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¿Es el Crédito Tob’anik clientelismo político?

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Melanie Müllers |
19 de febrero, 2025

El sector agropecuario en Guatemala enfrenta grandes retos, entre ellos la falta de financiamiento adecuado. En respuesta, el Gobierno lanzó el Crédito Tob’anik, un fondo de GTQ 500 millones que promete beneficiar a pequeños y medianos agricultores. Sin embargo, su implementación genera dudas sobre su eficacia y transparencia. ¿Se convertirá en un verdadero apoyo para el agro o será solo otro instrumento político sin control adecuado?

El Acuerdo Ministerial No. 229-2024 establece que este crédito está dirigido exclusivamente a productores que emplean mano de obra familiar no remunerada. Su objetivo es fortalecer la agricultura de pequeña escala, permitiendo a los beneficiarios acceder a financiamiento para mejorar sus cultivos y tecnología.

El Crédito Hipotecario Nacional será el encargado de administrar los fondos, mientras que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, supervisará su ejecución. Sin embargo, uno de los principales cuestionamientos es la ausencia de un mecanismo de supervisión por parte de la Contraloría General de Cuentas, lo que genera preocupaciones sobre su uso transparente y eficiente.

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El fondo tendrá una vigencia de 15 años y funcionará como un mecanismo revolvente. Esto significa que los recursos deben reintegrarse periódicamente para ser prestados nuevamente. Durante los primeros 12 años se concederán los créditos, mientras que los últimos tres años se dedicarán a la recuperación de la cartera.

Sin embargo, el acuerdo no especifica de manera clara cómo se garantizará la recuperación de los créditos, ni qué medidas se tomarán en caso de incumplimiento por parte de las personas que obtienen los préstamos. La falta de estos detalles podría comprometer la sostenibilidad del fondo a largo plazo.

El financiamiento agropecuario en Guatemala es escaso. De acuerdo con la Cámara del Agro, menos del 5 % de la cartera de créditos del sector privado se destina a este rubro. Esta limitación dificulta la modernización y el crecimiento del sector, dejando a muchos productores sin acceso a capital para mejorar su producción.

Si el programa no cuenta con una estructura sólida de fiscalización y garantías para recuperar los fondos prestados, podría convertirse en un mecanismo de clientelismo político

Para Agexport Consulting Group, el principal reto del Crédito Tob’anik radica en la informalidad del sector agrícola, la falta de financiamiento adecuado a la estacionalidad de los cultivos y los riesgos asociados. Sin estrategias efectivas para abordar estos desafíos, la efectividad del programa podría verse limitada.

Uno de los aspectos más críticos del Crédito Tob’anik es el riesgo de morosidad. Para evitar problemas financieros, el nivel de morosidad debe mantenerse por debajo del 5 %. Sin embargo, sin controles adecuados y sin una supervisión rigurosa, el fondo podría convertirse en un cheque en blanco, distribuyendo recursos sin asegurar su recuperación.

La ausencia de claridad en los mecanismos de recuperación de cartera podría generar déficits que incrementarían el endeudamiento del Estado año con año. Esto podría convertir un programa con buenas intenciones en una carga financiera insostenible.

¿Un apoyo real o un instrumento político?

El Crédito Tob’anik tiene el potencial de convertirse en una herramienta clave para impulsar el sector agropecuario guatemalteco. Sin embargo, la falta de claridad en sus mecanismos de recuperación y la ausencia de supervisión independiente generan preocupaciones sobre su transparencia y sostenibilidad.

Si el programa no cuenta con una estructura sólida de fiscalización y garantías para recuperar los fondos prestados, podría convertirse en un mecanismo de clientelismo político, utilizado para beneficiar a ciertos sectores sin garantizar su impacto real en la economía agrícola.

En definitiva, el éxito del Crédito Tob’anik dependerá de la capacidad del Gobierno para asegurar su correcta implementación, establecer controles efectivos y garantizar que los recursos realmente lleguen a quienes los necesitan. Solo así podrá cumplir con su promesa de fortalecer al agricultor guatemalteco y no quedar como una oportunidad desperdiciada, como muchas otras.

¿Es el Crédito Tob’anik clientelismo político?

Melanie Müllers |
19 de febrero, 2025
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El sector agropecuario en Guatemala enfrenta grandes retos, entre ellos la falta de financiamiento adecuado. En respuesta, el Gobierno lanzó el Crédito Tob’anik, un fondo de GTQ 500 millones que promete beneficiar a pequeños y medianos agricultores. Sin embargo, su implementación genera dudas sobre su eficacia y transparencia. ¿Se convertirá en un verdadero apoyo para el agro o será solo otro instrumento político sin control adecuado?

El Acuerdo Ministerial No. 229-2024 establece que este crédito está dirigido exclusivamente a productores que emplean mano de obra familiar no remunerada. Su objetivo es fortalecer la agricultura de pequeña escala, permitiendo a los beneficiarios acceder a financiamiento para mejorar sus cultivos y tecnología.

El Crédito Hipotecario Nacional será el encargado de administrar los fondos, mientras que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, supervisará su ejecución. Sin embargo, uno de los principales cuestionamientos es la ausencia de un mecanismo de supervisión por parte de la Contraloría General de Cuentas, lo que genera preocupaciones sobre su uso transparente y eficiente.

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El fondo tendrá una vigencia de 15 años y funcionará como un mecanismo revolvente. Esto significa que los recursos deben reintegrarse periódicamente para ser prestados nuevamente. Durante los primeros 12 años se concederán los créditos, mientras que los últimos tres años se dedicarán a la recuperación de la cartera.

Sin embargo, el acuerdo no especifica de manera clara cómo se garantizará la recuperación de los créditos, ni qué medidas se tomarán en caso de incumplimiento por parte de las personas que obtienen los préstamos. La falta de estos detalles podría comprometer la sostenibilidad del fondo a largo plazo.

El financiamiento agropecuario en Guatemala es escaso. De acuerdo con la Cámara del Agro, menos del 5 % de la cartera de créditos del sector privado se destina a este rubro. Esta limitación dificulta la modernización y el crecimiento del sector, dejando a muchos productores sin acceso a capital para mejorar su producción.

Si el programa no cuenta con una estructura sólida de fiscalización y garantías para recuperar los fondos prestados, podría convertirse en un mecanismo de clientelismo político

Para Agexport Consulting Group, el principal reto del Crédito Tob’anik radica en la informalidad del sector agrícola, la falta de financiamiento adecuado a la estacionalidad de los cultivos y los riesgos asociados. Sin estrategias efectivas para abordar estos desafíos, la efectividad del programa podría verse limitada.

Uno de los aspectos más críticos del Crédito Tob’anik es el riesgo de morosidad. Para evitar problemas financieros, el nivel de morosidad debe mantenerse por debajo del 5 %. Sin embargo, sin controles adecuados y sin una supervisión rigurosa, el fondo podría convertirse en un cheque en blanco, distribuyendo recursos sin asegurar su recuperación.

La ausencia de claridad en los mecanismos de recuperación de cartera podría generar déficits que incrementarían el endeudamiento del Estado año con año. Esto podría convertir un programa con buenas intenciones en una carga financiera insostenible.

¿Un apoyo real o un instrumento político?

El Crédito Tob’anik tiene el potencial de convertirse en una herramienta clave para impulsar el sector agropecuario guatemalteco. Sin embargo, la falta de claridad en sus mecanismos de recuperación y la ausencia de supervisión independiente generan preocupaciones sobre su transparencia y sostenibilidad.

Si el programa no cuenta con una estructura sólida de fiscalización y garantías para recuperar los fondos prestados, podría convertirse en un mecanismo de clientelismo político, utilizado para beneficiar a ciertos sectores sin garantizar su impacto real en la economía agrícola.

En definitiva, el éxito del Crédito Tob’anik dependerá de la capacidad del Gobierno para asegurar su correcta implementación, establecer controles efectivos y garantizar que los recursos realmente lleguen a quienes los necesitan. Solo así podrá cumplir con su promesa de fortalecer al agricultor guatemalteco y no quedar como una oportunidad desperdiciada, como muchas otras.

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