará el jueves, 10 de octubre, en el Hotel Westin Camino Real, con el lema “Certeza jurídica, un Estado digital y transparente”. Como siempre, habrá muchos disertantes de alto nivel, como Carmen María Torrebiarte, la primera mujer que ejerce el cargo de presidente de CACIF.

Este año, el comité organizador del ENADE acertó en invitar al expresidente de Estonia (2006-2016) para hablar sobre el tema “Certeza jurídica y confianza en las instituciones”. Estonia es un país cuya experiencia deja muchas lecciones positivas para Guatemala.

Estonia, un pequeño país báltico que fue anexado por la Unión Soviética (URSS) durante la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo a seguir para Guatemala. Desde la caída de la URSS y su liberación como nación independiente, Estonia ha representado un claro ejemplo de cómo un país puede transformar sus instituciones y pasar de un sistema económico ineficiente a uno moderno, inclusivo y competitivo.

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Después de la caída de la URSS, Estonia se enfrentó al enorme reto de deshacerse de su legado comunista, caracterizado por la centralización del poder, el control estatal de la economía y la ausencia de derechos de propiedad claros. Estonia emprendió un ambicioso programa de reformas institucionales que sentaron las bases para su eventual creación de riqueza.

Con 1.37 millones de habitantes, Estonia tiene un PIB per cápita de USD 32,855, cuando fue tan solo USD 4,085 en 2000, pasando de 2.63 veces el PPC de Guatemala a 5.6 veces. De 1996 a 2023, su PPC viene creciendo casi al 4 % anual, comparado con el 1.6 % para Guatemala. Asimismo, su sector industrial viene creciendo al 4 % anual, comparado con el 3 % para Guatemala. Su gasto militar es 2.1 % del PIB, versus el 0.46 % para Guatemala, representando el 5.3 % de los gastos de gobierno.

Este desempeño económico superior de Estonia es debido a su superior calidad institucional. Estonia tiene una nota general de 77.8 puntos sobre 100 en el Índice de Libertad Económica de la fundación Heritage, versus 62.4 para Guatemala. Destacan las notas de Estonia en Propiedad Privada (92.8), versus la de 38.8 de Guatemala. En Integridad Pública, Estonia obtiene la nota de 81.4, comparada con la 22.8 de Guatemala. En Efectividad Judicial, Estonia obtiene su nota más alta (93.4), comparado con el 27.9 para Guatemala. Asimismo, Estonia le gana a Guatemala en Libertad Empresarial, Laboral, Monetaria, Financiera, de Comercio y de Inversión.

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia. Al mejorar sus instituciones y fomentar la confianza en ellas, puede romper con el ciclo de baja institucionalidad y alta pobreza y avanzar hacia un proceso de industrialización y desarrollo más competitivo (...) Por eso precisamente, el mensaje del ENADE 2024 es sumamente positivo.

Los Indicadores Globales de Gobernanza del Banco Mundial también reflejan la calidad institucional de Estonia. En Control de corrupción, Estonia tiene una nota de 91 sobre 100, reflejando una mejora de 30 % desde 1996, mientras Guatemala con su nota de 11.3 refleja un deterioro de -52 %. En Imperio de la ley, Estonia tiene una nota de 89.6, una mejora de 35 %, mientras Guatemala empeoró -20.4 % con su nota de 13.2. En Efectividad gubernamental, Estonia tiene una nota de 89.6, reflejando una mejora de 25 %, mientras Guatemala con su nota de 16.5 refleja un empeoramiento de -55.6 %. Asimismo, Estonia obtiene su nota más alta en Calidad regulatoria (92.9), comparado con la nota de 41.5 de Guatemala en este mismo rubro.

En la transición de la economía planificada, Estonia desarrolló un marco institucional sólido e inclusivo que permitió a su población participar activamente en la economía. Esto a su vez generó un entorno propicio para la inversión y el crecimiento sostenido. La formación bruta de capital fijo en Estonia es de 26.6 % del PIB, 10 puntos por arriba de Guatemala.

Las reformas de Estonia incluyeron la creación de un sistema legal transparente, la implementación de una administración pública eficiente y la adopción de tecnologías digitales que hicieron del país un referente en gobierno electrónico. Estas reformas permitieron reducir los costos de transacción y reducir la corrupción a niveles bajos, lo que aumentó la confianza en el sistema por parte de los ciudadanos y los inversores.

Hoy, Estonia es un país con una de las economías más dinámicas de Europa y un ejemplo de cómo la calidad institucional es clave para el desarrollo. Guatemala, con problemas arraigados de bajo desempeño institucional, puede aprender de la experiencia de Estonia, en particular la importancia de crear un sistema transparente y eficiente que incentive la inversión, promueva la innovación, y permita que la población se beneficie del crecimiento económico.

La experiencia de Estonia, junto con la de los otros países bálticos que comparten una historia similar, valida los argumentos sobre el rol de las instituciones en el desempeño económico de la Nueva Economía Institucional y los aportes de Douglass North, Daron Acemoglu y James A. Robinson, en particular. La calidad y la confianza en las instituciones son determinantes fundamentales para el desempeño económico. Estonia ha demostrado que, con instituciones transparentes y eficientes, es posible deshacerse de un pasado caracterizado por la centralización del poder y construir un futuro basado en el crecimiento económico sostenible.

Guatemala puede y debe seguir el modelo de Estonia. Al mejorar sus instituciones y fomentar la confianza en ellas, puede romper con el ciclo de baja institucionalidad y alta pobreza y avanzar hacia un proceso de industrialización y desarrollo más competitivo. Eso si, va requerir un compromiso de las élites políticas, económicas y sociales del país de apostar por el cambio positivo. Por eso precisamente, el mensaje del ENADE 2024 es sumamente positivo.

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